Que una expresión artística implique resistencia, remar contra la corriente o subvertir de un modo u otro el orden establecido ya nos está dando la pauta de lo que nos encontraremos al tomar pleno contacto con ella. Las bandas de rock, por más que hayan atenuado su rebeldía en pos del vil metal, aún se mantienen ese espíritu original en estado puro, sobre todo cuando no se sienten obligadas a hacer concesiones demagógicas. Esa fue la primera reflexión que nos vino a la mente al presenciar la actuación de "Fortaleza". En su esperado regreso a los escenarios vernáculos, los integrantes de la poderosa banda local de Heavy Metal Fortaleza volvieron otra vez a dejar todo arriba del escenario.
Se trató de un show en el cual el metal lobense sacó a relucir todo su poderío y su poder de convocatoria de un modo formidable.
En total, estimaron los flamantes anfitriones, por lo menos fueron 300 las almas que se acercaron para vibrar con las sinuosas líneas de bajo de Juan Pablo Albanessi, observar el furioso destello de las guitarras de Martín Salvatierra y David Casas, y explotar con cada golpe de los palillos de Matías Grassi.
La tarde, que fue única por cierto, nació a eso de las 18:00 hs cuando los chicos de "Ofidio" de
"Fue verdaderamente tremendo, por momentos sentíamos que en vez de sangre nos corría electricidad por las venas", ejemplificó David Casas, sobre el privilegio que significó vivir el recital desde el escenario. "No tengo sencillamente palabras, todavía no salgo de la emoción", añadía a la vez Martín Salvatierra. Fue tanta la trascendencia y los elogios del Show, que a esta altura bien se puede decir que lo de estos muchachos es mucho más que sólo Heavy Metal, es Fortaleza... Y punto.
No sólo desde lo meramente musical se trató de un show único. También hubo momentos que brillaron por su emotividad acaso mucho más allá de lo que meramente propone un espectáculo como el que se invitó a ver. Uno de esos momentos fue el agradecimiento notable que tuvo el grupo para con todas las demás bandas que mostraron un acompañamiento más que destacable. Litio, Maybe y Vade
Retro, entre otros formaron parte de la larga lista en la que nadie de los que estuvieron quedó sin nombrar.
Pero más allá de lo anterior, el momento cumbre y que hizo emocionarse hasta los huesos a más de uno fue la balada que David Casas y su hermano Daniel le dedicaron a su abuela recientemente desaparecida. "Seguramente llegará el momento en que volvamos a estar juntos en el cielo y allí cantaremos..." rezaba el conmovedor estribillo del tema que terminó entre abrazos eternos de los integrantes de la banda.
Cronistas: Eduardo Bobbio- Patricio Contrera
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