28 de diciembre de 2019

2010-2020: El final de una década impensada

Siempre tuve como premisa que los posteos de este blog deben ser de interés público, y para que ello ocurra es necesario abordar temas que preocupan a la gente o que son motivo de debate. Me suele pasar que, habiendo transcurrido casi 15 años de la primera nota, cuesta no repetirse involuntariamente. Los primeros años me refería a cuestiones que me interesaban solamente a mí o un grupo reducido de personas. Pero eso fue cambiando, porque mis inquietudes e ideas son otras. Ultimamente me está costando bastante hacer un análisis político porque me siento un poco agobiado ante la cruda realidad: por momentos pienso que estos tipos son peor que Macri, y en otras ocasiones creo que Fernández está haciendo las cosas del modo correcto. La palabra "ajuste" seguirá existiendo en el léxico del argentino promedio aunque ya no sea mencionada por los medios masivos.

Es fácil hacer un ajuste cuando congelás las jubilaciones y exceptuás a los legisladores, judiciales, y diplomáticos. Ellos son los que más ganan, y parece que no hubo una decisión política de empezar desde cero, y que la ley sea igual para todos. Si te jubilaste con la mínima te dan un bono de 5.000 pesos, si ganás 1 peso más que el haber mínimo no te corresponde ningún beneficio. Por otra parte, hoy nadie va a ahorrar e invertir en un plazo fijo, porque las tasas de los bancos bajaron considerablemente. La pregunta que me hago es cómo le van a pagar la deuda al FMI y a los bonistas: está bien decir para la tribuna que no se va a pagar a costa del sufrimiento de la gente, pero la realidad es que estamos en un virtual default y bajo estas condiciones nadie invertirá un peso en el país.

¿Qué nos queda por decir sobre este 2019 que no hayamos dicho antes? Muy poco, tal vez. Y sin sonar contradictorios, también podríamos afirmar con propiedad que quedaron demasiadas cosas sin decir. Este no es un blog informativo, y los lectores lo saben, hay muy buenos sitios donde informarse y no me parece relevante crear uno más. Pero traté de ir relatando el pulso de la sociedad, desgranando lo que iba pasando y cómo reaccionábamos ante diferentes situaciones que en muchos casos eran inesperadas. Cambié hábitos que no me hacían bien, reconstruí amistades, forjé nuevos lazos, cumplí 40, casi la mitad de mi vida. Lo importante es ser protagonistas, no meros testigos contemplativos y pasivos de lo que ocurre. Y cuidar nuestra salud mental, porque el bocho tiene muchos vericuetos y hay que programarlo como si fuera un disco rígido.  

Durante estos doce meses escogí los hechos que concitaron mi atención y mi interés y los retraté buscando ser creativo, lo cual quizás no lo he logrado del todo. Ahora, cuando falta un día para que termine el año, creo que la decisión fue acertada. Hablar de música o de las costumbres de antaño, cuando la vida parecía más sencilla, no representa un escapismo, sino parte de la sentimientos que me surgen en contraste con el presente. Esto no significa que de vez en cuando no haya pinceladas de la realidad cotidiana. Al fin y al cabo, siempre es preferible lo heterogéneo a lo chato y acartonado. Ser consciente de lo que uno está haciendo (y esto incluye escribir) es fundamental para aportar claridad en lo que se pretende expresar. No sé cómo me encontrará el 2020. Todo tenemos un grado de incertidumbre ante "lo que vendrá", y más aún en un país como Argentina, donde no sabés con qué noticia te vas a despertar mañana. En mi caso, trato de no hacer conjeturas ni especulaciones y les recomiendo no hacerlas, porque depositar demasiadas expectativas en 365 días no conduce a ningún resultado. Hay proyectos que lleva toda una vida concretarlos y que no se pueden medir simplemente con hojas de almanaque. Hay sueños, ilusiones, esperanzas, que van más allá de lo temporal. Ojalá las metas más modestas y esenciales, como acceder a un trabajo, puedan concretarse en un país que está por concluir una década bastante desigual. Punto final. 

25 de diciembre de 2019

El día después de una Navidad bajo la lluvia

Los días post-Navidad, se caracterizan por una modorra propia de la semana corta que resta para llegar a Año Nuevo. Cuando digo "semana corta", me refiero a que con los asuetos a la administración pública, los días laborables se reducen considerablemente. Sin embargo, en mi caso yo no puedo hacer la plancha, tengo que seguir laburando aunque a veces me venza el cansancio que trae aparejado un año de trajín. Quiero culminar este ciclo de la mejor manera posible, porque ya no pienso tanto en los meses transcurridos, sino en qué fue lo que sucedió durante ese lapso, qué hice yo para mejorar mi calidad de vida, y para que las cosas cobren un sentido diferente. La vida no es un camino lineal, sino que está lleno de vericuetos.  Como he comentado en notas anteriores, algunas personas toman el comienzo de un nuevo año como un cambio de etapa, un renacer espiritual. Sin embargo, por más que caigan las hojas del almanaque, pueden transcurrir los años sin que se produzca el famoso "clic" en tu cabeza. Que es, ni más ni menos, que cambiar la forma de pensar. Cuando llegaste a los 40, es hora de que uno empiece a reenfocar, con otro prisma para ver la realidad. 

En tal sentido, estoy tratando de ser más tolerante ante ciertas cosas, lo cual no es sencillo por la naturaleza de mi personalidad. O en el mejor de los casos, permanecer indiferente ante situaciones que en otros momentos me alteraban más allá de lo necesario.

Conozco muchas personas que piensan como yo, a saber: nadie está exento de tener defectos, pero hay que tener una buena dosis de paciencia ante el soberbio y el arrogante, aquel que quiere llevarse al mundo por delante. Sería bueno que esos individuos se den cuenta de que todos tenemos la necesidad de ser respetados, por encima de cualquier situación económica o cuestiones de clase. Y los políticos... qué decir de ellos. Cada día estoy más convencido que de ellos no se puede esperar nada. Que los problemas que aquejan al país tenemos que resolverlos nosotros mismos. Las leyes que se puedan sancionar resultan sólo un paliativo. Pienso que vivimos demasiado pendientes de los ministros y legisladores, cuando puertas adentro no sabemos ordenar la economía doméstica. No sé, es un planteo medio tonto el que estoy haciendo, pero hay gente que gana buen dinero y se lo gasta todo en el Casino, por ejemplo. Y como hemos hablado en otra ocasión, estar endeudado en una condición terrible, porque la guita que cobrás se esfuma para cumplir con los compromisos que tenés con sus acreedores.  Podría extenderme más, pero llegó el momento de dormir para recargar las pilas. Buenas noches y punto final!

21 de diciembre de 2019

Pateando un hormiguero

Sábado por la noche en la ciudad. ¿Qué loco, no? Diputados y Senadores sesionando de madrugada para aprobar el megaproyecto del Ejecutivo entre gallos y medianoche, mientras durante el resto del año se rascaron a dos manos y el común de la gente está más preocupada de otras cuestiones más propias de la vida cotidiana. De más está decir que este año no me iré de vacaciones a ningún lado, algo que no me molesta porque tengo que adaptarme a esta nueva realidad. Tengo otros gastos más urgentes antes que tomarme un descanso que puedo hacer en mi casa. Hoy en Lobos, después de la hora de la siesta, parecía que había "pateado un hormiguero": hubo un flujo incesante de gente por las calles del centro, haciendo compras en los negocios, buscando el tradicional regalo navideño para sus seres queridos o familiares.Los cajeros automáticos colapsaron, porque la demanda superaba a la cantidad de plata que tenía disponible cada máquina. Por supuesto, este escenario no fue de la intensidad de hace diez años, cuando el consumo registraba marcas históricas, porque había plata en la calle y la gente gastaba sin dudarlo demasiado. Las compras de este 2019 son más selectivas, de hecho en los supermercados, los lobenses compraban la mercadería habitual para las Fiestas, pero con un criterio más racional porque no estamos en una época que permita tirar manteca al techo. 

Fue muy curioso lo que acabo de describir, porque me encontré con amigos y conocidos que no suelo ver habitualmente, algo parecido a lo que me sucede cuando hay elecciones y aparecen entre los pasillos de las escuelas vecinos que aprecio, pero que no tengo oportunidad de ver asiduamente. Esto suele pasar porque ya no viven en Lobos pero tienen domicilio acá, por lo tanto también votan en nuestra ciudad. 

Tengo esperanzas de que se reactive el mercado interno para poder salir de la malaria en que nos encontramos sumidos, pero tampoco veo con agrado que el peronismo haya reclamado "superpoderes" ni bien asumió, bajo el argumento de declarar la emergencia económica y alimentaria. La Constitución concede amplias facultades al Presidente como para que se le otorgue más poder con una reforma que no se discutió en profundidad porque lo que prevaleció fue convertirla en Ley cuanto antes, casi sin leer lo que se estaba votando. Así como el macrismo se fortaleció con el famoso "se robaron todo" y Lázaro Báez revoleando bolsos con dólares, ahora es el kirchnerismo quien habla de "tierra arrasada". Parece ser que cuanto peor estemos, mejor para ellos, porque constituye un pretexto para avanzar con nuevos impuestos, modificaciones en la movilidad jubilatoria, tratando de poner un huevo en cada canasta. No es algo nuevo: de hecho, Macri lo hizo pero sin necesidad de este artilugio legal, ya que aumento las tarifas a niveles exorbitantes con la sola formalidad de convocar a una audiencia pública que no sirve para nada. No le podés hablar de déficit fiscal a la mayoría de los asalariados que se vieron empobrecidos por una política económica errática y poco efectiva, porque ni siquiera con el desembolso del FMI se logró paliar el déficit, sino que esa guita se destinó a contener la escalada del dólar en los bancos y casas de cambio. Y los monotributistas como yo, aunque sea una obviedad, no cobramos aguinaldo, sino que facturamos según nuestros ingresos. 

Esto recién empieza. Enero promete ser un mes picante, ya con un Presidente "blindado" con las facultades que le otorgó el Congreso al sancionar este esperpento de Ley. Ya habrá más novedades para este boletín. Punto final. 

19 de diciembre de 2019

2020: No quieras llegar al destino sin pagar los peajes

No está bueno "vivir del pasado". Sin embargo, sólo mirando el camino transcurrido te das cuenta de lo que hiciste, y de aquello que no pudiste lograr. Podés tener una visión real de dónde estás parado.  Llegamos al último capítulo del año estresados y cansados en la mayoría de los casos, pero si miramos los 11 episodios previos, veremos que el esfuerzo no ha sido en vano, y que seguramente hemos conseguido más logros de los que pensábamos. Me refiero a todo lo relacionado con la realización personal, con sentirnos plenos, despojados de los prejuicios o apariencias. La vida se construye en base a metas que debemos ir sorteando, conforme la edad, o etapas que consideramos superadas.

Es similar a una carrera de obstáculos: no todos los competidores llegan al final, ni tampoco todos lo harán sin derribar ninguna valla. Yo ya dejé de ser tan exigente conmigo mismo, sé lo que debo hacer pero si no puedo alcanzar ese anhelo, será cuestión de barajar y dar de nuevo. El éxito es subjetivo y solamente el propio individuo podrá determinar si al final del partido hubo un ganador.

Se está discutiendo hoy en el Congreso, un "mega paquete de medidas", que son las que nos condicionarán durante los próximos 4 años. Ya sin financiamiento externo, el Gobierno necesita "hacer caja" como sea para paliar la crisis social. El problema es que este engendro atraviesa diversos ejes más allá del impuesto para la compra de dólares, como por ejemplo los haberes de los jubilados. Sobre todo, se verán afectados quienes están próximos a jubilarse y que en el futuro recibirán una magra cosecha después de 30 años de trabajo. Por todo ello, no es un diciembre más. El próximo test que deberá aprobar Fernández es el índice de inflación. Si los precios siguen subiendo, y le dan rosca a la maquinita de hacer billetes, estamos en la misma receta de los últimos años K, que distan de ser los mejores. Diputados y senadores cobran jubilaciones exorbitantes, mientras el resto de la clase pasiva tiene que comer, pagar los servicios, comprar remedios, y muchos más, con $ 19.000. Imposible llegar a fin de mes con un escenario semejante, incluso teniendo en cuenta el bono de $ 5.000 que Anses va a otorgar a los que cobren la mínima. Esta Ley de Emergencia desalienta la incorporación de nuevos trabajadores, pero pese a ello es necesario poner el cepo de la Doble Indemnización para evitar más despidos. Un verdadero cuello de botella. Los productos con insumos importados se encarecerán. La intención es fortalecer el mercado interno, pero dudo que esas medidas sean las más adecuadas. No se puede hacer cirugía mayor a un paciente que está en coma. 

Así las cosas, y mientras otra ola de calor se cierne sobre la ciudad, con los ya conocidos cortes de luz, sólo resta esperar a que un nuevo ciclo traiga consigo nuevos desafíos por cumplir. A prepararse para lo que venga. Punto final. 


17 de diciembre de 2019

La búsqueda de un camino correcto lleva tiempo

Nada es gratis para la economía doméstica: el Fisco comienza a apretar con un complejo entramado de impuestos de todo tipo para financiar el gasto público. Es cierto que se aumentarán las jubilaciones mínimas con un bono especial, pero la plata hay que sacarla de algún lado, y qué mejor entonces que establecer gravámenes a todo lo que se considere "de lujo", aunque en realidad no es tal. La compra de dólares ya había sufrido un cepo que ahora se hace más estrecho. Como hay muchos productos importados que el país no puede producir, esto se traducirá inevitablemente en un aumento de precios. Por supuesto, algo había que hacer, pero el impacto de estas medidas es aún impredecible. 

Mientras tanto, vamos transitando la mitad del último mes del año, y trato de tomármelo con tranquilidad, de pensar en todo lo que logré y no tanto en lo que me falta conseguir. Porque si fuera así, a cualquiera el balance le daría "en rojo". Creo que a veces nos castigamos demasiado con este ejercicio mental, que no aporta mucho más que nostalgia. Es momento de no proyectar metas imposibles de cumplir, de tener aspiraciones modestas pero no por ello menos importantes. Cuando cambiás la formas de pensar, también cambia el modo en que te relacionás con el entorno. Y es un proceso necesario, porque si no te quedás estancado siendo alguien que ya no sos vos. 

Si nosotros logramos darle la dimensión justa a cada cosa, la vida va a ser un camino más fácil y agradable. Lo cual no es poco decir, porque el único camino que conocemos es éste y lo que viene después es un misterio. Desde luego que no es fácil, pero antes de quejarnos por tonterías, reflexionar unos minutos y decir: "¿Esto realmente vale la pena para que yo me preocupe?", es una herramienta útil. Punto final. 

14 de diciembre de 2019

Declaración de principios (y finales)

Nunca fui oficialista ni opositor, siempre me mantuve en un punto equidistante, pudiendo rescatar, como ser racional que soy, las medidas acertadas de un gobierno de aquella que nos condujeron al desastre. Y esto no tiene que ver solamente con ejercer el periodismo, porque en rigor de verdad hay pocas cosas que me despiertan fanatismo. Son afín a algunas posturas progresistas, pero no estoy totalmente de acuerdo con ellas. Así como critiqué a Macri por lo que hizo o dejó de hacer, pienso hacerlo con Fernández si no muestra señales claras de querer mejorar nuestra calidad de vida, que es la de todos los ciudadanos. Trato de evitar discusiones de índole política, no porque le tema al debate, sino porque creo que ni la otra persona ni yo cambiaremos nuestra manera de pensar, por lo tanto es al pedo perder el tiempo en una mesa de café con el "diario del lunes". 

Pasar hambre o no tener dónde vivir, en un país que se jacta de muchas cosas, es totalmente inmoral, y me opongo a cualquier político que nos lleve a esa dirección. Que una empresa como Zanella, que pasó por todas las crisis, esté quebrada y venda sus bienes en una subasta, es muy doloroso. Más aún por los trabajadores que quedaron en la calle. Si vos pregonás Pobreza Cero y te vas con un 40 % de la población que no le alcanza para comer, algo no funciona bien. Ni siquiera Menem destruyó tanto en tan poco tiempo. El liberalismo o neoliberalismo no se acota a lo meramente económico, sino que atraviesa todos los ejes, y es algo que los que se dicen liberales en la Argentina nunca entendieron. Un tipo como Alsogaray, por ejemplo, era lo más reaccionario que se puede imaginar. Imaginate que estás con el agua al cuello, y alguien te tira un salvavidas, ¿no lo vas a agarrar? Pues bien, es lo que está pasando ahora, buscás quien te saque a flote pero no sabés adónde te va a llevar. 

¿Y qué pasa con los medios? En la TV actual, abundan las sonrisas, los comentarios más crueles y carentes de sutileza, y el morbo elevado a la máxima potencia. Todo esto, claro está, no apareció de un día para el otro, pero uno que vive el día a día rara vez se pone a reflexionar en lo bajo que hemos caído. No hablemos ya de programas culturales, porque a mí también me gusta reírme de boludeces o engancharme viendo un videoclip. Tampoco me interesa asumir una actitud moralista, porque esto va más allá de la moral. Entra en juego el hecho de que nos toman como estúpidos y que nos pueden vender cualquier cosa, como para que no pensemos demasiado. O razonamientos simplistas. Sin embargo, hoy por hoy se destina más tiempo a las redes sociales que a la radio o la tele. 

Entran a jugar otros factores: la television analizada como entretenimiento de las masas. La búsqueda de seducir al televidente con recursos miserables y vergonzosos. La falta de oportunidades que tenemos para ejercer un pensamiento crítico, para no dejarnos engañar por las luces de colores.

Cuando uno es consciente de que está consumiendo un producto comunicacional de baja calidad, tiene al menos algunos puntos a favor para ir separando la paja del trigo, porque no es lo mismo la BBC News que Crónica TV. Punto final. 

13 de diciembre de 2019

Cambio de época: Fernández y CFK regresaron al poder

¿Qué nos pasa a los argentinos, que nos hemos convertido en un mar de frustraciones colectivas y no podemos salir a flote? No podemos despegar, estamos siempre volando bajito para subsistir y pucherear. Los que veían a Alberto Fernández como el salvador de la Patria, deberán esperar por lo menos dos años para que la economía se reactive. Eso sucederá, claro está, si nuestros legisladores se despiertan de la siesta eterna y aceptan sesionar el paquete de medidas que seguramente tiene previsto el Presidente.

Mientras, tanto, la "jaula" se empieza a abrir para los presos K, tal como se preveía, y se viene un revanchismo judicial por el cambio de época. No es descabellado pensar que varios funcionarios de Macri puedan ser procesados en el futuro. Lo que sí es cierto, es que hubo un abuso de la prisión preventiva en supuestos delitos de corrupción, cuando el imputado no tiene peligro de fuga ni motivos que entorpezcan el proceso. Fernández habló en su discurso ante el Congreso de persecución judical y linchamiento mediático, término que le sienta muy bien a CFK, pero no se olviden de que ahora se dio vuelta la torta y por lo tanto, la pauta publicitaria volverá a  repartirse entre los amigos de turno, no importa que tengan un pasquín de cuatro páginas o un canal de cable que no lo mira nadie. No me cabe duda de que, hablando en buen romance, se van a cobrar varios asuntos pendientes con el macrismo. 

Así es como Macri ya es historia, si es que la historia le guarda algún lugar de memoria en un infinito arcón de recuerdos inútiles. Hubo mayor institucionalidad, y un intento por bajar el déficit fiscal, pero si la gente no tiene para comer, las buenas intenciones poco importan, con una espiral inflacionaria que no dio tregua, sobre todo en los últimos dos años. Es de destacar que la transición se dio en un marco de normalidad que, precisamente por vivir en la anormalidad y el sobresalto, nos resulta extraña. Macri hizo y deshizo, perdió y se fue a su casa. Ahora es el turno de Alberto, y hasta tanto no vea medidas concretas en beneficio que quienes más las necesitan, no puedo trazar un pronóstico. Está en su fuero íntimo tener amplitud de criterio y no quedar sometido a ser un mero títere de Cristina. Punto final. 

9 de diciembre de 2019

Ola de calor versión 2019

La semana comenzó complicada. Estamos atravesando una terrible ola de calor en la ciudad, que seguramente se prolongará por dos días más. Aunque no soy muy amigo de la pileta, hoy me metí como cuatro veces a la Pelopincho porque me agobiaban las altas temperaturas. Fue difícil de tolerar, y esto recién empieza en el marco del verano en ciernes. Por supuesto que uno sabe que es propio de esta época, pero aún así es inusual que se manifieste de esta manera. Pese a todo, traté de mantenerme activo para cumplir con las obligaciones diarias. Grabé un nuevo programa de la tele, pagué cuentas, hice una pasada fugaz por el bar para tomarme un café, y aquí estoy. Cae la noche, y con ella, el alivio tan necesario.Un alivio meramente transitorio, ya que hasta el miércoles no tendremos respiro, por lo cual habrá que refrescarse e hidratarse como sea. 

Mañana, 10 de diciembre, asumen las nuevas autoridades elegidas por la voluntad popular: Consejeros Escolares, Concejales, Intendente y sus secretarios. Creo que será un día largo y tedioso, ya he cubierto anteriormente este tipo de protocolos y estoy acostumbrado a lidiar con ellos. Es un acto formal, que en definitiva debe hacerse más allá de los ocasionales triunfadores. Como al común de la gente este tipo de material periodístico no le interesa demasiado, voy a hacer la cobertura de rigor pero sin extenderme más allá de lo razonable. Me ha pasado en otras oportunidades que desgrababa muchísimo y en rigor de verdad, Internet es un medio que requiere de un gran poder de síntesis.Lo que más atrae son las fotos, si podés ubicarte en el lugar adecuado y captar el instante preciso. En ese sentido, muchas veces la cámara de los celulares más modernos nos facilitan enormemente la tarea. Punto final. 

7 de diciembre de 2019

Cuando lo simple encierra una belleza que desconocemos

Con un presupuesto forzosamente acotado, en las largas tardes de verano cuesta salir de la monotonía. Escuché el discurso de Macri por Cadena Nacional, que fue la viva imagen de la derrota de un modelo que nos sumió en la miseria. A mí me tiene sin cuidado que digan que tal o cual gobierno es populista, creo que nos hace falta un serio debate ideológico para saber de qué estamos hablando. Ver a Alberto Fernández como un tipo con un aura mesiánica, que viene a salvarnos del infierno, tampoco resulta muy prometedor. Él encarna el neokirchnerismo, que es diferente -al menos en las formas-a aquel que gobernó entre 2003 y 2015. Nadie cree ya en "la década ganada" y en todos esos eslóganes estúpidos que enarboló Cristina. Al menos, en esta instancia los futuros ministros parecen no contar con un prontuario tan frondoso como en la primera versión del kirchnerismo que supimos conocer. Por supuesto, la mayoría de la gente no es ingenua y se baraja la posibilidad de que Alberto sea un "títere" de CFK, algo que él mismo deberá desterrar del imaginario colectivo con decisiones firmes y autónomas. Lo más urgente, es que el clima de la sociedad cambie, que no vivamos en este estado de constante alteración y bronca contenida hacia un tecnócrata que no hizo nada por el país. Macri no fue elegido presidente por lo que ostentaba su figura, sino por el espanto a volver a los 12 años K. Quizás la historia lo juzgue de un modo diferente, como sucedió con Alfonsín, y dentro de unos años se tenga otra valoración de su mandato. Es difícil predecirlo o pronosticarlo. Cuando las aspiraciones de la clase media comienzan a verse cercenadas por una realidad incontrastable, es el principio del fin, porque no hay recoveco por dónde puedas escapar.

Trato de mantenerme alejado de los grandes diarios o de las noticias nacionales, a veces echo un vistazo por Internet pero hace años ya que no compro un diario en papel, ni pienso hacerlo. Al igual que la gente tal vez entra en este blog a ver qué onda, a mí me atraer visitar lo que otros blogueros tienen para ofrecer. Muchos se vuelcan hacia la literatura por este medio, y hay creaciones realmente admirables, y eso sí es un anhelo de la mayoría, salir de la burbuja del ciberespacio y poder publicar en formato papel. Para ello, en el común de los casos, se necesita de un subsidio que financie la publicación, y de un puñado de amigos y allegados que estén dispuestos a pagar por un ejemplar. Punto final. 

5 de diciembre de 2019

Caballo manso

Aprendí a ser más tolerante ante ciertas situaciones incómodas que me alteraban o me generaban malestar. Hay que bancársela muchas veces, sobre todo si notás que las quejas o reclamos que hacés son recurrentes, y por otra parte no está en tus manos resolverlo. Hoy puedo decir esto porque me siento tranquilo, pero es difícil de sostener en el tiempo. La crisis, sumado al ritmo de vida que tiene cualquier asalariado de medio pelo, nos rompe la paciencia. Pareciera que lo único que hacemos es sacar plata de los bolsillos para parar la olla todos los días. Por supuesto que vivir de esa manera pone de malhumor a todos, además de que no hay un peso en la calle. Cuando sos adolescente, si tenés la suerte de contar con una familia que no necesita que trabajes precozmente vivís en una burbuja que poco tiene que ver con la realidad. Ven? Me estoy quejando de nuevo, es más fuerte que yo. Es que hay que entrenar el bocho para alcanzar un poco de paz interior, otorgándole a cada cosa su verdadera dimensión e importancia. Las veces que me tocó estar enfermo, sobre todo este año que me agarró una gripe muy fuerte, me di cuenta de que sin salud, no hay nada que pueda hacer, todos los libros, programas de radio o de TV, no te interesan porque estás peleándola para sentirte sano. Sin salud no podés laburar, o lo hacés mal, que es lo mismo que nada. Por eso yo estoy tratando de dejan que muchas cosas me chupen un h... para dedicarme a cuidar de mí y de mis seres queridos, que es lo único que realmente mi importa. 

Como les mencionaba, entrenar la mente para ponerla en stand by no es tarea sencilla, pero se entiende como una manera de no dejarte llevar por la locura de una sociedad cada vez más desquiciada, en particular la gente sin carácter que vomita todo su odio por las redes sociales, como si fueran a resolver algo de ese modo tan infantil. Punto final.

1 de diciembre de 2019

La última hoja del almanaque ha llegado

Cada mes comienza un nuevo capítulo, con la particularidad de que éste es el último. Ya no quedan más hojas por arrancar del almanaque. Llegamos a diciembre. Y es natural que te preguntes si pudiste concretar algunos de los objetivos que se planteaste aquel 31 a la medianoche cuando el cielo se iluminaba de fuegos artificiales y levantabas la copa para brindar con tu familia. Cada uno tendrá su propia percepción del tiempo, para algunos el año ha pasado rápido y para otros se hizo agotador y estresante. De más está decir que existen hechos que no podemos manejar y que están fuera de nuestro alcance, pero que afectan nuestra calidad de vida. Lobos no es la excepción a lo que estoy tratando de explicar. Han ocurrido cosas que fueron motivo de sorpresa, por lo insólito, por lo atroz, o por lo inesperado. Nos estábamos acostumbrados como pueblo chico, a que se produjeran homicidios, femicidios y violaciones. A la rutina, casi diaria, de accidentes en lo que chocan autos con motos y el considerable gasto a la salud pública que se podría evitar con precaución y sentido común. Parece ser que las campañas de tránsito son ineficaces o inútiles, algo no funciona bien. Si vos vas al Hospital porque te sentís enfermo, estás haciendo un uso responsable del servicio de salud. Pero si vas sin casco y chocás contra un auto, hay un montón de profesionales que deben abocarse a que puedas recuperarte a causa de tu propia negligencia. 
2019, año duro para la mayoría, si hablamos del contexto socioeconómico. Yo lo padecí, porque mi rentabilidad o ganancia se vio resentida en estos 4 años de zafarrancho macrista. Lo cual, claro está, no quiere decir que los que están por venir sean mejores. Eso lo dirá el tiempo, y no quiero hacer futurología. 

¿Cuánto vale una sonrisa, un beso, un abrazo, compartir unos mates? En esta sociedad chota, donde todos vivimos a mil, no prestamos atención a nuestros seres queridos, hasta que ya es demasiado tarde. Lo mismo sucede con los amigos. Yo tengo amigos que no veo hace tiempo, pero sé que están de mi lado y que el afecto es mutuo. Como diría Charly García, son aliados. Si viven lejos, trabajan muchas horas, o lo que fuere, eso no quita que sigan siendo mis amigos. Y si tenés un primo que vive en el medio del campo o quizás en Europa (quién sabe), lo mismo da. 

Es jodida la distancia con los afectos. Internet ayudó a acortar un poco ese abismo, pero el contacto personal es irremplazable, siempre lo he sostenido así. Un mensaje de WhatsApp puede ser muy seductor, pero no es nada más que eso. Por supuesto, si tenés un amigo o un familiar que vive en Tierra del Fuego, no le vas a pedir que se tome un vuelo de Aerolíneas para juntarse en un bar de Lobos. La experiencia me dice que Internet es un paliativo para la distancia, el problema es cuando se pretende construir un vínculo "desde cero" a partir de la Web. El chateo con personas desconocidas es una boludez que no sirve ni aporta nada, a menos que sea por motivos laborales. Tengo un amigo en Puerto Madryn que quizás venga de visita a Lobos para las Fiestas. Una excelente noticia, tomar un café en un bar, desandar esas calles que parecen olvidadas, o lo que sea, no tiene precio. Punto final.

30 de noviembre de 2019

Ultimo día de noviembre de 2019

A veces me pongo a pensar cómo era yo cuando inicié este blog, en 2005. Digo esto porque observo que otras personas han cambiado, y a veces se hace una apología del cambio, del movimiento. Creo que uno debe cambiar solamente cuando no se siente a gusto en la situación en que está. Por ejemplo, si te cansaste de trabajar por un empleo mal pagado, si estás harto de ver siempre las mismas caras, o quizás simplemente querés "cambiar de aire".
Este año, todos los textos que ustedes pueden ver aquí han sido escritos por mí. No ha habido colaboraciones o aportes de terceros, y me he sorprendido a mí mismo al advertir que he escrito más de lo que pensaba, motivado por la coyuntura política y por hechos de estricta actualidad a los cuales no podía permanecer ajeno. Actualizar este modesto blog no lo tomo como una tarea tediosa o como algo forzado, me siento bien haciéndolo. El día en que ya no tenga motivación para seguir escribiendo, dejaré el blog en "stand by", lo cerraré, o lo que sea.

Hoy (sábado), si todo sale bien, iré al gimnasio. Es interesante observar a la gente que concurre allí. Muchos van para tonificar su cuerpo y sentirse mejor, otros sólo buscan "levantar kilos". Sumar cada vez más kilos, tanto en los distintos aparatos que componen el gimnasio como en las pesas o mancuernas. Algunos van vestidos como si fueran a competir en el Mundial de Fisicoculturismo, con muñequeras, rodilleras, zapatillas especiales, y accesorios caros. Otros van simplemente con ropa cómoda para hacer ejercicio, tal es mi caso. Cuando voy al gimnasio, trato de concentrarme en mi rutina y de no complicarme la vida para aumentar el peso de un determinado ejercicio. Si considero que lo puedo hacer, mucho mejor, pero no me desvela. Me gusta la sensación de cansancio luego de haber hecho algo por mí. Correr 15 ó 20 minutos en una cinta, es algo bueno para olvidarse por un momento de las preocupaciones cotidianas. En fin, cada uno llega con un objetivo definido y se dedica a cultivar ese propósito. Lo importante es no dejar de ir, siempre que tus recursos económicos lo permitan. Para ello se requiere un mínimo de voluntad, y quizás por eso el gimnasio me sirve como manera de medir mi capacidad de asumir un compromiso con una actividad fija. Sin embargo, nada se obtiene si esfuerzo y sin incorporar hábitos que contribuyan a que vivamos mejor. Punto final. 

29 de noviembre de 2019

Hacer cosas imposibles es posible

Hola amigos, buen viernes para todos. Cálida jornada la de hoy, luego de varios días que poco coincidían con la temporada estival. Empieza a pesar en el común de los casos el cansancio al momento de entrar en la recta final del año. Si tuviera que recapitular lo que fue 2019, diría que pasó un poco de todo, llantos y sonrisas, porque cada ciclo que transitamos es como la vida misma. Es imposible imaginar o un año, ni siquiera una semana, en que todo salga de diez. Siempre hay situaciones que nos incomodan y nos ponen a la defensiva, porque la mejor defensa es el ataque, suelen decir. En el plano personal siempre trato de superarme. Sé que tengo mis limitaciones y no hace falta que alguien me las haga notar porque lucho con ellas. Me esfuerzo por ser creativo aunque a veces no haya demasiado margen para serlo.

Pero lo más importante, que me cuesta más de lo imaginable, es la capacidad de adaptarse a situaciones adversas. Cuando ando mal de guita, por ejemplo, tengo que ajustar mi presupuesto y mis gastos, barajar y dar de nuevo. Y es en ese escenario cuando no te podés adaptar, porque uno se resiste a mantener un determinado estilo de vida que se cae a pedazos por la crisis que estamos atravesando. No creo en soluciones de corto plazo, de manera que no queda más remedio que asumir que esta situación llevará, como mínimo, dos años para revertirse. Mis ingresos son por publicidad en el diario digital, y sabido es que en épocas de recesión, los avisos, las rifas, y todo aquello que un comercio considere un "gasto", quedan fuera de juego. Así estamos, así estoy. Peleándola a los 40 años como si tuviera 20, sin terminar de comprender qué fue lo que pasó en todo este tiempo. 

Si bien, como ustedes saben, me fascina la música, también aprendí a disfrutar del silencio. Dejar que los segundos transcurran sin sonido alguno, o escuchando el ladrido de algún perro vecino. Me gusta tirarme en la cama mirando al techo y pensar en boludeces, o en ideas para escribir un texto. Es mi cable a tierra cuando me siento un poco agotado. Le estoy agradecido a la vida, porque me dio unos padres que me apoyan en todo. Y que no soy condescendientes, sino que me marcan mis errores. Pero por sobre todas las cosas, nunca me faltó nada: ni comida, ni ropa, ni educación. Y todo eso se lo debo a ellos. 

Luego llega el momento de empezar a recorrer el propio camino, hay que buscar trabajo, y es entonces cuando nos enfrentamos al mundo "de verdad". Cuando descubrimos que hay gente que te caga, te forrea, o que hace todo para que no progreses. Y es entonces cuando tenemos que imponernos, no en base a la violencia, sino mostrando que hacemos un trabajo de calidad. De esta manera nos diferenciamos de los mediocres y podemos desplegar nuestro verdadero potencial. Podrán envidiarnos, pero no quitarnos nuestras capacidades y aptitudes. Es difícil conseguir trabajo hoy en día. Siendo un adulto, los intereses de mi generación son muy diferentes a los de la actual, lo cual es lógico porque hay una edad para cada etapa de la vida. En los últimos añosel desempleo se ha incrementado considerablemente, y los chicos que recién empiezan tienen que hacer laburos basura porque la plata no alcanza  hay que parar la olla en la casa. Antes por ahí podías meterte en un estudio contable, o trabajar en una oficina. Es la percepción que yo tengo, no estoy seguro de que sea así. Lo que sí puedo afirmar es que soy Perito Mercantil y nunca me dediqué a nada relacionado con los números o la contabilidad. Pero así se dieron la cosas. Punto final.

27 de noviembre de 2019

Un testamento espiritual

Detrás de todo lo que hacemos, está el deseo de trascender, que no es hijo de la vanidad sino de la naturaleza humana. Somos polvo en el viento. Pero antes del fin, sentimos que queremos dejar algo, para la posteridad, para nuestros hijos, un grano de arena que perdure hasta que se desvanezca en el aire. Me fastidia que haya gente que no tenga ese anhelo, o que niegue tenerlo, porque el motor que nos impulsa a seguir es convencernos de que algo de nosotros perdurará en este puto mundo, cuando en un instante la luz se apaga definitivamente y ya dejamos de ser personas. Todos tenemos mañas, tics, defectos, rollos mentales, porque crecimos en una sociedad que nos llevó a complicarnos cada vez más y a distraernos de lo que realmente es la vida. Hay gente que sueña con viajar a Europa, otras con ir a un recital de rock, y algunos tenemos aspiraciones más modestas, como tratar de entender qué rol tenemos en este desquicio que se ha convertido la humanidad, cómo escapar de la lucha por sobrevivir para dejar de lado esa angustia y sumirnos en la calma y la tranquilidad de degustar cada día como si fuera una aceituna para luego escupir el carozo. 

La mejor función de cine que existe es admirar el atardecer, ver como el cielo se va tiñendo de rojo para dejar que el sol caiga mansa y perezosamente en el horizonte. No tiene sentido que te preguntes para qué estás aquí (en este mundo), porque ya estás aquí. Aprovechá el viaje porque es corto y te vas a encontrar con muchas dificultades, que te obligan a tomar decisiones dolorosas y cruciales. Te tocó nacer en un puntito perdido en el mapa llamado Lobos, pero eso es lo que te diferencia del que vive en Cruz del Eje, por decir algo. Podés devorar kilómetros en la autopista pero, sin darte cuenta, siempre vas dando vueltas en el mismo lugar, ello se percibe cuando aprendés a reconocerte en el otro y ver que es la imagen del espejo, deformada, un espejo roto pero real. Tan real como la vida misma. Punto final. 

24 de noviembre de 2019

Conviviendo con 2020: el futuro llegó hace rato

Domingo por la noche en la ciudad. Este fin de semana hubo numerosas actividades culturales, lo cual me lleva a pensar en una falta de planificación, ya que hay findes muy pobres y otros como éste con casi 10 eventos que a una persona que se maneja por su cuenta y sin empleados como yo le resulta imposible cubrir. Más aún si los horarios se superponen. Pero bueno, lo más importante es que los lobenses en general los puedan disfrutar, dado que la mayoría de ellos eran gratuitos. Cuando alguien hace una exposición o presenta un libro, lo más habitual es que concurran familiares y amigos del artista, y no público en general. Por eso hay que jerarquizar estas actividades para ampliar el espectro hacia todos quienes se muestren interesados en salir de la monotonía pueblerina.

Me pongo a pensar en lo poco que falta para terminar este 2019, y casi inevitablemente me incita a reflexionar en lo que pude concretar y aquello que quedó en el camino. Realizarme profesionalmente es algo que voy logrando de a poco, sin bajar la guardia, con los altibajos lógicos de un ciclo que se presentó complicado. Por lo general, es en octubre o noviembre cuando te cae la ficha de que el año se termina, y al caer el telón quedan sepultadas buena parte de las expectativas o deseos que nos propusimos como metas cuando brindamos el 1° de enero. Es así, amigos, quien lo niegue quizás no lo quiera reconocer, pero el ser humano es bastante básico en ciertas cuestiones. Por eso sostengo que hay que tomar el 2020, como diciendo "a ver qué onda", sin grandes aspiraciones que sabemos que no podremos cumplir, o que no dependen 100 % de nosotros. Por supuesto, como la mayoría de ustedes, quiero creer que 2020 será un buen año. Pero no me puedo convencer de algo en lo cual no tengo indicios suficientes. 

Recuerdo cuando estudiaba Periodismo en Buenos Aires, y cómo ansiaba regresar a Lobos los viernes, apenas terminaba de cursar. No sé por qué, pero nunca conviví con la bohemia de Baires, con sus boliches, etc. De hecho, creo que la última vez que viajé a Buenos Aires fue en 2017, a pasear y comprar boludeces, cuando todavía se podía hacerlo. En aquel momento el pasaje de la combi salía 30 o 40 mangos, y hoy cuesta más de 100. Tiempos de cambio...
Con mi familia, cuando se puede, acostumbramos ir al Conurbano, a los shoppings de Lomas o de Canning, a los hipermercados...queda mucho más cerca de Lobos, no tenés que pagar infinidad de peajes, y encontrás casi lo mismo que en cualquier shopping de Baires, con la diferencia de que no hay tanta marginalidad alrededor. De todos modos, con la suba de la nafta es cada vez menos frecuente que viajemos. 

 La verdad es que no extraño a Buenos Aires, me parece una ciudad al borde del colapso, muy distinta a la que yo conocí allá por 1997. Es curioso pensar que mucha gente se quiere ir del loquero, y otros van (sobre todo estudiantes) para cumplir diferentes propósitos. Hay muchos porteños viviendo en Lobos, y los reconocés al toque por la forma de hablar, de actuar, de comportarse... en fin, por todo aquello que la gente del Interior aborrece del porteño. Es frecuente verlos en algún bar conocido de la calle 9 de Julio e intentar comportarse como pueblerinos, pero  la impostación resulta en vano. Están acostumbrados a otro ritmo de vida.

Sin embargo, algunos de los recién llegados a nuestra ciudad, que están jubilados, aburridos, o son simples oportunistas, logran una aceptación social llamativa, sustentada fundamentalmente en el "verso" o chamuyo. Pero también es cierto que emprendimientos comerciales que ya no son novedosos en los grandes centros urbanos, arriban aquí como si fueran lo mas "cool" que uno pudiera conocer. 

 En fin, me voy a dar un paseo por el Centro, que seguramente debe estar dormido, casi como yo. Punto final. 

21 de noviembre de 2019

El reloj de arena se ha vuelto loco

Llueve torrencialmente en la noche de Lobos. Un fenómeno climático largamente esperado, luego de varios días de una humedad asfixiante. Hoy perdí mi tarjeta de débito, seguramente por una boludez mía, por no tomar recaudos. Tengo la esperanza de que se la haya "tragado" el cajero automático y que mañana, cuando vaya al banco, la pueda recuperar. Voy a esperar a que eso suceda antes de denunciarla como extraviada o robada, además de que te cobran un recargo por la reposición de la tarjeta. Hoy fue un día de relativa calma, aprendí a no darle mayor importancia a episodios como el que acabo de describir. A decir verdad, 2019 estuvo lejos de ser un buen año para el común de los argentinos, excepto aquellos que especularon con el dólar, los bonos de la deuda, y que viven de eso, se las rebuscan tratando de hacer una "diferencia" que al resto de la sociedad no le interesa, porque está más preocupada en conservar su fuente de trabajo y de llevar el pan a la mesa que de frecuentar a las cuevas y las financieras. 

A modo anecdótico, este año será recordado por el apagón masivo que afectó a todo el país. Fue el 16 de junio, Día del Padre, con casi 8 horas sin suministro que le rompieron la paciencia a cualquiera. Si tuviéramos un servicio de calidad, la gente no compraría grupos electrógenos para estas contingencias, porque en todo caso serían cortes esporádicos y no por mucho tiempo. También en 2019 padecimos una megadevalución que dejó a nuestra moneda como papel pintado, luego de que (sin el menor sentido común), el Presidente anunciara un acuerdo con el FMI con un mensaje grabado. Y en los días previos y posteriores a las PASO de agosto, el dólar volvió a dispararse, con el Banco Central quemando reservar para intentar contener la cotización del billete y apagar el incendio. 

Infancias destrozadas, pérdida de la inocencia y de la ingenuidad propias de todo niño: Hay muchos chicos en Argentina que se ven obligados a mendigar o a trabajar a una edad muy temprana en plantaciones de tabaco llenos de tóxicos, y en muchos casos hay padres inútiles e irresponsables detrás de este flagelo que mandan a sus hijos a trabajar mientras ellos derrochan el dinero o no contribuyen a la economía del hogar. Yo todavía no tengo hijos, pero siempre fui de la idea de que hay que pensar muy bien antes de traer un hijo al mundo. Una cosa es tener sobrinos o primos, y otra muy diferente es asumir la responsabilidad de la educación y crianza del pequeño. Además, las familias optan por tener cada vez menos hijos por el costo que ello trae aparejado. Desde que nacen, con los pañales, los controles pediátricos, los medicamentos, la ropa, los juguetes que todo chico quiere tener, la leche maternizada (creo que se llama así), son todos gastos que motivan una gran erogación en los primeros meses. Por lo general, las mujeres son las que sienten una natural inclinación a ser madres, es parte de su naturaleza, el cuerpo de la mujer está preparado para concebir un hijo. El hombre muchas veces lo ve desde otro punto de vista, lo cual no quiere decir que no vaya a amar a su hijo. La voracidad comercial hace que cada vez haya más productos orientados hacia los chicos, y no sólo juguetes: los chicos tienen su primer celular a una edad cada vez más temprana, y el consumismo hace que quieran una Playstation o una Tablet, en fin, ¿cómo explicarle a un chico que en esta sociedad capitalista el dinero no alcanza para todo? Cómo decirle que no a algo que se impone porque la TV lo promueve constantemente? No voy a ser tan ingenuo de pretender que los chicos vuelvan a jugar a la rayuela o a las bolitas, porque sería lo mismo que seguir sacando fotos en blanco y negro, el tema es detenerse a pensar un momento y ver si, en las últimas décadas, evolucionamos y involucionamos. En la era del descarte, donde lo que no sirve se tira sin pensar que al otro sí le puede resultar útil, es muy difícil alentar esperanzas. Punto final. 

20 de noviembre de 2019

No dejar de insistir es la clave del éxito

Miércoles de intenso calor en Lobos. Las altas temperaturas no dan respiro, y esto es sólo el comienzo. El sol abrasador nos hace transpirar de un modo inusual y tener que ducharnos con frecuencia cada vez que volvemos de la calle, 36 grados no es poca cosa, y es probable que debamos atravesar marcas superiores en los próximos días. Siempre el verano se adelanta un par de semanas, y es entonces cuando uno empieza a pensar en la falta de un plan serio de forestación en la planta urbana. La sombra de un árbol disminuye notablemente la temperatura, pero acá estamos acostumbrados a talar y podar sin control. Reemplazamos los plátanos que levantan las veredas, por especies minúsculas que son un esperpento. Y hay cierto sesgo exótico en algunos lobenses que insisten en plantar palmeras, me pregunto para qué. Son las tres de la tarde y estoy recluido en mi casa por los motivos antes mencionados, supongo que a las 18 o 19 hs saldré a cumplir con los quehaceres domésticos, no antes.

Yendo a asuntos más profundos, o al tema que nos convoca, creo que la clave del éxito es insistir. No ceder ante el primer intento, aunque haya que padecer la famosa "amansadora" en los despachos y oficinas de gobierno. No claudicar si un comerciante decide no darte la publicidad para el diario. Ahorrar lo poco que se pueda, con la convicción de que esta plata puede sacarte de un apuro cuando la necesites. Salir a caminar todas las veces que sea necesario para reducir de un modo natural el sobrepeso que tanto te molesta y te avergüenza. En mi caso puntual, si escribo una nota que no obtiene la respuesta esperada, puede ser porque el tema carece de interés o por diversos motivos, pero tengo la revancha de escribir otra que concite mayor atención. El comportamiento del lector no siempre es el mismo. Sacando las noticias policiales y los accidentes, todo lo demás que puedas producir como periodista está relacionado con el oficio que cada uno tenga para hacer que ese texto sea atractivo. Quienes me conocen saben que pasé por momentos difíciles, pero nunca bajé los brazos. Y si lo hice, fue solamente por un rato, para reponer fuerzas. Mi manera de pensar está íntimamente relacionada con mi modo de escribir, porque yo nunca he incitado a la violencia, ni al revanchismo inútil. Como muchos argentinos, tuve una dosis de esperanza cuando asumió Macri, pero el peso irrefutable de los hechos hizo que tuviera espíritu crítico, no estaba dispuesto a tragarme cualquier sapo. Ahora, con Fernández, sucederá algo parecido. Tengo expectativas, pero no le voy a otorgar un cheque en blanco. Esto que estamos viviendo llevará por lo menos 10 años en revertirse. Y vivimos en un país donde nadie quiere sacar los pies del plato, algo que ciertamente no ayuda. 

Por último, acá en Lobos espero que haya una voluntad de diálogo genuina, porque los años pasan y seguimos estancados. Que "alguien" haya hecho unas cuadras de asfalto no lo convierte en un superhéroe, es el deber del funcionario municipal invertir los dineros públicos en lo que se considere prioritario. Fijate que hay un policía en cada esquina, cámara de seguridad por doquier, y sin embargo a la gente le siguen robando. Hay que prevenir el delito, es decir, evitar que ocurra, porque los tiempos de investigación de las fuerzas de seguridad son lentos y hasta que la Fiscalía autorice allanamientos, hay que esperar más aún. Pensemos que 2020 puede ser mejor, pero basándonos en indicios concretos. Punto final. 

18 de noviembre de 2019

Si empezamos a producir, podemos dar vuelta la historia

Fin de semana largo en Lobos. Hubo muchas actividades para cubrir, pero no todas despiertan el interés de los lectores, sin embargo hay que estar en todos los lugares donde sea posible. La noticia no viene a vos, sino que vos tenés que ir hacia ella. Creo que los próximos meses serán decisivos para ver si podemos recuperar algo de poder adquisitivo, si la guita empieza a rendir un poco más. No es que Fernández y su séquito sean estadistas, simplemente es lo que se eligió, y llevará tiempo advertir algún cambio en nuestra calidad de vida. Lo más importante es que no haya más despidos del sector privado y que las industrias vuelvan a producir.  Como decía el sindicalista Barrionuevo, que dejen de robar por lo menos por dos años y se dediquen a gobernar, puesto que ya se enriquecieron lo suficiente entre 2003 y 2015. Y que el Papa y la Iglesia en general se dediquen a dar misas y nada más, no representan a todos los argentinos ni mucho menos, cada uno puede profesar la religión que desee pero las políticas de Estado no tienen nada que ver con eso.

No sé cómo serán los próximos cuatro años para Lobos. El cambio de signo político en Nación y Provincia condicionará lo que pueda ocurrir, aunque los más optimistas digan lo contrario. Por eso es necesario tener una gestión eficiente y generar programas culturales propios, ya que no todo el mundo puede irse de vacaciones o tomarse un descanso. Recién hoy terminé de armar la "Pelopincho" para refrescarme en los días sucesivos. 

Casi parece un posteo de despedida el que estoy redactando, pero no es así. Lo que ocurre es que de acá a diciembre todo puede pasar, los hechos son más imprevisibles de lo que pensamos. Pero hasta el momento da la impresión de que la transición no tendrá grandes sobresaltos. Cada cual juega su juego, y Cambiemos se despide del poder luego de 4 años de magra cosecha. No veo una mejora significativa en mi calidad de vida, sino todo lo contrario, por más que le puse ganas y voluntad. Macri fue una suerte de "experimento" en un país que recurre al peronismo como tabla de salvación, a veces con buenos resultados, y otras con poco de la doctrina que el General le supo inculcar a sus acólitos. Punto final.

14 de noviembre de 2019

Hacer un puente entre vos y yo

Jueves por la noche en la ciudad. Hay días que ya desde el vamos se presentan complicados, como si hubieran estado "mal paridos" . Pero el camino se hace al andar. Hoy grabé un nuevo programa para la tele, y es algo que me reconforta porque estoy metiéndome en un formato que no estaba acostumbrado a hacer. El primer programa salió al aire el 1° de mayo, y desde entonces se mantiene con una frecuencia semanal por la señal de RSO /Lobos Digital. Es un ciclo de entrevistas, y hubo situaciones en las cuales sentí que no le pude sacar todo el jugo al entrevistado o invitado. Cuando se enciende la luz roja de la cámara, por supuesto que es distinto a lo que no se ve, a la charla previa, probar sonido, y todo lo inherente a la producción.

Por otra parte, a veces trato de tener "cero expectativas", es decir, no esperar nada bueno ni malo de lo que sucederá. Es una manera bastante básica, pero efectiva, de dejar que la vida te sorprenda. Pero para ello es necesario controlar la ansiedad, algo que no me es nada fácil.

Mantener un blog, actualizarlo periódicamente y tratar de esbozar unas ideas que sean de interés es lo que me impulsa a seguir. En primer lugar, siempre tuve la convicción que lo haría por el placer que me da expresar mis pensamientos fuera de lo meramente periodístico. Es normal que haya temas que se repitan, relacionados quizás con la situación del país. Pero si se reiteran, es porque todavía esos problemas que mencioné hacen meses o años no han sido resueltos. Pasan los gobiernos y seguimos igual, lo único que falta es que cuando asuma Fernández, visto que el Poder Judicial ha dejado hace rato de ser independiente, “abra la jaula” para que recobren la libertad los presos K, que nos robaron no sólo guita, sino sueños, a todos los argentinos. 

Este espacio es un pequeño rincón que tengo para mí y que comparto con los demás, con perfil bajo como lo hice siempre. Mi gran anhelo es hacer una selección de las notas que –a mi modo de ver- sean las más logradas, para publicarlas en un libro.  Cuando esto desaparezca y vuele todo por los aires, quedará testimonio de que alguna vez en mi vida escribí algo fuera del periodismo. 
Si tengo que hacer una autocrítica, diría que tomé muchas decisiones equivocadas, o que me apresuré demasiado al hacerlo. Quizás por eso, noviembre es para mí un mes distinto a los anteriores, porque estoy tratando que no me afecten cosas que antes me angustiaban más de lo que merecían. De a poco voy retomando viejos hábitos que me daban placer, ya que me cuesta desenchufarme del laburo y me sigo maquinando hasta que logro dormirme. Procuro despejar mi mente de todo aquello que no puedo solucionar en un corto plazo. Tengo una familia que me apoya incondicionalmente, y eso es el mayor capital con el que puedo contar. Nunca me gustaron las tareas domésticas, como barrer los pisos o tener que lijar una puerta, pero comprendí que es una manera de colaborar para que la casa no se venga abajo, porque en casi todos los hogares siempre se rompe algo como consecuencia del desgaste natural de una vivienda. Además, quién te dice que algún día para ganarme el pan en la mesa tenga que dedicarme a hacer esas cosas, no se me cae el ego por eso. Nunca se saben los vericuetos de la vida, ni los apremios económicos que te llevan a rebuscártelas de un modo lo más digno posible para ganar el mango. 

Constantemente trato de ofrecer textos que sean amenos para leer. Nadie está obligado a compartir mis puntos de vista, por supuesto. Trato de evitar temas sensibles porque no me gusta que este espacio sea destinado a generar polémica. Buena parte de mis experiencias y de mis vivencias están plasmadas aquí. Pero como suele decirse, yo hago "un recorte de la realidad". No cuento todo lo que me pasa, no es un lugar para lavar los trapos sucios. No escribo para una persona en particular, sino para todos los que entren y quieran leer. Este blog es de libre acceso, como casi todo lo que está disponible hoy por hoy en Internet. De manera que yo preservo mi intimidad en el cyberespacio y sólo la comparto con personas de mi confianza. Todos nos hemos sentido defraudados en alguna oportunidad por gente en la que creíamos y confiábamos, lo más frustrante es cuando se trata de una puñalada artera en la espalda. Diría que la confianza es la virtud más difícil de construir, y que se logra con los años de mantener una conducta coherente, algo complicado de llevar a cabo cuando este país desquiciado nos obliga a reinventarnos y aguzar el ingenio para salir de múltiples atolladeros.  Punto final. 

11 de noviembre de 2019

A menos de un mes para que asuma el nuevo Presidente

Estamos a menos de un mes de que asuma el  nuevo Presidente. La transición hasta el momento parece ser ordenada y en paz. Sobre todo, si tenemos en cuenta lo que sucedió en Ecuador, Venezuela, Chile y Bolivia. Sin ánimo de incitar a la violencia, veo que la gente aquí no se rebeló y aceptó con mansedumbre y resignación todo tipo de atropellos, como un aumento desmedido de tarifas, transporte público, combustibles y medicamentos. Este gobierno se va derrotado no sólo por las urnas, sino por un fracaso colectivo de forjar una alternativa al kirchnerismo. La sociedad se desencantó con este modelo, que en rigor de verdad cuesta mucho definirlo, porque no tuvo un rumbo coherente. Podríamos decir que es neoliberal, sin embargo hay países que con la misma "etiqueta" lograron prosperar. La Argentina siempre fue un caso incomprendido para el resto del mundo occidental, y sería bueno que dejemos de culpar a los yanquis de todo, porque los que roban y se dedican a manejar los hilos de la burocracia doméstica son los políticos argentinos. Ahora bien, lo que se viene a partir del 10 de diciembre me genera expectativa, aunque verlo a Fernández en la foto con los gordos de la CGT no es lo más halagador. Tampoco es positivo que me metas en cuestiones que no te incumben y salir a defender la libertad de Lula, cuando los brasileños se supone que saben lo que tienen que hacer. Si Fernández logra algo de independencia de CFK para tomar decisiones que son políticas de Estado, puede haber un avance. El macrismo contó con la complicidad de los medios para consumar el despojo de los salarios y del poder adquisitivo. Sin embargo, la gente no es estúpida y no necesita leer lo que le quiera contar un determinado diario. Cada uno se forma su propio juicio de valor en base a la situación que le toca vivir. Y lo real que nunca ha habido un derrumbe tan pronunciado de la industria y de la producción. Estamos casi igual que en 2002, y si no hay una suba del precio de los commodities, como tuvo Kirchner a partir de 2003, todo será más cuesta arriba, porque los mismos que demonizan al campo saben que los dólares que se liquidan de las exportaciones de cereales son fundamentales para poner en marcha la economía.

Durante los años K, "Inclusión" fue la palabra de moda. La escuchábamos en cada ocasión en que el oficialismo tomaba el control de los medios por la Cadena Nacional. Es realidad, nunca creí demasiado en que se estuviera incluyendo a nadie para algo provechoso. Por ejemplo, muchos argentinos están excluidos de la tecnología, de los servicios básicos, de un empleo digno. Podrán tener acceso a la educación, pero tal como está planteada por estos días, no es de calidad. Las sucesivas reformas educativas no han hecho más que poner parches, intentar remediar aquello que dio muestras de haber fracasado, pero no mucho más que eso. El lema es incluir a todos. Si tenés en el aula a un chico violento y con problemas de disciplina, no importa. Tiene que estar en la escuela igual, aunque el docente pueda ser agredido en forma física o verbal por el alumno. Parece ser que una regla no escrita dice que los chicos tienen que pasar de grado sí o sí. ¿Por qué? Bueno, es obvio que sirve para las estadísticas oficiales tener un bajo nivel de alumnos repitentes y como así tambíen de deserción escolar. Hay docentes capacitados, que dan lo mejor que pueden para que los chicos aprendan. Pero abundan también las estudiantes de Magisterio que reciben una pésima formación, y ello hace que cuando se reciban no puedan ser buenas docentes. Por eso, la prioridad es que los chicos puedan aprender a discernir la paja del trigo, a razonar, y que los maestros motiven a los alumnos a investigar para hacer un uso didáctico de Internet y no solamente recurrir a lo más fácil y buscar en Wikipedia. Punto final.  





7 de noviembre de 2019

Recuerdos de la infancia

La "hora de la siesta" es un rito bien pueblerino, aunque justo es afirmar que se ha extendido a más conglomerados urbanos. Recuerdo que cuando éramos niños, a mi hermano y a mí nuestros padres no nos dejaban salir, sobre todo en el verano, tal vez para no perturbarles el descanso a ellos. Cuando el resto de la ciudad se sumía en el letargo. Podíamos, sí, usar la pileta de fibria de vidrio que Papá con mucho esfuerzo había podido comprar, hasta que comenzaron a sobrevolar la zona avionetas de alguna dependencia del gobierno para determinar quiénes tenían piletas y el consiguiente gasto de agua.
Me viene a la memoria, también, que ocasionalmente me daban plata para ir a la pileta del Fitti, pero yo era muy tímido y ni siquiera  me animaba a entrar. Me parecía medio cheto el ambiente así que les devolvía el dinero. En esa época no había tantas quintas con pileta como en la actualidad, y menos aún estaba disponible la posibilidad de alquilarlas para pasar el día.

Aquellos veranos de fines de los '80, con cortes de luz y miles de inconvenientes propios de la alta demanda de energía, no los sufrimos, éramos felices, pese a que no estaban dadas las condiciones que todos queríamos. Nos arreglábamos con lo que teníamos, y nuestros padres eran quienes hacían el mayor esfuerzo porque no dudaban en privarse de muchas cosas para otorgarnos a nosotros una buena educación, y oportunidades de esparcimiento.

Durante el invierno, la pileta se llenaba de sapos y renacuajos, por el agua estancada. La limpieza cada vez que asomaba el verano y el calor demandaba mucho trabajo, con escobas y cepillos con lavandina removiendo los hongos y el verdín. 

Ya casi nada queda de ese rescate emotivo: la pileta fue removida, la casa se vendió, y nosotros fuimos creciendo. Desde 2004 que cambié de domicilio junto a mi familia y a decir verdad se extraña un poco la excelente vista que teníamos al levantar las persianas cada mañana, frente al Parque. En aquel entonces era un barrio muy postergado y poco urbanizado. No fue hasta 1993 que llegó el asfalto, y hubo que pagarlo en interminables cuotas. Pero fue todo en aras del progreso de un sector de Lobos que, con el tiempo, se convirtió en una zona netamente residencial. 

Uno va cambiando conforme a sus deseos y expectativas, pero también en base a lo que impone el contexto social. Porque allá por 1988/89, había crisis, sólo que nuestros padres hacían todo lo posible para que no lo notáramos. Ahora, siendo yo y mi hermano adultos, debemos asumir la responsabilidad que nos cabe por tal condición. 

Aquellas semblanzas de chapuzones promediando diciembre, del "toque de queda" a la hora de la siesta, de cassettes grabados de la radio porque era carísimo comprar uno original, perdurarán para siempre en mi memoria, porque acaso fue aquella inocencia la que nos hizo pasar una infancia feliz. Punto final.  


4 de noviembre de 2019

Luchá por aquello que te apasiona!!!




Muy pocas veces nos ponemos a reflexionar en lo que realmente es importante y vale la pena, como son los amigos, la familia, los afectos. Hay personas que se jactan de tener mucha cultura y billetes pero carecen de todo contacto personal. Almuerzan o cenan sin saber lo que están comiendo, mirando la pantalla de TV como si fueran zombies. Lo sustituyen con el uso del celular, el WhatsApp,  o cualquier "chiche" nuevo. Hasta las postales navideñas, con sus habituales mensajes cursis y sensiblería barata, se envían ahora por Internet.

Sin embargo, todo se mide según los deseos e intereses de cada uno. Por ejemplo: sin la Web, claro está, este blog no sería posible ni tendría la posibilidad de difundirlo. De manera que renegar de "la red de redes" a esta altura sería escupir para arriba. Pero creo que podemos hacer un uso racional de las nuevas tecnologías. Inclusive, más productivo. Aprender algo a partir de una noticia publicada en Internet no está nada mal. Hay muchos tutoriales en You Tube que muchas veces te sacan de un apuro. Y quizás no vendría mal no estar tan pendientes de Facebook,  ya que dejaríamos de vivir la fantasía de que tenemos centenares o miles de "amigos virtuales". No hace falta ser demasiado sagaz para razonar que sólo un puñado de ellos estarán con nosotros en situaciones límite.

2020 será un año duro, pero me consuela pensar que, al menos para quienes hacemos periodismo no tendremos que cubrir una interminable sucesión de actos políticos que son propios de las elecciones.  Realmente los meses de campaña política fueron muy desgastantes y en lo profesional te exigen al máximo.  En los meses previos al 27 de octubre, hubo de todo: anuncios, inauguraciones, acusaciones cruzadas, cortinas de humo, chicanas políticas, y golpes bajos. Es el juego de la política, tal como se entiende en la Argentina de hoy.

Simplemente espero que tengamos la capacidad suficiente para ser tolerantes, porque los medios de prensa suelen ser blanco fácil de las críticas y quienes nos dedicamos a esto debemos tener el temple necesario para seguir adelante a pesar de que más de una vez, uno quisiera reaccionar ante un acto que considera injusto.

Mientras tanto, insisto que debemos buscar refugio en aquellas cosas que nos hacen bien, que nos dan placer, porque no vinimos a este mundo sólo a trabajar y a pagar cuentas, sino a darnos la oportunidad de ser felices con lo mucho o poco que tengamos a nuestro alcance. De lo contrario, estamos condenados a vivir al mejor estilo "Tiempos Modernos", de la mecanización del hombre, el antológico filme de Chaplin.  Soy optimista respecto a lo que pueda hacer Alberto F. a partir del 10 de diciembre, pero no le voy a dar un cheque en blanco.
Considero oportuno meternos en el "bocho" algo muy simple, que mencioné en otro texto, con sesgo optimista: Todo tiempo pasado fue peor (contradiciendo el popular "Todo tiempo pasado fue mejor"). En todos los sentidos, sería arduo abundar en esto, pero particularmente en Ciencia y Tecnología. Dejemos de luchar contra la nostalgia, de sostener aquella imagen de "El Granero del Mundo" que creímos ser y quizás ni siquiera lo fuimos, porque fue la coyuntura de un determinado momento de la historia. 

Dejemos de lado todo amiguismo, más aún en tiempos de campaña. Si cada uno se dedicara a superarse en lugar de mirar la paja en el ojo ajeno, todo sería diferente, por más que el dólar esté por las nubes y los diputados se roben hasta la Casa Rosada. Punto final.

Primer lunes de noviembre de 2019


Lunes por la tarde en la ciudad. El pronóstico anuncia lluvias, sin embargo mi aspiración es que eso ocurra cuando ya haya terminado de hacer todos los mandados y cobranzas del día. Mientras redactaba estas líneas se desató una breve tormenta, de 15 o 20 minutos, y luego el cielo comenzó a limpiarse. Hace varios días que teníamos alerta meteorológico por un fenómeno que pasó casi desapercibido. Por un lado me viene bien, ya que el último temporal que se produjo me rompió el paraguas y apenas tengo un impermeable para zafar cuando llueve. Hoy tuve bastante actividad, me dediqué a desgrabar varias notas pendientes del fin de semana para actualizar mi diario digital, y sumarle contenido. Me dijeron que la Lechonada en Carboni fue un evento muy bien recibido, sinceramente no tuve oportunidad de ir. Es positivo que se promueva el turismo en la zona rural de Lobos, ya que existen varios distritos cercanos que tienen fiestas gastronómicas que congregan muchos visitantes. Es momento de mostrar todo el potencial que tiene nuestra gente, porque hace falta que ingresen recursos a la alicaída economía que permanece en profunda debacle como herencia del gobierno macrista.
No creo que la asunción de Fernández resuelva todos los problemas del país, porque ni él ni nadie podrían revertir en un corto plazo el escenario actual sin implementar un paquete de medidas rápidas y efectivas. El comienzo debe ser la producción y el empleo. Garantizar que no se pierdan más puestos de trabajo y recomponer los salarios. De esta manera, el notorio desfasaje existente entre el salario real y el costo de vida podrá reducirse. El resultado, se me ocurre pensar, tendría que verse replicado en un mayor consumo, que la gente tenga plata para gastar no sólo en alimentarse, sino en comprarse ropa o lo que fuere. El problema es que venimos de muchos años de retroceso, y costará otros tantos retomar la senda del crecimiento. El kirchnerismo tuvo sus años de bonanza, digamos entre 2003 y 2007, pero luego comenzó a agudizarse la corrupción, el saqueo de la obra pública, y la inflación ya fue incontenible. Sería necio afirmar que Macri nos llevó a esta situación, cuando ya veníamos en el último tramo de CFK, de un panorama crítico, y cada cual buscaba “salvarse” para cuidar su pellejo.

En esta Argentina siglo XXI que no deja de sorprendernos, hay compatriotas que viven al margen de todo: sin electricidad, luz, gas, cloacas, teléfono, y obviamente sin Internet. Y no hay que alejarse demasiado de Buenos Aires para comprobarlo. La pregunta que uno suele hacerse, y que surge naturalmente cuando somos testigos directos de estos casos de extrema indigencia y precariedad, es: "¿Qué puedo hacer?" Probablemente, muy poco, excepto sentirnos culpables por tener todas las cosas de las cuales estas almas carecen. Y es así, porque casi sin darte cuenta empezás a pensar “de qué me quejo”, si este pobre tipo no tiene acceso a los servicios mínimos que le garanticen bienestar y calidad de vida. Y estoy acá, con cuatro paredes y un techo, haciendo filosofía barata en la Web, y hay gente que la pasa realmente mal, durmiendo en la calle, abrigándose con cartones o con mantas viejas y corroídas por la intemperie. Y cuando llega el verano, ven pasar a quienes se van de vacaciones a la Costa, o simplemente tienen la posibilidad de darse un chapuzón en una pileta pública, mientras ellos padecen el sol calcinante, los mosquitos, los días interminables, y esas horas que parecen ser eternas en las largas jornadas del estío. Nunca fui una persona de grandes gestos solidarios, ni se trata tampoco de sentir lástima por nadie, pero sí tengo el criterio suficiente para darme cuenta de que alguien debería hacer algo para que estos argentinos tengan sus necesidades básicas satisfechas, lo cual me supera y me excede totalmente. Porque el Estado es una agujero negro donde va a parar la guita que todos aportamos a la AFIP, con dietas altísimas de diputados, senadores, y ñoquis. Si estamos en una situación de emergencia, empecemos por plantear un ajuste serio que involucre a todos los sueldos políticos, y del poder judicial: para ellos, que cobran en seis cifras, la crisis nunca existió, porque siempre tuvieron la heladera llena y el hambre nunca golpeó a su puerta. Punto final.

3 de noviembre de 2019

A salvar el pellejo de los oportunistas de turno

La vida es complicada. Porque se trata de un aprendizaje que nunca termina. Hay gente que se dedica a cagar al resto, ya sea con plata o con otros artilugios que les funcionan muy bien. Es común que operen a través de los grupos de "Compra Venta" de Facebook. Porque son buscas, están esperando la oportunidad, que alguno pique y muerda el anzuelo. Cuando uno vende algo, le pone un precio que debe ser el que corresponde pagar, pero siempre te piden una rebaja porque saben que vos sos honesto. En cambio, cuando comprás (si tenés la suerte de que el celular o la tablet no esté roto), terminás pagando hasta el último centavo. Después desaparecen, o se crean otra cuenta de FB con un perfil falso. Por ese motivo me abstengo en lo sucesivo de hacer uso de esos grupos, y sería injusto generalizar porque hay gente de bien  que se gana la vida vendiendo pasteles, facturas, o lo que fuere. Las ovejas negras son comparables a las manzanas podridas. Hay que estar muy atentos, fijarse bien el precio real del producto en Mercado Libre tomando éste como referencia, y el que no esté dispuesto a pagar lo que uno pide, que no lo haga, así de simple. 

No hay nada más contraproducente que buscar respuestas en lugares equivocados, o con gente que no comprende lo que te está pasando. Esto puede suceder por miopía intelectual, o porque no son capaces de ponerse en el pellejo ajenos. Y traigo a colación lo que mencionaba antes: aun en un período de espiral inflacionaria como el actual, no estoy dispuesto a pagar el valor que se les antoje a los mercaderes de turno para comer un asado o beber una cerveza. 

Todos hemos tropezado dos veces con la misma piedra, y si bien es cierto que de los errores se aprende, hay momentos o situaciones que nos inducen a caer en esos errores. Las cosas no ocurren porque sí, al menos para mí. Cada uno actúa en función de las opciones que tiene disponibles, y hay veces en que hay que elegir el mal menor, porque ninguna de ellas nos satisface plenamente. Ya hemos hablado aquí del boom de los libros de autoayuda, un fenómeno típico de la posmodernidad, de una sociedad y de un estilo de vida que se ha ido imponiendo en los últimos años. El mundo de hoy exige rapidez, información al instante, comunicación inmediata vía Internet y redes sociales, pero confundimos a esto con un avance o una evolución. Es absurdo renegar de la tecnología, pero también lo es volverse prisionero de ella. Para los fanáticos de los discos de vinilo, por ejemplo, la aparición del CD en la década del '90 significó el principio del fin. Y para quienes en su momento adoptamos el CD, los archivos de mp3 o el pendrive constituyen otra experiencia de escuchar música. Por eso uno se va adaptando a estos nuevos hábitos, dentro de lo posible. 

Lo que ocurre es que el ocio también ha cambiado. Tomar mate en un parque o en una plaza ya no es tenido en cuenta para un grupo de adolescentes que pasan horas frente a una Playstation. El hábito de comprar un diario es totalmente ajeno para estos jóvenes, que sólo leen los textos escolares, en el mejor de los casos. Tampoco les interesa navegar en un diario online, porque las redes sociales insumen la mayoría de su tiempo. Creo que muchas cosas están cambiando, y no todos podemos adaptarnos a ese cambio, porque somos de generaciones diferentes. Si a mí, que soy relativamente joven, a veces me cuesta, no quiero ni pensar el esfuerzo que le demanda a una persona de 70 años, por ejemplo. Tener que hacer un reclamo por teléfono es casi una tortura. Ya no hay una persona detrás de un mostrador, hay un número al cual llamar para elevar una queja que nunca llega. En fin, así estamos. Esta noche de domingo, a las 21: 58 hs,  ando algo nostálgico, quizás. Se me ocurre pensar no es ni más ni menos que un signo de los tiempos que vivimos. Punto final. 

30 de octubre de 2019

Estoy de regreso

Hace rato que no escribía nada por aquí, decidí dejar pasar los días posteriores a las elecciones para analizar los hechos con mayor claridad. Se dijeron muchas cosas antes de los comicios aquí en Lobos, pero lo real y verdadero es que Etcheverry ganó por casi 3.000 votos. En el supuesto de que haya habido dávivas y compra de voluntades del oficialismo, todo ello no alcanza para explicar la categórica brecha que obtuvo Cambiemos. Fui a cubrir las elecciones y me encontré con que, pasadas las 20 hs, el resultado estaba casi definido, la tendencia era irreversible y no había posibilidad de que Sobrero o cualquier candidato pudiera aproximarse en cantidad de sufragios. Si tenemos en cuenta que en las PASO se peleó "voto a voto" hasta casi las once de la noche, el escenario de las elecciones generales fue muy distinto. Sólo era cuestión de minutos que el ocasional adversario reconociera la derrota, y así fue, por lo cual obviamente hubo mucha desazón en la sede del PJ lobense.

Ahora bien, lo que nos convoca es lo que se viene. En Lobos, en la provincia y en el país. Aunque desde el Municipio digan lo contrario, siempre es difícil gestionar cuando no tenés arriba alguien del mismo signo político. Alberto Fernández es toda una incógnita, pues deberá resolver una aguda crisis y un endeudamiento considerable. Tengo confianza en que logrará encauzar las cosas, del mismo modo que uno tiene optimismo ante un nuevo mandatario que está pronto a asumir. Las relaciones con los países vecinos son un punto que no se puede soslayar. Fernández es un peronista que presume de "progre", pero no sé cuánto hay de real en ello. El macrismo dejará como legado cuatro años para el olvido, con un ajuste que pulverizó a la clase media y un gabinete dominado por empresarios.

Todo presidente tiene un período de gracia de 90 o 100 días, pasado ese lapso, la gente ya espera soluciones concretas. Macri se jactó de haber eliminado el cepo al dólar y terminó implementando uno similar al de los K, por lo cual no veo coherencia alguna en las políticas públicas. No se puede dolarizar la economía otra vez como en los años de Menem. Esa película ya la vimos, y el final distó de ser provechoso. Los globitos amarillos se van desinflando y es el turno de una nueve etapa, con futuro incierto. Pero se ha dado un paso importante al acordar una transición lo más ordenada posible, para no dejarle al que está por venir una papa caliente. El neo-kirchnerismo asoma como una versión más tolerante y menos radicalizada que su germen en 2003. Punto final. 


26 de octubre de 2019

Crónica de un día distinto

Sábado con tormenta en la ciudad. Hoy me propuse tener un buen día, y creo que lo logré. Porque en definitiva, mucho depende de nosotros. Me levanté a una hora razonable, tomé unos mates, me puse a escribir una nota que tenía pendiente...después del almuerzo se cortó la luz, no había demasiado por hacer, de manera que dormí una siesta reparadora. La verdad es que me hacía falta, venía de muchos días de estrés, masticando bronca. Recuperé las energías, luego de varias noches de mal dormir porque me agobiaban los problemas y me enroscaba en ello más de lo aconsejable. Hay muchas cosas que en lo cotidiano no tenemos en cuenta. Disfrutar de la comida casera de mi vieja no tiene precio, recorrer los párrafos olvidados de un libro, tomar un café, o todo aquello que ustedes implementen en sus vidas. Existen momentos que nos provocan un shock emocional, sentimos que no hay salida,  y probablemente no la haya. En esos casos hacer terapia siempre es un alivio, si lográs dar con el profesional adecuado. Hoy en día existen varias terapias complementarias para alcanzar la plenitud, aunque yo me inclino por la psicología. Es rigurosamente cierto que si andás mal del bocho, el cuerpo te pasa factura. Mente sana en cuerpo sano.

Siento que hoy fue un día provechoso para mí, porque si bien no hice ninguna proeza o algo extraordinario, conseguí la estabilidad emocional que necesitaba y que, de no tenerla, nos lleva a tomar pésimas decisiones, porque estamos actuando bajo presión y ello nos nubla la razón. Hay mucho por mejorar, pero lo más importante es hacerte cargo de tu propia vida. Punto final. 

24 de octubre de 2019

La ciudad que nunca aprendió a crecer

Cada vez que hay elecciones y nos toca votar, lo hacemos avalando o "castigando" al actual gobierno. Es la única manera que tenemos de manifestarnos. Y hay muchas cosas en juego, como las variables económicas, la corrupción, el clientelismo, la inseguridad...pero lo que suele prevalecer es el bolsillo. No vas a votar a aquel que te despojó de la plata que ganabas antes. Yo ya tengo varias elecciones encima y estoy cansado de los discursos mesiánicos de algunos candidatos. Me parece difícil de creer que todo lo que no hicieron en casi cuatro años, lo vayan a hacer después. También me resulta obscena la ambición de poder de la oposición, que por poco no toma por asalto la Casa Rosada para demostrar que ellos ya están sentados en el trono. Son tiempos de aguas turbulentas, y en los días previos a los comicios quienes más trabajan son los punteros, movilizando gente, comprando voluntades...siempre ha sido así. Y eso no va a cambiar hasta que se implemente el voto electrónico, aunque digan que se puede hackear o lo que fuere. Con más de 35 años de democracia, habrá que volver a empezar de cero. Las nuevas autoridades políticas deberán tender puentes para lograr consensos, acuerdos, y que de una vez se termine la grieta que crispa a la sociedad. Porque la grieta, es un síntoma de irracionalidad, de no comprender que el que piensa distinto no es tu enemigo.

La campaña que estamos viviendo en Lobos es una de las más sucias de los últimos años. Sobran los motivos y todos los conocemos. Y todos NOS conocemos. Todo vale con tal de conseguir un voto. Yo pienso en el día después, el 28 de octubre. ¿Con qué escenario nos encontraremos? ¿El dólar llegará a $ 100 para diciembre, como prevén la mayoría de los analistas? No es casualidad que haya tanta gente haciendo colas en las "cuevas" en busca  del codiciado billete. 

A veces, es necesario tropezar no sólo una, sino infinitas veces con la misma piedra para corregir los errores y para mejorar. Vivimos en una ciudad chica, en la cual la gente se entretiene hablando mal de los demás o sembrando rumores sobre hechos inexistentes. Lo que se conoce comúnmente como chusmerío. No sé cómo será la situación en otros pueblos chicos, pero no creo que cambie demasiado. Quienes vivimos en Lobos desde siempre debemos aceptar que esto es así, que estamos expuestos a la calumnia, a la difamación, a la falsedad. Es más fácil hacer conjeturas y formarse prejuicios sobre una persona que tomarse el trabajo de conocerla. Por supuesto, esto no significa que no suceda en las grandes urbes. En Capital, si no estás atento, siempre va a haber alguien dispuesto a cagarte o a pasarte por arriba. Claro, es difícil mirarse el ombligo y hablar del lugar donde vive uno, porque hay muchos afectos involucrados, lugares en los que crecimos, personas que valoramos. Pero resultaría absurdo negar que nos vamos contagiando de los peores vicios de las grandes metrópolis en lugar de mantener una identidad propia, que implica gestos solidarios, sentirnos más libres de decir lo que pensamos, y por sobre todas las cosas, participar más. Ser participativos en comisiones, Juntas de Fomento, espacios culturales, círculos literarios, o lo que fuere. En mi caso, debo admitir que he perdido el espíritu de participación y que me cuesta mucho involucrarme con un grupo de desconocidos aunque los fines sean nobles. El hecho de que nos invada la desconfianza y el recelo, que seamos cada vez más suspicaces, es una señal de que no estamos del todo bien como ciudadanos, ¿no les parece?

21 de octubre de 2019

El agujero negro de la corrupción: ¿Alguna vez saldremos adelante?

Trato de sacarme de la cabeza por un momento la "rosca política", los debates presidenciales, y pensar que quizás las cosas no cambien tanto, gane quien gane en la Rosada. La pobreza, la caída en las ventas, las tarifas de los servicios, son indicadores que no se modificarán sustancialmente en el corto plazo. Tanto los que apoyan a Fernández como a Macri tienen muchas contradicciones, y en el último debate se vio cómo buscan sacar provecho de ellas para chicanear al adversario. La verdad es que hemos sido un pueblo bastante manso. Si nos rebeláramos contra los aumentos del subte o de la nafta (como sucedió en Chile y Ecuador), a quienes nos gobiernan no les hubiera quedado alternativa que dar marcha atrás con estas medidas que te destruyen el bolsillo. No estoy avalando la violencia, hay diferentes maneras de protestar. Creo que una de ellas la veremos en estas elecciones, ya que el peronismo volverá al poder aunque sus candidatos sean impresentables. Si vuelven, no es por méritos propios, sino por la incapacidad de los otros. Siempre fui respetuoso de la voluntad popular, aun cuando yo haya votado distinto. Y lo seguiré siendo, porque así funciona la democracia, es meramente representativa. 

Algunos ya hablan de la posibilidad de dolarizar la economía y tomar como moneda de curso legal el billete verde. Ciertamente los países que adoptaron esa política monetaria no son ejemplos de desarrollo: Ecuador, Panamá, El Salvador. Por lo tanto, en lugar de hacer la más fácil, el que sea Presidente deberá acordar con todos los actores sociales, que estén todas las patas de la mesa: industriales, empresarios, sindicatos, delegados de gremios, etc. Necesitamos gente capacitada, que pueda sacar el país adelante, y hasta que eso no suceda no vamos a poder despegar. Cuando un gobernante toma una decisión, debe saber que está afectando o beneficiando a millones de personas. No estoy de acuerdo a que valga todo con tal de que "los números cierren", porque somos ciudadanos, no cifras. Si hay un déficit, por supuesto que hay que sanear la economía y no seguir perdiendo guita, pero no a cualquier costo. Hace tiempo ya que estoy desencantado de la dirigencia política, sobre todo porque muchas veces no me siento representado. Si no se despilfarraran tantos recursos y los bolsos y sobres de la corrupción, seguramente no habría que lamentar la falta de obra pública, y el estado lamentable de la educación. No es ni más ni menos que un gran "agujero negro" donde se pierden miles de millones por la inmoralidad de quien roba es juez y parte, porque formar parte del Estado pero le roba a él. Punto final.

18 de octubre de 2019

Cuenta regresiva a las elecciones: ¿Ya está todo dicho?

En el plano personal, hay diferentes maneras de medir el éxito, que no siempre tienen que ver con la plata. Formar una familia, poder darles una buena educación a tus hijos, son anhelos de muchas personas que finalmente logran concretarse. Si hablamos de guita, conozco gente que tuvo mucha plata y hoy está arruinada, porque no supo administrarse y derrochó el capital que poseía. Yo nunca tuve mucho dinero, más que para mis gastos y comprarme algo que me gusta ocasionalmente. Y si alguna vez se encontré más holgado de bolsillo, todo eso fue destinado a pagar gastos o a invertir en lo que vengo haciendo. Me pasó hace unos meses, que debí pagar para renovar el "hosting" de mi diario digital. Podría haberlo postergado, pero como es mi fuente de ingresos, no puedo arriesgarme a que se "caiga" o desaparezca la página, por respeto a los lectores y anunciantes.

También me encuentro en una etapa en la cual estoy escuchando música que años atrás me provocaba cierto recelo. Por ejemplo, Leonardo Favio. Yo no juzgo a los artistas por su militancia política, tal es así que tengo discos de León Gieco (comunista/socialista), y a veces me conmueve el virtuosismo de Jairo (radical). Los músicos pueden plasmar en sus canciones su modo de ver la realidad basados en sus convicciones. Lo que sí me molesta, es cuando cobran jugosos cachets para dar un show en actos partidarios. Pero bueno, lo que importa es la música, esa obra grabada que persiste a través de los discos o de Spotify. Los grandes cantantes que mencioné no alimentan la "grieta", el material que dan a conocer a su público tiene que ver con sus miradas políticas y es totalmente respetable. 

Ya pasamos holgadamente la mitad del año (nos quedan dos meses para 2020), y espero varias cosas: que no se produzcan incidentes alentados por punteros políticos, que algún "iluminado"encuentre la forma de controlar la economía que definitivamente se ha salido de cauce, que se aplique la Ley de Abastecimiento, entre otras cosas. Yo estoy de acuerdo con que se modifique la Ley de Abastecimiento, no sé si lo mencioné en una nota anterior. La empresas, que son formadoras de precios, acaparan mercadería y no la entregan a los mayoristas hasta que se produce una faltante y aprovechan para "remarcar". Esta historia es harto conocida, y lo curioso es que el texto original de la Ley de Abastecimiento data de 1974, cuando todavía gobernaba Juan Domingo Perón en su efímera tercera Presidencia. 

Definitivamente, las cosas no están funcionando bien, y yo no quiero estar allí cuando todo vuele por los aires. Se puede dar un golpe de timón, se puede cambiar el rumbo, se pueden buscar inversiones. Pero ¿quién va a invertir en nosotros? Es como cuando vos prestás plata: ¿le prestarías plata a un completo desconocido que te prometa que la va a usar para tal o cual emprendimiento? Creo que es cuestión de sentido común. El acuerdo comercial con China  que firmaron los K en su momento parecía cumplir con el declamado propósito de "abrirse al mundo", pero pasó más de una década y los resultados de aquella negociación no arrojaron ningún resultado palpable. Todo sea por que aprendamos a recordar que la "lluvia de inversiones", no fue más que una leve garúa. Punto final. 

16 de octubre de 2019

El país, en piloto automático

Cuesta trazar un diagnóstico de la situación del país al día de hoy. Muchas cifras aparecen maquilladas en tiempos de campaña. Hay un "festival de inauguraciones" de obras que durarán en pie menos que un suspiro, porque la intención es meramente electoralista. Todo viene bien para mostrar que el político es un ser humano con supuesta sensibilidad social.

Y más difícil aún, es pensar cómo será el día después de las elecciones. Si gana Fernández, no podrá reinventar al kirchnerismo ortodoxo porque el escenario es otro al de 2003. Si suma a Lavagna al equipo económico, puede haber alguna chance de recuperación porque es un tipo idóneo. Pero además hay otras necesidades y prioridades, el precio de los commodities del campo quizás no tenga el viento de cola de hace 16 años. Si no tenemos en cuenta eso, no podemos comprender cómo prosperaron los K, que se encontraron con precios récord en los valores de la soja y los cereales que cualquir gobierno posterior envidiaría. A partir de ahí fueron "haciendo caja", aplicando retenciones de hasta el 30 %. Ojo, no estoy diciendo necesariamente que haya estado mal hacerlo, lo vergonzoso es que toda esa guita fuera a parar a un agujero negro o al enriquecimiento de los recién llegados en aquel momento. Como dije antes, Lavagna está muy lejos en la intención de voto a Presidente. Si gana Alberto y lo invita a sumarse al gabinete, será el primer acierto, porque es el tipo que nos sacó del pozo en 2002. No hay recetas mágicas, porque de nada sirve subir los salarios o las jubilaciones un 20 % si la inflación es superior a esa cifra y te desgasta el poder adquisitivo. En la Provincia, Kicillof puede ser un "mono con navaja" si es que triunfa como marcan los números, no le veo capacidad de gestión alguna y creo que ganó por el hartazgo general contra el macrismo, más que por méritos propios. Además, fueron hábiles en poner como compañero de fórmula a Magario, que gobierna La Matanza, el distrito más poblado del país. 

Quien resulte electo va a tener que pagar la fiesta de Macri y sus amigos, con un endeudamiento externo descomunal y el riesgo de caer en default. Trump, el amigo rico de Mauricio, ya le soltó la mano hace rato y está más concentrado en los países de Oriente, o en Venezuela. No tiene ningún interés en facilitar un refinanciamiento del FMI con Argentina.

Más allá de la magnitud del descalabro en el cual nos encontramos, lo que más me importa es que mi familia y mis amigos no deban pasar privaciones porque laburan todo el día, como yo, y realmente no se lo merecen. Aunque parezca que no hay nada nuevo en el horizonte, siento que estoy en una etapa de cambios, muchos debidos al contexto actual que te obliga a ajustarte el cinturón. Es decir, a veces no es uno el que cambia porque lo desea, sino que hay circunstancias que te fuerzan a hacerlo (esto ya lo hablamos en otro post). Yo, en esencia, por supuesto que seré siempre el mismo. Pero quiero adoptar una forma de vida que me permita lograr más motivación en el trabajo diario. Me parece saludable que ocurra en la medida que me permita romper con la rutina. Estar encerrado entre cuatro paredes porque estás enfermo es horrible, y cuando por fin te recuperás pensás que el mundo se detuvo por tu convalecencia y en rigor de verdad todo sigue igual. Nadie es imprescindible, ya lo hemos afirmado desde aquí, y el lugar que hoy ocupo yo mañana lo ocupará otro sin ninguna dificultad. Sí es cierto que hay personas más talentosas que otras, y son esas personas las que dejan un vacío cuando mueren o deciden retirarse. Quizá habría un par de casos en los que podríamos hacer una excepción. Quiero decir: Maradona y Charly García, por ejemplo, no son sustituibles ni reemplazables. Actualmente atraviesan una etapa de decadencia más que evidente pero atesoran un pasado glorioso. Creo que aquí hay un punto importante, y es que realmente nos cuesta distinguir lo imprescindible de lo superfluo, lo necesario de lo accesorio, lo genuino del refrito.
Y en ese darnos cuenta, quizás se nos va la vida, hasta que en algún momento descubrimos lo realmente importante, eso que nos hace valer y nos convierte en personas con iniciativa y voluntad. Punto final. 



Crónica de una sociedad en ataque de nervios

Comenzamos la semana. Ayer saltó la térmica y media casa permaneció a oscuras mientras intentaba escribir estas líneas. Así que tuve que int...