30 de mayo de 2019

Pensando en una ciudad como los lobenses nos merecemos

Lluviosa noche de jueves en la ciudad. Mientras redactaba otra nota, me puse a reflexionar acerca del nuevo aniversario de la fundación de Lobos, de aquello que hemos logrado y de las asignaturas pendientes. Por sobre todas las cosas, debemos lograr que las nuevas generaciones encuentren fuentes de trabajo en su ciudad, que no tengan que viajar o radicarse a otro lugar. Y que el Estado brinde incentivos para que ello ocurra. La oficina de empleo que tenemos no aporta solución alguna, lo digo por experiencia, porque en determinada etapa de mi vida yo también estuve sin laburo y no obtuve la respuesta que buscaba. Y me consta que a muchos vecinos les ha sucedido lo mismo. La guita que ganamos con nuestros empleos se vuelca al comercio local, eso es lo que todavía no se entiende. Es el famoso "círculo virtuoso", lograr que la rueda siga girando, jerarquizar a la ciudad y posicionarla como emblema de la Provincia. Esto último quizás sea demasiado ambicioso, lo sé, pero es posible. Sólo hace falta decisión política, recuerdo que un candidato dijo acertadamente que Cañuelas ha hecho de Uribelarrea un polo turístico, que en movimiento de dinero supera holgadamente a  nuestra Laguna. Quizás porque el perfil del turista que concurre a ambos destinos sea diferente, no lo sé. Pero contar con un espejo de agua es una bendición de la naturaleza que no todos los pueblos tienen, por lo tanto hay que aprovechar para cuidar este recurso y aprender a "venderlo" turísticamente. El primer paso, que es pavimentar la Av. Costanera, se está dando, pero no nos podemos quedar con eso. Una calle bien asfaltada, es lo menos que se puede ofrecer, porque entra dentro de lo normal, de lo que debería ser. Hay que darle valor agregado a todo el patrimonio histórico de Lobos, y digo esto porque hay calles de la zona urbana que tienen una decadencia y un abandono evidentes, con locales cerrados, casas que parecen taperas... a nadie le agrada recorrer una ciudad que presenta el aspecto de un pueblo "fantasma".

Hasta la principal arteria comercial, la 9 de Julio, presenta signos de agotamiento, en parte porque alquilar un local allí resulta carísimo, y si a eso le sumamos las tasas e impuestos, ya para levantar la persiana del negocio todos los días tenés un gasto fijo imposible de amortizar. Sin embargo, una mayor urbanización no siempre es sinónimo de progreso. Hay pueblos que viven de la ganadería y de la agricultura, con una composición demográfica marcadamente rural. Pero si de Lobos se trata, ojalá asuma alguien que le otorgue a la ciudad y al partido todo el potencial que se merece. Implementando las políticas públicas adecuadas, no lo veo como una utopía. Punto final. 






29 de mayo de 2019

Preparándome para cubrir la campaña política: cada cual hace su juego

Ya estamos inmersos en la campaña política, más allá de que no haya spots publicitarios aún. Cada candidato hace su juego y busca conquistar votos en sectores que históricamente le han pertenecido a su adversario. Van a ser peleadas estas PASO en Lobos, sobre todo en lo que respecta al PJ, que tiene numerosos precandidatos para aspirar a acceder a encabezar la lista. O en todo caso, negociar con los votos en la mano. Por el lado del oficialismo, no hay mayores novedades que lo ya conocido, dos precandidatos se disputan la interna de Cambiemos. Siempre pensé que la mejor manera de acceder al electorado es diferenciándose del resto, por eso a los que son demasiado tibios no les encuentro sentido, si vos te postulás es porque estás descontento con la gestión actual, o quizás tu ego es excesivamente grande como para suponer que la gente va a elegir la continuidad de un modelo votándote a vos. Yo ya he pasado por la cobertura periodística de varias elecciones, desde 2003 hasta la fecha, y lo que rescato como experiencia es que sé darle a cada cosa su justa dimensión. Además, el espacio de publicidad, también conocido como "publinota", se paga. El que no esté dispuesto a hacerlo, no tendrá lugar en Lobos24.

Una cosa es cuando vos vas a buscar la nota, porque te interesa conocer el pensamiento de un candidato o por el motivo que fuera, y otra es cuando ellos te llaman en plan proselitista. En el programa de TV vamos a darles un lugar a todos los candidatos de Lobos y dicho espacio es gratuito, a nadie se le cobra un peso, pero después del 22 de junio las cosas no serán como ahora, porque el tiempo que me lleva desgrabar una nota aburrida que no le interesa a nadie, se paga. Y si no llegamos a un acuerdo, no te publico ninguna nota, amigos como siempre, hasta que comprendas a valorar el trabajo de los demás.


Tema 2: ¿Qué hay de cierto acerca de la "memoria selectiva"? Reconozco mi ignorancia absoluta sobre dicha cuestión. Sería posible borrar de nuestra mente las humillaciones y los papelones y dejar disponibles los momentos gratos y felices? Busqué en Internet y no encontré nada que tuviera el mínimo rigor científico, sólo textos redactados por personas con la misma inquietud que yo. Leí en Clarín que están experimentando con ratones una droga que tendría un efecto parecido al que acabo de describir, pero nunca podremos saber si los inocentes roedores borraron de su mente cuando fueron atrapados por una trampera o cuando tuvieron un desengaño amoroso, que es lo que uno quisiera hacer trasladándolo al género humano. Y también nuestra dirigencia política suele preferir el piadoso manto del olvido porque la mayoría no resiste ningún archivo, las contradicciones y la falta de coherencia son notables. Y ni hablar de tipos que estuvieron con todos los gobiernos, cómo Felipe Solá.

 Profundizando sobre el tema, podría decir que no sólo aquellos hechos bochornosos suelen aparecer en nuestra mente de vez en cuando. Siempre hay un disparador, algo que nos remite a esos momentos. Y tengo la satisfacción de atesorar en la memoria recuerdos gratos, que también sobrevienen cuando recapitulamos y comprendemos que la vida tiene matices, que se construye en base al anecdotario que el mismo devenir cotidiano nos va prodigando. Punto final.

25 de mayo de 2019

El ojo de la Patria

Las fechas patrias, inevitablemente, nos incitan a reflexionar, más aún en un país como el nuestro que no ha podido llegar a un acuerdo con su propia historia. Vivimos un presente extremadamente duro y difícil, quizás por eso se acrecienta el legado de nuestros próceres que rompieron lanzas con el Imperio Español y soñaron con una nación independiente. Hoy vemos que el imperio no es geopolítico, sino financiero, razón por la cual estaremos endeudados indefinidamente con el FMI o el organismo de crédito que fuere. Si contraer un préstamo trajera consigo un atisbo de prosperidad, quizás la percepción de la sociedad cambiaría, sin embargo vemos que seguimos tomando deuda y no logramos despegar. Las desigualdades se acrecientan en "Las Provincias Unidas del Sud". Un chico que vive en Capital seguramente tendrá mayores oportunidades que otro de su misma edad que nació en Formosa o Santiago del Estero. Esto no es nuevo, obviamente, pero se ha profundizado de un modo notable. También es falso el slogan que pregonaba el kirchnerismo, de que "La Patria es el otro". La Patria somos todos, desde el vagabundo que duerme bajo un puente hasta el Gerente de una empresa multinacional. Pero nos resistimos a comprenderlo, tal vez porque somos demasiado egocéntricos y excluimos como parte de la nación a los más desprotegidos. O no nos decidimos a qué queremos ser. Mientras tanto, somos superados por la cruda realidad, que nos muestra que países con menos recursos naturales que el nuestro han conseguido el bienestar para sus habitantes. 

El argentino se indaga a sí mismo, se interroga, se pregunta, pero nunca llega a ninguna parte. Excepto para publicar libros o ensayos, ese ejercicio mental no arroja mayores resultados a los efectos prácticos. Si tenemos en claro qué necesitamos para mejorar y no lo hacemos, es típico de un necio o un estúpido. Si tenemos una dirigencia política que no representa en nada a sus ciudadanos, se trata de una elite que no aporta nada más que un gasto en sueldos todos los meses de las arcas de sus súdbitos. 

Cuando llegue el 22 de junio y ya estén todos los precandidatos con las cartas sobre la mesa, quizás podremos hablar con más propiedad. Pero hasta el momento, no se vislumbra ninguna figura a nivel nacional que prometa una renovación, un poco de oxígeno en medio de tanto tufillo caudillista. Punto final. 

PD: El título de este posteo lo tomé prestado de la novela homónima del gran Osvaldo Soriano.

22 de mayo de 2019

Transitando la mitad de semana en medio de la ola de frío

Miércoles por la noche en la ciudad. Estuve unos días sin escribir nada nuevo porque no me sentía bien de salud, razón por la cual prioricé mi trabajo y aquello más esencial antes que dedicarme a este blog. 
Por otro lado, en algunas ocasiones el hecho de dejar pasar los días te permite ver los hechos desde una perspectiva diferente, por ese motivo no me referí en ningún momento a la flamante fórmula presidencial kirchnerista, consideré que se había escrito demasiado sobre el tema y no había demasiado lugar para una opinión que escapara al lugar común.

En el ciclo de entrevistas que realizo por TV, veo que los candidatos repiten como un mantra las propuestas o promesas que vengo escuchando hace 20 años, como: "más trabajo", "más producción", "parque industrial", etc. Sería bueno que expliquen cómo lo van a hacer. No quiero que me digan lo que tienen intenciones de hacer, sino cómo van a conseguir la guita para lograrlo, y no está de más interrogarse qué grado de participación tendrán los vecinos en las decisiones que se tomen desde el Municipio. La Municipalidad es la casa del pueblo, debe estar abierta todo el día, y el Intendente que asuma deberá trabajar a destajo para poner freno a este desquicio en que se ha convertido Lobos. Falta de controles de tránsito, de bromatología, de higiene, y podría seguir enumerando. Falta de empatía con el vecino. Falta de capacidad para comprender las necesidades básicas que atraviesa un lobense que lo ha perdido todo en un siniestro, como un incendio o una inundación. Falta de planificación y prevención para evitar que la ciudad se convierta en una "palangana" luego de cada lluvia intensa. En fin, no quiero agobiar a los lectores, pero las falencias son tan notables y numerosas que hasta parece ocioso mencionarlas. 

Esta gente que nos gobierna, dice que no hace asistencialismo, y que ello los diferencia de los peronistas, pero reparten bolsas con comida o materiales de construcción al igual que los otros. Ojo, no estoy diciendo que esté bien o mal, sólo estoy mencionando las contradicciones más evidentes. Gestionar no es solamente tener "la foto" con Macri y Vidal, es entender que la gestión se canaliza por otro lado, ante funcionarios de segunda línea. Imaginemos que al Presidente o a la Gobernadora, cada Intendente le va a pedir plata para 20 cuadras de asfalto, es una necedad pensar en algo así sirva para algo. Para eso se delega en distintas áreas, y eso es algo que no se entiende desde los despachos de Salgado 40. Rescato como positivo que se haya inaugurado el nuevo predio de Equinoterapia, el edificio del CBC, y que se le haya otorgado gran actividad cultural al Teatro Italiano.


Me molestan los prejuicios en general, o -para decirlo de un modo más elegante- "las ideas preconcebidas". En realidad, todos basamos nuestra impresión del mundo que nos rodea en base a prejuicios...y así nos va. Pésimo, con una idea totalmente equivocada de las personas, juzgándolas por su atuendo, por su sexualidad o por sus ideas. Es decir, formándose una imagen de la realidad en base a estereotipos y sin ningún fundamento o evidencia que lo avale. Por supuesto, yo no estoy exento de dichos prejuicios, de modo que no quiero ser hipócrita y salir a pontificar en contra de ellos sin hacerme cargo de la parte que me toca. Los tengo, y desearía extirparlos de mi esquema mental. Pero es difícil, en primer lugar, porque desde los medios se alientan la enfervorización del público y la condena fácil hacia una persona por "portación de cara". No se respeta en absoluto aquel precepto de que "todo acusado de un delito es inocente hasta que se demuestre lo contrario". ¿Quién le devuelve la dignidad perdida a un tipo que fue escrachado por TV? Digo esto, más allá de que el escrache como metodología tenga cierta carga de vandalismo que nunca deja de ser funcional a los medios. No es un secreto para nadie que ellos quieren sangre, escándalo, descontrol, porque es lo que vende y genera un estado de efervescencia social, sobre todo para que uno consuma todo eso en la comodidad de su hogar mientras está comiendo las milanesas del mediodía (si aún puede acceder a ese manjar). Punto final. 

18 de mayo de 2019

¿Cuándo Lobos volverá a ser un pueblo próspero?

Estamos transitando un sábado tranquilo, con pronóstico de lluvias abundantes, no obstante lo cual, siendo casi las siete de la tarde, no se han registrado en la zona urbana precipitaciones de consideración. Muchas veces el estado del clima que predice el celular suele ser traicionero, o abarca regiones demasiado vastas que hacen que no resulte preciso. Buena parte del día lo pasé mateando en familia, repasando la lectura de varios libros que me habían quedado pendientes, por eso no pienso comprar más por el momento, aun cuando en las ferias que organizan las bibliotecas de Lobos venden ejemplares usados a buen precio. Es positivo que realicen estas acciones que permiten acceder a textos de calidad sin tener que gastar 600 o 700 pesos que cuesta, en promedio, un libro nuevo, si no más.

Hay días, como el de hoy, donde la actividad periodística es escasa, excepto algún hecho policial que es imprevisible cuándo puede ocurrir. Lobos no es la ciudad que supimos conocer en materia de delito, ya no es una mechera o un ladrón, cada vez más se incrementan los homicidios, femicidios y abusos sexuales. Y como las autoridades políticas no dan respuesta más allá de haber instalado cámaras y de la creación de un centro de monitoreo de ellas, nos encontramos indefensos. Como todo en la vida, hay policías que cumplen con su deber y otros francamente negligentes. No digo corruptos, porque no me consta. Hace años que venimos reclamando que Lobos tenga una Fiscalía propia pero hasta el momento nada ha sucedido, por lo cual seguimos dependiendo de la Fiscalía de Saladillo con todo lo engorroso que ello significa. Sobre todo si tenés la mala suerte que te enganchan como testigo de procedimiento y tenés que ir a declarar a una localidad que está a casi 100 km de Lobos.

Como no tengo compromisos políticos con nadie, puedo decir que mi percepción es que hoy Lobos es una ciudad triste, con comercios de persianas bajas, aquellos de venta de ropa adelantaron la liquidación de temporada o tratan de rebuscárselas ofreciendo promociones, los asalariados aprovechan los descuentos con tarjeta de crédito o débito para la compra de comestibles, y perdón si soy suspicaz pero no me llama la atención el incremento de obra pública que se puede advertir en tiempos electorales. La Costanera de la Laguna hace años que debió pavimentarse, y en este 2019 está previsto que se haga, cuando durante todo este tiempo dimos una imagen lamentable a los turistas. Las calles del ejido urbano se siguen inundando ante cualquier lluvia fuerte, nadie le pone "el cascabel al gato" y así continuaremos en una eterna decadencia, que no se puede atribuir exclusivamente  a las políticas del macrismo, sino a una mala administración y a una  poca capacidad de gestión. Destaco como positivo que se hayan hecho refacciones y una puesta en valor de la Estación de Ferrocarril de Empalme, que estaba sumida en el abandono y en el vandalismo. Pero no podemos negar que mucho hicieron los empalmeños, que al ver su patrimonio en condiciones deplorables, iban a barrer, a limpiar, a tratar de recuperar el esplendor que supo tener. Es común que los gobiernos se atribuyan méritos que no les son propios, sino de los vecinos que, cansados de esperar, toman iniciativa por su cuenta para embellecer espacios públicos. 
 Señores, no todo son las redes sociales, no es la única forma de comunicar. No está mal que se haga de ese modo, pero no debe ser excluyente, porque parafraseando a García Márquez, "El Coronel no tiene quien le escriba". Punto final. 

17 de mayo de 2019

Se siente el "sabor a viernes"

Viernes por la tarde en la ciudad. Me encuentro terminando de dar forma a una nota que grabé ayer, sobre un tema álgido como es el de las infracciones de tránsito en Lobos. Lo que puedo percibir, aunque no sea inspector del área, es que nos hemos convertido en tierra de nadie, cada cual hace lo que le parece con su vehículo y hay una profunda falta de consideración hacia el prójimo, que puede ser una persona discapacitada que debe hacer uso de la rampa correspondiente, o bien el propietario de una cochera o garage que no puede sacar su auto porque el citado garaje está obstruido. Nos falta mucho que aprender en materia de educación vial. Dicho de un modo vulgar, nos cagamos en el resto, Lobos sigue teniendo las mismas calles y el parque automotor se ha incrementado de un modo exponencial, yo con mi humilde bicicleta puedo decir que estoy a salvo de cualquier infracción porque siempre la dejo en el bicicletero del comercio en cuestión. Fue por ese motivo que entrevisté al Dr. Silvio Canosa, Juez de Faltas, para que me trazara un panorama del desquicio que vemos a diario. 


Este blog, desde enero de 2007 hasta la fecha, registra más de 85.000 visitas. Evidentemente, se trata de una cifra poco significativa, pero este espacio fue afianzándose sin publicidad alguna, por el sólo hecho de despuntar el vicio de escribir. Les estoy agradecido a todos aquellos que alguna vez entraron al blog, ya sea para leer los textos o porque aterrizaron aquí de mera casualidad.

 Estos 15 años  de periodismo me ha dejado todo: alegrías, frustraciones, la conveniencia de "no avivar giles", y la intuición para saber qué supuesto colega va a sacar ventaja y en quién podés confiar. El Instituto Grafotécnico, lugar donde estudié periodismo entre 1997 y 1999, me brindó una excelente formación. Recuerdo con cariño a algunos profesores, como Norberto García Rozada (fallecido en 2010), o Fernando Sánchez Zinny. Ambos fueron editorialistas de LA NACION. Era otra época, los diarios impresos mantenían sus buenas ventas dado que Internet recién empezaba a gestarse en Argentina, antes de la "burbuja" del año 2000. Recuerdo, también cuando me quedaba escuchando a Nancy Pazos con su programa "Ruleta Rusa" en Radio Rivadavia. Excelente programa, y Nancy en aquel entonces era toda una profesional. De todas las emisoras de Amplitud Modulada, elijo a Rivadavia por su seriedad y rigor informativo. Radio 10, en un manotazo de ahogado para recuperar la audiencia que se fue a Radio Mitre, va de mal en peor. En fin, la cuestión es que de alguna manera, ya para el martes uno se va acostumbrando al ritmo de la semana, si bien yo trabajo todos los días porque siempre surge alguna noticia digna de ser publicada. 

Una de las cosas que rescato del ex Intendente, Gustavo Sobrero, es que nunca me negó una entrevista, incluso en los horarios y situaciones más insólitas. Las declaraciones que él haya vertido son harina de otro costal, pero al menos tuvo la deferencia de acceder a la requisitoria periodística, algo que no siempre hicieron sus antecesores. Me consta porque a otro ex Intendente, hace ya más de 10 años, quise hacerle una nota, y obtuve como toda respuesta: "No me rompas las pelotas". Pobre imbécil. Yo soy el que me rompo las pelotas trabajando, mientras vos te encerrabas en tu oficina totalmente ajeno de las inquietudes y demandas de la gente. En fin, hay políticos a los que les encanta hablar y mandar fruta y otros que no, pero siempre sale mejor parado quien habla con la prensa aunque en realidad no esté diciendo nada, al estilo de nunca bien ponderado ministro K, Capitanich. Punto final.

16 de mayo de 2019

Será cierto que "Nunca es tarde"?

Jueves por la noche en la ciudad. Hoy anduve recorriendo las calles del pueblo en bici, como lo suelo hacer desde que tuve acceso a dicho vehículo. La verdad es que con la bici llego más rápido a todos lados, aunque no logré bajar de peso de manera significativa. Me mantengo con mis noventa y pico de kilos, un sobrepeso de 10 kg, aproximadamente, que no es mucho pero tampoco es cuestión de dejarse estar físicamente. Los kilos se ganan con facilidad, lo que lleva tiempo es retomar el estado de delgadez que supimos tener. Más aún en una sociedad que privilegia el aspecto físico por sobre el intelectual. 


Pienso que cuando uno mira demasiado hacia atrás, no presta atención a lo que está por venir. Me siento raro escribiendo algo así, porque mi mente atesora muchos recuerdos y a menudo ellos sobrevienen sin que yo lo desee, simplemente aparecen. Sin embargo, con el tiempo comprendí que hay etapas que no van a volver, personas que no van a estar en mi vida (para bien o para mal), noches de distensión que se esfumaron entre vasos de cerveza, escuchando reggae y  rock a todo volumen en el viejo Bar de La Porteña, allá por 2011 o más atrás. Era un lugar que frecuentaba porque me sentía cómodo, caso contrario no hubiera ido.  Yo cambié, la gente que me rodeaba en aquel tiempo también lo hizo, y uno ya no siente el mismo placer que antes por determinadas cosas. Procuro no ser nostálgico.  Hace mucho que no voy al boliche y no tengo intenciones de hacerlo: me acuesto temprano los fines de semana a menos que surja algún plan para comer una pizza con amigos, o ver una película en DVD. No pretendo hacer en el tiempo presente lo que no pude, o no quise, hacer antees. Aprendí a aceptar el paso de los años, no quiero convertirme en un adulto patético rodeado de pendejos que se la pasan boludeando con Facebook y Twitter. Yo uso ambas redes sociales, debo reconocer, pero lo hago para difundir mis modestas publicaciones, o para compartir algún video que me parece interesante.  No estoy menospreciando a los adolescentes, lo que quiero decir es que mis intereses son otros. Las redes sociales, tal como reza su nombre , nos  permiten contactarnos con personas que resultan de nuestro interés, sobre todo en mi caso que sólo agrego contactos que conozco personalmente o por referencias confiables. Pero permanecer varias horas pendientes de un "me gusta" o "like" en el famoso FB, me parece enfermizo.

En síntesis, les diré que trato de adaptarme a la edad que tengo pero sin dejar que eso me condicione. Mientras tenga fuerzas y entusiasmo, seguiré haciendo lo que me gusta. He notado que a muchas personas les cuesta encontrar un equilibrio entre su envejecimiento y sus deseos de cumplir con algún sueño frustrado de juventud. "Nunca es tarde" es una frase bonita, nada más. A veces la vida nos sorprende cuando llegamos demasiado tarde para darnos una oportunidad a nosotros mismos. Punto final. 

15 de mayo de 2019

Despierto a la madrugada


Hace unos días me desperté más temprano que lo habitual, como a las 6 AM. Me costó conciliar el sueño y cuando lo logré no sentí que hubiera descansado. En fin, la cuestión es que di un par de vueltas en la cama, hasta que me harté de ese ejercicio inútil y me levanté en silencio para no despertar a los otros habitantes de la casa. Comprobé cómo todavía estaba en total oscuridad dado que en esta época del año el sol empieza a salir pasadas las siete de la mañana. Me preparé un té con leche y mientras lo bebía me puse a hacer zapping con el televisor. Había poco para ver: la mayoría de los canales ponían en el aire los denominados "informerciales", también conocidos como "Teleshopping", vale decir, venta telefónica de productos inútiles y seguramente carísimos. La radio tampoco ofrecía demasiadas opciones de interés, más allá de una suerte de análisis de las noticias que aparecen en las tapas de los diarios, o la mera lectura de los titulares. De a poco el sol fue asomando, y me brindó una sensación placentera tras el frío intenso de la noche anterior que provocó tantos inconvenientes para salir a la calle y hacer cualquier trámite sin morir congelado. Al menos, era una señal de que el fin de semana no sería un total desperdicio. Un día con el cielo despejado siempre nos hace ver las cosas un poco mejor, aún en las situaciones más adversas. Es increíble lo lento que transcurren las horas durante la madrugada.  Sólo cuando comienza a amanecer, nuestra percepción del tiempo cambia y entramos de lleno en la vorágine propia de un nuevo día. Para finalizar este humilde post, les pido a los multimedios que no nos rompan las bolas constantemente con la cotización del dólar, no sé qué efecto tendrá en nuestras vidas (más allá de los ya conocidos) porque no soy un economista, pero tampoco es cuestión de machacar todo el tiempo con lo mismo. ¿Se acuerdan del dólar blue cuando Kristina perpetró el cepo cambiario?  Me hace acordar a la paranoia colectiva que se está viviendo nuevamente con el "riesgo país".

Quienes nos dedicamos a ejercer el periodismo genuino  debemos replantearnos dónde estamos parados, cuál es el escenario actual y de qué manera vamos a defender nuestros derechos de acceder a la información. Mientras algunos (sobre todo a nivel nacional) se han visto favorecidos por su cercanía al poder político de turno, otros obtienen un rédito similar oponiéndose de un modo sistemático a una gestión de Gobierno. No somos felpudos de nadie ni mucho menos complacientes. Claro que no voy a ser tan ingenuo como para hablar de principios o convicciones, cuando sobran ejemplos de pseudoperiodistas que se han vendido al mejor postor siguiendo el viento de cola. No sólo los políticos se ponen el chaleco salvavidas y saltan de un barco a otro antes de que se hunda el Titanic para llenar el hueco de una lista de candidatos, cierto periodismo ha aprendido la miserable actitud de adaptar su pensamiento a los "tiempos modernos". Punto final. 

14 de mayo de 2019

Cómo salir de la burbuja y conectarnos con la realidad


No hay nada más contraproducente que buscar respuestas en lugares equivocados. No es casualidad que haya tanta gente que está cautiva de las sectas o grupos fundamentalistas, o que hace años que malgastan su dinero con malos profesionales de la salud mental. La terapia en sí misma constituye una extraordinaria alternativa para salir adelante de un momento difícil, pero cuando el propio paciente no percibe evolución alguna es momento de recurrir a otro psicólogo o psiquiatra para no perder tiempo ni dinero en una situación que es desgastante emocionalmente.

Todos hemos tropezado dos veces con la misma piedra, y si bien es cierto que de los errores se aprende, hay momentos o situaciones que nos inducen a repetir el furcio. Las cosas no ocurren porque sí, al menos para mí. Cada uno actúa en función de las opciones que tiene disponibles, y hay veces en que hay que elegir el mal menor, porque ninguna de ellas nos satisface plenamente. Ya hemos hablado aquí del boom que tuvieron en su momento los libros de autoayuda, un fenómeno típico de la posmodernidad, de una sociedad y de un estilo de vida que se ha ido imponiendo en los últimos años. El mundo de hoy exige rapidez, información al instante, comunicación inmediata vía Internet, y confundimos a esto con un avance o una evolución. Es absurdo renegar de la tecnología, pero también lo es volverse prisionero de ella. Para los fanáticos de los discos de vinilo, por ejemplo, la aparición del CD en la década del '90 significó el principio del fin. Y para quienes crecimos después y adoptamos el CD, los formatos de compresión de audio como el MP3 o  un simple pendrive para escuchar música implicaron adaptar nuevos hábitos. Es lo mismo que pasó con el videocassette, el DVD, y ahora Netflix. 

Lo que ocurre es que el concepto del  ocio también ha cambiado. Tomar mate en un parque o en una plaza ya no es tenido en cuenta para un grupo de adolescentes que pasan horas frente a una Playstation. El hábito de comprar un diario es totalmente ajeno para estos jóvenes, que sólo leen los textos escolares, en el mejor de los casos. Tampoco les interesa navegar en un diario online, porque las redes sociales insumen la mayoría de su tiempo. Creo que muchas cosas están cambiando, y no todos podemos adaptarnos a ese cambio, porque somos de generaciones diferentes. Si a mí, que soy relativamente joven, a veces me cuesta, no quiero ni pensar el esfuerzo que le demanda a una persona de 70 años, por ejemplo. Tener que hacer un reclamo por teléfono es casi una tortura. Ya no hay una persona detrás de un mostrador, hay un número al cual llamar para elevar una queja que nunca llega, lo mismo cabe para un reclamo de EDEN, es un centro de telemarketing y nadie da la cara del otro lado de la línea. En fin, así estamos. Esta noche de marte ando algo pesimista, parece. Quizás no es ni más ni menos que un signo de los tiempos que vivimos. Punto final.

13 de mayo de 2019

Crónica de un proyecto de país que costará años reconstruir


Sabemos que la situación está jodida, pero acá estamos, cada uno a su manera, luchando por salir adelante. Esta crisis demuestra que a los políticos (o a la “clase política”) les importamos muy poco, que son capaces de aliarse con cualquier grupúsculo para conseguir un voto más, y que son expertos en hundir un país. Porque ellos son eso: una clase, una casta, una suerte de logia totalmente ajena al pueblo que dicen representar.  Desde tiempos inmemoriales nos han venido cagando sistemáticamente, porque ese es el modo que conciben de llegar al poder. Si ves el último debate presidencial, en noviembre de 2015, vas a comprender mejor de qué estoy hablando. Las mentiras de Macri y Scioli son tan evidentes que casi no resisten el menor análisis. Podríamos decir que salió airoso (para la posteridad), Scioli porque fue quien perdió la elección y anticipó muchas medidas que luego implementaría el macrismo, pero sería hacer futurología pensar qué hubiera hecho él de haber resultado electo.

Vivimos en tiempos convulsionados, en los cuales muchas veces debemos tomar decisiones que están vinculadas a nuestra calidad de vida. O compro un remedio, o compro dos kilos de carne para comer durante el día. O compro un paquete de yerba, o pago la cuota del club. Y por supuesto que es frustrante y desalentador adaptarse a estos nuevos paradigmas. Cada vez que tenés que resignar algo de comodidad o confort de la vida cotidiana, te jode. Es natural que sea así. El FMI sostiene a este Gobierno porque ve que Macri es funcional a sus propósitos, nada es gratis, no hacen beneficencia, se cobran hasta el último centavo aunque después de Mauricio venga otro. Esa será la “pesada herencia”, y no otra. La que cargarán nuestros hijos si es que deciden continuar viviendo en un país con impuestos altísimos. Un país que tiene todas las condiciones para convertirse en una potencia a nivel latinoamericano, pero que se ha visto superado por otros como México o Brasil. Vemos una Argentina disgregada, ausente, casi autista, ante lo que está sucediendo con la falta de asistencia social. No basta con aumentar la AUH y promover incentivos al consumo, hay que hacer una revisión integral de la situación de las clases sociales de la Argentina y que cada uno reciba su parte en función de su esfuerzo y del aporte que hace al Fisco. Punto final.

10 de mayo de 2019

Viernes nublado con sabor a invierno

Luego de un prolongado paréntesis, me reencuentro con los lectores, disponiéndome a que este viernes sea el mejor comienzo del fin de semana. Mi obra social no cubre casi ningún medicamento de los que necesito, por ese motivo estoy haciendo gestiones ante el Ministerio para que me otorguen algún beneficio, aunque más no sea el Certificado de Discapacidad, si bien no me considero discapacitado. No obstante, es inadmisible que tenga que pagar el Monotributo todos los meses a cambio de nada, excepto el aporte para una futura jubilación que ni siquiera sé si llegaré a disfrutar. Falta mucho todavía, aún no llegamos a mitad de año,  por eso hay que aprovechar intensamente el devenir de los días, que se nos escapan como arena entre los dedos. 

Siempre podés sacar algo bueno de cada jornada, aunque sea una tontería o un hecho que carezca de importancia, pero que pese a ello te hace sonreír. Y todos, en definitiva, buscamos que nuestro breve tránsito en la Tierra sea para sonreír, compartir unos mates con nuestros seres queridos, un café con un amigo, emprender un viaje, metas sencillas que constituyen la esencia de vivir. Porque las aspiraciones de quienes estamos en determinada posición son modestas, probablemente nunca llegaremos a ser Gerentes de una empresa o dirigentes políticos, y si lo fuéramos creo que no nos sentiríamos a gusto tampoco. 

Allá por 2012, estudiar y trabajar a la vez se me hizo muy difícil, no cabe duda de ello, y comprendí que no me iba a dar el tiempo para rendir bien en ambas cosas.  Yo me recibí de periodista en 1999, pero ya para lo que quise emprender después en términos académicos, me dispersaba fácilmente, no lograba retener determinada información, sobre todo para materias que no me interesaban. Conozco muchos casos de gente que tiene una familia a cargo, de manera que a las dificultades mencionadas anteriormente se le suma otra responsabilidad que yo por el momento no tengo.

Pensemos que dos horas de cátedra en un día pueden ser consideradas ínfimas por el tiempo insumido, pero quienes han pasado por un aula alguna vez seguramente conocen cómo te quema la cabeza un profesor que habla sin pausa y que además te hace tomar apuntes de lo que va diciendo bajo la "amenaza" de que sus palabras serán tenidas en cuenta para aprobar los exámenes parciales y finales. La bibliografía es costosa, incluso si es fotocopiada, y habrá que volver a subrayar, a usar el resaltador amarillo, a implementar cuadros sinópticos, y otras tantas estrategias que nos ayuden a retener los conocimientos que se encuentran desperdigados en centenares de páginas con una tipografía minúscula. Además, como las librerías buscan economizar tinta, te "pijotean" el tonner, motivo por el cual la impresión del material dista de ser legible en la mayoría de los casos. Pero es lo que hay. El resto es adaptación, aprendizaje. Sin ir más lejos, éste es el primer posteo que escribo en varios años haciendo referencia a aquel profesorado que había empezado a cursar y que no concluí. No me pesa haber desertado, tenía muchos frentes de tormenta abiertos y no podía concentrarme en todo.  

En fin, hablando un poco de las imposiciones propias del uso del celular y de la tecnología, como todos los cambios que impulsa Google, comienzan siendo una sugerencia y luego se vuelven una imposición. No hay manera de volver a aquel diseño de escritura amigable y sencilla que conocí hace 6 años cuando escribía en este blog. Lo importante es lo que uno pueda expresar, más allá del formato en que lo haga. Si tengo tiempo y me queda alguna neurona con ganas, antes de que termine el fin de semana publicaré una nueva nota. Nos estaremos viendo pronto, y gracias por la lectura.

7 de mayo de 2019

Buscando cambiar de hábitos para lograr que el día rinda más

Estamos casi a mitad de semana, y es un buen momento para pensar cómo hacer para que el cada día rinda más. Generalmente uno llega al viernes con varias cosas pendientes, desde trámites absurdos de la burocracia nuestra, hasta compras que se van postergando por falta de plata. Por suerte, ya saldé casi todas las cuentas corrientes y deudas varias que tenía, es una tranquilidad poder ir cumpliendo con los comercios que confían en vos y te otorgan esa posibilidad de pago. Asimismo, pagué el Monotributo e impuestos varios, y espero llegar a fin de mes, por lo menos, sin acumular nuevas deudas. Así como en los comercios anotan en un cuadernito la guita que entra y que sale cada día, voy a tener que hacer lo mismo, varias veces me ha pasado que tengo una determinada cantidad de dinero y no puedo precisar en qué se esfumó el resto. Al final de cada día, lo que suelo hacer es utilizar la calculadora del celular para ir sumando los gastos de dicha jornada. Da resultado, al menos para mí, aunque sigue siendo mejor la "libreta de almacén". 


Emprender la tarea de actualizar el blog a mitad de semana, pese a que ahora que ya no dispongo de tanto tiempo libre como antes, te permite contar con otro prisma para analizar la realidad, porque los medios nacionales ya se despertaron de la "siesta" y sobreviene una avalancha de noticias de distinta índole no da respiro. Por otra parte, tenía ganas de retomar el contacto con los lectores, tanto lo que caen acá por mera casualidad o los que acostumbran seguir las notas que publico. Tener un programa de televisión me hizo bien, no por el rédito económico, sino porque me exige planificar, y ponerme al frente de un desafío distinto que iré desandando conforme se vayan sucediendo las emisiones. No quiero hacer el ridículo, por eso me esfuerzo en que sea un producto lo más prolijo posible. El juicio de valor lo hará la audiencia, obviamente. 

Como suele suceder, uno aprende a valorar las pequeñas cosas cuando ya no las tiene, y ahora extraño tirarme en la cama a escuchar música a las cinco de la tarde, por citar un ejemplo de algo bastante sencillo que podía hacer cuando esas horas me pertenecían. Pero comprendí que del ocio poco se consigue, excepto un poco de distensión cuando estás muy enchufado y querés "bajar un cambio". 

Hace tiempo que no leo un libro nuevo, no los voy a engañar. Voy hojeando, pero decidirse a leer un ejemplar de principio a fin requiere ganas y saltear algunas páginas que el escritor eligió incluir y que no aportan nada relevante a la novela o ensayo en cuestión.  Ultimamente han aparecido colecciones con obras de naturaleza feminista, un movimiento que ha despertado un vigor inusitado en la Argentina. Y aunque no comparta algunos de sus postulados, es interesante conocer las historias de las mujeres que consiguieron logros o conquistas sociales notables, como Evita, precisamente hoy que se cumple el centenario de su nacimiento. Por lo general, cuando leo, prefiero textos breves, concretos, pero no por ello exentos de belleza o de virtuosismo literario. Tal vez por eso me enganché con uno de Eduardo Galeano cuyo nombre no me acuerdo (creo que era "Las bocas del tiempo").
Me molesta pensar que todo el mundo parece estar pendiente del dólar o del riesgo país, yo adopté la idea de disfrutar el día de hoy, pero a veces creo que es necesario decir basta. Dejar de cuestionarse lo que los demás hacen (o los motivos por los cuales hacen las cosas) y otear el horizonte con otra mirada. No necesariamente más optimista, sino diferente.
Podría escribir más, enumerar una por una las cosas que me irritan, o bien las que me complacen, pero siempre quise que este humilde espacio, con sus tropiezos y limitaciones, sea una instancia superadora. Espero estar en camino de lograrlo, y que para aquellos que entrar a leer esto no resulte un tedio. Punto final, y estamos en contacto. 

5 de mayo de 2019

El valor de las buenas personas

¿Dónde están las buenas personas? ¿Alguien las ha visto por ahí, o simplemente se han puesto de acuerdo para tomarse vacaciones simultáneamente? ¿Qué ha sucedido con ellas, que parecen haber desaparecido tan súbitamente? Seguro que las hay, pero no abundan, o en el devenir cotidiano no nos topamos con ellas. Estamos acostumbrados a escuchar definiciones tan simples pero tan significativas como éstas: "Fulano de Tal es un buen tipo", "Mengano es una buena persona".
Hace poco se difundió un estudio, en el cual los encuestados priorizaban como valor el hecho de ser considerados buenas personas por sus semejantes. Lo cierto es que no abundan, al menos para mí. ¿Es tan difícil encontrar gente buena, sin segundas intenciones, a quien le guste conversar y compartir una parte de su vida con los demás? Parece que sí, a juzgar por lo que uno puede apreciar es una sociedad donde todos quieren sacar ventaja y se cagan en el resto. Hay pocas personas dispuestas a escuchar, salvo que se dediquen a ello, como los psicólogos. Durante mucho tiempo fui uno de los que daban consejos sin que me los pidieran, en lugar de limitarme a escuchar, hasta que me tocó a mí estar del otro lado y comprendí lo irritante que resulta que un tipo nos intente resolver la vida diciéndonos lo que tenemos que hacer.

Estamos tan pendientes de tener el último modelo de celular o del chiche nuevo que fuere,  que en pos de esas pequeñas metas consumistas sacrificamos tiempo que bien podríamos dedicar a conocer a alguien. Tan simple como eso, conocer a alguien, no importa si lo hacemos con ánimo de conquista amorosa o no, lo relevante es el hecho de no descuidar el contacto humano, que es lo que nos hace ser lo que somos. A veces me aterra pensar en lo rápido que los objetos de consumo de vuelven obsoletos, y me pregunto si no nos estaremos acostumbrando a hacer eso con las personas, a declararlas obsoletas o a "darlas de baja" simplemente porque ya no sintonizan nuestra "onda", o porque han decidido elegir un camino diferente al nuestro.
Creo que las buenas personas están en algún lado, y que sin duda vale la pena conocerlas, estar en contacto con ellas, y escucharlas. A veces nos vemos obligados a tomar decisiones contrarias a esto, es cierto, pero a veces queda la sensación de que muchas personas se quedan en las buenas intenciones y nunca pasan a los hechos.Vale decir, les falta dar el último paso, saltar del trampolín y zambullirse en la aguas turbulentas de un destino azaroso. 

Transitando el domingo en una ciudad gris

Domingo por la tarde en la ciudad. Vamos transcurriendo el fin de semana, con días nublados y ventosos, y pronóstico de lluvia que al momento de redactar estas líneas no se ha cumplido aún. Durante la mañana aproveché unas horas libres para escuchar música que hacía tiempo no sonaba en mis oídos, con una pila de cd's que tenía arrumbados en un caja de cartón. La verdad, es como volver a encontrarse con un viejo amigo, en el común de los casos. Y en otros, con artistas o bandas que no está en mi interés escuchar nuevamente. Música que cayó por su propia mediocridad y no resistió el paso del tiempo. Me desperté tarde porque anoche terminé la jornada bastante agotado, olvidé activar la alarma del celular, de manera que cuando mi reloj biológico me lo indicó, salí de las sábanas. Como todos los días, recorrí la ciudad en bici, ya sea para despuntar el vicio de bicicletear o bien para hacer algún mandado, aunque mi vehículo no tiene cesto alguno, por lo cual debo llevar las bolsas en una mano y manejar el manubrio con la otra. Trato de evitar hacerlo en horas de mucho tránsito, obviamente. Hace tres años, cuando me esguincé el tobillo al caerme de una escalera, temí que me hubiera fisurado algún hueso, pero la placa radiográfica no arrojó mayores lesiones. Me recuperé bastante rápido, aunque de vez en cuando el dolor vuelve a aparecer, y no puedo correr o trotar con la intensidad que lo hacía antes.

No me siento particularmente melancólico ni reflexivo porque hoy sea domingo, generalmente dedico este día a organizar el trabajo para el resto de la semana, de tal forma que me mantenga ocupado haciendo algo útil, además de que se agiliza notablemente la rutina cuando podés planificar un poco. Tengo que hacer una lista de los invitados que aún no fueron al estudio para mi programa de TV, y siempre hay que tener un "plan B" por si a último momento uno de ellos no puede estar presente, o se le complica el horario de grabación. 

Me propuse, en esta breve nota, no abordar la situación del país como suelo hacer, ya que a todos nos agobia que nos bombardeen con noticias que ya sabemos o que podemos inferir. Pienso que la única ficha que nos queda es seguir cada uno desde su lugar, tratando de que las cosas salgan de la mejor manera, y cuando lleguen los comicios, veremos qué pasa. Por supuesto que es frustrante tener que cambiar hábitos y costumbres porque la guita ya no alcanza como antes, pero como es un mal endémico, seguramente nuestros padres y abuelos ya lo padecieron antes. Punto final.  

2 de mayo de 2019

Mi primera experiencia en la TV lobense: prueba superada (por ahora)


Martes por la noche en la ciudad, con bastante cansancio físico. Dediqué buena parte de la jornada a comenzar las cobranzas a los clientes que confían en mi página como medio de información. Como reza la célebre canción de Cerati, “Tarda en llegar, pero al final hay recompensa”. Ayer se emitió por la señal de Lobos Digital (ex RSO), mi primer programa de televisión, un ciclo de entrevistas en el cual tengo puestas muchas expectativas. Se llama “Café Doble”, y consiste, en esencia, en un momento distendido por los precandidatos lobenses para la PASO. Pero, si Dios lo permite, también iremos intercalando con notas a vecinos de a pie, gente que desarrolló un oficio durante muchos años y que atesora anécdotas imperdibles dignas de ser compartidas con la audiencia. Asimismo, está en los planes dedicar un espacio a referentes de las minorías sexuales de nuestra ciudad (trans, travestis, etc), en una sociedad que suele ser muy prejuiciosa. A los que estén interesados, pueden ver “Café Doble” los miércoles a las 21:30 hs por Canal 8 de RSO, o bien en la fanpage LTVN (se transmite online). Agradezco a todos quienes me apoyan en este proyecto, que en lo personal es muy importante y representa un desafío que espero estar en condiciones de cumplir de la mejor manera. Esto recién empieza y queda mucho por hacer para pulir detalles y otorgarle la forma que le pretendo dar al programa, con la inestimable ayuda de la Producción. 

Mientras redactaba estas líneas, pensaba en que hay gente que tiene demasiado apego por los objetos, tal es el caso de los coleccionistas. Yo aprendí que, si bien las posesiones materiales nos brindan satisfacción, nada de ello tiene verdadero valor si no podés superar determinadas situaciones. Quizás por eso nunca me gustó coleccionar nada, aunque me gustan los discos y los libros. Internet es el mundo de lo intangible: ya casi nada de lo que conocimos en la cultura popular permanece en formato físico: los discos se bajan por la Web, del mismo modo que los libros, ya sea de manera ilegal o no. Pienso que me tocó vivir en una época en que los cambios se producen más aceleradamente que hace décadas atrás. Todos, en mayor o menor medida, debemos consumir (es decir, gastar dinero) para sobrevivir. Pero no me gusta esa fascinación por lo nuevo, por el último modelo de celular, o por el chiche tecnológico más reciente. Creo que aun teniendo todo el dinero disponible para comprar lo más novedoso y atractivo, no haría uso de esa opción. No me interesa para nada estar todo el tiempo conectado a Internet mediante un teléfono, aunque por supuesto me sirve para mi laburo. Tampoco me gustan las series de Netflix (la mitad por lo menos son una bazofia), ni todas las boludeces que las empresas promocionan. Hoy por hoy es imposible pensar en una sociedad "anticonsumo", pero sí podemos advertir entre quienes nos rodean a las personas que hacen un uso racional del dinero, que no se endeudan inútilmente, que lo saben administrar, y que prefieren disfrutar de un asado con vino los domingos al mediodía antes de empeñarse en comprar cualquier artefacto sofisticado. De todos modos, en la coyuntura actual hay que ajustarse el cinturón y postergar ciertos gustos burgueses hasta que la situación mejore, lo cual no será en un corto plazo. 

Todo envejece rápidamente, y lo que hoy es considerado el máximo adelanto de la tecnología pasará al olvido en un par de años. A su vez, los objetos tienen una vida útil, que está determinada por el uso que les damos y por el desgaste propio de los materiales en que están fabricados. Cuando un artefacto deja de funcionar, es  momento de reemplazarlo, no antes. Yo tengo el mismo celular desde hace un año y no tengo la menor intención en cambiarlo, porque es todo más de lo mismo, correr detrás de lo último, de lo nuevo, cuando a mí no me interesa en absoluto un aparato que me tenga cautivo, que saque fotos con infinitos pixeles, o que lea mi huella digital.  Se me ocurrió poner el ejemplo de los celulares porque es el caso más corriente que suelo ver, pero bien pueden pensar en otros objetos de mayor valor que constantemente aparecen en el mercado prometiendo más confort o mayores prestaciones. Podría seguir adelante con este post pero creo que ya renegué demasiado por hoy sobre esta cuestión. Punto final.

1 de mayo de 2019

Comienzo de mes y Día del Trabajo

Miercoles 1°, Día del trabajo. Como siempre, en el contexto actual, uno no tiene más que agradecer el hecho de tener un empleo y de que la plata alcance -afinando un poco el lápiz- para los gastos esenciales. El modelo macrista ha expulsado a la calle a muchos trabajadores, ya sea por el despido de empleados públicos (no justificados), o bien por el cierre de fábricas e industrias que no han podido soportar el vendaval de la recesión. Pese a todo, no hay otra manera de vivir que no sea creyendo que el futuro puede ser mejor, pero no por la capacidad de gestión de nuestros dirigentes, que es por lo menos dudosa, sino por nuestra propia voluntad de seguir resistiendo como se pueda. Porque, además, no todo en la vida es estar 8 o 12 horas en un lugar cualquiera y llegar molidos a casa, con el cansancio que nos vence y nuestros hijos o familiares a quienes casi no vimos en todo el día. Estoy en desacuerdo con el paro general que hubo ayer, no porque los reclamos no sean justos, sino más bien porque vemos que siempre convocan los mismos que estuvieron currando con todos los gobiernos a costa del bolsillo de sus afiliados cautivos, con Moyano a la cabeza. Es decir, me refiero a los sindicalistas. Creo que el único que terminó preso fue Pedraza, pero por delitos aún más graves (el asesinato de un militante del Partido Obrero). En fin, hoy por hoy un paro de camioneros pone al país en jaque porque durante años se encargaron de destruir al ferrocarril de carga, con ramales que fueron cerrando, vías en pésimo estado, cero inversión, y coimas escandalosas para compra de chatarra como las que recibió Ricardo Jaime. 

Sin embargo, esto viene de antes, cuando se vivía la fiesta menemista, la ola privatizadora, y el Turco dijo: "ramal que para, ramal que cierra". Con la famosa fantasía del "1 a 1", sueldos miserables (300 pesos/dólares en promedio), y jubilaciones que daban vergüenza, mientras la clase media de aquel entonces compraba televisores y basura importada. Se destruyó la industria del calzado, y la textil en general. Como verán, la historia demuestra que no hemos aprendido nada, al menos en tiempos recientes. 

Las jubilaciones actuales tampoco alcanzan para nada, con la reforma previsional que se implementó y el cambio de la fórmula de cálculo de aumento de haberes (dos por año). La Reparación Histórica fue una medida positiva, pero escondía el velado propósito de renunciar a hacer juicio al Estado, los cuales se contaban por millones. Pero dado que estos juicios demandaban años y una persona de edad avanzada no estaba en condiciones de esperar, fue la mejor solución que se pudo encontrar. Por eso, cuando se habla de "reducción del gasto público", o "déficit fiscal primario", sepan que aunque esta terminología nos resulte ajena, no trae nada en beneficio del pueblo, porque cada vez pagamos impuestos más altos para un Estado que no retribuye en nada dicha erogación. Punto final.  

"No me sueltes la mano", dijeron los senadores

Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...