29 de julio de 2021

Si te subís a la montaña rusa, bancate lo que se viene

Va llegando a su fin un mes que siempre se me hace largo, y no sólo porque tenga un día más que el resto. Cuando ya vas por la segunda mitad del año, es un buen momento de barajar y dar de nuevo. Ajustar las clavijas. Actualizar las tarifas publicitarias, aunque algún cliente reniegue, es necesario porque la inflación también nos afecta a los medios de prensa. Por supuesto que hay que hacerlo dentro de lo razonable, y de la capacidad que tenga cada anunciante para solventar ese incremento. 

Voy a hacer una pequeña digresión: Lamento muchísimo que un vecino con el talento y la trayectoria de Elu Reyes, haya tenido que dejar la dirección del Coro Polifónico a consecuencia de la inoperancia y desinterés de los funcionarios de turno. Evidentemente, para este gobierno municipal, hace tiempo ya que la cultura dejó de ser una prioridad, si es que alguna vez lo fue.

Dicho esto, vuelvo a lo que estaba diciendo en el primer párrafo. Lo primero que hago cuando junto algo de guita es pagarle al Fisco, porque de lo contrario sé que voy a tener problemas, como que me corten la obra social. No soy muy buen administrador de mis ingresos, pero trato de no quedarle debiendo a nadie. Hoy me llamaron de un partido político muy conocido de Lobos para pedirme presupuesto para la campaña. Fue un trámite sencillo, les tiré un número y les expliqué qué incluía ese pago (notas, banner publicitario, nada del otro mundo). La cifra que le pasé a esta persona va a ser la misma para todos, es lo que corresponde. Si me hacen una contraoferta y me sirve, puedo tenerla en cuenta. Pero en líneas generales, el que quiera promover su campaña, tendrá que poner la guita que yo considero en función al presupuesto, y que tampoco es un monto exorbitante. De más está decir que yo me comprometo con el cliente hasta el día antes de la elección, después ya no puedo hacer nada y si los resultados le fueron favorables o no en términos de votos, no me hago cargo de eso, porque yo no soy el candidato. Simplemente presto un servicio cuyos alcances se acordaron previamente, lo otro lo decidirá la gente. Esto tiene que ver con lo siguiente: si el jefe de campaña acepta y está todo bien encaminado, se paga en el momento, porque si llegan a perder, no los ves más y tenés que prenderle una vela a un santo para que paguen. Inexorablemente habrá derrotados, porque el que triunfa es uno solo. 

La verdad es que, llegado a cierta edad, no tengo ganas de hacerme mala sangre con estas cosas. Todos saben cómo o dónde contactarme, no hay misterio alguno en eso. Otro aspecto a destacar es que, del importe que acepten pagarte, nunca es ganancia 100 %: hay que contratar a un diseñador llegado el caso, comprar insumos para ofrecer el mejor producto posible, pulir las notas hasta el mínimo detalle. Pero nadie es perfecto, hay cosas que se van dando solas sin que las esperes o te las imagines. 

Creo que existen "rachas" en la vida de cualquier persona, y que no están relacionadas con el destino o cosas por el estilo. Simplemente, hay una seguidilla de días en los cuales todo te sale bien, te sentís mejor, porque el trato de la gente hacia vos también es mejor. Y después, es posible que te toquen días en que no pegás una, tenés el arco vacío para meter el gol, todo servido en bandeja, y te va mal. Errores inexplicables, malas decisiones, gastos imprevistos. Pero si no fuera de ese modo, no podríamos dimensionar lo importante que es "querernos" un poco más, bajar un cambio, disfrutar del viaje. Porque la vida misma no es más que un viaje sin retorno. Punto final. 

26 de julio de 2021

No dejes que te digan cómo tenés que pensar

Se terminó el fin de semana, y como suele suceder cuando cae la noche y uno llega a esa instancia, hay que ir poniéndole garra al lunes, planificando el trabajo que quedó pendiente y buscando información que despierte interés. A medida que nos acerquemos a las elecciones, será más difícil esquivar la coyuntura política. Tampoco es eso lo que pretendo, sino no hastiar a los lectores con nombres y listas hasta que hagan propuestas concretas. Sabemos que, lo que llamamos propuestas, no son más que simples enunciados de buenas intenciones. Pero es lo que hay. Siempre he dicho que yo voto candidatos, no partidos. Si hay un candidato que me represente o que pienso que puede ser un buen legislador, no me interesa en qué lista va. 

Se están desarrollando los Juegos Olímpicos en Tokio, y por la diferencia horaria no he visto casi ninguna competencia. Hasta el momento han pasado totalmente desapercibidos para mí. Pero por lo que pude ver, la actuación de la delegación argentina es decepcionante. Mucho no se podía esperar, tratándose de los deportistas de un país que nunca le dio bola al amateurismo. En un año común, la atención pública está centrada en un puñado de disciplinas: fútbol, tenis, basquet, rugby... y no se me ocurre mucho más. Así nos va. Seguramente la mayoría de las medallas se las repartirán entre EE. UU. y China. También suena raro decir "Tokio 2020", porque es como si ya hubiera ocurrido, pero el año pasado la pandemia obligó a suspenderlos y en consecuencia se mantuvo el nombre original. Los últimos JJ. OO. que seguí bastante desde la pantalla fueron los de Londres 2012. Realmente todo fue espectacular en cuanto a la organización, las ceremonias de apertura y de cierre...y los atletas argentinos lograron hacerse de algunas medallas. Qué se yo, hay momentos en que tengo la sensación de que éste es un año raro, más aún que 2020. Tengo la impresión de que está todo "atado con alambre", y que como país no salimos más adelante, aunque pasen 30 años. Un análisis pesimista, lo reconozco, pero no hay muchos incentivos como para cambiar de opinión, excepto (como dije antes) el avance notable en la vacunación, que es digno de destacar. Para agosto, todos los inscriptos tendrán al menos la primera dosis. O eso es lo que se estima oficialmente.

Ayer domingo, vi otra canallada de Clarín, esta vez en tapa. Una nota que titulaba "Vuelve el trueque, como en 2001". Cuando la leías, era evidente que no se habían esmerado mucho, porque era sólo una página, que incluía dos o tres fotos. Concretamente, analizaban el fenómeno del trueque desde un solo lugar, que era Laferrere y otras localidades de La Matanza. Con algunos ejemplos medios burdos, como gente que ofrecía una remera nueva a cambio de dos botellas de aceite. Esa "nota" no es casual, como tampoco lo es que haya salido publicada un domingo, el día que más lectores tienen. Son ellos, la gente de Clarín, los que pretenden un retroceso al 2001, no nosotros. Porque hacer lo que hicieron, ni siquiera es periodismo de investigación. Es ir a un lugar y entrevistar a la gente que la está pasando mal, usándola para trazar una conclusión antojadiza a nivel macro. Y que el tipo que lee diga: "Che, qué mal que estamos, ¿Viste que volvió el trueque?". No estoy cuestionando que los testimonios o los casos que mencionaron no sean reales, lo que critico es la intencionalidad miserable que tienen. No vamos a volver a 2001, aunque sea el íntimo deseo de los señores de Clarín. Pasaron 20 años ya y muchas cosas cambiaron. Durante el macrismo es probable que el trueque se haya dado con mayor asiduidad, pero en ese lapso de 4 años nada dijeron al respecto. Sin embargo, lo hacen ahora. Nada me sorprende ya a esta altura, a decir verdad, pero no deja de ser una falta de respeto al sentido común. Y si yo leo un medio, no me gusta que subestimen mi inteligencia. Quizás haya personas que sí, que prefiere que le den todo masticado así se evitan el trabajo de pensar. Bueno, no me indigno más al pedo. Nos estamos viendo pronto. Punto final.  

 



24 de julio de 2021

Arrojando una piedra al fondo del mar

 La campaña política en Lobos entra en una cuenta regresiva. Ya hay varios nombres en danza, y casi todos los referentes de los distintos espacios han confirmado algunos de ellos. Lo único que hará que esta etapa proselitista sea diferente a las anteriores es el COVID. Actualmente, en el HCD, el oficialismo cuenta con mayoría absoluta y quórum propio. Si el peronismo local logra que sus candidatos tengan llegada a la gente, es posible que revierta la composición del Deliberativo. No es una empresa fácil, con la UVC y la UCR juntos, aunque más no sea un matrimonio por conveniencia. 

Generalmente, los comicios de medio término no despiertan mucho entusiasmo, pero marcan una tendencia respecto a lo que vendrá. Durante la campaña, habrá de todo: pifies, declaraciones insólitas y absurdas, chicanas de todo tipo, demagogia a full, y el inevitable deseo de cada uno de "acomodarse" para salir lo mejor parado posible, o "salvar la ropa", como suele decirse. En fin, nada que no hayamos visto antes. Si los partidos mayoritarios no logran sumar concejales, la aspiración será renovar con los que finalizan su mandato. Claro que el común de la gente está pensando en otra cosa y a nadie le interesa tener que ir a votar, más aún cuando estamos sumidos en una pandemia que todavía no hemos conseguido superar. 

Quedan menos de dos meses para las PASO (son el 12 de septiembre), un engendro que para muchos sirve como un mero testeo, y para otros es una instancia decisiva. Habrá partidos minoritarios, como el Frente Patriota o quizás algún otro que aparezca de la nada, que queden afuera de la competencia de noviembre por no alcanzar el porcentaje mínimo de votos válidos (1,5 %) previsto por la Ley Electoral. No creo que eso le suceda a la Izquierda, porque tienen una organización territorial suficiente para pelearla en determinados distritos. Pero gente como el neonazi Biondini y sus seguidores lobenses, van a terminar en la banquina. 

Además, la estimación que debemos tener en cuenta, es que un partido debe obtener entre 3.000 y 4.000 votos a nivel local para acceder a una banca en el Concejo. No recuerdo la cifra exacta, pero debe andar por ahí. Si no alcanzás menos de 3.000 sufragios a tu favor, olvidate. 

Respecto al maldito virus, todo indica que los casos que se registran en Lobos vienen en descenso, lo cual no deja de ser alentador. Pero estamos lejos, muy lejos de terminar con esto. Primero hay que lograr vacunar con ambas dosis a la mayor cantidad de la población. Es un objetivo que puede alcanzarse en un plazo relativamente corto si se mantiene el ritmo actual de aplicaciones diarias, al menos en la Provincia. Hubo muchas dudas respecto a la eficacia que tenían, dudas sembradas principalmente por los grandes medios que tildaba a la vacuna de "veneno". Primero hicieron eso, y luego reclamaban porque las dosis no llegaban con la premura necesaria. Yo no voy a defender al Gobierno, pero ese juego comunicacional que están haciendo desde TN o "La Nación + " no merece llamarse periodismo, es desquiciado.  

Volviendo a la arena política, es cierto que hay mucha bronca de diversos sectores de la sociedad con esta versión desteñida del kirchnerismo. Y en varios distritos clave van a perder sin atenuantes. En Santa Fe, donde hay mucho desarrollo agropecuario, el malestar del campo es creciente, y probablemente pierdan allí también. Pero no hay que contar los pollitos antes de nace. Todo está por verse y como les dije en otra nota, sólo resta sentarse a esperar. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

21 de julio de 2021

Cuando se habla de los supuestos "vagos" que no son tales

 "Son vagos"

"No quieren laburar, ¿Por qué no investigan?". 

¿Cuántas veces he escuchahdo frases como éstas que no se ajustan a la realidad? ¿Y en particular, si son dirigidas a periodistas, no sólo lobenses? En esta ocasión voy a hablar por mí (algo que no me agrada, pero bueh...). No tengo horario. Muchas veces he salido de mi casa al mediodía y he vuelto entrada la noche. Cuando hay que cubrir las elecciones, estoy al 100 %, primero cubriendo la previa desde las 8 de la mañana, luego un impasse hasta las 18 hs (cuando cierran los comicios) y obviamente me quedo ahí en algún búnker hasta que se conoce el resultado final. Y una vez de regreso, con todo el material, me toca desgrabar, editar y seleccionar las fotos, renegar cuando las cosas no salen como yo quisiera. Y previamente, durante el tiempo que dura la campaña electoral (entre dos o tres meses), tenés que multiplicarte por diez para estar en todos lados. 

Me he perdido compromisos familiares por tener que cubrir notas intrascendentes que ni siquiera merecían la pena ser publicadas. Y reniego no por mí, sino por respeto a los lectores, que se merecen lo mejor. Por supuesto que no me creo más que nadie, a muchos vecinos también les sucede lo mismo, cada uno en su rubro. No me quejo porque es mi vocación y lo que amo hacer. Tal vez si sumo las horas diarias de trabajo, no lleguen a ocho, pero estoy todo el tiempo pendiente de cualquier noticia que pueda surgir. Y como la computadora que tengo no es infalible, más de una vez entra en tilda o se cuelga y te desesperás porque tenés un montón de notas por cargar y la única forma de hacerlo es con el celular, algo sumamente engorroso y que demanda mucho tiempo de corrección, obviamente porque la pantalla es más pequeña. Pero esos prejuicios, se hacen extensivos a mucha gente que labura más de lo que los demás creen. Cuando alguien no encuentra un albañil o un plomero, lo primero que dice es eso. Lo que debés entender, es que no están disponibles las 24 horas para satisfacer tu requerimiento. Conozco personas que podrían entrar en la categoría de "vagos", pero se da en casos muy evidentes, cuando ves a un tipo en un bar  tomando café a cualquier hora del día o haciendo sociales con otros de la misma calaña. En cuanto a investigar, también lleva tiempo, y no voy a tirar un rumor sin chequearlo para después comerme un juicio que nadie me va a pagar, además de que sería un acto irresponsable. Eso no significa que el periodismo no deba ser "jugado" y comprometido, una caja de resonancia del pulso de la sociedad. 

"Investiguen", dicen ellos, que están calentitos en su casa boludeando en las redes sociales sin otra cosa mejor que hacer. Si yo publicara todo lo que me dice la gente en la calle, me metería en quilombos, no por cobardía, sino porque muchos te quieren hacer "pisar el palito". Lo que en la jerga se llama pescado podrido. Y si vos conseguís primicias porque vendiste tu alma al poder político de turno, hacé tu juego, pero recordá que nada es eterno, ni siquiera el poder, y cuando se dé vuelta la torta vas a quedar descolocado. Porque, de tanto hacer lobby encubierto por el oficialismo, cuando asuma uno de otro palo, te lo van a hacer pagar. El primer efecto inmediato es que las primicias las van a tener otros. Y seguramente habrá en esa instancia otro medio que sea afín a ese nuevo gobernante, como pasa en todos lados.

 El problema de esta dirigencia que tenemos, es cuando se acostumbran a leer "el diario de Yrigoyen", y desestiman (o subestiman) al resto. Se creen sus propias mentiras. Porque viven con la realidad que ellos mismos inventaron y que ven plasmada en la hoja de un diario, en una radio, o en un portal de Internet. Como Lobos todavía cuenta con varios medios y maneras de informarse, el vecino podrá tomar como valedero lo que aparece en una publicación oficialista, pero confío en que no perderá el espíritu crítico. El día que eso ocurra, estamos jodidos. Porque si vos tomás lo que aparece publicado y no indagás, te engañás a vos mismo. Dicho de otra manera: no es sólo ese periodista tendencioso (hablando a un nivel macro) el que te está estafando con info trucha, sos vos el que no hacés el mínimo ejercicio mental para ocuparte a indagar y/o investigar, que es lo mismo que le estás cuestionando al periodismo. Es más, hasta hay una página muy útil, que se llama "Chequeado", y que te ahorra el trabajo. El mismo trabajo que algún lector perezoso no quiere hacer y que se desayuna con "el diario del lunes". Punto final.

19 de julio de 2021

Elogio de la amistad, y agradecimiento para todos ellos

 Están los de la infancia. Los que conociste mientras estudiabas en la Facultad, o en tus primeros trabajos. Los que, sin llegar a ser íntimos, no pasan un día sin saludarte por la calle. Los que conociste por casualidad porque siempre iban al mismo bar que vos o frecuentaban otro lugar en común. Todos son amigos. Están, también, aquellos que lo fueron pero que perdieron tal condición, por cosas de la vida que mejor no recordar. Por ello suele decirse, con razón, que la traición nunca viene de un enemigo ¿La amistad es incondicional? No, de ninguna manera. Lo único incondicional (o casi), me atrevería a afirmar, es el amor de una madre, como me dijo una vez una psicóloga, y tal es así que son casi las únicas que van a visitar a sus hijos si están presos. Pero, la amistad se construye en base a la confianza. Es una acuerdo tácito, por eso cuando se rompe, es sumamente difícil (y a veces inviable) reconstruir el vínculo. A tu mejor amigo le contás tus secretos, frustraciones, y algún logro importante que aún no querés hacer público masivamente, por si las moscas. En una pareja, puede ser que uno ame más que el otro, pero en la amistad eso no sucede, ambos se aprecian por igual. Si no es así, son meros conocidos, personas con las que tenés afinidad pero alcanzan el status de "amigos". Ya cuando sos adulto, el hecho de tener que laburar y atender compromisos familiares te aleja un poco de tus amigos, y probablemente a ellos les suceda lo mismo. Mis amistades más fieles están lejos en este momento (en términos de distancia, dos lobenses, uno de ellos vive en Chubut y otro en Santa Cruz), pero no hay nada que el WhatsApp o algún mensaje no pueda resolver, dentro de lo posible. 

Hace más de 10 años que no nos juntamos para celebrar el famoso 20 de julio, tengo algunas fotos por ahí dando vueltas. Y es que, por los mismo motivos que mencioné antes, cuesta mucho coordinar un horario y un lugar, además de que la situación actual hace que los encuentros o reuniones de ese tipo deban ser limitados. Pero, supongo que no faltará oportunidad de hacerlo dentro de un tiempo, cualquiera sea la fecha escogida. 

Los compañeros de trabajo no siempre son amigos. Pueden serlo, claro está, pero es otro tipo de relación y de trato. Y lo que pretendo rescatar, es que la amistad es un amor más fuerte, incluso, que el de tu pareja, o tu novia. Porque puede suceder que te separes, o te divorcies, pero los amigos siempre están. Sobran las historias de los que se quedaron con lo puesto cuando se pudrió todo, y un amigo les prestó un departamento para pasar la noche o unos días hasta conseguir algún inmueble. Reitero, si no están cuando las papas queman, no tiene sentido seguir considerándolos de tal modo. También todos sabemos de los famosos "Amigos del Campeón" (cuando todo te va bien y la gente se te acerca súbitamente con escasa sutileza).Como nunca tuve mucha guita y dudo que eso vaya a ocurrir en el futuro, estoy a salvo de esos oportunistas. En fin, esta breve nota pretende ser un elogio de la amistad, de aquella genuina y perdurable, que ciertamente no abunda pero te llena el corazón. Gracias a todos. Punto final. 

17 de julio de 2021

Un fin de semana "bajo cero"?

 Sábado por la mañana en la ciudad.  Asomó el sol pese a que hace frío. Todo parece indicar que será un día tranquilo. Me levanté más tarde de lo habitual porque olvidé activar la alarma del celular, y me cebé unos mates. Los primeros minutos del día uno permanece con la mente en piloto automático, salvo que tengas problemas o preocupaciones que te lleven al nivel de no poder despegarte de eso. El período de sueño también influye, si soñaste algo muy traumático o que te trae recuerdos desagradables, cuando entrás en la lucidez y se termina ese viaje onírico, la pesadilla se queda flotando por tiempo indeterminado. Muchas veces me ha pasado que intenté dormir una siesta, y me he despertado dos o tres horas después con la sensación de no haber descansado en absoluto, es más habitual de lo que parece. Qué se yo, por lo menos te sirve para jugar algún numerito en la Quiniela, aunque no me gustan los juegos de azar. 

Pero lo que menos me gusta, y que trato de evitar, es perder el control de mis actos. Básicamente, esto significa que la emoción no se imponga sobre la razón. Cuando eso no ocurre, hacés gastos inútiles, reaccionás de un modo excesivamente agresivo ante personas que nada tienen que ver con lo que te pasa, tenés impulsos que normalmente lograrías reprimir. No se preocupen, no soy un asesino serial ni un delincuente: nos pasa a todos. Algunos pueden manejarlo de mejor manera, otros no.

 Cuando trabajás bajo presión, puede que te salga bien lo que estás haciendo, pero no es lo más frecuente. El acoso laboral ha existido desde siempre: Si tenés a un jefe que te está respirando la nuca, no vas a rendir bien, porque sentís una exigencia desmesurada ante lo que te están imponiendo. Pero como todos necesitamos ganar guita, el común de la gente tolera esto aunque su salud mental esté hecha trizas. Discutir con jefes o supervisores no conduce a nada bueno, puede ocurrir que te echen, o que la relación se vuelva más hostil. Entonces pasa que terminás la jornada laboral, vas a tu casa a encontrarte con tu familia, y te descargás con ellos, que están totalmente ajenos a lo que te tocó atravesar. O si lo saben, es muy poco lo que pueden hacer. Claro que si podés te tragás la bronca, pero -a largo plazo- es peor aún. 

Yo pasé por muchas situaciones similares a las que estoy describiendo, y muchas veces pensé: "no voy a enfermarme por un hijo de puta que me haga la vida imposible". Ojo, también me tocó laburar en relación de dependencia con gente muy buena, y de la cual guardo el mejor de los recuerdos, sobre todo porque te permitía desarrollarte y crecer profesionalmente (cualquiera sea el puesto que ocuparas). Pero no abundan.

Si trabajás con un grupo numeroso, nunca falta el alcahuete que quiere quedar bien y es capaz de ensuciar a los demás para cumplir su cometido. Son pobres tipos que no entienden cómo funciona la cosa. Acá en Lobos, no hay laburos con posibilidades de ascenso a nivel jerárquico, ese es uno de los motivos por los que no tiene sentido conviertirse en un chupamedias, además de que lo veo como un sometimiento no forzado. Es decir, esa persona intenta dar rápida respuesta a cualquier estupidez o capricho del jefe en cuestión, pero éste nunca le pidió que asumiera esa actitud. 

Ya es de noche en Lobos, y el frío se siente más crudo que con las primeras luces del alba (pese a que el termómetro marca 12 grados), principalmente a causa del viento helado que te pega en la cara. Aunque hasta ahora, creo que sólo hemos tenido 7 o 10 días, como máximo, del ola polar. Quedan muchos meses por recorrer y cada estación del año tiene su atractivo, inclusive el invierno, que cosecha opiniones a favor y en contra. Por lo pronto, procuro mantenerme alejado de la estupidez y de la pérdida innecesaria de tiempo. Nos estamos viendo pronto. Punto final.     

14 de julio de 2021

Sólo resta sentarse a esperar con el mate

Mitad de semana, un buen momento para escribir. Porque además, ya pasamos holgadamente la primera mitad del año. Esto no es ninguna novedad, pero inevitablemente me puse a pensar en qué hice desde enero hasta la fecha. En principio, nada del otro mundo, de lo contrario lo recordaría fácilmente. 2020 fue tan shockeante para todos que lo único que pedíamos era que desapareciera de una buena vez, creímos de un modo bastante ilusorio que la transición de un ciclo a otro, traería consigo una vuelta a lo que conocíamos como "normalidad". Hoy vemos que no es así: la gente se sigue muriendo a causa del virus, el Gobierno continúa trayendo millones de dosis de la vacuna, obviamente continuamos usando barbijo mientras en varios países de Europa la población está inmunizada en su gran mayoría y el tapabocas ha pasado a ser un ingrato recuerdo.

 En los primeros meses de este año, hubo un "relajamiento" notorio, debido al verano, y al deseo de querer volver a un status quo que también tiene que ver con esa sensación de haber dado vuelta de página. Yo tampoco estuve ajeno a eso, nos pasó a todos.  Como los informes oficiales no registraron en ese período cifras altas de contagios o fallecidos, todo ello contribuyó a que nos empeñáramos en nadar contra la corriente, pese a las advertencias de las autoridades sanitarias. Irse de vacaciones por unos días y despejar la cabeza luego de un año demoledor en todo sentido, prometía ser un buen plan para muchos. No todos pudimos hacerlo, y algunos decidimos quedarnos en la ciudad, quizás pensando en contar con el alivio momentáneo de alguna quinta con pileta, pero los precios de los alquileres se dispararon de un modo insólito y exorbitante. Simplemente, porque la demanda una de las más altas de los últimos tiempos. Y así fueron pasando los días. Dólar va, dólar viene. Hoy estamos nuevamente con la cotización de la divisa como tema de conversación. Para quienes compraron el blue a 150 pesos, ver que hoy supera los $ 175 es la mejor noticia que podrían recibir. Se sabe que, en los meses previos a las elecciones, el billete sube hasta límites insospechados, para luego entrar en una meseta durante un tiempo, si es que no interviene el Banco Central. Tal vez como yo no necesito dólares, ni tampoco podría comprarlos, mi única preocupación es que esta alza repercuta en el precio de los comestibles. Pero creo que en la última corrida que hubo, y la consiguiente remarcación en las góndolas, se tomó como referencia un dólar a $ 200, ¿Por las dudas, vio? De manera que estamos comprando en el almacén o en el súper en base a un precio que nunca llegó a plasmarse aún en las "cuevas".

Como suele ocurrir, la vorágine cotidiana hace que no lleguemos a hacer todo lo que nos propusimos. Sentimos que los días no nos rinden. A título personal, probablemente me podría haber ido mejor en varios aspectos, y no hay que soslayar qué responsabilidad nos cabe a nosotros para que las cosas sucedan. No existe el destino, ni mucho menos los predestinados. El azar, sí. 

 De a poco voy retomando viejos hábitos que me daban placer, como escuchar música y leer tantos textos interesantes que fueron quedando postergados ya sea por falta de tiempo o mera haraganería. En este momento estoy leyendo una biografía sobre el ex presidente Marcelo T. de Alvear, escrita por Félix Luna. Y un libro que recoge testimonios de las desapariciones de militantes políticos ocurridas durante la última dictadura, concretamente en Tucumán. Excelente trabajo de la periodista Sibila Camps.

Es obvio que cuando te pinta el bajón, sos un "ente": no tenés ganás de nada y sólo salís de la madriguera porque obviamente tenés que trabajar. A veces me siento desmotivado sin motivo aparente, y me bloquea en términos de creatividad. El periodismo requiere ofrecer enfoques novedosos, porque tenés que marcar la diferencia. Si no, todas las notas de todos los medios serían iguales.

Nunca me gustaron las tareas domésticas (en realidad creo que a nadie), pero de vez en cuando me pongo las pilas y emprendo una limpieza completa de mi cuarto, o de la cualquier ambiente de la casa. Lavo los pisos con lavandina, ordeno la ropa del placard, y voy descartando todo aquello que ocupe lugar innecesario. Insisto bastante en lo beneficioso y sanador que es desapegarse de objetos que no revisten utilidad alguna, o que nos remiten a un pasado al cual no queremos volver. 

Hoy, mientras iba al súper, trataba de elucidar por qué la guita rinde tan poco. La explicación más sencilla es que el poder de compra se redujo, es decir: el poder adquisitivo no es suficiente para los que vivimos con lo puesto. Los alimentos están caros, y a diferencia de otros productos, necesitamos de ellos para subsistir.

Si vas al Mercado Central, hay que tener en cuenta el gasto de combustible y peajes para amortizar la compra que vayas a hacer. Una buena opción es que dos o tres familias se pongan de acuerdo para comprar las frutas y verduras y en ese caso sí te rinde, porque los precios son mucho más baratos que en cualquier comercio del ramo, al no haber intermediarios. Los puestos son casi infinitos, y hasta hace unos años la fachada del edificio estaba "decorada" por un enorme cartel: "Clarín miente". La única mentira es seguir creyendo que vamos bárbaro, que no hay inflación y que el INDEC es un organismo estatal impoluto. Los medios hacen su juego en función a los intereses comerciales a los cuales responden. No hay misterio en eso, siempre ha sido así, por eso no es causal que lo primero que diga un funcionario acusado de corrupción o de otro delito es: "Es una campaña de desprestigio en mi contra". Si las pruebas son irrefutables, haya o no campaña de por medio, las cosas van decantando por sí mismas. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

11 de julio de 2021

Historia de los leales, traidores, alcahuetes y chupamedias

 Hubo un tiempo, no muy lejano, en el cual los acuerdos políticos en Lobos se dirimían en el Club Social. Tiene su lógica: era un lugar tranquilo, con sesgo aristocrático, que el común de la gente no frecuentaba. Sólo lo hacían las familias "con apellido", que malgastaban las horas jugando al póker, al bridge, o tomando algo en la vereda para hacerse ver. Estoy hablando, más o menos, de hace 30 años. Pues bien, eso cambió. Abundan muchos escondrijos donde los posibles candidatos se reúnen para sellar alianzas. A veces en un territorio "neutral", sin pertenecer a  partidos distintos. De no ser así, lo hacen en el comité, pero cuando los afiliados se enteran, arde troya. Y ahí sí se putean, se pasan facturas, se dicen de todo, en alguna ocasión los más exaltados se han agarrado a trompadas. Ir a una interna, en líneas generales, no es beneficioso para nadie, porque provoca un desgaste considerable, y además los derrotados son capaces de inclinar su voto por cualquiera con tal de arruinarles la fiesta a los vencedores. Como mencioné en una nota anterior, algunos no tienen problemas en mostrarse en público con sus nuevos aliados. Pero el político de raza, de los que aquí no abundan, va tramando con paciencia esa decisión, porque sabe que algo tendrá que ceder. Por ejemplo, un lugar en la lista, que ofrecerá a su posible socio. Evalúa cuánto tiene por ganar y cuánto por perder. Insisto, sabe que nada es gratis y que tendrá que hacer una oferta seductora, pero que no comprometa sus planes y que no provoque el rechazo de la militancia, que mientras los dos tipos deliberan, está totalmente ajena a lo que sucede. 

Traslademos este escenario al Conurbano, o a cualquier distrito donde los votos definen una elección. Imaginate que vos sos un pobre perejil, un militante de base que pega carteles y reparte boletas, te llaman una reunión en el comité, y luego de alguna frase de ocasión, el Jefe les comunica a vos y toda la gilada que pactó con Fulano para darle un lugar en la lista de candidatos. Estas cosas pasan con más frecuencia de lo que suponés, y en todos los partidos. A mayor verticalismo y obediencia debida al caudillo, más frecuente es. Y si hay uno que puso guita para la campaña, aunque sea un empresario venido a menos, hay que devolver favores, porque con esos tipos no se jode. Te ponen la plata, o te dicen "yo aporto tanto", pero no están haciendo beneficencia. Además, siempre hay alguno que se queda con un vuelto, el valijero o quien sea, y a más intermediarios, más condicionamientos tenés. Obviamente, el Jefe conoce esto y muchas veces los deja hacer. Eso sí, no se va a ensuciar las manos yendo a buscar plata negra. Un buen paso previo es crear una sociedad anónima trucha para eludir cualquier posible investigación, lo que se conoce como desvío de fondos. Bueno, entonces el capo manda a un emisario en quien deposita su confianza, aunque todos desconfían de sí mismos y de los demás. Desconfían, sobre todo, de que uno de los pesados se plante y quiera sacar los pies del plato en plena negociación. Los que pegan carteles no valen nada, son mano de obra barata o gratuita. Y el Jefe sabe que los conforma con poco. Si hay algo que detesta, son los aduladores y alcahuetes, pero los tolera porque los ve tan sumisos y chupamedias que les causan gracia. 

Si la historia termina bien y el candidato triunfa, siempre hay alguna licitación de obra pública o lo que fuere para favorecer a los aportantes, y hasta puede suceder que alguno de ellos integre el Gabinete, como hizo Menem al principio de su mandato con el grupo Bunge y Born. Todos quieren "salvarse", recuperar la guita que pusieron o recibir un trato preferencial por su interesada generosidad. En un próximo artículo, me referiré más en detalle a lo que viene después, es decir, luego de la victoria electoral y todos los compromisos que ello conlleva. Punto final.



8 de julio de 2021

Entramos en "modo campaña": Aceptá todo lo que te ofrezcan pero no los votes

Jueves por la mañana. Un día asquerosamente húmedo en la ciudad. Me levanté, y vi por la ventana las calles mojadas. Descarté rápidamente la hipótesis de la lluvia, porque ayer el pronóstico indicaba para este día temperaturas inusualmente altas, que en un determinado momento treparon a 22°C. Toda una invitación para enfermarse, digamos. Salí vestido con una campera de invierno, y a medida que avanzaba la mañana ya el abrigo me empezaba a molestar. Llegué a casa pasado el mediodía, no veía la hora de darme una ducha. Almorcé, esperé un rato y me duché, eso me relajó bastante. A veces pienso que perdemos demasiado tiempo conjeturando "lo que hubiera sido pero no fue". Por supuesto que no tiene el menor sentido, pero todos en alguna oportunidad, sobre todo si algo no sale como esperábamos, hemos hecho ese razonamiento. La única ventaja que le veo es evitar cometer el mismo error, que no es poco. Un hecho X debería haber salido bien, pero no fue así, y ya es tarde para remediarlo. Casi siempre, es tarde para todo. Hasta para pedir disculpas. Pedir perdón está bien como una regla de cortesía, pero el daño ya está hecho. 

Cambio de tema. Una vez, un señor mayor me dijo: "Vos los ves que se pelean, pero después de las elecciones se juntan todos de nuevo". Se refería, obviamente, a los políticos. Tuve ocasión de comprobar la veracidad de ello varias veces, aquí en Lobos. Gente que, en teoría, no se podían ni ver, que hablaban pestes uno del otro, y un día cualquiera, en un bar céntrico (es decir que ni siquiera les interesaba disimularlo), los ves juntos. Al principio me provocaba sorpresa, luego comprendí que funciona así, salvo unos pocos que todavía tienen principios y prefieren mantenerse al margen de la disputa electoral para no "transar" con el enemigo. Casi nadie resiste un archivo acá. Por eso, si alguien habla mal de mí, primero debería fijarse si no tiene un muerto en el placard. De todas maneras, ni siquiera me molesto en desmentir rumores, excepto que se metan con mi familia. Esa es la delgada línea que no voy a permitir que la vaya a cruzar nadie. Como todos tienen el culo sucio, no tienen argumentos para criticar lo que hace el resto. Como dice el Evangelio, no podés mirar la paja en el ojo ajeno e ignorar la viga en el propio. Increíble que el versículo de un texto escrito hace casi 2.000 años suene tan actual. 

Tema tres: El oficialismo local se despertó de la siesta, picó en punta y activó el "modo campaña". Esto, en resumidas cuentas, se traduce en lo siguiente: inauguraciones por doquier, anuncios grandilocuentes, lanzamientos de proyectos o planes que transcurridos los comicios terminarán archivados en un cajón, asistencialismo feroz e innecesario (por supuesto, a cambio de votos), y no es casualidad que un conocido me haya dicho una vez: "Aprovechá ahora que están en campaña, después no te dan bola". Es así, amigos, no voy a descubrir nada nuevo. Ahora, si un determinado partido (oficialista u opositor) te ofrece "algo" (mercadería, chapas, materiales de construcción, o lo que fuera), desde luego aceptalos, pero no los votes -es el consejo de un boludo- porque ese recurso demuestra la bajeza y el pésimo concepto que tienen del electorado, como si fuéramos simios a quienes domestican repartiendo bananas en una feria de circo. En fin, cada uno sabe lo que hace, y por qué. Que tengan un buen finde. Punto final.  

7 de julio de 2021

Vivir con lo "puesto", o vivir con lo nuestro?

Afortunadamente, luego de haberme aplicado la primera dosis de la vacuna no tuve efectos adversos graves. Por la noche, sentí mucho frío, pese a que me había puesto todas las frazadas que ustedes se puedan imaginar. Eran las 2 de la madrugada y decidí acostarme vestido, lo cual al parecer funcionó porque me desperté a las 11 de la mañana de domingo. Hace años que no me despiertaba tan tarde, pero por suerte, al ser domingo, no tenía demasiado para hacer. El resto del día transcurrió con normalidad. De vez en cuando me tomaba un paracetamol, pero nada más. Fiebre no tuve. Irritación de garganta sí, pero no puedo atribuirlo a la vacuna, quizás me fumé un cigarrillo y me provocó ese ardor. Ahora debo ingresar en la página de "Vacunate", un código para garantizarme la segunda dosis. Lo intenté varias veces, pero siempre me dice que no es válido. La persona que lo anotó en el cartón, no lo hizo con demasiada prolijidad, y la combinación de números y letras (o letras que pueden ser números, como la "O"), es inevitable. Pero ya le voy a encontrar la vuelta. 

Lo que está pasando, es que hay una brecha muy grande entre quienes recibieron la primera y la segunda dosis, también están quienes se niegan a vacunarse por distintos motivos, tal vez duden de su eficacia. Ha habido casos de personas inmunizadas que pese a ello igual contrajeron el virus, pero son los menos. Todavía falta mucho para conseguir que una cifra aceptable de la población esté vacunada, y alcanzar la famosa "inmunidad de rebaño". En fin, no soy especialista en el tema, lo que digo es lo que leo en los medios. 

Creo que hay que inocularse por una responsabilidad social, más allá de tu pensamiento individual sobre la Sputnik V, la AstraZeneca, o lo que fuere. La gente que rompe las bolas con la vacuna de Pfizer, muchas veces habla sin saber, yo de ninguna manera, aunque tuviera la guita, viajaría a EE. UU. para vacunarme allá. Dejémonos de joder, esto demuestra la idiosincrasia propia de cierto sector de la sociedad, que siempre supone que lo que viene de afuera es mejor. Y si se quedaron varados, que se jodan, la próxima vez que se les ocurra hacer una gansada semejante, lo pensarán mejor. No es momento de hacer turismo, hasta que todo esto pase, si es que alguna vez se termina. El año pasado, Tokio suspendió los Juegos Olímpicos (el evento deportivo más importante a nivel mundial), y recién se podrá realizar este año, con determinadas medidas de seguridad. Y un grupúsculo de argentinos que se creen nuevos ricos se queja porque no pueden ir a Miami? Esta gente es la que peor nos representa, a diferencia de los albañiles, plomeros, carpinteros, talleristas, periodistas, docentes, y todos lo que laburamos acá y nos bancamos las cosas. Los argentinos tenemos una pésima imagen en el Exterior, precisamente porque quienes tienen la posibilidad de viajar son arrogantes y desconsiderados. Se creen con derecho a todo. Y la vida, en líneas generales, es un subibaja: Hoy podés sentir que alcanzaste tu objetivo máximo, pero al cabo de un tiempo eso no te conformará del todo y vas a buscar algo más, otra meta a superar. 

Conclusión: No todos pueden ser creativos, no todos pueden reinventarse o diversificarse. En principio, porque dedicaste casi toda tu vida a uno o dos empleos, no más que eso. Y no está mal que así sea, son los de afuera, los que no te conocen, los que por lo general vienen con propuestas o exigencias insólitas. Ese es el verdadero problema. Punto final. 

 

3 de julio de 2021

Un "veranito" en pleno julio que sorprendió a todos

Termina un día totalmente inusual, muy templado y caluroso por momentos, que nos obsequió este julio en ciernes. Si bien no anduve de recorrida, vi mucha gente por el Centro y también en el Parque. El flujo de vehículos también fue bastante intenso, comparado con cualquier otro día que, como les he comentado, las calles de Lobos son un páramo. 

En lo personal, estoy feliz porque me aplicaron la primera dosis de la vacuna AstraZeneca. No preví las condiciones climáticas que les acabo de comentar, por lo tanto fui muy abrigado: una campera, dos pulóveres, un buzo, dos remeras. ¿Parece una exageración, verdad? Pero normalmente cuando el frío aprieta suelo abrigarme bastante. Salió todo bien: me tomaron los datos del DNI, me hicieron una serie de preguntas de rutina, esperé mi turno en el salón del Club Madreselva, y rápidamente me llamaron. Luego tenés que volver a esperar unos 15 minutos para que te entreguen el famoso cartoncito donde consta que te vacunaron, junto con el DNI que presentaste. Hubo una chica a la cual aparentemente se le bajó la presión mientras aguardaba su turno. Inmediatamente la asistieron y le dieron agua, pero por suerte no pasó a mayores. Pienso que era más el cagazo que tenía, que un cuadro de hipotensión por otro motivo. Cuando me tocó a mí, un amigo que también iba a vacunarse se mataba de risa: "¡Pato, parecés un cebolla! No parabas de sacarte ropa!" Me lo tomé con humor, porque fue así en realidad, por eso en cuanto llegué a casa me saqué varias prendas que me empezaban a provocar calor. Fui hasta el vacunatorio en bici, y no tuve ningún inconveniente para regresar. Sólo espero poder pasar bien la noche, ya que varios que se aplicaron la vacuna de ese laboratorio me comentaron que han tenido fiebre o dolor de cabeza. Por las dudas, compré una tableta de paracetamol, después veremos qué acontece.

Volviendo al primer párrafo, hoy fue un día para disfrutar, sin duda alguna (aquellos que tenían tiempo libre y estaban en condiciones de hacerlo). Y el domingo promete ser fantástico también. Pero atención, porque estos cambios de temperatura pueden ser peligrosos: lunes y martes vuelve el frío y hasta es posible que llueva. En fin, mientras tanto, hay que aprovechar! Qué nos vamos a preocupar por lo que ocurra dentro de dos o tres días? Lo único que me hace un poco de ruido, es que cuando se presta para salir o estar al aire libre, hay una suerte de "relajamiento colectivo" respecto al uso de barbijo y las medidas que ya todos conocemos. Si eso sucede, las consecuencias pueden pagarse muy caro. Ya sabemos lo que tenemos que hacer, somos todos adultos, y tampoco nos están pidiendo nada del otro mundo. Seamos responsables, porque la cama del Hospital que por negligente la podés ocupar vos, la merecería alguien que sí se cuidó y que pese a ello se contagió.  Más de una vez critiqué al Municipio y lo seguiré haciendo si es necesario, pero en este tipo de casos entra en juego la responsabilidad individual. A la mayoría nos gusta tomar unos mates, pero no lo compartas aunque esa persona sea de tu confianza. Y menos aún botellas de cerveza o de cualquier bebida. Yo sólo tomo mate en mi casa, y no siempre, porque tampoco es una bebida que me agrade sobremanera. Y cada vez que lo hago, lavo prolijamente todos los elementos. Lo que pasa, es que si cualquiera de nosotros actúa como corresponde y vemos a un grupo de estúpidos "jugando al fulbito", es lógico que nos indignemos. Lamentablemente, no será la primera ni la última vez que eso ocurra, porque esta gente se cree tocados por la varita mágica y que el virus pasará de largo. En fin, contra la idiotez en muy difícil lidiar, porque a diferencia de la inteligencia, no conoce límites. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

1 de julio de 2021

Empieza un nuevo ciclo, y el público también se renueva

Jueves por la tarde en Lobos. Primer día de julio, soleado y más cálido que sus antecesores. De vez en cuando hago zapping y encuentro muy poco para ver en televisión, al menos algo que valga la pena. Ahora estoy siguiendo algunos partidos de la Copa América, pero no mucho más. Los canales de aire son muy berretas, con los habituales personajes “mediáticos” que exhiben rostros sospechosamente rejuvenecidos por las cirugías estéticas y el botox. En la TV actual, abundan las sonrisas, los comentarios más disparatados y carentes de sutileza, y el morbo elevado a la máxima potencia.

 Todo esto, claro está, no apareció de un día para el otro, pero como uno vive el día a día, rara vez se detiene a reflexionar en que no hay la menor intención de invertir guita para brindar algo mejor del otro lado de la pantalla. No me refiero solamente a programas considerados "culturales", porque debo reconocer mí también me gusta reírme de boludeces o engancharme viendo un videoclip, necesito distensión como cualquiera de ustedes. Por lo tanto, no es mi interés asumir una actitud moralista, porque no tiene nada que ver con la calidad de un producto periodístico.

En esta Argentina siglo XXI que no deja de sorprendernos, hay gente que vive sin electricidad, luz, gas, agua potable… y obviamente sin Internet (que en un contexto de pandemia sin lugar a dudas es un servicio esencial). No hay que alejarse demasiado de Buenos Aires para comprobarlo. Los porteños destestan el Conurbano, se lo imaginan como un territorio empobrecido, maloliente, y sin glamour, salvo por la Zona Norte, que como tiene vista al Río es un destino que suelen concurrir.

La pregunta que uno suele hacerse, y que surge naturalmente cuando somos testigos directos de estos casos de extrema indigencia y precariedad, es: "¿Qué puedo hacer?" Probablemente, muy poco, excepto sentirnos culpables por tener todas las cosas de las cuales estas almas carecen. Es así, y ya no sirve para nada hacerse planteos del estilo "de qué me quejo". No hay inclusión de ninguna naturaleza, la gente sigue sin acceso a los servicios mínimos que le garanticen bienestar y calidad de vida. Y si consiguen alguna ayuda del Estado, para el resto de la sociedad son "vagos y planeros". Podemos discutir largo y tendido la manera o modalidad de hacerlo, pero la asistencia del Estado tiene que existir siempre.

Y yo estoy acá, con cuatro paredes y un techo, haciendo filosofía barata en la Web, mientras hay gente que la pasa realmente mal, durmiendo en la calle, abrigándose con cartones o con mantas viejas y corroídas por la intemperie. Y cuando llega el verano, ven pasar a quienes se van de vacaciones a la Costa, o a los que simplemente tienen la posibilidad de mojarse un poco las patas en una pileta pública. Ellos, los que están fuera del sistema porque muchas veces son estigmatizados, padecen el sol calcinante, los mosquitos, los días interminables, y esas horas que parecen ser eternas. Nunca fui una persona de grandes gestos solidarios (y cuando los tengo, no los hago públicos), pero sí cuento con el criterio suficiente para darme cuenta de que alguien debería hacer algo para que estas personas tengan sus necesidades básicas satisfechas, una aspiración bastante utópica. Usurpaciones y asentamientos precarios, claramente no son la solución.

Retomando lo que decía sobre los medios, entran a jugar otros factores: la televisión analizada como entretenimiento de las masas. La búsqueda de seducir al televidente con recursos cuestionables y golpes bajos. La falta de oportunidades que tenemos para ejercer un pensamiento crítico, para no dejarnos engañar por las luces de colores. Tenés La Nación +, y C5N, que son polos opuestos. Pueden abordar la misma información, pero el tratamiento que hacen de ella es distinto. Las polarización y los extremos ideológicos nunca han dado buen resultado, pero eso es lo que hay, si comparás la línea editorial desde estas dos señales de noticias. 

Uno puede razonar, y pensar: “yo sé que esto es una cagada, pero me gusta verlo por tal o cual motivo”, porque todos tenemos algo de chusma hacia los ricos y famosos que nunca llegaremos a ser. Ahora, cuando realmente creemos que algo tiene valor, o le conferimos atributos de los cuales carece, estamos en problemas. Si recordamos que Ricardo Fort estuvo largo tiempo llenando las páginas de diarios y revistas, y que ahora pasa lo mismo con otros tipos sin que reúnan mérito alguno, algo no funciona bien. Y si convertimos a la humillación y al maltrato que se observa a diario por TV en una conversación de peluquería, ya pasamos a ser cómplices de la mediocridad. Punto final.

Cayéndose a pedazos

  Nos estamos cayendo a pedazos. Más allá de lo desastroso que es el gobierno de Milei, y que salta a la vista, hay otros aspectos a conside...