30 de noviembre de 2022

Dale una oportunidad a la lluvia

Miércoles 30. A todos nos genera tristeza y zozobra ver que cada vez que se acerca el verano, aparecen inevitablemente las imágenes de la Laguna casi totalmemente seca, con mortandad de peces incluida, lógica consecuencia de la decisiones desacertadas en torno a la compuerta y obviamente de la gran sequía que estamos padeciendo. Todo ello trae consigo una escasa proporción de oxígeno en los ínfimos reservorios que todavía subsisten en algunos sectores. Por eso la lluvia de este miércoles representa un gran alivio, que no será suficiente para paliar los 4 o 5 meses en los cuales no cayó casi una gota, pero sí para bajar la temperatura transitoriamente por un para de días. Asimismo, puede que se incremente el caudal de los arroyos que permiten el ingreso del vital elemento al emblema turístico de Lobos por excelencia. Nuestros vecinos de Navarro no la están pasando mucho mejor, pese a que el espejo de agua que tienen es mucho más pequeño. "Se parece más a un campo de doma que a una laguna", ironizó con un dejo de resignación un navarrense.

Como si se tratara de un link, recordaba esta tarde que hace varios años, tuve que viajar hasta la Laguna para cubrir una nota, y cuando salía del lugar de la conferencia de prensa (que dicho sea de paso, era una boludez), detuve mi vista en la mansedumbre del agua, ese charco que se me antojaba infinito, ocasionalmente ajeno a los vendavales y a los temporales feroces que supieron castigarla. La sensación de paz que transmitía ese estanque, persistió en mi memoria como una de las más gratificantes del día. La contemplé desde lejos, al atardecer, y el leve oleaje turbio yacía sobre el lecho como lo hace un gato perezoso. Lamento no haber sacado fotos en aquella oportunidad, y en parte no lo hice porque estaba apurado por volver a Lobos, seguramente ese año ya imperaba una campaña política con inauguraciones, cortes de cintas, actos proselitistas, y bla bla blá. Además, no había buena luz natural y mi cámara no es apta para una buena toma fotográfica en esas condiciones. Pero la mejor lente son mis ojos, del mismo modo que lo más representativo de tu vida, tené por seguro que no aparecerá en el registro de ningún dispositivo digital. 

Me gusta más la experiencia de viajar a la Laguna un día laborable, como lo hice durante años cuando ejercía la docencia en la escuela primaria de ese poblado rural, que desandar el mismo trayecto un fin de semana, cuando la tranquilidad de la Villa Logüercio, donde residen de manera estable alrededor de 400 personas o poco más, se ve alterada por turistas bulliciosos del Conurbano, que los lugareños aceptan recibir porque saben que aportan divisas a los comercios de la zona. Es difícil encontrar lugares agrestes, donde el hombre no haya arruinado la belleza natural con un cartel, con edificaciones torpes y de mal gusto, muchas de ellas que quedaron truncas por distintos motivos, o simplemente arrojando basura de un modo desaprensivo pese a que existen cestos suficientes para depositar los residuos donde corresponde.

A veces la mano del hombre es necesaria para hacer que un sitio resulte habitable o adecuado para acampar, por ejemplo. Si vos a la Laguna la querés llamar humedal, está ok, lo que debo decirte es que la humedad, al menos hasta ahora, es lo que menos abunda en el suelo.

Toda acción tendiente a preservar un lugar de esas características debe hacerse con mesura, respetando los límites que impone la naturaleza, pero no prohibiendo que los visitantes puedan hacer uso de las parrillas o fogones existentes, por citar un caso concreto que esta gestión municipal intentó hacer en un momento. La gente paga por el uso de las instalaciones, tanto de la Costanera Pública como del Club de Pesca, y no tiene razón de ser el hecho impedirles que pasen el día comiendo un asado o lo que se les cante tirar a la parrilla en plan de distensión, siempre que el espacio verde se mantenga limpio.

No tan lejos de la Argentina, en la selva amazónica, el saqueo de las entrañas de la tierra es cotidiano, pero se perpetra por la búsqueda codiciosa de extraer metales u otros recursos naturales. Por eso, y aunque me estoy yendo por las ramas, no caigamos en la ingenuidad de pensar que Brasil es una superpotencia desarrollada y que nosotros somos la Cenicienta del Continente. Ni una cosa ni la otra. Ya habrá una nueva nota en este blog para ahondar más sobre esta idea que dista de ser descabellada. Punto final. 

28 de noviembre de 2022

Recalculando lo que resta de 2022

 Lunes de muchísimo calor en la ciudad. Más aún, si pensamos que falta poco menos de un mes para el comienzo del verano. Estamos llegando al fin de un ciclo que no termina de convencer del todo, pero es lo que hay. Más de una vez pienso que la vida ha sido demasiado generosa conmigo. Puede que llegue a los 80 años y cambie de parecer. Pero hasta ahora, nunca pasé hambre ni frío, tuve el cariño de mi familia, recibí juguetes en mi infancia, completé mis estudios. Y habría bastante más para agregar, sólo que en este momento no pretendo hacer una lista exhaustiva de todo lo que logré por mérito propio o gracias a la ayuda de varios seres queridos. No se trata de dormirse en los laureles, sino de comprender que todo lo que hiciste, cuando mirás hacia atrás, tiene un valor agregado. 

Si no hay ningún imprevisto, una expectativa poco válida para la Argentina, el año próximo será bueno: Digo esto en un intento por ser optimista. Podríamos verlo al revés: No hay motivos para suponer que vaya a ser malo.

Claro que habrá que sortear varios obstáculos antes, como la campaña política y las elecciones. A nivel país, yo por ahora no me la jugaría por ninguno, y no es por cobardía, sino que no tengo elementos suficientes que marquen tendencia a favor de uno u otro. 

Si tengo que recapitular, creo me empecé a sentir mejor en la segunda mitad del año, que no concluyó aún, por lo tanto no hay que descartar nada, como decía antes. Sólo a la distancia podés ver las cosas de otra manera:  Pienso que pude  bancarme muchas situaciones que -aunque no las elegí-, me sirvieron para ir mejor encaminado a lo que vendría después. Con 43 años, no estoy en una edad para discutir o polemizar por boludeces. Eso lo hacía antes, y si la otra persona no tiene la capacidad de concederte la razón, difícilmente se llegue a algo en concreto, por más irrefutables que sean tus argumentos. Es decir, no trae consigo ningún tipo de resultado. 

Y como debemos delegar el gobierno en representantes elegidos por el voto, no tiene sentido hablar de anarquía más que como un proyecto utópico del cual se apropió el comunismo para cimentar su doctrina. Por supuesto, no deja de ser profundamente inmoral que haya gente que se enriquezca y obtenga una renta extraordinaria a costa de otros que reciben migajas. Pero ya entraríamos a teorizar sobre el verdadero sentido del capitalismo, y ese diferendo se zanjó con el fin de la Guerra Fría, en 1989. 

En cualquier estructura de poder, siempre habrá alguien que quiera conducir o asumir un liderazgo. Si eso sucede en la comisión directiva de un modesto club de barrio, imaginate como sería en un país. No nos podemos poner de acuerdo en nada, y por enfrentarnos nos va como nos va. Peronistas y macristas siguen perdiendo neuronas cada vez que se ponen a escribir gansadas en las redes sociales, sobre todo en Twitter. 

¿Sabés cuál es el problema real? Que la cuestión de fondo continúa sin resolverse y preferimos perder el tiempo dándoles de comer a los trolls. Por otra parte, si Tinelli o Gran Hermano son temas de conversación casi todos los días, no hace falta indagar mucho más respecto a cuáles son las prioridades que tenemos. Y aquí vale una aclaración: En todos lados, en cualquier país, están las celebrities, la farándula, el jet set, y el glamour. Y hay un público que consume eso, en la TV por cable o en las revistas. Pero ese mismo target sabe, por lo general, que no es más que un escapismo y que esos tarados que vacacionan y despilfarran a granel no tienen injerencia alguna en asuntos más complejos. Nadie lee revistas tipo Hola o Gente, buscando encontrarle la vuelta al dólar, a la economía, o a sus finanzas personales. Cada cosa en su lugar, sería la mejor conclusión a la que podemos arribar. Nos estamos viendo pronto. Punto final.  

26 de noviembre de 2022

Segundo tiempo

Sábado por la noche en la ciudad. Hoy sí, vi el segundo partido de la Selección en su totalidad, en principio porque el horario me lo permitía, y antes de trazar una reseña sobre el resultado, prefiero abordar otras cuestiones, porque la saturación de información de ese tipo se las dejo a los canales deportes.

La verdad, debo decir que lo que más me asombró fue el despliegue de tecnología (muchas veces innecesario) que hay en este Mundial. Las cámaras son el común denominador: Los veedores de la FIFA disponen de varios monitores para convalidar o anular una jugada mediante el VAR si el árbitro lo requiere. Detrás de cada arco, hay cientos de cámaras, no sólo las de los fotógrafos acreditados, sino las del propio organismo que rige los destinos del fútbol, a fin de brindar una experiencia que se parezca cada vez más la virtualidad de los juegos de la Play, que a un partido real. Los gestos y las expresiones de los futbolistas se repiten hasta el infinito durante los 90 minutos, con planos del público de ambos equipos. Me hace acordar al paisaje ficticio de The Truman Show. El césped luce un verde brillante que casi enceguece, y esa saturación cromática se nota más si estuvieron viendo el match en Full HD. Hay drones por doquier, y creo que desde que esos aparatos se volvieron de uso masivo, nada volvió a ser igual, tampoco en el cine ni en la televisión común y corriente. Llega un punto en el cual ya cansan esas tomas panorámicas de los estadios repletos de hinchas que tuvieron la suerte de conseguir un ticket y de viajar a un  país que carece por completo de un historial futbolero. Bueno, EE. UU. tampoco lo tiene, y sin embargo allí se disputó el infame Mundial de 1994. Los capos de la FIFA, según dicen algunos periodistas, analizan aceptar la moción para que los yanquis sean sede otra vez. 

Ya nadie hace la tradicional "ola", una simpática y colorida forma de matar el tiempo y que predominó en mundiales anteriores, que consistía en ir levantando los brazos desde las gradas provocando un efecto fantástico desde la pantalla. Para más de uno, ir a ver un partido cualquiera de primer nivel es una sensación similar a la de ver un estreno de cine, quizás sin pochoclo, pero el paralelismo es casi perfecto porque una película estándar también dura 90 minutos. Budweiser se enojó porque es uno de los sponsors y no autorizaron la venta de cerveza ni de bebida alcohólica alguna en los estadios, aunque le buscaron la vuelta para vender el dulce néctar de la cebada en algunos puestos cercanos antes de ingresar. En un primer momento me sorprendió el tema de los carteles: "¿Dónde están Mac Donald's, Fuji, JVC, y tantas otras empresas que siempre ponen la guita?", recuerdo que le pregunté a mi hermano. Pues bien, con los modernos carteles Led, las publicidades van rotando, más allá de que en cada nueva edición hay alguno que aporta los billetes para asegurar su continuidad y otro que se baja como patrocinante. Sea como fuere, hay un grado de sofisticación significativo.  

Qatar es una pequeña península asiática, más chica que la provincia más pequeña de Argentina, es decir Tucumán, lo cual no sé si es relevante para lo que pretendo expresar. A sus autoridades se les habrá ocurrido que ese confín exótico, podía lograr notoriedad con un evento de estas características y que el resto del mundo los conozca por algo, ya que poco se sabe de su cultura y tradiciones. Se me ocurre imaginar a los Emiratos Árabes como sede, que en última instancia tiene un poco más de rodaje si hablamos de importar jugadores y talentos para la alta competencia. Petrodólares sobran.

Cada vez que la Selección juega mal, algo que ocurre en la mayoría de los casos, es inevitable recordar a Maradona dentro de la cancha, ¿cómo no hacerlo? Por una cuestión generacional no tuve la posibilidad de verlo en sus años de gloria, pero de algún modo lo extraño, porque de tanto ver reels y videos, se me fue forjando el recuerdo de cuando era un deportista profesional y no se había volcado a las drogas, el alcohol, las pastillas, la promiscuidad, y todo lo que ya conocemos y lo sumió en su propia decadencia. No jodan con Messi, no intentemos siquiera compararlo... Suele decirse que las comparaciones son odiosas, y en este caso se vuelve más odiosa y recurrente aún.

Diego tenía al equipo nacional como prioridad, aunque al día siguiente tuviera que jugar para su club, se tomara el primer vuelo disponible y llegara "muerto" a Nápoles. Hasta los detractores del Diez no pueden dejar de reconocer que no habrá ninguno que se distinga por su exquisita habilidad y talento. ¿Dónde vas a ver una entrada en calor como la que se volvió viral donde Maradona domina a la pelota a su antojo, al ritmo de "Life is Life", en 1989, en Munich? Nadie hace algo remotamente cercano por más merca que tenga encima. 

Y pensar que hoy festejamos un 2-0 ante México... daría lugar a varias lecturas. Por supuesto, no está mal celebrarlo, pero yo quiero ver a la Selección medirse contra Brasil, Alemania, Inglaterra o cualquier representativo rival de primer nivel. Podríamos agregar a Holanda (o Países Bajos) en la lista. Todo lo demás es una densa cortina de humo, pura cháchara, al menos para mí cómo mero espectador. Los pingos se ven en la pista, no en las tapas de los diarios, eso es lo más concreto que puedo decirles. Nos estaremos viendo pronto. Punto final. 

25 de noviembre de 2022

Análisis

Pregunta: ¿Corresponde hablar de 2022 cuando aún no terminó? No lo sé, quizás sí, y haber escrito "corresponde" me pone a mí en una posición levemente autoritaria que no fue intencional.

 Exceptuando la economía (pequeño detalle), el año no ha sido tan malo, digo esto sin entrar a hacer una valoración de mi historia personal. El verano '22 sí fue bravo, difícil de olvidar, y esta temporada estival que se avecina, va encaminada a lo mismo, sumado a la sequía que terminó por trastocar un montón de cosas. Aquel comienzo de año, debo decirlo, no fue el mejor para mí. El 2 de enero hubo un prolongado corte de luz, no fue un buen augurio. Además, no había mucho material para publicar, era casi imposible salir a la calle porque cuando regresabas parecías un pollo al spiedo, y fue un cúmulo que me generó mucha ansiedad, dificultades para dormir, un gran quilombo. Pero lo superé, sí. Para febrero ya estaba más adaptado a lo que me venía pasando, y creo que a título personal, ese fue el comienzo "real" del año, cuando pude salir de un estado emocional que me bloqueó bastante. No te das cuenta hasta que el agua te llega al cuello, pero la abulia y la apatía van ganando espacio, y hay que reaccionar si tu objetivo es mejorar la calidad de vida, digámoslo así. 

Es posible que haya tenido que atravesar por más dificultades económicas que de costumbre, si me pongo a recapitular debe haber notas de sobra dedicadas a mis magras finanzas. Recién ahora puedo decir que me acomodé un poco, aunque no estoy del todo seguro. Si hablamos de guita, nunca estás seguro. Todos los meses, invariablemente, cobro los avisos, pago las deudas, con el excedente compro algo que considero necesario, y pará de contar. Es así como funciona, ya para la segunda quincena vas "regulando" como podés hasta llegar al próximo mes. Por eso tenemos la percepción de que el tiempo se pasa volando, porque no podemos despegar. Y en ese intento por conseguirlo, vamos envejeciendo. Es una verdadera mierda, porque si vos me dijeras que al cabo de 10 o 15 años vas a estar en una situación más estable, otra sería la historia. Esto me sucede a mí pero podría hacerlo extensivo a gente de mi edad que nos entrenamos para que no nos caguen a trompadas en el ring de boxeo. 

¿Si he tenido satisfacciones? Claro que sí, pero lamentablemente no sé por qué razón uno tiende a recordar más lo negativo que el resto de lo que aconteció. Pienso que siempre le busco el pelo al huevo, y entonces ya pasaría a ser un problema mío: No valorar lo que pude construir y conseguir. Para que algo me provoque un efecto gratamente memorable... No lo sé, tiene que ser de un nivel superlativo y haber salido de la mejor manera. Este año escribí mi primer libro y fue una experiencia que hice con placer, tanteando un terreno nuevo, y ahora el desafío es redoblar la apuesta. No es mi aspiración ser un escritor consagrado, con vender todos los libros que salieron de imprenta de siento conforme, es decir, por haber recuperado la inversión. Si puedo vender más, bienvenido sea, será un gran aliciente. 
 
Sé que puedo escribir mejor, no puedo precisar a qué nivel, pero sí mucho mejor porque la lectura de los grandes autores te motiva constantemente. Acá mismo, en este blog, intento escribir mejor, y a decir verdad lo logré porque no me di tanta rosca con cosas que terminan siendo meramente anecdóticas. Este año le dediqué mucho espacio a la política, al análisis político de lo que veo aquí en Lobos. Y honestamente, me gusta porque ese ejercicio periodístico, tratando de ir sopesando la información que recibo con frecuencia y que, de ser simples rumores que uno escucha en la calle, van cobrando fuerza. Todos se anotaron ya en la carrera hacia 2023, hace rato que están disputando la previa a la maratón. Honestamente, para mí ni el ex Secretario Busto ni su grupo de colaboradores tienen la menor chance, salvo si acuerdan con el núcleo duro del PJ, que por otra parte no puede hacer pie para instalar un candidato con llegada a la gente. Nunca es bueno hacer futurología sin datos que te permitan efectuar esa proyección temporal. Pero si los peronistas y algunos radicales con vocación de despegarse del PRO no pegan un volantaz siendo hoy oposición, van a seguir ganando los mismos, con lo poco o mucho que tengan para demostrar como gestión ante la sociedad. Nos estamos viendo pronto. Punto final.  
 

22 de noviembre de 2022

Libreta de apuntes 2022

Martes por la noche en la ciudad. A esta altura, todos ya sabemos que no es conveniente (ni prudente), expresar cualquier cosa que pensamos sin pasarlo por un tamiz. Pero los periodistas deportivos que viajaron a Qatar, más allá de cómo lo hagan, algo tienen que decir o escribir en sus laptops para enviarlo a Buenos Aires, luego de haber elevado el nivel del equipo casi al borde de la excelencia antes del Mundial. Para eso les están pagando los viáticos, básicamente. El efecto fue exactamente ese, el mismo que se produce al pinchar un globo con un alfiler.

La verdad es que ni me molesté en madrugar este martes para ver el match en cuestión, alrededor de las 8:20 me desperté y sí vi lo que restaba del lamentable debut. Lejos de ser una orquesta afinada con Messi dirigiendo la batuta, la Selección mostró un "des-concierto" total. Perder siempre está dentro de las posibilidades, claramente, pero cuando vos inflás demasiado a una figura y tenés responsabilidad comunicacional, pasan estas cosas. Lo dijo Maravilla Martínez, el boxeador de 45 años que ya amaga con retirarse. Cuando venció en Las Vegas a Julio César Chávez Jr, tenía más de mil llamados y mensajes en su celular. Pero cuando fue por más frente a Cotto, experimentado púgil puertorriqueño, sólo tres mensajes "cayeron" al teléfono, y los tres eran de su madre y otros familiares. 

Antes que nada, vale aclarar algo: No se trata de hablar "con el diario del lunes" o con los hechos consumados: Pero el exitismo desmedido provoca una gran decepción ante el contraste adverso de la realidad. Y se da en todos los órdenes, no sólo en lo que respecta al deporte. Ojo, tampoco es cierto que sea un fenómeno exclusivamente argentino, cada día estoy más convencido de eso. Cualquier fracaso de un proyecto, sea colectivo o no, genera una debacle anímica. Somos humanos, y eso cabe también para los deportistas de elite. Buscar revancha sólo puede concebirse dentro de ese ámbito. En lo personal, la única manera de exigirse es buscar revancha contra uno mismo cuando notamos que lo que hicimos no salió del todo bien. 

La idea que pretendo esbozar y compartir con ustedes es la siguiente: El revanchismo es venganza, es la esencia misma del odio, y representa ver doblegado a aquel que (supuestamente) no hizo daño. Hablar de halcones y palomas en las relaciones interpersonales es una estupidez, salvo que exista entre ellas una relación jerárquica. En más de una nota, me he referido a lo dañino que es "darse manija". Clínicamente, en la mayoría de los casos, se trata de pensamientos rumiantes que llegan a volverse obsesivos e incapacitantes. En ocasiones, pueden ser discapacitantes también. Eso que te persigue todo el tiempo y a cada paso es tu mente, no hay manera de sacarlo de allí, no es una hematoma subdural. El TOC tiene que ver con eso, pero no es excluyente, no soy médico para afirmarlo. 

Posibles alternativas para atenuar el "enrosque": Permanecer en tu casa el menor tiempo posible. Caminar, correr o hacer lo que te mantenga ocupado si es que te quedan unas horas disponibles. Y aceptarlo. Porque en algún momento, este "repeat" que se nos hace eterno, desaparece. Puede que sobrevenga otro, o no. Una cosa es que te enamores perdidamente de alguien y que ese estado te lleve a una suerte de obsesión, a querer estar todo el tiempo con esa persona y a no pensar en nada más que en él/ella. Eso pasa, por lo general, la primera vez, luego entran en juego otros factores. Pero otra cosa, totalmente distinta, es tener en la mira a un tipo para perseguir destruirlo como único propósito. Además de ser una actitud miserable, lo mejor es dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar, y no desperdiciar la infinita capacidad del cerebro en elucubrar boludeces de índole vengativa. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

21 de noviembre de 2022

Problemático

 Siempre he entendido a la inteligencia como una capacidad de resolver situaciones problemáticas. O adaptarse a una nueva realidad. Creo que lo demás, lo ilustrado que seas por haber leído libros e informarte antes de entrevistar a una personalidad destacada (por citar un caso), te es útil solamente para ese fin. Todo lo que digo no va en contra del hábito de leer, que me encanta. Es la palabra más precisa que pude hallar: El autor debe "enamorar" al lector.

 Podríamos hacerlo extensivo a las películas o a la música. Si el comienzo de un libro, de un film, o de un disco, es mediocre, poco incita a continuar con eso. Pero no deja de ser interesante cómo los escritores van "tramando su literatura", al decir de Borges. Pobre Borges, hasta el día de hoy siguen publicando pelotudeces que él escribió sin ánimo literario y que siquiera dan lugar a un libro, pero sus herederos y los editores siguen currando. Algo parecido me pasó con Cortázar. Hace poco publicaron una serie de charlas que dio en la Universidad de Berkeley, en 1980. Es soporífero, porque se trata de charlas o ponencias académicas que nada tienen que ver con los relatos que lo consagraron. No sé, yo no compraría ese libro si tuviera que incursionar en su obra. No sería la mejor opción para conocerlo como escritor.

Yo no me considero una persona "problemática", pero si esperás que te diga todo que sí a cualquier estupidez que hagas, conmigo no cuentes. Lo máximo que puedo hacer es disimularlo en la campaña política, si es que me estás pagando como medio de prensa.

Ayer vi por HBO una película sobre Elvis que (dicen) fue muy elogiada, pero que no me convenció. No es verosímil. Elvis parece gay (no tengo nada contra ellos, es una percepción), y no como el Rey del Rock & Roll que se llena la cama de groupies. La reconstrucción de época hace agua por todos lados, ya que todos los Cadillacs y demás de la década del '50 aparecen relucientes, como si recién hubieran salido de fábrica. No hay ninguno embarrado, o sucio. Eso no es real. La carrocería de esos vehículos o de cualquier otro no tiene ni un mínimo rayón que denote el desgaste de su uso. Otra cosa sería si vos querés ficcionalizar y que la película tuviera una lejana reminiscencia a Elvis. Pero no es éste el caso, creo que lo único que podrán vender es el soundtrack o la banda de sonido original. Hasta la biopic de Maradona está mejor hecha, así que con eso he dicho suficiente. 

Tema dos: Espero que cuando haya que votar a un próximo gobierno, la gente tenga h… y se haga cargo de lo que venga. Eso incluye la posibilidad de votar a CFK: Ojo, digo sin dramatizar, porque ante un resultado que puede ser categórico no se puede subestimar la voluntad popular. Está claro que quienes la respalden desean una continuidad de este modelo que tuvo a Alberto como protagonista de una película muda, y consideran que la única persona en condiciones de garantizar liderazgo es la actual Vice. No es saludable, por otra parte, ser apocalípticos o suponer que todo se va a derrumbar en los próximos meses. De hecho, en el futuro habrá que designar un nuevo Ministro de Economía ortodoxo, si comprendemos que la economía es una ciencia (o casi) donde las recetas son siempre las mismas. Si la oposición hace un papel lamentable, como lo ha venido haciendo hasta ahora, difícilmente logrará convencer al electorado de que pueden ser una alternativa de gobierno, y la gente se los hará saber en las urnas. En realidad, nadie puede saber qué sucederá en los próximos cuatro años, más aún en un país tan volátil como la Argentina. Cuando los cánticos triunfalistas y la lluvia de papelitos de colores del Mundial hayan cesado, comenzará a develarse nuevamente el país real. Y habrá que gobernar, hacerle frente a la crisis que no da tregua, negociar con las organizaciones piqueteras, afrontar el pago de la deuda externa, los problemas de vivienda, y tantas otras cuestiones que son claramente visibles pero que hacemos un esfuerzo por ocultar. 

Si se reitera el discurso que escuchamos en lo cotidiano sobre “la derecha”, o la puja contra los medios "hegemónicos" como el Grupo Clarín, estamos al horno. Eso fue en 2008, y atrasaríamos muchos años si continuamos enroscándonos en lo mismo, con una Ley de Medios que ya no existe tal como los entusiastas legisladores K la sancionaron. Porque, pese a que hay medios de prensa que son abiertamente opositores, deben existir como ocurre en cualquier democracia, y el Gobierno de turno debe tener la virtud de la tolerancia ante las críticas. Ellos también tienen medios afines o amigos, pero eso no te lo van a decir. Tienen que bancarse lo que venga hasta el 10 de diciembre de 2023. No por nada, hay un gran signo de interrogación que atraviesa todo nuevo escenario político. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 


20 de noviembre de 2022

Domingo Mundial

Domingo por la mañana en la ciudad. Tomo un café en mi casa, como unas galletitas y luego del desayuno me cebo unos mates mientras me siento a escribir. El día arrancó fresco y nublado, y el marcado descenso del termómetro se produjo (creo) por el ingreso una masa de aire frío, ya que no ha llovido aún. Caminé las tres o cuatro cuadras que me separan del kiosco más cercano para comprar cigarrillos, alrededor de las 9 hs, y no andaba un alma en la calle. 

Hoy comienza el Mundial, pero por todo lo que acabo de mencionar, parecía que la Selección jugara hoy mismo. Las ceremonias inaugurales de los eventos deportivos internacionales siempre son lindas de ver, aunque hay algunas que han sido nefastas, como la de USA '94. Lo mismo cabe para los Juegos Olímpicos de Atlanta '96, también en EE. UU.

El partido debut es Qatar vs. Ecuador: no promete ser un match de gran nivel, pero en el fútbol todo es posible. Desde los últimos certámenes, han cambiado varias cosas. Por ejemplo, ya no clasifica directamente el país que ganó el Mundial anterior, y por ende tiene competir para ganarse un lugar en la Copa del Mundo. Y el partido inaugural, tampoco lo juega el último Campeón. Podríamos continuar enumerando otros cambios más recientes, como el "Gol de Oro" (que duró sólo un Mundial), la aparición del VAR... En fin, la cuestión es que si para el mediodía o poco tiempo después no tengo nada mejor que hacer (lo cual es muy probable) seguramente me dispondré a ver el partido. Y a riesgo de ser redundante, todo este revuelo al Gobierno le viene al pelo para distraer la atención pública sobre la economía y los chanhullos del Poder Judicial. Claro que a los estuvieron antes, también le fue funcional.

Pero vamos a dejar esas cuestiones de lado. El tema es que, por más Messi que haya, el equipo no tiene mística suficiente. Leo tiene talento, pero no "actitud", por más que meta 10 goles en un solo partido.

 Ya está más Maradona, y digo esto porque Maradona, aun cuando ya se había retirado del fútbol, era un gran estímulo para el plantel en las gradas de los estadios. Brasil pasó por el mismo estigma: transcurrieron 27 años desde el retiro de Pelé hasta que pudieron levantar la copa otra vez. Demasiado tiempo, digamos. Dentro de mis escasos conocimientos de fútbol, sin duda puedo afirmar que me gusta un equipo ofensivo, no que esté especulando o que se tire para atrás. Tampoco sirve "jugar bien" a la usanza de Menotti, si terminás perdiendo o te cagan a pelotazos. Qatar es la sede de esta nueva cita mundialista, en una fecha totalmente inusual, la primera vez que ocurre en 92 años, desde aquella primera edición de Uruguay 1930. 

Un partido normal dura 90 minutos, o el tiempo extra que adicione el árbitro. Después, la vida sigue, porque ni los jugadores ni la AFA te van a aumentar el sueldo por estar viendo partidos por televisión. Sepan disculpar si parezco pesimista, no es tan así: Pese a todo, ojalá que esta vez lleguemos a la final. No sé nos puede escapar.

19 de noviembre de 2022

Cómo la era digital nos cambió por completo

Sábado por la mañana en Lobos. Hablemos un poco del periodismo 2.0, si querés llamarlo así. Es en esa fase donde ya entran en juego los celulares, las transmisiones en directo, las fotos que se comparten al instante, y todo lo que no vivió el periodista gráfico convencional previo a la existencia de una computadora más o menos sofisticada. Hace 15 años, más o menos, no existían las selfies. La gente no se sacaba fotos a sí misma salvo casos muy puntuales. Hoy, lo hace todo el mundo, y no sé si está bien o mal, pero algo subyace detrás de todo eso. Y sería un hipócrita si me pongo a criticar eso, porque yo también me he sacado una selfie más de una vez.

Si vos buscás ser creativo y marcar la diferencia en lo que hacés, uno de los factores clave es despojarte de todo tipo de prejuicios. Eso no significa, por supuesto, hacerte el trangresor con sensacionalismo barato por el sólo hecho de adquirir notoriedad o llamar la atención. Notoriedad que, muchas veces, te juega en contra, porque la audiencia no es estúpida y se da cuenta de que lo único que pretendés es hacer un enfoque polémico en base a una cuestión que en el común de los casos no la amerita en absoluto. Pero no voy a caer en hacer "periodismo de periodistas", ni en mirarme el ombligo, porque a nadie le interesaría y francamente, a mí tampoco. 

Página/12 fue un diario innovador en su momento, con mucho laburo de investigación y unos titulares geniales que no se le hubieran ocurrido ni al mejor estudiante de publicidad. Pero eso fue hace 35 años, por lo tanto a ese diario (como a tantos otros), los lectores asiduos ya le conocen las mañas. Lo que sí resulta más viable es trabajar sobre algo que estuvo a la vanguardia en su momento y redoblar la apuesta, ya sea para cuestionarlo abiertamiente o bien para profundizar esa veta. Como quiso hacer Lanata con "Crítica de la Argentina", un diario que se nutría del germen de aquel Crítica original de Natalio Botana. El periodismo brinda recursos para que no todas las notas o entrevistas parezcan calcadas, digamos. Hay que ver de cuánto tiempo dispone el lector. Si es que quiere ir directamente a los bifes e informarse con los datos básicos, o prefiere un artículo más elaborado con un análisis prolijo. Atención a esto, porque lo que se vuelve largo y no logra cautivar a quien te lee, termina siendo tedioso, y lo más frecuente es que como periodista ni siquiera consigas que lean el texto completo. 

Clarín o La Nación escriben para la masa. Es decir, para un público (masivo) que sabe perfectamente con qué se va a encontrar en ambos portales digitales o en la edición papel. Un proyecto independiente bien pensado lleva tiempo, pero si le ponés pilas, podés ganarte el respeto que los lectores que se sienten desencantados con los grandes medios. Hay que decir algo al respecto: Que haya grandes medios, no quiere decir que carezcan de credibilidad. Sí está claro que marcan tendencia para un lado o para el otro, y eso no ocurre solamente en Argentina sino en cualquier país que tenga prensa libre. No es lo mismo leer "Perú 21" (un diario de línea editorial similar a Página 12"), que "El Comercio" (otro medio peruano muy formal y conservador dirigido a la clase media/alta, parecido a su vez a LN). Ningún periodista profesional que haya dedicado tiempo a su capacitación, ejerce su laburo "por amor al arte". 

Y cuando los K. te hablan de las grandes corporaciones mediáticas, no es un dato menor recordar que quienes trabajan allí conocen la línea editorial de esos medios, aunque puedan no estar de acuerdo a título personal. Por otra parte, tampoco esas revistas o portales que se venden a sí mismos como "alternativos" van a ir a pérdida económicamente, sólo apuntan a un target o a un nicho de la población que se sienta identificada con el material que se publica ahí. Vos podés laburar para... no sé, una prepaga, digamos (no voy a nombrar a ninguna), y estar en desacuerdo con la política empresaria. Por ejemplo, que te dé bronca que a la gente que paga su cuota todos los meses los atiendan pésimo. Pero o estás dentro del mismo barco, o te vas, si es que no te rajan antes. No hay muchas opciones. 

¿Se puede ser buen periodista sin haber estudiado para ello? Claro que sí. No es excluyente. La "contra", quizás, es que muchas cosas las vas a tener que ir aprendiendo sobre la marcha. A menos que te dediques a un rubro parecido, como publicista. Pero aun así, no es lo mismo instalar a un candidato o a un producto de consumo en la opinión pública, que vender información. Por lo menos, así lo veo yo, solía decir el recordado ex árbitro Guillermo Nimo (qué antigüedad hablar de Nimo, por Dios). Tener calle, como muchos se jactan, no es una virtud en per se, es lo que dicen los que nunca leyeron ni un mísero libro.

Si todos sabemos que hasta las religiones son un gran negocio, qué pensar entonces de los medios de prensa, que se definan como independientes. Si no tenés sustento publicitario o una modalidad de suscripción para los contenidos online, ya vas muerto antes de haber comenzado con el proyecto. Otra cosa es saber "venderse", en términos comerciales. Establecer un tarifario y conseguir adhesiones de empresas o peces gordos que te garanticen un margen de ganancias. Si te cuesta ponerle un precio a tu laburo, se va a hacer más cuesta arriba, ni lo dudes. Y en la coyuntura actual de altísima inflación, "explicarle" al cliente por qué le aumentás la pauta -aunque él ya lo sabe-, es una tarea tediosa. Los periodistas no somos jueces ni fiscales, ni pertenecemos a las fuerzas de seguridad. Muchos reciben amenazas y aprietes de toda índole, por no hablar del espionaje ilegal. Yo creo que nunca llegaré a ser famoso o influyente si es que cabe, pero como nunca tuve ninguna de ambas aspiraciones, me siento satisfecho si considero que dí lo mejor que podía, en cada nota, en cada cobertura. Y cada uno, en el laburo que emprenda, seguramente compartirá esa percepción. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

16 de noviembre de 2022

¿Sin margen de error?

 ¡Hola, amigos! Comienzo del finde, y estoy nuevamente en contacto, tratando de darle impulso a este blog, sobre todo por la falta de tiempo que tengo últimamente para actualizarlo como yo quisiera.

Más de una vez postergás aquello que te da placer y que no está ligado al laburo, porque considerás que no tenés tiempo suficiente, o porque priorizás un descanso. A falta de vacaciones en lugares exóticos, tanto unas horas de siesta como una cerveza bien fría son un buen plan cuando el calor comienza a apretar en la recta final del año.

Por ese motivo, afirmar que “no tengo tiempo para…”, puede ser una mera percepción, o un dato incontrastable que surge de la carga que demanda cumplir una jornada laboral de 8 horas o más en una persona promedio, alimentarse, pasar a buscar a los chicos al colegio en el caso de que tengas hijos, ir a pagar las tarifas de luz y gas, y un largo etcétera de pagar y pagar. Si pretendés higienizarte y además lucir con un aspecto prolijo, necesitás productos elementales como shampoo, jabón, papel, y no hace falta seguir enunciando más.

 Yo muchas veces reniego de "Yanquilandia"(el famoso American Way of Life). En efecto, no me gusta para nada el estilo de vida de los EE. UU. ni estoy de acuerdo con su política exterior intervencionista. El sólo hecho de que se tomen la atribución de invadir países ricos en petróleo y de derrocar a supuestos dictadores no es algo que me caiga bien. Pero aun así, debemos pensar que los yanquis por algo llegaron a ser la primera potencia mundial. Dejemos de lado por un momento todos los barbaridades y aberraciones que han cometido casi como una cruzada con argumentos inexistentes, y pongámonos a pensar si en Estados Unidos existen los barrabravas, o si los presos se fugan con tanta facilidad como sucede cada dos por tres en una cárcel de Ezeiza, o si la Justicia en el fuero penal es tan exasperadamente lenta como en Argentina. En EE. UU., los afiliados a los partidos políticos (que son básicamente dos) ponen dinero voluntariamente para financiar las campañas, no hay valijeros venezolanos ni grandes empresas que aporten fondos a cambio de prebendas. Lo que quiero decir, en síntesis, es que ningún sistema es perfecto. En los países desarrollados hay un respeto hacia las instituciones que nosotros no tenemos, tal vez porque no nos sentimos representados por ellas. Los yanquis impusieron a nivel global el sistema capitalista con la derrota del bloque soviético en la Guerra Fría. Ellos nos querían hacer ver al comunismo como un grupo de naciones empobrecidas gobernadas por tiranos, que se daban la gran vida mientras el resto del pueblo debía racionar los alimentos para sobrevivir. ¿Les suena? Argentina y muchos países teóricamente capitalistas no se diferencian demasiado de la caracterización antojadiza que se tenía de Moscú. Tenemos democracia y elecciones libres. No es poco, pero con eso no alcanza. Hoy todos sabemos que con la democracia (por sí sola) no se come, ni cura, ni se educa, 

Sea como fuere, retomo la idea inicial de este texto: para los individuos, para las naciones, para los pueblos, es importante aprender a dar vuelta de página. Lo hizo Alemania tras la caída del Muro de Berlín. ¿Por qué no intentarlo nosotros?

Tema dos: Revisando el archivo de notas, encontré textos que a la distancia me parecen bien escritos, pero que narran hechos que parecieran de otra persona. No soy yo, es la persona que fui cuando decidí poner en palabras eso que me estaba pasando en un determinado momento. Tiene que ver con muchos factores: con mi estilo de redacción, escribiendo a las apuradas deliberadamente porque así nace más espontáneo, a riesgo de no tomarme el tiempo necesario para buscar un orden preciso (que sea funcional a lo que pretendo expresar). 

Redactar un texto sin errores y con ese "gancho" que sólo tienen los grandes escritores lleva tiempo, no es algo que se pueda hacer de un tirón. En este verano en ciernes, trataré de sobrellevar los días cálidos lo mejor que pueda y no dejarme llevar por la locura de “las Fiestas”, o el Mundial, no lo sé. 

Pienso que antes de fin de año puede haber cambios importantes en el Gobierno, y que significará el hundimiento del FDT, pero todavía es prematuro emitir un diagnóstico irrefutable. Eso sí: Dudo que Fernández y séquito que se dice peronista, reparta sidra y pan dulce a la usanza de El General. Punto final.

14 de noviembre de 2022

Milímetros

(Disculpen los errores de tipeo)

En los países que adoptaron el sistema métrico, los milímetros se utilizan generalmente para determinar el calibre de las armas de fuego, o bien para medir con un pluviómetro la cantidad de lluvia caída. Entre la noche de ayer y la madrugada de este lunes, se registraron 16 mm. en la Planta Urbana de Lobos. No es mucho quizás, pero representó un gran alivio luego de varios días en los que imperó ese tufo y pesadez que son consecuencia de un exceso de humedad ambiente. El domingo estuve cubriendo las elecciones internas de la UCR. Todo pintaba como para que el cielo se cayera a pedazos, pero la mayoría sabíamos que no iba a pasar de ahí: La tormenta eléctrica estaba disipándose porque ya había dejado su estela en pueblos vecinos. Pero como no me agrada mojarme al pedo y además tengo que cuidar la bicicleta, tan pronto como se conoció el resultado final y se hicieron las notas con los ganadores de rigor, volví a casa, me puse a escribir, y así fue transcurriendo la tarde a resguardo de algo que no intuía como preocupante.

Estas lluvias de períodos breves y escasos milímetros, son un paliativo, y creo que tendremos que acostumbrarnos a eso, al menos hasta el año que viene. Lo único interesante fue la súbita aparición el arco iris, y poder capturarlo en una foto: Cuando uno lo ve, sea cual fuere el escenario o el “decorado” que lo rodea, no puede evitar maravillarse por la naturaleza y bla bla blá. No sé si la naturaleza es sabia, pero más que cualquiera de nosotros, seguro que sí. Debería retomar las clases de biología, indagar en los ecosistemas y los biomas, y casi sin proponérmelo, recuerdo que fue una de las materias que más detesté en la Secundaria. Me iba pésimo porque en lugar de abordar esos temas que mencioné, nos hablaban de células, glóbulos rojos y blancos, es decir, cosas que es necesario saber según un plan elaborado por pedagogos que nunca pisaron un aula, pero que son de interés de un futuro bioquímico, no de un estudiante promedio de una escuela comercial. En las pruebas, siempre había uno (o varios) que tenían la dignidad de entregar de inmediato la hoja en blanco porque no habían estudiado nada, yo me copié alguna que otra vez, pero no siempre me salió bien. Y aunque parezca una excusa, yo diría que, si enseñaran contenidos interesantes, habría más motivación para aprenderlos. Ya habrá tiempo para la microbiología. Si en la escuela hubiéramos contado con un microscopio, es posible que ver las células “in situ” y no en una página mal fotocopiada de un libro nos hubiera otorgado algún estímulo. Pero todo eso ya pasó. Ocurrió en 1995 o 1996, y 26 años es demasiado tiempo como para teorizar acerca de lo que “hubiera podido ser”.

Sin ánimo de poyectar excesivamente, lo mejor que podemos esperar es que el año termine con tranquilidad, tanto en lo personal como en las decisiones que se toman desde los despachos oficiales. Claro que esas decisiones arbitrarias y antojadizas nos joden la vida y por ende, repercuten en nuestra persona. Lo que han hecho hasta ahora es cavar para tapar un agujero, sin darse cuenta de lo elemental: taparon uno, pero con la tierra que utilizaron, crearon un hoyo nuevo, que ni siquiera sirve para largas tertulias y partidos de golf con ricachones. En la Biblia hay un ejemplo (o parábola) parecida: Nadie utiliza la tela de una túnica nueva para remendar otra má vieja, o algo así. 

Jesús era (y es) un gran líder espiritual, acaso el más grande de todos los tiempos. Te lo reconoce cualquiera, aun los no creyentes o practicantes como yo. El problema de la Biblia (o de los Evangelios en particular), es que como son relativamente sencillos de leer, caen en manos de fundamentalistas que perpetran verdaderas masacres y atrocidades en nombre de Dios, además de que se llenan el bolsillo ante la desesperación y la angustia de sus fieles. Ayer salió publicada en La Nación una nota muy crítica sobre el Opus Dei, una organización de fanáticos religiosos católicos. Me resultó llamativo siendo que LN es un medio afín al culto católico y de rasgos conservadores en general. Por mucho menos de lo que hacía o sigue haciendo esta gente, al Teto Medina lo metieron en cana por regentear charlas para una granja de adictos en recuperación. Saquen sus propias conclusiones. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

10 de noviembre de 2022

Día de la Tradición

Día de la Tradición. Prefiero leer literatura gauchesca, o aquellas obras de Esteban Echeverría antes que escuchar folclore. Hubo una época en que lo intenté hacer, pero no es lo mío. Sí puedo admirar el virtuosismo y el talento de guitarristas como Juanjo Domínguez, algunas cosas de Larralde, por dar dos ejemplos. Pero eso no te hace más argentino, como tampoco lo es comer una porción de locro una vez al año. Tanto el gaucho como el cowboy, tal vez sean estereotipos, pienso. Sin ánimo de ofender a nadie, ambos no andan por la calle con todas las pilchas que los distinguen como tales, aunque ese atuendo sí sea utilizado para determinadas tareas de campo. Pero debe ser medio incómodo andar con esas botas de cuero de media caña, con sombrero, rastra, bombacha, y todos los accesorios. 

Tema dos: Tiene que haber un motivo valedero para que, al cabo de unos días, necesite expresarme en este espacio, no importa cuál. Un espacio que fue mutando desde 2005 a esta parte. Me demandó alrededor de 3 años encontrarle el perfil que pretendía. No puedo aseverar si ese remedo de mutación ha sido provechoso, pero lo que resulta evidente es que me cuesta más actualizar el blog evitando temas que suenen remanidos o trillados. 

En lo sucesivo, pondré énfasis en hablar un poco más de Lobos, ya que hay muchísimo por hablar y debatir aunque se trate de una ciudad pequeña. Una ciudad que durante un tiempo indeterminado se ve sumida en la decadencia pero que -nadie sabe bien cómo ni por qué-, siempre sale a flote del mismo modo intempestivo en que sucumbió.

Lobos es el objetivo, porque es lo que nos interesa a quienes vivimos aquí. Quiero volver a eso, a trazar reseñas breves pero concretas de la historia pueblerina, que se va escribiendo en el día a día.  Esto incluye el análisis de la actualidad política y de situaciones absurdas que nos ponen en aprietos, por acción u omisión. Hay muchos funcionarios francamente poco aptos para el cargo que ostentan. Podría decir que son ineptos, pero antes de ser tan contundente, debería investigar más a fondo: Ver cómo piensan, cómo actúan en su vida pública, y entonces sí ratificar mi diagnóstico.

Nunca dejé de buscar esa veta. En la era digital, es necesario ser más conciso para lograr el efecto esperado de parte de los lectores. No es casualidad que yo haya decidido llamar a este blog "Cultura Lobos".

Está bueno debatir temas ligados a la política nacional, pero el temor a ser redundante es una advertencia de tu mente para evitar ser repetitivo como un disco rayado. Los portales digitales y los canales de noticias están atestados de ese tipo de material, que en muchos casos no merecería ser considerado periodismo. Claro que bancarte a Morales Solá durante un hora por TN, se vuelve soporífero también. Ni hablar de otros kamikazes como Pablo Duggan o el “Gato” Sylvestre.

¿Se puede ser dueño de un estilo, o aunque más no sea, de un enfoque novedoso? Sí, por supuesto. Pero para lograrlo es necesario se requiere ejercitar la capacidad de observación, indagar, dejar de lado la melancolía y la mediocridad que se vuelve un tufo asfixiante, sobre todo para nosotros mismos que somos los que nos vamos tornando mediocres sin darnos cuenta.

Las pequeñas boludeces cotidianas que nos otorgan algo de satisfacción, me hacen pensar que son dignas de tener su lugar, porque nos nutrimos de ellas. Una charla de café puede ser la excusa perfecta -o la motivación- para el reencuentro con el otro. Este pueblo conserva muchas historias que se esconden detrás de cada persona, por algo somos seres individuales y únicos. Y si a eso le agregamos el poder despojarnos de prejuicios, cada historia se vuelve más interesante todavía. Me da lo mismo la anécdota de un tipo que duerme en una casilla precaria que la del que vive en un country. Si es buen narrador, te atrapa como un buen libro, de esos que no abundan.

No es un mal plan quedarse en casa a ver una película por cable o comer una pizza casera con amigos, lo cual por otra parte me parece un opción bastante factible y que puede ser atrayente para una persona como yo, que ya dejó atrás todo tipo de pistas de baile. En realidad, debo decir que tampoco extraño demasiado esa época. No era ningún Michael Jackson o James Brown si hablamos de bailarines y cantantes notables.

Durante mucho tiempo, tuve prejuicios con la música electrónica. Inclusive, me resultaba insoportable. Pero luego de escuchar a Daft Punk a The Wekend, cambié mi percepción. Por no mencionar lo que se conoce como synth pop, la piedra fundacional de lo que hoy tiene más beats por minuto y un ritmo frenético. Podemos nombrar a los Pet Shop Boys, New Order, Depeche Mode, The Human League… y si se trata de artistas argentinos, uno de los pioneros de esa movida fue Daniel Melero, hay que reconocerlo, aunque no sea de mi agrado (a nadie le interesa que a mí no me guste, desde luego). Mi mayor aporte a la tradición, por minúsculo que resulte, es el de tomar mate y haber aprendido a prepararlo de un modo aceptable. Sobre todo, mientras escucho música o leo algo que me parece bien escrito. Una aspiración que se renueva en cada nuevo texto: Escribir bien. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

7 de noviembre de 2022

Escasa euforia pre-Mundial (hasta ahora)

Lunes 7. Faltan 15 días para el comienzo de la cita máxima del fútbol mundial. Por supuesto, no voy a descubrir nada al afirmar que todos estos eventos masivos son un gran negocio: Derechos de televisación, sponsors, contenido "premium" que los canales de deportes suelen agregar como un plus para los abonados a esas señales de TV. Lo mismo ocurre en EE. UU, con el infame Super Bowl, sólo que se trata de un solo partido que define y unifica el ganador de dos confederaciones. Hablar de Liga Mundial, como suele hacerse, es un apelativo desmesurado porque sólo compiten equipos del país del Norte, que en su mayoría son franquicias (como ocurre con la NBA). Pero dejemos eso de lado porque a nadie le interesa. 

Cada nuevo Mundial de fútbol, se vuelve más sofisticado, con infinitas cámaras para captar no sólo los goles que en definitiva son los que sentencian el resultado del match. Cada infracción o falta de un jugador hacia otro será repetida hasta el hartazgo, no sólo por el presunto interés de la audiencia en determinar si esa falta fue real, sino porque además el VAR contribuye constantemente a interrumpir el juego, para determinar si agresión realmente existió, lo cual le será comunicado al árbitro para que actúe en consecuencia. Acá en Lobos, si bien todavía restan 15 días, no parece haber mayor intereses en el Mundial. Para quienes han leído una nota anterior que dediqué al mismo tema, digamos que hay otras prioridades. Ello sumado al hecho de que los partidos de la Selección, particularmente el debut, será televisado en un horario insólito (7 AM), pero que tiene como finalidad privilegiar el huso horario de los países de Europa. 

Algo que nunca está de más mencionar, es que cada vez que la Selección iba a competir como favorito, nos ha ido invariablemente mal: Pensemos en 1994 (con el doping de Maradona y todo lo demás), 2002 (un país sumido en la crisis que ni siquiera pudo obtener una mínima satistacción con la conquista del trofeo), y ahora, en 2022, está pasando lo mismo. Haber clasificado holgadamente para el Mundial no garantiza en absoluto alcanzar la gloria una vez que dé inicio la competencia. Te lo dice alguien que no es experto de fútbol, ni mucho menos periodista deportivo. El último Mundial (Rusia 2018), fue un papelón, al punto tal que los propios futbolistas argentinos estaban disconformes con el entrenador y "dibujaron" ellos mismos su propia estrategia de juego. El DT fue elegido para conducir al plantel, no para permitir que sus dirigidos le "sugieran" cómo debe jugar el equipo. De todos modos, nos fue pésimo. Tal vez sería bueno aceptar que Argentina dejó de ser una potencia futbolística hace rato, desde 1990 en adelante, sin contar algunos certámenes menores como la Copa América y otros que en este momento no recuerdo. 

Por eso, siempre es mejor ir de "punto" y no de "banca". Nadie daba un peso por el plantel del ´86, y ya sabemos cómo terminó la historia. De hecho, la clasificación para ese Mundial fue bastante agónica y Bilardo (el DT de aquel entonces), era seriamente cuestionado por la misma prensa que luego lo consideró casi un prócer. Como decía en el primer párrafo, es posible que a medida que se aproxime la fecha de la Copa del Mundo haya mayor entusiasmo, y si la Selección hace un digno papel, obviamente que los televisores en bares y casas de familia estarán al rojo vivo. 

Messi integra el plantel, creo yo, más que nada por darse un gusto personal. Sabe que es titular indiscutido, aunque para los estándares del fútbol profesional ya es un veterano. Y como cualquier deportista de elite, perdió la velocidad y las increíbles gambetas de sus mejores épocas en el Barcelona. Así y todo (haciendo futurología), cualquiera que vea los partidos de la fase de grupos cuando llegue esa instancia, podrá advertir si lo que estoy planteando es real. Messi, hoy por hoy, "camina" la cancha, aunque conserva la habilidad para meter buenas asistencias o pases gol. O, quizás, haciendo futurología, hasta convierta algún gol de penal, siendo consciente de que los arqueros estudian bien el modo de patear los penales, sobre todo cuando ya entramos en octavos o cuartos de final. Pues bien, amigos, la suerte está echada, habrá polémicas por doquier, pero cuando termine el Mundial, cada uno volverá a lo suyo, porque ni la AFA ni los jugadores nos van a dejar plata en los bolsillos a fin de mes. Nos estamso viendo pronto. Punto final. 

PD: Sepan disculpar los errores de tipeo, escribí esta nota de un tirón y a veces se me escapan esos detalles



5 de noviembre de 2022

Evitemos ser contaminados por estúpidos

Noviembre comenzó con una progresiva escalada de calor que es natural para esta época. Todavía es tolerable, no llega a agobiar. ¿Qué nos resta esperar de esta parte hasta fin de año? Resistir y disfrutar a la vez, según el contexto. Cada uno tiene sus proyectos y trata de encauzarlos dentro del escenario actual. La sociedad nos empuja cada vez más hacia la inmediatez. No siempre estoy de acuerdo con esa vorágine, pero no es ni más ni menos que el pulso del tiempo de hoy. No sé si es conveniente hacer proyectos a largo plazo, pero aún así sigue siendo mejor que mirar hacia atrás. El futuro es importante, y para consolidarlo, digamos, no hay que perder de vista lo que está sucediendo ahora mismo. A cualquiera le embarga la frustración ante un emprendimiento que no se pudo concretar, o que no salió como esperaba. Es totalmente comprensible. Al menos lo intentaste, y no es un consuelo para salir del paso.  Es la realidad.

Hoy es sábado por la tarde/noche y mientras tomo unos mates me surgen estas reflexiones, que seguramente las he plasmado cientos de veces pero que de algún modo emergen de vez en cuando, porque están sustentadas en mi historia personal y en el diálogo que tengo con la gente que conozco. Cuando un proyecto no da el resultado esperado, te sentís un poco "acobardado", o reticente como para apostar por otro. Cabe aclarar que la incertidumbre no está ligada solamente por lo económico, sino con que el temor de repetir otro fracaso provoca un efecto demoledor, por más pilas que le hayas puesto antes.

Sin embargo, el problema esencial es este:  Nos cuesta saber realmente qué es lo que queremos hacer, o cómo actuar al sentirnos desbordados, con varios frentes por delante, apagando incendios constantemente. Pero mientras estoy sentado con la única compañía de la radio y el mate, pienso en que estamos todos en la misma. Lo dije en el párrafo anterior: No pasa por una cuestión de dinero. Hay un mínimo porcentaje que podría afirmar que ya tiene con "la vida hecha", por así decirlo, en base a sus ingresos y que por lo tanto transitará lo que le queda con holgura. La comodidad de la vida burguesa que todos añoramos en secreto es un deseo direccionado a buscar lo previsible. La casa, el auto, los hijos, los ahorros, ¿las vacaciones? Es la expectativa de muchos, y no puedo afirmar si está bien o mal. ¿Pero qué es todo ese combo, acaso comprar felicidad en cuotas? Nadie duda que es gratificante tener una familia y poder darles lo mejor, pero no caer en una dependencia donde el afecto que vos recibís se convierta en un trueque. Si vos tenés la convicción de que estás haciendo lo correcto y no te respalda ni el perro que sólo sabe ladrar, no les des bola, dale para adelante. Por esas vueltas de la vida, es probable que terminen siendo ellos los equivocados y que, con los hechos consumados, te den la razón. 

Están aquellos que saben reaccionar con mayor rapidez y eficacia ante la coyuntura, y otros a quienes las que les cuesta más. A nivel macro, hasta no hace mucho, a mí se me hacía difícil cortar con aquellas cosas que todos queremos olvidar pero que de alguna forma nos limitan. Lo único que aprendí es que a la vida debemos disfrutarla como si nos pusiéramos una camisa que nos gusta en el probador, de lindos colores, y que nos calza con el talle perfecto, sin importar lo que nos diga el empleado de la tienda. 

La mayoría de nuestros actos forman parte de lo cotidiano, y es probable que por ese motivo no les demos valor. Esperamos un gran acontecimiento, y eso nunca pasará, menos aún si ponés una vara muy alta. Esto sucede con frecuencia. En una sociedad complicada, cada uno busca su refugio. Si no encontramos algo que nos brinde un poco de paz, vamos a terminar colapsando, porque todo el tiempo nos estamos maquinando la idea de salir a flote, con la constante desconfianza de que alguien pretende cagarnos, y nadie sabe qué sucederá mañana. En algún momento, es bueno bajarse del caballo y emprender una etapa de redescubrir aquello que nos gusta (o nos gustaba) hacer: Si no lo logramos, continuaremos en medio de la confusión y el desconcierto.

 Tampoco nos damos el tiempo necesario para hablar de lo que nos pasa, para escuchar un consejo sincero, porque vamos a mil, porque sentimos vergüenza, o por lo que sea. Nos cuesta demasiado expresarnos sin rodeos, y como hay mucha gente despreciable y miserable, no es fácil encontrar alguien a quien confiarle algo que (obviamente) no se lo diríamos a cualquiera que ande caminando por la calle.

A los que leen esta nota, podría decirles: Ojalá podamos dejar de lado ese entorno que nos contamina, y rodearnos de gente que nos ayude a crecer, que no sea mezquina. Hay mucho talento lobense, y eso sí es algo que me enorgullece. Esos pibes que, sin estridencias, se esfuerzan por superarse y trascender. Son ellos quienes hacen la mayor contribución para jugársela desde la música, el dibujo, o las artes plásticas. En síntesis, diría que constituyen el reservorio cultural para las próximas generaciones. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

3 de noviembre de 2022

Crónica de un fenómeno global nunca visto

 Hace unos días, con un amigo hablábamos de la música disco que dominó las pistas de baile durante buena parte de los '70. Lo primero que es conveniente decir es que la música de boliche es en esencia pasatista, nadie va allí a escuchar a Serrat, y quizás ni siquiera escuche nada, lo único relevante en ese ámbito es dejarse llevar por el ritmo, por el beat, el groove, y una serie de términos que acuñaron los yanquis y que, como no soy musicólogo, se  me hace arduo de describir. Fue entonces que uno de los dos dijo: "'¿Te acordás lo que era eso, loco? Al lado de lo que escucha hoy, parece música clásica". Nos cagamos de risa porque pensábamos igual. Donna Summer, Gloria Gaynor, los Bee Gees... artistas tildados de "grasa" en su momento que hoy le pasarían el trapo (no el trap), a más de uno. 

No voy a entrar a despotricar contra el reggeatón o el trap, pero sí debo decir que los puertorriqueños, dominicanos, colombianos, y algunos más, nos conquistaron culturalmente, nadie se imaginó nunca que esto se convertiría en un fenómeno global que ya lleva casi 20 años. "Dios está muerto", sentenció aquel filósofo alemán. Bueno, probablemente el rock también, al menos tal como lo conocimos.

 Hace exactamente 20 años, por esas cosas de la vida, tuve la oportunidad de viajar a Puerto Rico. Una isla superpoblada, con algunos barrios peligrosos, que para cualquier argentino que permanezca por un tiempo superior a tres meses es bastante difícil de entender, por el choque cultural precisamente, por el spanglish: Se sabe que PR es un Estado Asociado de EE. UU, casi un enclave colonial. La mayoría de la población habla español, claro, pero a su modo, con palabras claramente fusionadas del inglés americano. Pero no deja de ser el Caribe, y las playas son muy bonitas, el sólo acto de nadar en el agua templada y casi transparente es maravilloso. Las de República Domincana son mejores, pero no tuve oportunidad de visitarlas. 

Pero para no extenderme, la anécdota es la siguiente: En julio de aquel 2002 (verano boreal en un país que tiene clima tropical todo el año), empecé a escuchar sostenidamente lo que hoy conocemos como autos tuneados, y siempre con el mismo beat, que pasaban a toda velocidad. Le pregunté a mi amiga, que residía allí: "¿Qué mierda es esto?". "Ah, se llama reaggetón", me dijo con toda naturalidad como si estuviéramos hablando del color del pasto. Cuando regresé al país, en principio lo dejé pasar como un recuerdo más, nunca imaginé que se iba a expandir de esa manera. En ese momento, en la Argentina post 2001 se escuchaba a "Los Pibes Chorros", la nunca bien ponderada cumbia villera que constituía en sí misma una apología al delito y un reservorio de decadencia. Pero ya para 2005, este ritmo extraño que yo esucuché en otras latitudes había dado sus primeros pasos aquí. Obviamente, todos podemos conjeturar como vino evolucionando hasta la actualidad. 

Volviendo al primer párrrafo, la música disco es un híbrido o un derivado del funk y el soul, pero pensado para los boliches de la época. Una canción común y corriente incluía una sección de vientos, cuerdas, coros, instrumentos reales, nada de maquinitas. Además, la mezcla (entendida como el laburo que hace el ingeniero de sonido), demandaba un tiempo considerable para evitar la superposición de uno sobre otro y lograr el equilibrio necesario. En el estudio de grabación, ningún material sale al mercado "en crudo", lo cual implica además la masterización, que es el proceso final. En fin, había versiones para la radio, los singles o "sencillos" (radio edit) que no superaban más de 4 o 5 minutos, Pero después estaban por vinilos para los DJ, entonces te metían dos o tres temas por cada lado, de 8 minutos cada uno. Incluso después de la era disco, en los '80, el pop con sintetizadores a full se continuó comercializando de las misma manera, haciendo remixes de la versión original que estaban orientadas a los boliches. Como los Pet Shop Boys, por citar un nombre al azar. 

Todo eso no existe más, o casi: No lo sé, puede ser que un "artista" actual al estilo de Bad Bunny o Daddy Yankee haga esas cosas, pero cada vez menos, no tendría razón de ser porque funciona como un enganchado eterno: Cada tema suena igual al anterior. Ante la ausencia de instrumentos, cualquiera puede armar un engendro de este tipo, subirlo a las redes, hacerse popular, y conseguir llegar al objetivo máximo, que ya no son las disquerías, sino Spotify. A mayor cantidad de reproducciones en streaming o descargas digitales, más cobran ellos y las discográficas en concepto de regalías. 

En el gimmnasio donde voy, tienen un parlante bluetooth como los que se usan ahora, bastante potente. Bueno, toda esa música era (y es) moneda corriente. Y cuando alguien conecta o sincroniza su celular con el parlante, se respeta el gusto de ese cliente o el tiempo que quiera hacer uso de ello. Hubo unos minutos de silencio ayer por la tarde, algo que rara vez ocurre. "Esta es la mía", pensé. Al toque puse una playlist de AC/DC, y algunos (los más pendejos, digámoslo), se miraban como diciendo: "¿Qué es esto?". Convengamos que AC/DC musicalmente es una banda que no se destaca por el virtuosismo, ni nada parecido. Pero es como Creedence, le gusta a todo el mundo. Y es rock.

 Lo más interesante de este breve experimento, es que aún aquellos que en la p.. vida lo habían escuchado, se engancharon, y ni hablar de los veteranos como yo. "Por fin, loco, ahora sí dan ganas de hacer fierros", me dije a mí mismo, y el resto respondió de igual manera. Por unos minutos, el clima del gimnasio había cambiado. El switch era otro. "Si les paso por el baffle una seguidilla de temas de los Stones, les vuelo la cabeza", conjeturé. Para finalizar, aquel filósofo alemán, también sostuvo que sin la música, la vida sería un error. Tenía razón, y los hechos lo demuestran. Si hay buena vibra en el ambiente, en una proeza digna de Schwarzenegger (un ejemplo demodé, casi nadie se acuerda de él porque tiene 75 años) levantaría hasta 50 kilos de una, quién sabe, aunque al otro día lo pueda mover ni el dedo meñique. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 








  






 









 











 


1 de noviembre de 2022

Valijas

 Primer día de noviembre. Podríamos decir que comenzó un nuevo ciclo, aunque en rigor de verdad no hace falta el comienzo de un mes para afirmarlo. Cualquier cambio notorio para una persona, por ejemplo en su actividad laboral, implica una nueva etapa también. Pero al menos para mí, es más fácil dar inicio a algo que terminarlo. Vos te vas de un laburo porque renunciás o porque te rajaron. Terminás un noviazgo o cualquier tipo de relación, porque la otra persona te dejó o porque fuiste vos quien lo hizo. Muy raras veces la gente se separa "de común acuerdo". Y con la amistad sucede lo mismo, si te cansás de un amigo, o te sentiste defraudado, cortás el trato con él y listo. Pero siempre, lo que vos le hagas a lo demás pueden hacértelo a vos. Es como una calle de doble circulación. 

Se ponen de moda frases que tienen muy poco en concreto, como "cerrar ciclos". Eso es superar el duelo en términos psicológicos y seguir adelante con tu vida, no hay nada inventado. 

TEMA DOS: Cuando asume un nuevo gobierno, no es que todo comenzó desde cero: Una cosa es consecuencia de lo anterior. El electorado se hartó de determinada forma de ejercer el poder y vota a otro, que incluso puede ser peor al que estuvo antes, y eso me hace pensar en lo inútil que resulta el "voto castigo". No votaste al que más te representa, sino al que considerás opuesto al que estuvo hasta ese momento. Es meter la boleta en la urna basándonos en lo discursivo, en principios que en apariencia son éticos y morales, pero nada que tenga que ver con la capacidad de gobernar. Mucho menos, con vocación de liderazgo. Un presidente debe tenerla: De la Rúa no supo ejercer ese liderazgo, y es bueno separar la ausencia de esta virtud de la masacre de diciembre de 2001. Macri no es líder de nada tampoco, pero hubo mucho de marketing y de coaching para que el Gato llegara hasta ahí. Si espiar a tus adversarios políticos ya de por sí es nefasto, ¿qué decir entonces del espionaje contra Larreta, si teóricamente eran del mismo palo? Varias veces me referí al trabajo sucio de la SIDE y a los carpetazos. Viven de eso, pero todo me hacen pensar que son unos inútiles para prevenir un ataque terrorista. 

Mientras la economía marcha razonablemente bien, todos se hacen los boludos. Si sentís que te meten la mano en el bolsillo todo el tiempo, ahí comienza la debacle, entonces de qué ética o paparruchada me vas a hablar. La segunda presidencia de Perón no fue buena, y ni hablar del segundo mandato del Turco. A casi nadie le interesa pensar en esos antecedentes históricos, quizás porque ambos protagonistas están muertos y creemos que la dirigencia actual nació en un tubo de ensayo. Ni siquiera hablemos de eternizarse en el poder (gobernadores e intendentes), dado que si son elegidos por varios períodos no necesariamente son corruptos. La reiteración pasa en todos los órdenes por la ausencia de una oposición que tenga peso propio. Es muy ingenuo esperar que el año que viene, el que asuma en la Rosada dé un viraje drástico que conduzca a una mejora sustancial. Ni el propio Macri lo volvería hacer, quedó probado que un ajuste sin miramientos le costó el gobierno, y sólo se ganó la simpatía de los incondicionales de siempre. 

El Gerente de una multinacional despide gente todo el tiempo, personas que ni siquiera conoce y sólo sabe que trabajan para la empresa y que se han convertido en un gasto. Le pagan la indemnización y listo, a la mierda. Un tipo que fue dejado cesante a los 50 años, cuando todavía es relativamente joven, tiene que volver a empezar. Son muy escasos quienes logran hacer carrera y obtener un ascenso, eso ya quedó en el pasado. Del mismo modo, ocurre a la inversa: Contratar a personas "creativas" o "innovadoras" que por muchos pergaminos y juventud que tengan, poco contribuyen al crecimiento de una empresa, que lo que busca es vender y obtener la mayor ganancia posible. Capitalismo básico, nada nuevo bajo el sol. 

Privatizar empresas estatales con el pretexto de que son ineficientes, es sacarse el lazo de encima. Si se controla que todos los que están en planta laburen realmente, y que no haya designaciones a dedo, buena parte del déficit estructural podría reducirse. Un Municipio funciona casi como una Pyme. Es muy utópico, sí, pero en otros países funciona, porque las reglas son otras. El Estado no es entendido como una máquina de pagar sueldos a incompetentes. 

Miren a Aerolíneas Argentinas: Supo ser un orgullo, hoy da vergüenza, no sólo por el servicio, sino por demoras inexplicables y personal que no atiende correctamente a los pasajeros. 

Tanta vergüenza como la mafia de los abrevalijas, que antes de entregar el equipaje a los pasajeros, cuando pasaba por el escáner y veían algo que les gustaba,  robaban todo tipo de objetos de valor. Si vos querés turismo internacional y les afanás todo ni bien llegan al país, no es el mejor recibimiento. Claro que, cuando los "abrevalijas" se ceban y se dejan llevar por la codicia, ya es tan evidente que los rajan. Hasta que lleguen otros que hagan lo mismo. Casi nunca una empresa de aviación civil se hace cargo por los objetos sustraídos, sea AA o la que fuere. Y si bien es menos frecuente, también esa operatoria se replica en los micros de larga distancia, en los buches o "bodegas" del colectivo. El chofer, en complicidad con algún otro puede hacerlo, pero precisamente no es habitual porque saben que es más fácil individualizar a quienes manipularon el equipaje. Bueno, hay algunos más profesionales, como el venezolano Antonini Wilson que llevaba 800.000 dólares en una maleta, destinados supuestamente a financiar la campaña de los K. No logró ingresar al país con toda esa guita, pero como él debe haber varios.

Pueden pasar cinco o seis presidentes, pero con la maquinaria política ya aceitada para ganarse la voluntad la mayoría, los pobres seguirán siendo pobres, y la clase media que se cree "distinta", va cayendo progresivamente en la pobreza casi sin darse cuenta. Ya no les quedará siquiera esa satisfacción de pertenecer a un grupo levemente superiora los que están debajo del todo. No se trata de lucha de clases ni de ningún concepto marxista, porque los propios diputados o senadores de izquierda cobran su dieta todos los meses al igual que los que supuestamente son "de derecha" y ellos dicen aborrecer. Todos dicen ser progresistas porque queda bien, pero no tienen la menor idea de lo que significa. Bueno, eso ya sería tema para otra nota. Nos estamos viendo pronto. Punto final.  


"No me sueltes la mano", dijeron los senadores

Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...