30 de junio de 2016

11 AÑOS CON VOS

Hoy es un día especial, como son todos los 30 de junio. Este blog cumple un nuevo aniversario, ya llevo 11 años escribiendo sobre distintos temas y tengo la satisfacción de que hay gente que me lee. Como he mencionado en otras oportunidades, no todos los textos que llevo escritos en este tiempo me convencen. Tampoco se puede dejar conforme a todos, y quien no piensa como yo está en todo su derecho de hacerlo. A veces cuesta darles forma a los posts, expresar una idea de un modo adecuado, pero creo que lo más importante es que las cosas que me iban sucediendo, o que acontecían en el país, las fui volcando en este espacio, procurando siempre que no sea "mirarse el ombligo", quitarse la vanidad de encima, porque siempre traté de ser reservado de mi vida personal. Cada año que pasa sostengo lo mismo: nunca imaginé llegar a esta instancia, cumplir más de una década escribiendo mis reflexiones, mi modo de entender la vida, y que la gente se muestre interesada con eso. No sé por cuánto tiempo más seguiré con el blog, porque a veces uno siente que todos los temas a abordar ya están agotados y que no hay nada nuevo bajo el sol. Pero siempre vale la pena intentarlo, buscarle la vuelta, porque algo muy trillado o remanido lo podés volver interesante si lo abordás de otra manera. 

Este mes pasó rápido, demasiado rápido para mi gusto ya que además de ser el aniversario de la creación de este blog, es el mes de mi cumpleaños. Sin entrar en detalles, puedo decirles que es un placer escribir aquí, desde un puntito en el mapa como es Lobos, y el día que ya no sienta la motivación de hacerlo será momento de buscar otra cosa que me haga sentir bien. Mi vida privada nunca será divulgada en este blog, porque no le interesaría a nadie y además no es el sentido con el cual fue concebido. Todos los que me vienen leyendo hace un tiempo saben que soy periodista, que me gusta la música y la lectura, que soy crítico con el Gobierno actual como lo fui con el anterior. Y lo seguiré siendo cuando algo me parezca injusto o desacertado. Yo no me caso con nadie en ese sentido. Por eso, es un motivo más para seguir adelante, y para mejorar, escribir un texto de calidad, que a la persona que está del otro lado le dé gusto leerlo. Eso sin ser complaciente o demagogo, porque lo peor que se puede hacer es subestimar a la gente, algo que cada vez es más frecuente y que me parece lamentable. Lo peor que se puede hacer es escribir buscando la aprobación de los demás. A veces la gente coincide con vos, y a veces no, es natural que eso suceda. Espero que este nuevo ciclo, en este humilde lugarcito que tengo dentro de Internet, sea un aliciente para seguir. Punto final.

27 de junio de 2016

La derrota es huérfana

El tema ineludible de hoy, en casi todos los canales de noticias, fue la derrota de la Selección en la Copa América, frente a Chile, por penales. El cimbronazo que provocó esta nueva frustración se potenció aún más al conocerse que Lionel Messi dejará el plantel. Los que no lo querían ni ver, ahora están pidiendo que vuelva. Podríamos detenernos a pensar: ¿realmente es cierto que "la historia la escriben los que ganan"? En buena medida, sí. Nadie se acuerda del que salió segundo, o del equipo que perdió la final de un torneo. Es duro asumirlo, pero es real. Yo veía gente demasiado fervorosa y entusiasta antes de que comenzara el partido, y me parecía poco prudente. El año pasado, Chile nos hizo morder el polvo de la misma manera, en la definición por penales. Por supuesto, la mayoría de nosotros confiaba en que Argentina se consagraría Campeón, pero hay una distancia abismal entre la confianza y los hechos concretos. 

Ya casi todo se ha escrito y se ha dicho sobre el partido. Considero que marca el fin de un ciclo, y que el DT Martino también debería renunciar. O los jugadores no lo entienden, o él no logra sacar lo mejor de un grupo humano excepcional. La decepción es aún mayor a la del año pasado, porque precisamente había esa sed de revancha que nos jugó en contra, dado que no hubo revanchismo posible. Nuevamente nos quedamos con las manos vacías y el premio mayor se lo llevó otro. Perder ante un rival como Chile, es más doloroso para el argentino promedio, por esa historia de odios y desencuentros recíprocos que mencioné en un texto anterior. De hecho, creo que hubiera dolido menos perder contra Brasil que contra Chile. Más allá de lo que fueron los 120 minutos de juego, hay una improvisación evidente que comienza en la AFA, que se muestra incapaz de poner su logística al servicio de la Selección como debería ser. Los jugadores se sintieron acompañados por los hinchas quizás, pero no por la dirigencia. Como todo en la vida, es momento de una renovación, y si finalmente Messi se mantiene firme en su postura de no jugar más para nuestro país, habrá que buscar nuevos liderazgos, en tipos que muestren lo mejor que saben hacer, y que desde que llegan al Aeropuerto se pongan en la cabeza que la derrota es huérfana. Por eso nadie fue hoy a recibirlos a Ezeiza. Había más periodistas que ciudadanos de a pie, además, ¿qué otra cosa se podía hacer? Con los hechos consumados, no había ningún incentivo para recibir a un equipo que no pudo resolver el pleito futbolístico en los 90 minutos reglamentarios. Nos hicieron creer que éramos los mejores cuando en realidad somos un equipo más del montón. Que juega bien, que tiene una prestigiosa historia, pero que vive de la nostalgia. Así estamos desde hace 23 años. Punto final.

26 de junio de 2016

La lucha entre el débil y el fuerte

Se hace difícil pensar en el futuro, en un país donde reina la incertidumbre. Cada día aparecen noticias que nos sacuden en nuestro fuero interior, y nos hacen sentir que fuimos estafados en nuestra buena fe de ciudadanos. El robo de los recursos del Estado se ha convertido en una práctica habitual de los funcionarios, que crean empresas fantasma, llevan dinero sucio a paraísos fiscales, y de esta manera se enriquecen con la plata de todos nosotros. Por otra parte, mientras redacto estas líneas, estamos a minutos de que juegue la Selección, la final de la Copa América. Y es verdad que necesitamos desahogarnos, después de tantas frustraciones, de tanta bronca contenida. Un partido frente a Chile se siente, aunque no lo sea, como una final. Porque el chileno es un plantel aguerrido, porque tenemos una historia de odios y desencuentros con el país vecino, y necesitamos de 11 tipos que nos representan en la cancha nos den una alegría, un motivo para festejar. 

El fútbol tiene, entre otras cosas, lo maravilloso de lo imprevisible, siempre que se dispute con árbitros imparciales y que no haya plata debajo de la mesa para forzar un resultado. Tengo recuerdos del mítico Mundial del '86, muy difusos por cierto, porque era muy chico. Pero el júbilo en las calles, el esplendor de Maradona en aquellos años, son imágenes que no se borran. Y que se repiten hasta el cansancio en los documentales y en los videos, precisamente este año, que se cumple el 30º aniversario de aquella conquista que hoy nos resulta tan lejana, tan imposible de alcanzar. El desencanto de la gente con el fútbol se debe en buena medida a la corrupción que predomina en la FIFA y en la AFA, a la sensación de que los partidos están arreglados, a que los dirigentes se llenan los bolsillos sin que les importe un carajo el prestigio de los clubes a los que dicen representar. Todavía los argentinos seguimos discutiendo si Messi es "el mejor", como si no nos alcanzara que fuera talentoso y buen jugador. No, queremos que sea el mejor de todos, como si un sólo jugador pudiera correr y ponerse el equipo al hombro por la otra decena que no lo hace. Tenemos plantel, tenemos equipo de sobra para torcer la historia. Falta hambre de gloria, más allá de que hoy levantemos la Copa. Eso que algunos llaman "mística" y que yo lo veo más como el deseo de rendir al máximo cuando te ponés la camiseta. Por eso, más allá de que suceda dentro de unos minutos, la vida para mí sigue, y me voy a alegrar si la Selección da un buen espectáculo y se consagra campeón. Punto final.

22 de junio de 2016

Agradable tarde de invierno

Ayer comenzó "oficialmente" el invierno, y como todos los años, vamos notando que los días se "acortan", que anochece a las cinco y media o seis de la tarde, algo que al principio nos desorienta porque miramos el reloj y no podemos creer que todavía queden tantas horas. Cae el sol y las calles van quedando desiertas, excepto para aquellos que deben continuar con su jornada laboral. Como dije una vez, ni el verano es tan caluroso como antaño ni el invierno es tan frío. Habrá que desempolvar del ropero los pulóveres, camperas, y la bolsa de agua caliente para no dormir con los pies congelados. Por lo general, con la llegada del frío proliferan las enfermedades, no sólo un resfrío o una gripe, y las farmacias obtienen su mayor rédito en esta época del año. Para la mayoría de nosotros, resulta increíble la rapidez con que trascurren los días, o mejor dicho, la percepción que tenemos. A veces, tengo que hacer memoria para recordar en qué año ocurrió un hecho determinado, en cambio hay personas que tienen la capacidad de retener fechas y datos sobre un acontecimiento en particular.

 En estos meses de bajas temperaturas, el consumo de energía eléctrica se ve incrementado, por eso entre tantas noticias que nos desalientan, una positiva es que por una medida cautelar, EDEN deberá retrotraer sus valores de las boletas a los que estaban vigentes antes del "tarifazo". Como era de esperar, desde la empresa "aconsejaron" pagar las boletas con el aumento, y hablaron de una hipotética refacturación. Sucede algo parecido a lo que ocurrió con Cablevisión. Desde la Secretaría de Comercio Interior fijaron unilateralmente un precio para el abono mensual, mientras la empresa seguía aumentando sus tarifas. Así, quienes pagaron el monto que según el Gobierno correspondía, vieron cómo Cablevisión los intimaban con un aviso de deuda, a pagar la totalidad del abono que la empresa había establecido. Ojalá que con la luz no suceda lo mismo, que el usuario no se vea afectado y que las cuentas sean claras. Lamentablemente, es preferible pagar con el tarifazo incluido antes de estar en condición de deudor, con la amenaza de que te corten el servicio. Habrá que esperar, entonces, a que llegue la próxima factura con los nuevos montos que excluyen el aumento. Mientras tanto, cada vez veo más gente que hace consultas en la Oficina de Defensa al Consumidor del Municipio, y la mayoría de los reclamos son precisamente por las tarifas eléctricas. Un detalle no menor, es que la facturación ahora es mensual, no bimestral, por lo cual hay que prestar atención a los vencimientos. 

La quita de subsidios debería haberse implementado en forma gradual, y aunque es un tema remanido y del cual se ha hablado demasiado, la conclusión a la que podemos arribar es que el Gobierno, con el nuevo cuadro tarifario que implementó, pagó un costo político innecesario para una gestión que recién comienza. En rigor de verdad, con la inflación alta y los alimentos esenciales en plena remarcación de precios, no se tuvo en cuenta la oportunidad, el momento adecuado para tomar una medida semejante. Fue demasiado lapidario el castigo para el bolsillo del ciudadano promedio. Podemos discutir si era necesario o no quitar los subsidios, por la carga que ello significaba al Estado. Pero las declaraciones posteriores de los funcionarios tampoco ayudaron a poner paños fríos y apaciguar los ánimos. Se dice que estamos pagando los platos rotos de una "fiesta" de 12 años, lo que puede ser cierto, pero no tenemos por qué ser nosotros quienes paguemos las consecuencias del despilfarro de otros. Que alguien, alguna vez, vaya preso con sentencia firme si se enriqueció con dinero mal habido. Punto final. 

20 de junio de 2016

Salir de la rutina típica del feriado

Los feriados no siempre fomentan el turismo. En las condiciones actuales, hasta los comercios céntricos abrieron sus puertas cuando antes no lo hacían. El Día del Padre, más allá de lo que signifique para cada persona, hizo que los locales decidieran abrir viernes y sábado, porque era la oportunidad que tenían de incrementar sus ventas. Siempre habrá gente que podrá tomarse estos días no laborables como vacaciones, pero son los menos. Para el resto de la sociedad, representan un parate importante en la economía. Del viernes a hoy, pasaron cuatro días sin actividad en la administración pública, en los consultorios médicos, en un montón de lugares esenciales. Y lo que suele suceder, es que al día siguiente de los feriados, las colas para hacer cualquier trámite o para atenderse con el médico de confianza se vuelven interminables, en esta suerte de "cuello de botella" que se produce luego de tantos días que traen alivio a unos y más problemas a otros. 

Hoy, Día de la Bandera, es un buen momento para reflexionar: ¿Cuál es tu bandera? ¿Cuáles son las banderas que llevamos en alto a diario y que forman parte de nuestros principios y convicciones? Cada uno tiene determinados valores que prioriza por encima de otros. La familia, la pareja, el trabajo, la salud, y el dilema es ver cómo hacemos para separar la paja del trigo, para darnos cuenta de lo realmente importante. Muchas veces vamos caminando por la vida con una mirada demasiado estrecha de lo que somos, y tampoco nos valoramos, no somos conscientes de nuestro potencial. Hay personas extremadamente talentosas que hacen un trabajo rutinario y aburrido, y otras que son ineptas y sin embargo creen que tienen habilidad para el arte o la literatura. El valor te lo das vos mismo, vos sos quien tenés que demostrar que valés, que podés. Ese deseo de superación tiene que estar presente más allá de la situación del país, que por supuesto nos excede. Tiene que nacer de nosotros, y la verdad es que no es fácil. Uno está acostumbrado a hacer lo mismo de siempre, y entonces no arriesga. Y muchas veces, arriesgando no se pierde demasiado, es simplemente cambiar tu forma de pensar, abrir la cabeza hacia cosas nuevas que te hagan sentir mejor, y que no necesariamente impliquen un gasto de plata. En tiempos donde predominan "las tres pantallas" (TV, computadora y celular), tomarse un momento para leer un libro o para escuchar un buen programa de radio nos saca de la mediocridad. De la temperatura, del estado del tránsito, de las rutas, de los choques...basta. Hay gente que sabe hacer radio despojándose de la inmediatez, que te envuelve en un universo desconocido, recomendándote un disco o una película, y eso es maravilloso. De algún modo, todos luchamos por salir de la rutina, y en un momento dado te das cuenta de eso, no surge de un día para el otro. Emerge cuando comprendés que hacer siempre lo mismo cansa, aburre, agota, y no te aporta nada en tus ratos de ocio. Como decía una frase célebre, "quien entiende esto, entiende la vida". Punto final.

18 de junio de 2016

Poner las manos en la masa

Sábado soleado en la ciudad. Hay veces que uno no tiene ganas de pensar demasiado, porque vemos que por más vueltas que demos, las cosas no se resuelven. Ni el país ni una ciudad solucionan sus problemas en una mesa de café, hace falta tener una visión superadora de lo que está sucediendo. El gas, el agua potable, las cloacas, la luz y todos los servicios, no deberían ser un "plus" o un privilegio de algunos barrios de Lobos, sino que todos deberían gozar de los mismos, tener los mismos beneficios para que no haya que acarrear más garrafas, ni comprar leña. Una de las palabras que más les gusta a los políticos es "gestionar": es muy curioso dado que por gestionar, ellos entienden el hecho de ir a entrevistarse con un Ministro y explicarle lo que se necesita, como si con eso bastara para que alguien se haga eco de los reclamos. Esas "gestiones", no se traducen en beneficios concretos. Porque cada Ministro o funcionario no puede complacer a todos los Intendentes que les piden algo. Además, por lo general, priorizan a los que son del Conurbanos. Por lo tanto, hay que buscar otra manera de que las cosas lleguen a la gente. En lugar de gastar en boludeces que cuestan bastante al bolsillo del contribuyente, demuestren que la plata de las tasas e impuestos sirve para mejorar la calidad de vida de todos. Den un incentivo para pagar, de forma tal que el vecino sienta que su plata no va a parar a un agujero negro. 

Hay que continuar arreglando calles que están llenas de baches, invertir en educación, que los programas culturales no sean solamente para la gente de la zona urbana y que también lleguen a la zona rural. Ponerse de acuerdo en el Lobos que queremos, en el perfil de ciudad que pretendemos para los próximos 10 o 20 años. No hace falta crear nuevas dependencias, cargos o Secretarías, sólo es cuestión de ponerse a trabajar, pensando que están ocupando un lugar que sin el voto del pueblo no hubiera sido posible. Y lo mismo cabe para los estamentos superiores. Ya tuvimos 12 años de corrupción y mentiras y necesitamos volver a creer en nosotros mismos, en lo que somos capaces de hacer. Punto final.

14 de junio de 2016

Que nadie nos marque la agenda

Martes por la noche en la ciudad. Siguen apareciendo casos de corrupción de los K, algunos sorprendentes e insólitos, y otros bastante previsibles. Lo que yo sostengo, desde que comenzaron a aparecer las denuncias contra funcionarios kirchneristas, es que el árbol no nos tape el bosque. Resulta muy sugestivo que la Justicia se haya decidido a actuar con tanta celeridad después de 12 años de silencio y encubrimiento. El país no está atravesando una situación de prosperidad, en parte por lo que recibió del Gobierno anterior, y en parte porque se han tomado medidas desacertadas. Y las declaraciones de algunos ministros no ayudan, sino que irritan más a la gente. Se promueve un blanqueo de capitales, y por otro lado varios funcionarios macristas reconocen que tienen guita en el Exterior. Si ellos no predican con el ejemplo, ¿a quién quieren convencer?

Sin embargo,  para el ciudadano común la vida sigue, porque hay que continuar ganándose el sustento lo mejor que se pueda, trabajar, y buscar algún otro laburo para sumar un mango más a fin de mes. Lo que el Gobierno debería evitar, es la precarización del trabajo, y para ello hay que respetar el salario mínimo, hacerlo cumplir. Si se está reconociendo que hay inflación, sería saludable que se negocien salarios acordes con esos índices. Pero que los trabajadores tengan voz, no que los sindicalistas de turno acuerden con el Ministerio entre gallos y medianoche como ha sucedido siempre. Es momento de que los gremios y sindicatos estén presentes no sólo en las fechas de paritarias, sino todo el año, para eso reciben una parte del sueldo del trabajador. Sentirse representado es fundamental. Hoy, las conquistas sociales no son de un partido o de otro, son de todos. Y no sólo el peronismo las ha conseguido, sino que hubo muchos dirigentes que impulsaron cambios en la legislación. Muchas veces, cuando el peronismo fue minoría en el Congreso, contó con el apoyo de los otros bloques. Entonces no pueden adjudicarse como propios los derechos de los trabajadores, que se fueron concretando en distintas etapas de la historia. Punto final. 

13 de junio de 2016

El duro oficio de escribir

Cada día nos brinda la oportunidad de mejorar, de pulir nuestros defectos, lo cual no es sencillo. Sobre todo si son rasgos de nuestra personalidad que tenemos demasiado arraigados. Lo curioso del caso es que muchas veces el entorno te cambia, estar con alguien que te motiva y apoya hace sacar lo mejor de vos. Hay trabajos extremadamente rutinarios y aburridos, y muchas veces no podemos elegir el empleo que quisiéramos. Todo el tiempo veo gente con mucho talento, que se expresa muy bien y podría acceder a mayores oportunidades, encerrada en una oficina. Quizás por eso, es bueno que en tu tiempo libre puedas hacer algo que realmente te gusta, despojado de todo sesgo burocrático, nada de sellar o firmar papeles. Sentarse a escribir un cuento, una poesía, no es ilusorio: todos podemos hacerlo, la calidad del producto final es otra cuestión. 

Yo no estoy del todo seguro de la eficacia de los talleres literarios. Es buenísimo compartir con otro lo que van escribiendo, pero no dejar que esa persona influya decisivamente en tu estilo de escritura. Muchas veces, al igual que en la expresión oral, se nos pegan muletillas, ripios, frases hechas, que no enriquecen ese texto. Por otra parte, ni un profesor que haya ganado muchos premios puede censurar lo que escribimos, en todo caso lo que sí es válido es buscar la manera de decir la cosas de un modo diferente, más logrado. Los grandes escritores han sido autodidactas, se han nutrido de las obras de otros autores, y como los músicos, se han visto influenciados por uno u otro. Sin embargo, el hecho de ir a un taller implica una decisión, un compromiso por escribir mejor, y eso sí es muy valioso, del mismo modo que estar en contacto con gente que también escribe ficción. La literatura, es sí misma, es ficción. A veces se confunden los géneros discursivos, y una novela transcurre de un modo tal que parece un cuento más largo que lo normal. Todo es posible en el universo de la literatura. Y lo que más cuesta es buscar el "disparador", la inspiración, vencer los tabúes y sentarse a escribir. Vos decidirás luego si ese texto lo vas a difundir, o si quedará como recuerdo de tu propia producción. Los escritores pretensiosos buscan ganar premios todo el tiempo, y a mi modo de ver, los premios deben tomarse como un estímulo, como una forma de darse a conocer, no para tener un "Diploma de Honor" colgado de una pared. 

Cuando alguien nos lee un texto, nos está contando parte de su historia, de lo que surgió en su imaginación y se convirtió en una obra literaria. Y no debemos permitir que nadie nos desaliente en el intento por ser un escritor en potencia. Punto final.

10 de junio de 2016

Cada vez que cumplimos años


Cada nuevo cumpleaños, la vida nos sopla en la cara, nos pega unos cachetazos frenéticos, nos sacude. Nos hace sentir eso: que todavía estamos en este mundo y que alguna misteriosa razón debe haber para que sigamos aquí. Nos damos cuenta, entonces, de que cada día no es igual al otro, porque si así fuera un cumpleaños pasaría desapercibido. Y mientras todavía tengas fuerzas y uso de la razón, hay motivos para festejar. 
Hoy cumplí 37. Nunca pensé que llegaría a esta edad. Tan lejos, tan cerca. Extraño cuando era un pendejo o adolescente, fueron buenos tiempos. Pero también pienso en lo que está por llegar, en una nueva etapa de mi vida, en la madurez, los sentimientos vistos desde otra perspectiva. El hecho de pensar que logré superarme en muchos aspectos, es alentador. A los 17, no lo hubiera logrado, o no me hubiera interesado, porque yo era otro. Como dice la canción de Gustavo Cerati, "Hoy ya no soy yo". 
Y buscarle la vuelta a las cosas, darse maña para salir adelante, está muy bien. Está perfecto que la vida no sea tan fácil, y que haya que pelear para ganarse un lugar. De lo contrario, todo estaría al alcance de todo el mundo y sería demasiado aburrido nuestro paso por este mundo. Pero no,  eso no va con nosotros. Estamos acá para tratar de vivir lo mejor de podamos sin joder al otro, para dejar algo, un legado, como quien arroja una botella al mar. Sólo el tiempo y nadie más nos juzgará, ni siquiera quienes nos rodean deben creerse con derecho a hacerlo. Porque el tiempo cambia las cosas, las difumina, las deforma. Lo que ayer era aberrante hoy es lo más anhelado. Lo que ayer parecía una estupidez hoy es un invento que factura millones de dólares. El que mirabas con desprecio antes, ahora se convirtió en tu amigo. 

Y no está mal que estas cosas pasen, que haya tantas vueltas de tuerca, porque en definitiva la vida es como una comedia de enredos que comienza muy lento pero que se precipita sobre el final, dejando a los espectadores atónitos. La vida es eso, un ida y vuelta, un sube y baja, nunca estás dos veces en el mismo lugar, es cierto que hay un "deja vu" pero no al punto de que los hechos sucedan calcados. Eso, y nada más, es lo que hace apasionante la vida. Lo imprevisible, el riesgo, "jugarse" por algo, los desafíos, la adrenalina. Por supuesto que hay una parte que es previsible y obvia, a todos nos gusta tener cierta comodidad o status quo, pero dentro de esa condición en la que estás, hay mucha amplitud. Cada vez más cosas se cuestionan o debaten, el miedo al absurdo se desvanece, ya nadie puede afirmar que "está todo dicho", porque el ser humano juega un poco con eso. 

Por todo lo expuesto, agradezco a quienes me saludaron en mi cumpleaños y me hicieron sentir rodeado de afecto. Estuvieron porque ustedes lo quisieron, que es lo más valioso. Gracias, gente. Punto final. 

9 de junio de 2016

Jueves por la noche

Una aburrida y helada tarde de junio transcurrió hoy, con mucho frío, vidrios empañados, camperas y pulóveres por doquier, y todo lo que estuviera a nuestro alcance para aportar algo de abrigo. No tenía mucha motivación para escribir algo, pero me decidí a hacerlo porque quiero aprovechar el tiempo que tengo disponible en aquello que más me gusta. Ya comenzamos a vivir un invierno anticipado, cada vez anochece más pronto y aún nos cuesta darnos cuenta de que son las 19 y no las 21 hs, por ejemplo. Nuestro apetito se va modificando, comemos más temprano, nos acostamos antes, está quien se queda un rato en la cama viendo TV y el que busca refugio en alguna película. Las farmacias lucen llenas de clientes durante casi todo el día, porque todo el mundo parece estar enfermo o con tos. Yo mismo lo padecí la semana pasada, con una bronquitis que me hizo sentir pésimo e hizo que no pudiera rendir 100 % en mi trabajo. Si hay algo que me preocupa, son las cosas que afectan mi trabajo. Y el hecho de no poder descansar y cargar las pilas para el día siguiente, con la congestión nasal y una montaña de pañuelos en la mesa de luz. Por suerte, ya estoy recuperado y puedo volver a mis actividades con normalidad. Nada me fastidia más que tener que quedarme encerrado en casa, quizás la calle sea dura y cruel pero por lo menos ves gente, autos, movimiento. 

Este es el primer texto que escribo, ya casi recuperado la tos y las náuseas. Ahora es momento de mirar para adelante y tomar las precauciones necesarias para evitar una recaída. Pero como en muchas cosas de la vida, hay que hacer más y no pensar tanto. Hay que dejar el maldito cigarrillo que se va adhiriendo a tus pulmones como una telaraña. Hay que dejar de tomar tanto café, aunque sea una de las bebidas que más me gustan. Vamos a darle una oportunidad al cambio. En unos meses les contaré cómo me fue en el intento. Punto final.

5 de junio de 2016

Detrás de la trinchera

De nada sirven las frases de libro, los discursos de barricada, y ese empecinamiento por querer sonar convincente con argumentos que no lo son de ningún modo. El diario económico más influyente del país, El Cronista Comercial, considera que la tan ansiada recuperación del "segundo semestre" es algo totalmente ilusorio y todo parece indicar que será así. Es que, aunque la inflación crezca a un ritmo más lento, no se vislumbra la creación de nuevos puestos de trabajo. El sector privado no puede absorber la cantidad de despidos que se produjeron en la administración pública. Además, si buena parte de esos cesanteados eran ineficientes o "ñoquis" como los calificó el Gobierno, ¿quién los va a a querer contratar?

La situación de las empresas e industrias es compleja, y lo irónico es que el país está gobernado por ex empresarios o industriales. Gente que -uno supone- conoce el meollo del asunto. Y para no ser reiterativos con los tarifazos, podemos decir que se requieren políticas que incentiven la contratación de personal, que los discapacitados también puedan insertarse laboralmente porque es un derecho universal, hace falta hurgar en las razones que han llevado al país a la recesión. Si se quiere, podemos ser optimistas y esperar una recuperación de la economía, el tema es qué hacemos en el "mientras tanto". Y cuando las necesidades urgen, comienzan los problemas. Porque hay que abastecer a los hospitales públicos, a los comedores escolares, a los centros universitarios, y esa plata debe salir de algún lado. No se pueden negociar estos ejes de discusión, ni echar mano al viejo recurso de la "herencia recibida". Tuvimos 12 años en los que hubo toda clase de despropósitos y atropellos, mentiras, corrupción, disparates para entretener a "la gilada", pero es momento de dar vuelta de página y pensar qué se puede hacer hoy en lugar de pensar qué fue lo que no se hizo antes. Es entonces como vivimos escondidos detrás de la trinchera, agazapados, esperando que el Ministro o funcionario de turno se acuerde de que existimos como ciudadanos. Hoy no vivimos con miedo a la "grieta" o a la "batalla cultural", pero sí con miedo de no saber cómo darle un tiempo prudencial a un Gobierno que tomó decisiones apresuradas e impopulares, y que más allá de que fueran necesarias, podrían haberse evaluado mejor. Si el objetivo era la quita de subsidios, ésta se podría haber hecho de un modo gradual, preservando la tarifa subsidiada para los sectores más desprotegidos. Pero ahora ya está, sólo nos queda racionalizar el uso de la luz y el gas y esperar que alguien aporte una dosis de razón en medio de tanto desconcierto. Punto final. 

La lucha eterna por el poder

La lucha por el poder se da en todos los órdenes. No sólo hay pueblos sometidos, hay personas sometidas. Gente que no es escuchada, que no puede alzar su voz. Y vivimos en una sociedad en la cual cada uno trata de refugiarse en sus afectos más cercanos para escapar a esta locura. Esta sinrazón en la que unos pocos se creen con derecho a decir qué se debe hacer, qué es lo correcto, o a imponer una religión. La realidad es que no todos tenemos las mismas aspiraciones, ni los mismos intereses, pero compartimos el deseo de ser tenidos en cuenta, de que alguien piense en nosotros. Cada uno desde su lugar, trabajamos para acceder a una vida que no es un lecho de rosas ni mucho menos, que presenta numerosos obstáculos, y que apenas nos da un "tiempito" para tomar unos mates o comer un asado. 

Quienes escriben desde un pedestal, porque trabajan para grandes medios de comunicación y demuestran una profunda ignorancia de lo que sucede en el Interior, son dignos de mi mayor rechazo. Porque son incapaces de dirigir su mirada hacia lo que sucede más allá de Buenos Aires, porque el federalismo que tanto se pregona no es tal, y se oculta alevosamente todo lo que no sea funcional a una ideología anacrónica y obtusa. Se acuerdan del Interior cuando hay una inundación o un desastre natural, caso contrario no existimos. Son pocos los diarios impresos que se hacen eco de las preocupaciones que aquejan al resto del país. La historia no se escribe solamente en la Casa de Gobierno o en los despachos de un Ministro. Se escribe en la calle, estando con la gente, preguntando cómo viven este vendaval, este cambio de paradigmas. No estoy tomando partido a favor o en contar de un político. Estoy diciendo que es momento de tomar el pulso de la sociedad, de salir de la mediocridad y la comodidad que significa publicar encuestas que son encargadas a consultoras privadas. Salgan ustedes a la calle, hablen con el resto de los vecinos, toménse un colectivo y viajen, o un tren, y entonces sí podremos decir que nos sentimos mínimamente escuchados o comprendidos, cuando alguien se ponga en nuestros zapatos. Punto final.

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...