31 de marzo de 2016

Hay que cuidar el bolsillo

Desde que asumió, el Gobierno Nacional ha puesto énfasis en destrabar el conflicto con los "fondos buitre". En la madrugada de hoy, la Cámara de Senadores derogó las Leyes Cerrojo y de Pago Soberano, condición exigida para que de esta manera el litigio se resuelva en Nueva York. Como ha sucedido con otros gobiernos, el macrismo negoció primero con los Gobernadores, amenazándolos con quitarles la "chequera", y metió presión a los legisladores que responden a cada provincia. El bloque del FPV se mostró dividido, pero curiosamente en esta oportunidad nadie habló de traiciones o conspiraciones, quizás porque los propios senadores no podían decir demasiado en su defensa. Me refiero al hecho de que Pichetto, entre otros, fue uno de los legisladores que dijo que el bloque votaría "libremente, según su conciencia". Y por eso es que cuando tantas veces se habla de "disciplina partidaria", vemos que ésta cae por su propio peso cuando hay guita de por medio. Es cierto que el país no puede seguir más sometido a acreedores externos y con el riesgo de sufrir embargos de bienes. Pero en el frente interno, en lo que sucede todos los días en la economía doméstica, estamos viendo un aumento generalizado de tarifas, entre ellas la luz y el gas, del Monotributo, del transporte, y todo ello repercute en el bolsillo de todos nosotros. 

Considero que poner fin a los fondos buitre es saludable, pero por otra parte, con las medidas impopulares que se están tomando, y que están resintiendo seriamente nuestro poder adquisitivo, vamos camino a una recesión, si es que ya no estamos en ella. Bajó el consumo en los supermercados, la venta de autos, y cada vez hay que agudizar el ingenio para cuidar más el bolsillo. En lógico: la plata que vos recibís es siempre la misma, pero cada vez tenés más cosas que pagar, o cuentas más abultadas. Así, los números no cierran. Y aunque la palabra "ajuste" haya sido el leit motiv de la campaña de Scioli, debemos reconocer que se está aplicando un ajuste. Si quieren llamarlo de otra manera, lo mismo da. Porque lo que realmente importa, es que Macri no defraude a la clase media, que fue quien lo votó. La clase media argentina es bastante compleja y podríamos debatir largamente sobre su comportamiento, pero Macri está dilapidando su capital político de una manera que sorprende. La sociedad no se va a bancar por mucho tiempo ser el "pato de la Boda" de la fiesta kirchnerista. No es justo que siempre tengamos que pagar las resacas de otros. Punto final.

27 de marzo de 2016

Los domingos malditos

Los domingos suelen ser días horribles para el común de la gente, y yo me sumo a ese "club". Me desagradan, porque uno entra en una especie de limbo, de melancolía, cuando no de aburrimiento. Si partimos de la base que las formas de distenderse se han ampliado, ello no alcanza para que el domingo sea un día placentero de la semana. La televisión pasa "latas" de series viejas, repite programas, mucho deporte potenciado principalmente por el fútbol, y eso es todo. Excepto Radio 10, todas las radios AM transmiten los partidos. Y como dije antes, uno se pone a pensar en el tiempo desperdiciado, en que al día siguiente hay que trabajar, suponiendo que no te toque hacerlo ese mismo día. Inevitablemente, dentro de esa languidez, aparecen recuerdos que queríamos haber sepultado para siempre. Todo por la inútil nostalgia, o que porque el disco rígido de nuestro cerebro anda girando a mil, con el bocho maquinando quién sabe qué cosa. Y te ponés a pensar en la plata, sobre todo si se acerca fin de mes y cuándo vas a cobrar, cuándo tu esfuerzo va a ser recompensado. 

Es así como se pasa el día, y están aquellos que ni se enteran porque se lo pasaron con resaca por una noche de boliche, y otros que todavía no terminan de sacudirse la modorra de una tarde en la cual el sol se asoma por la persiana como si fuera un enemigo. 

Es una percepción personal decir que el domingo es incluso peor que el lunes, pero siento que cuando es lunes ya empezás de nuevo y los melones se acomodan solos. En cambio, "el séptimo día" está ahí, marcado con rojo en el almanaque, esperándonos cada semana, pasa hacer que las 24 horas sean un cúmulo de tedio y cuentas pendientes. Porque claro, el domingo te ponés a pensar en todo lo que podrías haber hecho y no hiciste, ese libro que te está esperando para que lo leas pero no tenés el menor entusiasmo en hacerlo, y de este modo gira la rueda hasta la semana siguiente. Si el domingo en cuestión resulta ser un día lluvioso o nublado, más desolador se presenta aún. Desde que el hombre se acostumbró a vivir con un calendario, con un celular, con una agenda, o lo que fuere, ya tenemos todo pautado y establecido, lo cual es un poco deprimente, al menos para mí. Punto final.

La visita de Obama no aportó demasiado


¿Sirvió para algo la visita de Obama a la Argentina? ¿Fue un gesto simbólico o hubo avances concretos en las relaciones bilaterales? Porque más allá del protocolo, de las palabras amistosas, de la Cena de Gala, nuestro país debe avanzar en acuerdos comerciales con los yanquis. El problema es que ellos tienen casi todo, podrían autoabastecerse si lo desearan, y además imponen barreras arancelarias muy firmes para quienes desean exportar. No nos tenemos que detener en los detalles, en las boludeces de una visita de Estado, sino aprender a leer entre líneas para ver si obtenemos algún beneficio concreto de que el Presidente de EE. UU. haya estado por estas Pampas. Por lo pronto, se comprometió a desclasificar los archivos secretos sobre la última dictadura militar, algo que no es tan novedoso porque transcurrida determinada cantidad de años, el Departamento de Estado desclasifica documentos por "motu propio". Por lo general, se cuidan bien de hacerlo con papeles que ya no revisten demasiado interés, o que no ven afectados los intereses de EE. UU. Los yanquis no son tan necios como para revelar información sensible que fue recibida por las Embajadas o los Servicios de Inteligencia. 

No obstante, es necesario que se abra una nueva etapa en las relaciones de ambos países, pero lejos del "alineamiento automático" de la época de Menem, o del "revanchismo revolucionario" de los años de Kirchner. Los dos puntos claves de la visita, a mi modo de ver, fueron los que ya mencioné: la desclasificación de archivos y las posibilidades de que EE. UU. intervenga en la puja con los fondos buitre. No esperemos mucho más, es eso lo que hay, las concesiones que los yanquis nos pueden brindar hoy. El gobierno de Obama se va a finales de este año, de manera que no será demasiado lo que podrá hacer, y si asume un presidente Republicano, las expectativas se reducirán considerablemente. La prensa argentina parecía la revista Gente o Caras, por el tenor de la información que brindaba a sus lectores: un desastre total, hablando hasta el hartazgo de cómo bailó el tango Obama, o de qué ropa llevaba puesta su esposa. Realmente, fue una pérdida de tiempo haber leído los medios durante esos días. Demasiada frivolidad, aunque sea el Presidente de la primera potencial mundial. 

23 de marzo de 2016

Yo también digo "nunca más"

En vísperas de cumplirse el 40º aniversario del último Golpe de Estado en nuestro país, yo también digo: "Nunca más". Aprender de las lecciones de un pasado oscuro que no conocí, puesto que aún era un niño, es fundamental para el crecimiento de una Nación. La democracia es un sistema imperfecto, pero el mejor que se ha logrado concebir hasta ahora. Nunca más a los presos políticos. Nunca más a la persecución ideológica. Nunca más a los planes económicos que llevaron a los argentinos a la miseria y al endeudamiento. Y yendo a los últimos años, nunca más condenar a quien piensa distinto. Rescatar lo bueno de cada vecino, de cada ciudadano, y que ello nos permita mejorar nosotros mismos. No fue tarea fácil recuperar la democracia: fue la derrota en la Guerra de Malvinas la que hizo que la dictadura se derrumbara como un castillo de naipes. 

Nunca más a la lucha armada. Nunca más a la justicia por mano propia. Nunca más pibes que tienen en cerebro limado por el paco mientras otros se enriquecen con el narcotráfico. Nunca más a la mentira descarada de los políticos, que se creen eternos cuando en rigor de verdad fueron elegidos por el pueblo por un período limitado. Nunca más a eternizarse en el poder, a creernos dueños de la verdad, a descalificar al otro, a hacer negociados con el Estado que termina siendo "juez y parte". Nos queda un largo camino por recorrer, reuperado ya el Estado de Derecho, para que todos los argentinos gocemos plenamente de las garantías constitucionales. Hacen falta huevos, decisiones políticas de fondo, tomar el toro por las astas, para que no sigamos en este círculo vicioso de dos o tres años próperos y luego otra vez una crisis. Nunca más escuchemos los "cantos de sirena" de quienes incitan solapadamente a la violencia. Nunca más una Policía corrupta, un Poder Judicial adicto al poder político de turno que deje libres a quienes malversaron fondos del Estado. Juntos podemos lograrlo, quiero tener esa convicción antes de que sea viejo y les diga mis nietos, como me dijeron mis abuelos, que "este país no tiene arreglo". El compromiso es de todos: del albañil, del abogado, del docente, del ingeniero. De una vez por todas, demostremos que somos capaces de torcer la historia llena de desaciertos y atrocidades. Señores, nunca más.

20 de marzo de 2016

Fortaleza y debilidad

El paso del tiempo, ¿nos hace más fuertes o más débiles? En mi caso, puedo sentir cierta debilidad física, pero me hizo fuerte de carácter. Aprendí a bancarme muchas cosas que me molestan y que sin embargo debo aceptar para sobrevivir en la sociedad. El temperamento se va forjando con los años, y son esas hojas del calendario las que te enseñan que la calle es dura, que no todo el que te sonríe es bueno, que las mejores cosas de la vida duran poco, y que la plata hay que cuidarla. Nos resistimos a asimilar todas estas cosas, porque aprendemos a crecer como podemos, dado que no hay nadie que te enseñe cómo vivir ni cómo actuar ante determinada situación. La frustración de vivir en un país que podría ser una potencia mundial (tiene todos los recursos naturales para serlo), se compensa con el hecho de que ya echamos raíces acá, hacemos amigos enseguida, y si bien hay muchos HDP, todavía confío en que la gente es buena. Siempre va a haber alguien dispuesto a cagarte, pero son las reglas del juego, y te podrá pasar una o dos veces, hasta que aprendés a defenderte de esas lacras. 

Pensar en el porvenir cuesta demasiado, porque como digo siempre, la Argentina es muy impredecible. Lo que no ha cambiado, al menos desde que yo nací, es el maltrato a los viejos, a los jubilados, que les prodiga el Estado, pagándoles dos monedas por haber laburado toda la vida. No es justo, tampoco, que la familia de un anciano lo considere un estorbo y lo mantenga hacinado en un geriátrico. Muchas veces no se sabe que hacer con una persona de edad avanzada, y seguramente es una decisión difícil, pero si está lúcida y con buena salud, llevarlo a un lugar así y echarlo de su propia casa es cruel. Los viejos son los más sabios, porque ya vivieron todo y si quieren te dan vuelta como una media. No son muebles para llevarlos de aquí a allá, son personas. Punto final.

19 de marzo de 2016

Otra más de Lula


Sábado por la mañana en la ciudad. Estaba escuchando las últimas novedades respecto al escándalo de corrupción que envuelve a Brasil, país que para muchos argentinos es un modelo a seguir, en materia de desarrollo industrial. Lo que sí podemos decir es que, sin hablamos de calidad institucional, los brazucas no tienen nada que envidiarnos. Como se comprobó que el ex presidente Lula hizo negocios con dinero sucio y hasta se compró un lujoso triplex en unos de los barrios más exclusivos de Brasil, la Justicia le dictó prisión preventiva, luego el curso de los acontecimientos fue algo confuso, pero el resultado final fue que el ex mandatario quedó en libertad y no sólo eso, sino que para tener inmunidad y evitar ser investigado, la Presidenta Dilma Rouseff lo nombró Jefe de Gabinete. Los expertos mencionan como uno de los frentes más complicados para Lula, el de los sobornos y cártel de empresas privadas en perjuicio de la empresa Petrobras, donde varios ejecutivos fueron nombrados como parte de pactos políticos supuestamente avalados por Lula y el oficialista Partido de los Trabajadores, cuyo ex tesorero está preso en el estado sureño Como hemos mencionado, Lula (mentor político de Rousseff), está acusado de beneficiarse de la corrupción de la petrolera estatal Petrobras.
Según informa la BBC, los investigadores indicaron que entre los indicios hallados hay donaciones y pagos por conferencias de Lula por unos US$8 millones.
El dinero habría sido aportado por constructoras involucradas en la corrupción de Petrobras al Instituto Lula y a una empresa de conferencias del expresidente.
Es decir que, aunque Brasil nos supere en casi todo (en PBI, cantidad de habitantes, atractivos turísticos, desarrollo económico, estrellas en el firmamento futbolístico y extraordinarios logros deportivos), en el fondo es un país del Tercer Mundo al igual que nosotros, en el cual los funcionarios no dudan en aceptar coimas a cambio de beneficiar al sector privado. 

Muchas veces nos sucede, en lo cotidiano, que idealizamos o tomamos con modelo a una personalidad de la política o el espectáculo. En realidad, rascando un poco en el fondo de la olla, veremos que se esconden muchas miserias detrás de un supuesto sesgo carismático o populista. No siempre el tipo con "cancha", con carisma, es el que plasma los valores de una sociedad ordenada. En la Argentina sobran ejemplos de liderazgos políticos que nos condujeron al desastre. Un riojano primero, y una pareja de santacruceños después, nos hundieron. Y en ambos casos tenían discursos floridos, buena capacidad de comunicación para llegar a las masas, y para arengar a las multitudes como si éstas fueran una fuerza de choque. Prefiero que asuma la función pública un tipo con cara de "nada", o con cara de boludo, pero que sea eficiente y no meta la mano en la lata,  para luego ampararse en fueros. Punto final.

14 de marzo de 2016

Maravillarse de las pequeñas cosas

Creo que lo importante en esta vida es nunca perder la capacidad de maravillarnos por las pequeñas cosas. Estoy convencido de que pasarán los años, pero la gente tendrá que seguir comunicándonse personalmente como ha sido hasta ahora, y ni el celular ni la tablet nos van a doblegar. Tenemos que seguir sentándonos a tomar un café cada tanto, a que el mundo sea sólo esa mesa en que estamos nosotros dos, hablando de bueyes perdidos, o de asuntos más serios. Tenemos que seguir saludándonos por la calle, y no importa lo apurado que estés, darle un abrazo a un amigo. Como mencioné una vez, Lobos mantiene la idiosincrasia propia de "pueblo chico" en muchos aspectos, pero ha crecido en forma significativa. Basta con ver la periferia, alejarse un poco del Centro, y observar la cantidad de viviendas que hay donde antes sólo había lotes baldíos. Y a veces viene bien "salir del cascarón", de las diez o veinte cuadras del Centro, para recorrer los barrios y darse cuenta de que no todo es color de rosa. Y ahí también entra lo que dije al principio de este post, lo de maravillarnos por cómo mucha gente de trabajo le hace frente a la adversidad. No todos viven en departamentos o "chalets", y menos acá. Construir demanda esfuerzo y dinero. Porque la mano de obra supera a veces el costo de los propios materiales. Porque los terrenos disponibles están a precios exorbitantes y hay que relanzar un plan de créditos blandos al cual todos tengan acceso. 

Muchos vecinos trabajan en negro, y ello les impide el acceso al crédito. Es injusto y hasta cruel que esto suceda, pero en la Argentina todavía predomina el trabajo informal o "no registrado". Es la gente que no figura en las estadísticas, porque al no haber un registro de sus aportes previsionales, para el sistema "no existen". Y todo cuesta más esfuerzo, más horas de trabajo, más incertidumbre por no tener una obra social si un día te enfermás. Esto es más grave aún si estás ejerciendo un trabajo insalubre, porque aunque te paguen un montón de guita en negro, para el Estado no existís como empleado porque no figurás en ningún lado. 

Por eso sostengo, el placer de admirarse por lo cotidiano, de ver con otro prisma la realidad, nos hace valorar más lo poco o mucho que tenemos, y nos pone en perspectiva: no todos la están pasando tan bien como nos quieren hacer creer. Y eso te ayuda a valorar lo que tenés. Punto final.

13 de marzo de 2016

Ser auténtico en la vida

Domingo por la mañana en la ciudad. Se está yendo este verano agobiante, el más caluroso de los últimos tres o cuatro años. Para la mayoría, se terminaron las vacaciones y es momento de volver a la rutina diaria. En mi caso, no me tomé vacaciones, sólo disfruté de unos días de pileta en compañía de mi novia y familiares, lo cual fue bastante placentero porque me encanta nadar. Como los precios se dispararon desmesuradamente, se hizo imposible de concretar la idea de pasar unos días en la Costa. Además, por la naturaleza de mi trabajo, tampoco podría haberlo hecho. Este verano hubo mucha más noticias para cubrir que en los últimos cuatro años, precisamente porque asumió una nueva gestión municipal y ello hizo que las flamantes autoridades quisieran dar a conocer diferentes acciones de Gobierno. Yo publico todo lo que no sea publicidad encubierta, porque a esta altura de mi vida comprendí que el que quiere dar a difusión algo que no es de interés público, tiene que pagar para hacerlo. Está ocupando un espacio en tu medio de prensa, y eso vale guita.  Pero no critico ni juzgo a nadie que tenga un aviso publicitario, cada cual sabe cómo actuar y cómo manejar su "Pyme". Elegí no recibir publicidad oficial, aunque muchas veces me lo ofrecieron, porque sé que tarde o temprano eso te condiciona a no cuestionar lo que hace Fulano o Mengano (funcionario de turno). O también, te ves obligado a cubrir notas que no revisten interés alguno, pero que como son del Municipio y es el que te está pagando, no podés decir que no. 

Por esos motivos, yo cubro una noticia cuando la considero relevante para los lectores de mi página, y con el paso de los años ya no soy el "el chico de los mandados". Siempre sostuve que en Lobos hay que jerarquizar la profesión. Que al periodista le den el mismo valor que tiene un abogado o un profesional cualquiera. Porque el periodista que estudió (y no estoy hablando solamente de mí), es un profesional de los medios. Especializarse en una rama de conocimiento lleva tiempo, y a veces no te alcanza la vida para hacerlo. Realmente admiro a quienes tienen la voluntad de seguir capacitándose. Yo trato de mantenerme actualizado dentro del rubro, pero no he cursado otros estudios y menos aún seminarios.

Digo esto sin creerme más que nadie, sino reconociendo mis propias limitaciones, el hecho de que tuve que estudiar para poder formarme, y que mis padres invitieron mucho esfuerzo y dinero en mi educación. Ponerle pilas al laburo es la mejor muestra de agradecimiento que uno puede tener para con ellos. Punto final. 

10 de marzo de 2016

El verdadero periodismo


Siento que me cuesta cada vez más escribir acá con cierta regularidad. No es que falten ganas, sino que necesito tener algo para decir, caso contrario no tiene sentido aburrir a quien me está leyendo. Y por primera vez en mucho tiempo, vuelvo sobre mis pasos y pienso en hace 11 años, cuando comenzó todo. Creo que el periodismo es como una "gimnasia": hay que ejercitar permanentemente el oficio. No todo es conferencias de prensa, cenas y agasajos, y esas boludeces. Hay cosas mucho más preocupantes en Lobos y que pocos dicen porque no quieren que les toquen el culo. Pero uno se cansa de luchar contra "molinos de viento". Porque la mano de obra barata y la mediocridad son fáciles de conseguir; el profesionalismo y la excelencia no. Para ser buen periodista no sólo hay que escribir sin faltas de ortografía. Hay que saber preguntar, saber cuál es el momento justo para meter el dedo en la llaga y cuándo es mejor dejar que el entrevistado hable de lo que desee. El verdadero periodismo no es "invasivo", no es mercenario, no saca fotos de la farándula para vendérselas a Jorge Rial. 

Para ser buen periodista hay que aprender a pensar de una determinada forma. Yo no sé cómo calificarme como profesional, eso quedará en cada uno de los que me leen. Pero lo que sí digo, es que el periodista tiene un "chip" especial en el bocho. Sabe encontrar la aguja en el pajar. Conoce el valor documental que tiene una foto, una frase, una palabra. Y eso no se aprende en ninguna Facultad, lo vas obteniendo con el oficio. Cuando hay que ser crítico sobre algo o alguien, tenés que ser consecuente con vos mismo. Por ejemplo, yo ahora cuestiono más cosas de Macri porque veo que la situación del país no mejora. Sin embargo, desde que asumió deposité mi confianza en él, porque no se puede concebir una Nación en la cual el pueblo no confíe en su Presidente. Por supuesto que no es un angelito, pero si todos debemos ajustarnos un poco ahora, hay que analizar bien lo que está pasando. Estamos pagando el costo de la fiesta y de la borrachera kirchnerista, que duró 12 años. Pienso que el aumento desmesurado de la luz, el gas, los peajes, los alimentos, la nafta, y muchos insumos más, nos están castigando el bolsillo y es hora de poner freno a esto. El propio Macri sabe hasta dónde puede apretar, porque aunque acá somos un pueblo manso no le toquen la billetera a la gente  porque te vas en helicóptero a tu casa. Punto final.

8 de marzo de 2016

El pensamiento libre

Es un placer estar nuevamente sentado frente a la pantalla, despuntando el vicio de escribir. Quizás por eso, me resisto a creer que los blogs "han muerto", o que la gente ya no los lee. Un blog es, principalmente, una página de Internet en la cual escriben personas con distintos intereses, sin tener que sentirse tan atados a lo que sería un perfil periodístico. Yo soy periodista, pero cuando entro al blog, me pongo en la piel que un ciudadano común, que vive en Lobos, y que tiene su propia visión de la realidad. 

A medida que pasa el tiempo y vamos creciendo, aprendemos a desarrollar un pensamiento independiente. Aunque algunos continúan esclavos de lo que "papá y mamá" les dijeron que era bueno y saludable. Debemos honrar y querer a nuestros padres, pero no tomar lo que ellos dicen como si fuera la verdad absoluta. El ejemplo más elemental es el hecho de votar: si no tenemos pensamiento propio, terminaremos desperdiciando la única oportunidad que tenemos para expresarnos cada dos años. No podemos vivir como nos dicen los demás. Precisamente, creo que ese aprendizaje, de saber elegir y de decir "esto me gusta y esto no", es lo que nos hace libres. Siempre es bueno consultar o pedir una segunda opinión si tenés dudas sobre algo, pero nunca dejar que te influencie de tal manera que te impida formarte un juicio crítico. Hay gente a la que parece que le gustara vivir sometida, aprisionada en una coraza. Todos tenemos nuestra "coraza", cada cual a su modo. Es así como ponemos límite a las agresiones de terceros para que no nos afecten.

No estoy de acuerdo con aquellos que sostienen que "el tren pasa una sola vez". Las oportunidades de progreso en la vida se van dando de un modo azaroso, casi sin esperarlo, por lo tanto es lógico que muchas veces no reparemos en ellas. Y además, siempre que tenemos la idea errada de haber desaprovechado una oportunidad, hay que pensar qué hubiera pasado si esa tan ansiada puerta del progreso y la prosperidad se hubiera abierto. Nuestro problema es que idealizamos situaciones todo el tiempo, y tenemos expectativas demasiado altas sobre hechos que, una vez consumados, no merecen la más mínima atención. Punto final. 

5 de marzo de 2016

Macri y De la Rúa

Macri no es De la Rúa, lo dijimos muchas veces. Pero con el transcurso del tiempo, se van pareciendo. Veamos: a poco de asumir, De la Rúa decretó un "impuestazo", medida sumamente impopular y que se clavó como un cuchillo en una sociedad convulsionada, en un país en recesión. Macri, si bien no es lo mismo, borró los subsidios de un plumazo e impuso el "tarifazo" para la luz y el gas. Aumenta nuevamente la nafta. El dólar sigue sin control:  sólo lograron "domarlo" mediante la vieja receta de aumentar las tasas de interés para los Plazos Fijos. 

De la Rúa se comprometió a mantener la convertibilidad cuando ya era insostenible, tal es así que el "1 a 1" se llevó puesto a él y a su Gobierno, con la masiva fuga de divisas. Macri, en lugar de "sincerar" las tarifas (como les gusta decir a ellos), podría haberse ahorrado millones de pesos mantiendo el programa "Fútbol para Todos", PERO, haciéndolo rentable, con sponsors y publicidades. Y no lo hizo. 

De la Rúa convocó a su equipo a una "vieja conocida", Patricia Bullrich (Ministra de Trabajo), que ¡Oh, sorpresa! ahora está como Ministra de Seguridad de Macri y demostró su total falta de capacidad cuando los hermanos Lanatta y Víctor Schillaci se fugaron del penal de Gral. Alvear, en diciembre del año pasado. 

Macri se sentó a negociar con los fondos buitre, y justo es decirlo, lo hizo bastante bien. El problema es que una de las razones para hacerlo, según sus funcionarios, fue "abrir el crédito externo". De esta manera, estamos desendeudándonos por un lado, para endeudarnos en el futuro. No parece muy lógico. Tenemos que aprender a vivir de nuestros propios recursos. Por otra parte, la deuda con los buitres se pagó en bonos. ¿Quién nos garantiza que el país no entre nuevamente en default, se declare insolvente y en consecuencia surjan nuevos buitres que serán incapaces de cobrar esos bonos recién emitidos?

No veo mal que los ex CEO de empresas multinacionales integren el Gabinete de "Mauricio", porque saben cómo administrar las finanzas de una empresa y se supone que tienen idoneidad para hacerlo a un nivel "macro". Pero en la política, se necesita calle, "cintura", y 2 + 2 no siempre es 4. Estos tipos que salieron de JP Morgan, o de empresas como Shell (tal es el caso de Aranguren), no saben qué es negociar con los caudillos de las provincias, la Coparticipación, y todas esas cosas. Por ahora, el país está el "piloto automático". 
Macri tiene experiencia en la gestión, y todavía conserva entre los sectores medios una alto grado de imagen positiva. Pero ésta se irá erosionando en la medida que el "bolsillo" de los ciudadanos se siga viendo resentido. Empezó con el pie derecho, y generó una gran expectativa en los argentinos. Ahora debe revalidar lo ya conseguido y mantener a raya la inflación. 

El tiempo dirá cómo sigue esta historia. Punto final. 


2 de marzo de 2016

Basta de tanto fútbol!!!


Miércoles por la noche en la ciudad. Entre los partidos por la Copa Libertadores y los del Campeonato de la AFA, la pantalla de la tele parece ESPN: sobredosis de fútbol. La pelota rueda por doquier, inclusive se transmiten partidos de casi todas las ligas de Europa. Lo curioso es que, para los canales de aire, no siempre es un buen negocio: una película "estreno", o cualquier documental que despierte cierto interés, genera más rating que un match entre dos equipos ignotos. Por supuesto, los argentinos lo sentimos como el deporte nacional, y cualquiera que vaya a un bar a tomar algo, lo primero que verá en la tele es fútbol. Ya ni siquiera hay espacio para la ficción nacional, esto es, para las telenovelas o series producidas en Argentina: las traen "enlatadas" de Brasil o de Turquía. En los '80, el monopolio lo tenía Venezuela, con Grecia Colmenares, Carlos Mata, y otros nombres que en este momento no recuerdo. Debo aclarar que las novelas no son de mi agrado, pero prefiero soportarlas antes que ver 90 minutos insípidos, con la pelota yendo y viniendo. 

No me malinterpreten: cuando hay un partido donde ambos clubes ponen garra, da gusto verlo. Pero ni aún así se justifica este exceso de fútbol en la cuota de pantalla que crece cada vez más. Existen muchos deportes que despiertan pasión, como el básquet, el hockey, o el tenis. Precisamente en Lobos, el hockey es un "boom". Pero parece ser que verlo por televisión no genera la misma adrenalina entre la platea. En varios posts anteriores comenté que el evento que más me maravilla, cada 4 años, son los Juegos Olímpicos. Los de 2012, con sede en Londres, fueron impecables. Y ahí es cuando te das cuenta que mucha gente, desde el anonimato, pone huevos para clasificarse y acceder a la máxima cita del deporte mundial. Y si fuéramos un país con verdadero fomento para el deporte, no cosecharíamos cuatro o cinco míseras medallas en cada JJ. OO. Lo más interesante, es que esas medallas suelen provenir de deportes no masivos, como el Judo o Natación, y no sólo del fútbol. Y lo más irónico es que, siendo un país donde mucha gente se dedica a la hípica, no tengamos una sola medalla en Equitación. Un país lleno de caballos pura sangre que valen fortunas, pero a la hora de los bifes, otras naciones como Austria o Alemania nos "pasan el trapo". Hay que replantearse varias cosas, porque cada cuatro años sucede lo mismo: vemos que no se les da poco incentivo a los deportistas olímpicos, y luego aparece de nuevo el "fulbito" y nos olvidamos. No es así, viejo. Han pasado decenas de funcionarios, de Secretarios de Deportes, y seguimos en la misma. Por una vez en la vida, que sea un espectáculo del cual podamos sentirnos parte. De lo contrario, estaremos mirando siempre como las medallas se las llevan los demás. Yo no pretendo que ganemos más medallas de los yanquis o los chinos porque sería imposible, pero tengamos un poco de sentido común para no pasar un papelón. Tenemos deportistas de elite en nuestro país, pero no todos cuentan con la ayuda necesaria para entrenarse y pelearle el podio a cualquiera. Punto final.

Marzo con frío

Definitivamente, habrá que decirle adiós a las remeras y las bermudas, porque los últimos días de febrero ya trajeron consigo un considerable descenso de la temperatura. Olvídense de la "ola de calor": todo parece indicar que cosa del pasado, por suerte. Lo que no deja de sorprenderme es la rapidez con que ya se ha consumido el casi el 25 % del año (tres meses). Este verano fue tan difícil de sobrellevar, que estuvimos más concentrados en buscar la forma de librarnos del calor que en otra cosa. Recuerdo que los últimos veranos no los había padecido tanto como este, en parte porque transpiro demasiado, quizás más de lo normal, y termino empapado, sobre todo en la cara, no así en el resto de mi cuerpo. Es frustrante tener que ir a cada rato al baño para refrescarte y lavarte la cara. Ahora que el verano dice adiós, llegó el momento de ir a buscar las bolsas con ropa de abrigo que tuve la precaución de guardar, y de reordenar el placard, para que el frío no me tome desprevenido. Este año compré dos o tres remeras, pero no más que eso, porque afortunadamente tenía ropa suficiente y en buen estado de la temporada anterior. Por otra parte, nunca me dejé guiar por la moda o las "tendencias". Por supuesto, no me voy a vestir como John Travolta en 1977, pero tampoco le voy a seguir el tren a lo que digan los demás. Hay colores que me cuesta asimilar, sobre todo aquellos más estridentes, como el amarillo o el rojo. Pero hay gente a quien le encantar lucirse con prendas de esos tonos. Yo suelo vestir remeras blancas, con algún diseño o inscripción, pero no mucho más. 

Estoy convencido de que la forma de vestir no es cuestión de edad, y salvo que los detalles sean muy groseros o evidentes, nadie tiene derecho a pensar que sos un ridículo por tu forma de vestir. Si considerás que tenés una contextura física adecuada para usar una bikini, ¿por qué no lo vas a hacer, aunque tengas más de 50? Es un poco difícil ponerse en el lugar del otro, sobre todo cuando hay tanta gente al pedo dispuesta a señalarte con el dedo porque hacés tal o cual cosa. Pero superando los prejuicios y sin joder a nadie, se puede hacer todo lo que vos estés dispuesto. La edad no es un limitante, o no debería serlo. Y eso puede hacerse extensivo a todos los órdenes de la vida, como el sexo, la práctica de actividad física, o los deportes. Punto final.

Relanzamiento

  Martes por la tarde en la ciudad. Este fin de semana pasado me mantuve ocupado redactando notas, y brindando contenido multimedia para las...