31 de octubre de 2010

Volviendo al escenario real

(Última revisión: Mayo de 2023)

Hola amigos, les confieso que este breve texto de este lunes/martes por la noche lo escribo por el mero hecho de despuntar el vicio, porque estoy muy cansado y tengo sueño. Pese a todo ello, siempre encuentro un tema que me despierta interés para intentar desarrollarlo, y si reviste complejidad, lo voy desmenuzando hasta que puedo sintetizar la idea de una forma comprensible, evitando caer en el tedio. 

El fin de semana estuvo tranquilo, el domingo fuimos a comer un lechón a la casa de mi primo con un grupo de amigos. Aunque la carne es sabrosa, no soy muy fanático del lechón o de la carne de cerdo en general. En fin, era lo que había y bienvenido sea, lo importante era pasar un rato distendido tomando una cerveza y hablando boludeces.

Estoy escuchando unos de los primeros discos de Amaral "Gato negro, dragón rojo", un álbum doble que no tiene razón de ser, ya que por su duración la lista de temas bien podría haber entrado en un solo CD. Fue editado en 2008, y en aquel momento tuvo como corte de difusión el tema "Kamikaze". No es nada meritorio para atesorar en el arcón de los recuerdos, por supuesto, pero tampoco es desagradable al oído. Inclusive, tiene una producción y unos arreglos muy cuidados para lo que uno está acostumbrado a escuchar de una banda de pop en español. 

Hoy se me ocurrió empezar a ver una película que siempre me interesó, "Conversaciones con mamá" (2004), y ya voy por la mitad. Espero poder terminarla en un corto plazo. Por lo que vi del film hasta el momento, estoy en condiciones de afirmar vala pena, las actuaciones de Eduardo Blanco y China Zorrilla son notables. Y Ulises Dumont, un grande como siempre.

Hay ciclos que se vuelven largos y agotadores, por varios motivos. Uno tiene que lidiar con su propia historia personal, con sus propios demonios. Pero no es excluyente, ya que además el hombre tiene que enfrentarse a esa construcción colectiva que llamamos sociedad. La vida del periodista es ajena a los feriados o a los fines de semana. Hay que ir donde está la noticia, aunque sea Navidad y estés a punto de brindar a la medianoche.

Tarde o temprano, inclusive si el oficialismo gana las elecciones de este año, llegará una era "post-K". Nadie sabe bien qué podría pasar, pero no creo que se pueda consolidar el poder de una nueva gestión sin poner en agenda un plan económico serio. Aquel que comparte los postulados del actual modelo seguirá haciéndolo, y la oposición será testigo del liderazgo indiscutible de CFK, que fue consecuencia de una desgracia (la muerte de Néstor). Sin embargo, es algo habitual en el pulso social, como ocurrió cuando murió Raúl Alfonsín y el radicalismo tomó un envión importante dentro del electorado en plena campaña política.

Bueno, antes de dormirme sobre el teclado de la notebook, me despido por hoy. Volveré a redactar un posteo más acorde a mi estilo habitual en los próximos días. Prepárense para lo que traiga consigo el segundo semestre, pero sin alarmarse inútilmente. Y no digan cosas de las que luego se vayan a arrepentir, como de vez en cuando me pasa a mí: A veces es preferible cerrar la boca para evitar una discusión estúpida. Recuerden que no todo es lo que parece ser. Nos estamos viendo pronto.

27 de octubre de 2010

El inesperado adiós de Néstor y un país desconcertado


Me costó creerlo cuando me llamaron por teléfono para darme la noticia. La persona más poderosa e influyente de la Argentina, murió esta mañana para consternación de sus seguidores y detractores.

Durante los 5 años que lleva de vigencia esta blog, he abordado distintas facetas de Néstor Kirchner y de su Gobierno. Cuando no estuve de acuerdo con sus medidas, no dudé en expresarlo, pero también le reconocí algunos aciertos, sobre todo en los primeros años de su gestión. Esos primeros años, de 2003 a 2005, cuando todavía no se mostraba tan temperamental e intransigente en varias cuestiones que requerían consenso.

Fue, en la primera mitad de su gestión, un presidente que alcanzó un altísimo grado de adhesión y popularidad, y después de la catástrofe del gobierno de la Alianza los argentinos teníamos cierto optimismo. En realidad, necesitábamos creer que alguien mejor estaba por venir, sea quien fuere.


No quiero extenderme demasiado porque casi todo se ha dicho hoy, tanto en los medios como en la conversación cotidiana, mientras muchas familias estaban en sus hogares esperando al censista. Como era previsible, la noticia del censo quedó rápidamente opacada por la muerte de Kirchner. Sobre el futuro del gobierno de CFK, que llevaba la impronta de su marido, pesa un signo de interrogación. Esperemos que podamos pasar por esta transición hacia las eleccciones de 2011 de la manera más ordenada posible. Es un momento delicado y la oposición debe actuar con responsabilidad, no por la muerte de K en sí misma, sino por el hecho de que la Presidenta deberá formar un nuevo grupo de asesores, que establezcan las políticas centrales para los meses que restan tras la ausencia de un esposo. Esto implica, entre otras cosas, que deberían salir del Gobierno personajes que sólo contribuyeron a perjudicar seriamente la imagen de la gestión presidencial ante la opinión pública, en un ejercicio autodestructivo e innecesario. Todos conocemos, a quienes cometieron tales desatinos, pero prefiero no mencionar a ninguno en particular porque no es el momento.

Un grupo de intelectuales, entre los que se encontraba el filósofo José Pablo Feinmann, creó el espacio "Carta Abierta", destinado publicar solicitadas en los medios gráficos para sustentar desde distintas corrientes del pensamiento al actual Gobierno cuando Kirchner ya había dejado la presidencia. Sin embargo, sus argumentaciones, lúcidas algunas de ellas, abundaban en ambigüedades y generalizaciones.

Vienen tiempos difíciles. Que alguien nos ayude a salir de esta incertidumbre, paradójicamente, cuando la única certeza que tenemos es la muerte del ex presidente.

26 de octubre de 2010

Lo perduable, lo efímero, lo valioso, lo decadente


Pues bien, se nos ha informado hasta que hartazgo que mañana nos aguarda un día diferente. Un nuevo Censo de Población y Vivienda, que resulta a todas luces necesario de realizar periódicamente, pero en esta ocasión con la sospecha de que los datos serán prolijamente manipulados por el INDEC. Espero, al menos, que como la mayoría de la gente conoce las cifras ilusorias del organismo, lo hagan con sutileza y no "dibujen" cifras imposibles de concebir. De más está decir que los censistas cumplirán con su tarea y no tienen ninguna responsabilidad con el procesamiento de los datos y el manejo posterior de la información que se recoja.
Recuerdo mi experiencia como censista, en noviembre de 2001. Yo en aquel tiempo todavía ejercía la docencia, concretamente en la Escuela Nº 19 de Empalme Lobos (Barrio Magnasco) como Profesor de Inglés. Me tocó censar la zona periférica al establecimiento donde me encontraba trabajando, y del mismo modo procedieron el resto de los docentes y directivos de la escuela en cuestión. Encontré gente analfabeta, viviendo en condiciones deplorables, y supuestamente, tenía que preguntarle a esa persona que estaba totalmente excluida cuántos ambientes tenía su casa, si las paredes estaban revocadas, el material de los pisos, las características del baño, y otras tantas pelotudeces que en este momento prefiero olvidar porque me indigna de sólo pensarlo. Partamos de la base que hacerle una pregunta semejante a un vecino que vive en una casilla, totalmente olvidado por las autoridades de turno, que llevaba su miseria a cuestas con dignidad y resignación, era poco menos que una vergüenza. Por mi trabajo en el censo de 2001 (que duró dos días) me pagaron 50 pesos/dólares. Justo cuando la Presidencia de De la Rúa agonizaba y faltaba un mes para que se produjera la debacle total que todos conocemos. La gente de condición humilde, es a mi criterio la más solidaria, porque comparte lo poco que tiene. Fueron dos jornadas de un calor asfixiante, y en varios lugares me invitaron a comer, o a tomar algo fresco. Por supuesto que rechacé el convite, no por hacerme el exquisito sino porque prefería terminar de completar las planillas lo más rápido y eficazmente posible y me costaba ubicarme con los nombres de las calles. Lo último que voy a decir respecto a lo que acontecerá mañana, es que pretender sacar un rédito político de un censo es un acto canallesco, para éste o cualquier gobierno que acometa tal tarea. Pedirle dignidad y escrúpulos a un político parece una utopía, pero también es prudente esperar los resultados antes de dar por sentado, como quizás lo esté haciendo yo, que la realidad será totalmente distorsionada.

Ya he perdido el interés en comprar determinadas cosas, prefiero empezar a redescubrir todos los libros y los discos que tengo desde hace tiempo. Por otra parte,  hace rato que me cansé de bajar música porque las bandas que prometen un atisbo de novedad no son más que un reciclado de todo lo que se generó musicalmente mucho antes, en las décadas del '60 y '70. Metallica fue (y lo sigue siendo) un fraude, lo mismo que Guns N' Roses, mal que les pese a algunos. Sin embargo, no voy a ser tan hipócrita como para decir que nunca los escuché y que los GNR escribieron algunas páginas notables. Escasas, pero notables al fin. Pero si hacemos uso del sentido común, no hace falta ser un erudito para pensar que dentro de 20 años, y estoy siendo generoso en el plazo, nadie se acordará de ellos. Los Beatles, Los Rolling Stones, Pink Floyd, Bob Dylan, Jimi Hendrix y The Doors son inoxidables y resisten el paso del tiempo. 

Todos los pendejos que con natural entusiasmo se compran su primera guitarra para castigar al vecindario con sus rudimentarios acordes, le deben buena parte de ese impulso por crear algo a los "próceres" de hace 40 años. Tal vez parezca que estoy siendo algo cínico con las nuevas generaciones, pero es esa la intención. Como suelo decir, tengo la impresión de que "ya está todo inventado". Un abrazo, y nos estaremos viendo pronto. Punto final.

24 de octubre de 2010

Cada cosa en su lugar



Hoy presencié por primera vez un partido de polo, en Santa María de Lobos, y debo decir que fue una experiencia curiosa. En primer lugar, era la final de un torneo de mujeres, lo cual al menos le aportó su cuota de glamour al evento por la belleza y ese aire pseudo aristocrático de las jugadoras. Ahora bien, reconozco que mis conocimientos de polo son nulos, de manera que pregunté la dudas más elementales que constituyen la esencia del juego y me explicaron con sencillez y claridad.

La tarde del domingo estaba perfecta para quedarse en casa tirado en la cama o viendo una película, pero se dio la circunstancia de concurrir a este partido y allí fui. Siempre tuve prejuicios respecto a ciertos deportes, como el polo y el golf, que están reservados a una minoría selecta y no gozan del fervor de las masas. Seguramente quienes los practican lo hacen con convicción, porque les gusta, y no por el hecho de demostrarle a la sociedad que pertenecen a un grupo de personas de clase alta que tiene sus propios modos de distensión.


En general, ver o practicar todo tipo de deportes me aburre, aunque todos hacemos una excepción con el fútbol. Ocasionalmente me entusiasmo con algún partido televisado, sobre todo aquellos donde los jugadores justifican sus altos sueldos y dejar todo en la cancha. Los famosos partidos "de ida y vuelta", con situaciones de gol que se suceden en ambos arcos. Una sola vez fui a ver un partido entre equipos de primera división: fue un Boca-Independiente, en Mar del Plata, en un torneo de verano. Como los torneos de verano no valen demasiado salvo para los turistas que están al pedo, no hubo incidentes, creo que ganó Boca 2 a 1, y desde donde yo estaba ubicado se veía bastante bien. Fue en el verano de 1998, si no me traiciona la memoria.

Cuando uno va a un partido de polo se hace la idea de que va a haber gente de guita, y efectivamente es así. Pero si te comportás con corrección y no hacés ningún comentario fuera de lugar no hay motivos para sentirse discriminado. Desde luego, un cartonero de Villa Lugano no sería muy bien recibido en el Campo Argentino de Polo, pero yo estoy hablando de un partido modesto, que no era entre dos equipos de elite, y que fue muy "sponsoreado". Es pobable que si jugara La Dolfina o todos esos equipos que concitan la atención de los ricos y famosos el contraste entre uno que no es considerado "gente bien" sería más notable.

Esto es todo por hoy, amigos. Me voy a dormir y espero que ustedes procedan de la misma forma para afrontar el lunes de la mejor manera. Nos vemos!

22 de octubre de 2010

El viernes que se escapa demasiado rápido

Tenía ganas de actualizar el blog anoche, pero otras personas de mi familia estaban usando la computadora y cuando finalmente tuve la PC disponible, ya era muy tarde y las ideas que tenía previsto plasmar en un nuevo "post" habían perdido el sustento y el entusiasmo inicial. De modo que me dediqué a escuchar "El club de los martes", de Los Tipitos, uno de los mejores discos del rock argentino en lo que va del año, y a hacer zapping en la radio hasta que me venció el sueño.

Como es de público conocimiento, esta semana la violencia sindical se cobró una víctima en el barrio de Barracas: un militante del Partido Obrero fue baleado en un hecho que suma una nueva página a la lista del manual de la irracionalidad argentina. No hay ningún detenido, nadie fue citado a declarar, no hay ningún preso. Un hecho gravísimo, que luego continuó provocaciones y desconcierto general en Callao y Corrientes, una de las esquinas más transitadas de Buenos Aires, transcurrió entre la indignación de algunos y el estupor de otros. Porque esa bala asesina podría haber impactado en cualquier transeúnte, totalmente ajeno a la manifestación. Evidentemente, la vida de algunos vale más que la de otros. Por Matías Berardi, el chico que vivía en una familia de clase alta, un rugbier que fue secuestrado y asesinado, corrieron ríos de tinta en los diarios, se organizaron manifestaciones, reclamos por mayor seguridad, y la sociedad toda se conmocionó. Por este pobre militante, cuyas ideas políticas no comparto pero tiene derecho a expresarse libremente, seguramente se hará un reclamo masivo de Justicia o dos, pero la gente a la larga de olvida, porque no tiene la llegada ni las influencias de la familia del otro muchacho asesinado para concitar la atención de los medios.

Quiero hacer una aclaración: para las familias de ambos, el dolor es el mismo. Tanto los padres de Matías, como los del joven militante cuyo nombre no recuerdo, deben estar sufriendo uno de los momentos más difíciles de su vida. Y ojalá que ambos hechos se esclarezcan, con celeridad, pero que el Gobierno no haga la vista gorda ante los barrabravas sindicales porque sabe que necesita de sus votos. Salvo algunas declaraciones muy tenues, ningún funcionario condenó explícitamente esta verdadera batalla campal que cada vez con más frecuencia suele enfrentar a sindicatos de distintos bandos, como así también a militantes del PJ más radicalizado.

La historia argentina parece seguir un camino inverso a lo que marca el sentido común. Como dijo Charly García: "Mientras miro las nuevas olas, yo ya soy parte del mar". Los hechos demuestran que tan equivocado no estaba.

19 de octubre de 2010

Yo no sé si es en vano este amor

Es martes por la tarde en la ciudad, hora de la siesta por excelencia, y escribo estas breves líneas antes de irme a trabajar. Ojalá pudiera dormitar un poco, pero cuando aparecen los primeros bostezos y las ganas de aferrarse a la almohada, ya es demasiado tarde y hay que volver a levantarse. Todos pasamos por momentos de insatisfacción en nuestro trabajo, pero lo que a veces más me jode es que tenga que perder el tiempo desgrabando discursos, bancándome situaciones de mierda y redactando crónicas que con toda seguridad no le interesan a nadie pero que bien sirven para relleno si no hay algo mejor que publicar. Es que, por otra parte, el interés de la gente por un tema en particular es cada vez más efímero. Me pasa a mí, por ejemplo, que me aburro rápidamente de un libro y busco otro, y ni hablar de las películas. Uno piensa ingenuamente que lo que está impreso en papel goza de cierta perdurabilidad, pero las palabras de los políticos, dirigentes y concejales son demasiado vanas y huecas como para que consigan trascender más allá de un par de días. A veces pienso cómo sería mi vida en otro lugar que no fuera Lobos, siento que aquí la gente me conoce y sabe quién soy, más allá del juicio de valor que tenga sobre mi persona. En otro lugar debería empezar de cero, y siempre uno carga con la cruz de no ser un hijo dilecto, "nacido y criado" en esa ciudad. A menos que sea tan grande y densamente poblada que haya más habitantes foráneos que autóctonos. Necesito respirar un poco de libertad, pasar unos días sólo con un termo y un mate, y sentir la brisa tibia de la primavera en la cara. Quisiera no pensar en la plata que hay que gastar, en lo que uno gana, y lo que más desearía es no tener que preocuparme si me alcanza o no. Simplemente, hacer una vida sencilla, sin lujos pero tampoco sin privaciones. 

Disco recomendado del día: Eminem, "Curtain Call 2" (Universal, 2022)

18 de octubre de 2010

Hay que seguir en la trinchera

Hola amigos, son las primeras horas del lunes y tenía ganas de redactar algo antes de irme a dormir. El domingo pasó rápido como siempre, de hecho ya ni siquiera vale la pena abordar el tema, pero uno no puede evitar pensar en los fugaces momentos de felicidad que se nos presentan a diario y que son los que nos mantienen vivos. A veces pienso que no debería tomarme las cosas tan en serio y darme la oportunidad de cagarme más de risa de lo que me pasa. Soy muy exigente con mi trabajo, trato de cumplir con todo lo que me piden y eso a veces genera presión. Sólo espero ir buscando espacios para relajarme y tomar cada día con más calma.

Cambiando de tema, estuve viendo unos minutos de la película "El cartero llama dos veces" (1946), que compré en DVD. Aproveché para escuchar a Whitney Houston en sus años de gloria y recordar distintas etapas de mi vida que me remiten a sus baladas. Y escuché también un viejo cassette de Alejandro Dolina, tras lo cual pude comprobar que efectivamente los programas de hace unos años eran mucho más divertidos que los actuales. Hace un rato nomás estuve en la casa de un amigo, donde comimos unas empanadas y nos lamentábamos del inexorable comienzo de la semana.

El Día de la Madre transcurrió con un almuerzo tranquilo y larga sobremesa, y le fueron entregados a mi mamá los regalos de rigor, que se merece con absoluta justicia por ser una de las personas que más quiero, mi confidente, la que me banca cuando estoy insoportable, y a quien le debo la vida.

Esto es todo por el momento, la notebook es tentadora para escribir y boludear por Internet, pero me espera un día largo y agotador y debo concentrar mis energías en descansar lo más posible. Un abrazo, gente!

14 de octubre de 2010

Chile en los ojos del mundo


El rescate de los mineros en Chile concitó la atención mediática, y los televidentes se encontraron presenciando un hecho totalmente inusual dondequiera que decidieran situar su vista en la grilla de canales. Ciertamente, podríamos extendernos sobre lo sucedido hasta correr el riesgo de caer en lugares comunes o en sensiblería barata. Debo decir que nunca me interesó demasiado lo que sucedió con los mineros chilenos, de modo que el rescate de estas personas me resultó un hecho totalmente ajeno. Me interesan las historias de lucha y superación personal, pero esta vez algo no terminó de convencerme. No sé, es como cuando empezás a ver una película por la mitad, siento que me pareció algo parecido. Cuando ocurrió el derrumbe y los mineros quedaron atrapados, no le presté demasiada atención, entonces cada nuevo capítulo que se escribía en esta historia me obligaba a interiorizarme del tema, y nunca lo hice del todo. Quizás me hizo acordar demasiado a la hazaña de los rugbiers uruguayos que permanecieron abandonados en el fuselaje de un avión en los Andes en diciembre de 1972.
No les quepan dudas: antes de que saliera a la superficie el primer minero ya estaba terminado el guión de la película que testimoniará lo sucedido, siempre con la mirada condescendiente y épica a la vez que nos ofrece Hollywood en cada versión de los acontecimientos que ocurren en esta parte del continente, donde todo es tan real que asusta.

El Presidente Sebastián Piñera seguramente tendrá un notorio incremento en su popularidad debido al éxito del operativo de rescate, y si sabe aprovechar el momento obtendrá un importante rédito político de lo que pudo haber sido una tragedia. En América Latina, todo es tan imprevisible que en lugar de replantearnos las normas de seguridad que deben existir en la minería, convertimos a un jefe de Estado en un héroe nacional por salvar de la muerte a 33 obreros. Pero algo me hace pensar que los chilenos no son tan ingenuos como nosotros, y que transcurrido un tiempo prudencial habrá algunas voces que empezarán a cuestionar el millonario negocio de la minería y la extracción voraz y desmedida de los recursos naturales.

12 de octubre de 2010

Una semana para afrontar lo que venga

Luego de transcurrido este finde "XL" con motivo del Día de la Raza (ahora resulta que no queda bien llamarlo así), hoy martes se puede decir que ha comenzado "oficialmente" la semana. Hubo mucho que hacer en el trabajo, y uno tiene la sensación de que si bien nunca está mal disfrutar de un feriado, hubiera sido mejor comenzar el lunes como siempre para evitar esa vorágine que te arrastra cuando ves que pasan los días, que la semana se acorta y que los hechos se suceden demasiado rápidamente. Hoy nos toca cubrir una conferencia de prensa, mañana lo mismo, inauguraciones, actos festivos, agasajos, boludeces. Todo esto se podría haber evitado si los organizadores tuvieran un poco de sentido común.

Muchas veces me he planteado la inutilidad de las conferencias de prensa. Uno ya sabe con qué se va a encontrar: las preguntas obvias, agradecimientos que no le importan a nadie excepto al propio orador, y un cúmulo de errores de cohesión en lo discursivo que hacen aún más tediosa la tarea de desgrabar para los medios gráficos o digitales.


Me gusta disfrutar de un momento de distensión, pero a veces el tiempo no alcanza y hay que seguirla remando hasta que surja el momento. Sinceramente, mi trabajo no es insalubre y excesivamente agotador, pero llega un punto en que uno hace las cosas de un modo casi automático, no puede discernir la intencionalidad que se esconde detrás de halago hipócrita y de la falsa moral. Pero así es la vida para los asalariados en este planeta, así que mañana voy a tratar de dar lo mejor de mí para que pueda estar tranquilo, relajado y rendir lo más posible en mi trabajo. Buenas noches, amigos!

Disco Recomendado:

Eric Clapton, "Clapton" (2010, Warner Music)

10 de octubre de 2010

Cuando olvidar se convierte en una insólita virtud


Estimados lectores: dedico mis últimas fuerzas de hoy a redactar este post, porque realmente estoy agotado. Además de que tuve que trabajar, también anduve haciendo las compras del día, con las colas interminables que se producen en supermercados y farmacias por el COVID 19. Creo que son los únicos favorecidos por la malaria generalizada y los bolsillos flacos del resto de los comerciantes que recién ahora podrán abrir, en determinado rubros puntuales.

En fin, no me puedo quejar, la pasé bien, y aunque ya lo he dicho infinitas veces, estoy pensando en dejar de fumar porque estoy tosiendo más de lo aconsejable y nadie tiene ganas de sufrir una neumonía o alguna patología similar. Antes quise dejar de fumar porque sabía el deterioro que provoca a la salud, pero cuando empezás a sentirlo vos, cuando te toca de cerca, tomás la decisión. Como casi todo en la vida, las cosas no nos importan demasiado hasta que nos afectan directamente.
Ultimamente me cuesta mucho sentarme a ver una película, porque cuando avanza la trama y empiezo a sospechar que es mala, algo me dice que ya no tiene sentido seguir perdiendo minutos de mi vida prolongando el martirio. Claro está, también hay películas que han sido aclamadas por la crítica mundial y que aunque hayan ganado un container de Premios Oscar siguen sin gustarme. Estoy escuchando de todo un poco: CD's, algunas canciones en MP3 que seleccioné en distintas carpetas o "folders", mucho Eric Clapton y Norah Jones, y hago zapping en la radio que cada vez está más decadente, con programas mediocres y periodísticas políticas que sin perder tiempo han dado un giro de 180 grados en sus convicciones convirtiéndose en fervorosos kirchenristas dispuestos a inmolarse por un proyecto definido como "nacional y popular". Qué quieren que les diga, es la medianoche del domingo y uno se vuelve un tanto pesimista y mordaz. Tal vez si me propusiera redactar un nuevo post a mitad de semana, dejaría de lado las miserias humanas con la que uno debe convivir a diario.

5 de octubre de 2010

Cuando nadie se hace cargo


Hola amigos, redacto el post de hoy sin demasiadas novedades, por el mero hecho de escribir algo. Hoy la tranquilidad pueblerina se vio un poco alterada por la presencia de los controladores y/o fiscalizadores de ARBA, que a decir verdad hicieron un trabajo muy prolijo porque se los podía ver por todos lados. Es un buen momento para preguntarnos si los impuestos que pagamos son excesivos o no. En este país la evasión fiscal sigue siendo ejercida impunemente, y debo decir que aunque la ley les cabe a todos por igual, me indignan los grandes evasores. Aquellos que realmente tienen guita de sobra para pagar los impuestos, y no lo hacen por su codicia sin límites. Siempre tienen un contador amigo dispuesto a asesorarlos sobre cómo burlar los controles y pagar lo menos posible, y sobre cómo declarar bienes por un valor inferior a los que realmente poseen. No soy un especialista en economía ni nada que se le parezca, pero es notable que mucha gente se pregunte para qué pagar impuestos, dado que siente que este dinero que aporte no es retribuido en salud, seguridad o educación.
Todo lo que que estoy exponiendo es conocido por todos, y seguramente otros con mayor lucidez han hecho un análisis más profundo de la cuestión. Pero lo que a mi criterio debería implementarse, aunque traiga como consecuencia una merma en la recaudación, es la exención del pago del IVA para determinados productos. Al economista lo único que le interesa es que los números "cierren", eso está claro. Pero tanto AFIP como ARBA ejercen una presión asfixiante sobre la clase media, y hacen concesiones con los sectores de mayor poder adquisitivo. Y encima, el que paga puntualmente tasas, impuestos o lo que sea, es tratado igual que aquel que carga con varias deudas, porque nunca falta una de las famosas "moratorias", con la cual regulariza su situación y hasta le perdonan los intereses. Una suerte de amnistía al evasor.

Algún día, cuando pague sus impuestos hasta el último infeliz que vive en un paraje perdido en el medio de la nada, podremos decir que se habrá hecho justicia. De lo contrario, seguiremos viviendo en una realidad utópica, según la cual todos son buenos ciudadanos, decentes y honestos, que contribuyen para el bien común, como nos enseñaron en la escuela. Con los años, y una vez que hemos perdido la ingenuidad porque el Estado nos hizo beber de su propia medicina, nos damos cuenta de que no es así.

3 de octubre de 2010

Nuevamente en contacto


Domingo por la noche. Prefiero no pensar en mañana, además de que ya he comentado en otros textos lo que representa para mí el comienzo de la semana. Este es mi primer post de octubre, un mes que nunca me gustó demasiado. En principio, si bien este año zafamos, se trata del mes escogido para las elecciones. Y me fastidia el hecho de tener que ir a votar cuando no hay ningún candidato que reúna las condiciones mínimas para ser tenido en cuenta. Y debo decir que eso es lo que ha sucedido desde que estoy en condiciones de emitir mi voto. Pero además, en octubre, y aunque no se note demasiado, ya empieza la locura de las fiesta de fin de año, los brindis, las reuniones de ex alumnos, y todas esas boludeces. Es cierto, quedan dos meses para que termine el año, pero mucha gente la vida funciona así, de encontrarse a cenar con amigos y/o conocidos con cualquier pretexto, y siempre las mismas anécdotas, y esa estúpida costumbre de festejar cada nuevo aniversario de algo. En fin, no quiero renegar demasiado, porque en definitiva uno también, como ser social que es, termina asistiendo a esas reuniones, hasta que un buen día digamos basta y nos hartemos de todo, como pasa siempre.

Tema dos: hace alrededor de un mes compré un cassette para grabar los programas de Dolina. Me sentí raro comprando un objeto que ha sido sepultado por la tecnología, pero que nos dio tantas satisfacciones cuando éramos adolescentes y no teníamos plata para comprarnos un disco, entonces grabábamos los temas de moda directamente de la radio, con la voz de locutor incluida. Y a veces se cortaba la cinta, o se enredaba, o había que limpiar los cabezales de grabador, etc, etc.... Bueno, en síntesis, creo que será el último cassette que compre en mi vida, y si se me llega a romper la única casetera que funciona en el equipo de audio, se tranformará en un objeto más inútil de lo que ya es. Tengo sueño, pero sé que si me acuesto ahora mismo no voy a poder dormirme en un corto plazo, como suele suceder. A veces siento que no me alcanza el día. Los domingos pasan rápidamente, entre que uno se levanta tarde, y hasta que tu cuerpo se recupera de los excesos del sábado y vuelve a funcionar, es todo un tema. Finalmente, cuando te sentís medianamente bien, ya son las cinco de la tarde, y aquella película que habías planeado ver el fin de semana se posterga para el siguiente, porque en realidad todo se fue postergando. Así uno llega hecho una piltrafa y sin haber podido disfrutar del todo el ansiado fin de semana. Y no me digan que nunca les pasó, darse cuenta de que hay cosas pendientes, y que seguirán así hasta que alguien nos rescate del naufragio y nos ayude a organizar nuestra agenda diaria.

Disco recomendado del día: Phil Collins, "Going back" (Warner, 2010). Para recordar viejas épocas y disfrutar del talento que esporádicamente nos obsequia el gran Phil.

Octubre

  Faltan dos meses para que termine el año. No podría afirmar si es mucho o poco. Es lo que hay, y cada uno avanza a su propio ritmo. Por es...