10 de octubre de 2010

Cuando olvidar se convierte en una insólita virtud


Estimados lectores: dedico mis últimas fuerzas de hoy a redactar este post, porque realmente estoy agotado. Además de que tuve que trabajar, también anduve haciendo las compras del día, con las colas interminables que se producen en supermercados y farmacias por el COVID 19. Creo que son los únicos favorecidos por la malaria generalizada y los bolsillos flacos del resto de los comerciantes que recién ahora podrán abrir, en determinado rubros puntuales.

En fin, no me puedo quejar, la pasé bien, y aunque ya lo he dicho infinitas veces, estoy pensando en dejar de fumar porque estoy tosiendo más de lo aconsejable y nadie tiene ganas de sufrir una neumonía o alguna patología similar. Antes quise dejar de fumar porque sabía el deterioro que provoca a la salud, pero cuando empezás a sentirlo vos, cuando te toca de cerca, tomás la decisión. Como casi todo en la vida, las cosas no nos importan demasiado hasta que nos afectan directamente.
Ultimamente me cuesta mucho sentarme a ver una película, porque cuando avanza la trama y empiezo a sospechar que es mala, algo me dice que ya no tiene sentido seguir perdiendo minutos de mi vida prolongando el martirio. Claro está, también hay películas que han sido aclamadas por la crítica mundial y que aunque hayan ganado un container de Premios Oscar siguen sin gustarme. Estoy escuchando de todo un poco: CD's, algunas canciones en MP3 que seleccioné en distintas carpetas o "folders", mucho Eric Clapton y Norah Jones, y hago zapping en la radio que cada vez está más decadente, con programas mediocres y periodísticas políticas que sin perder tiempo han dado un giro de 180 grados en sus convicciones convirtiéndose en fervorosos kirchenristas dispuestos a inmolarse por un proyecto definido como "nacional y popular". Qué quieren que les diga, es la medianoche del domingo y uno se vuelve un tanto pesimista y mordaz. Tal vez si me propusiera redactar un nuevo post a mitad de semana, dejaría de lado las miserias humanas con la que uno debe convivir a diario.

Siempre hay una buena excusa

  Cuando pasan varios años sin que te encuentres con alguien y esa persona aparece súbitamente en escena, pueden suceder dos cosas: O que te...