27 de febrero de 2022

La vida pueblerina también es un carnaval

Domingo por la tarde en la ciudad. No recuerdo fin de semana "largo" más desagradable que éste, en mucho tiempo. Quizás hubo alguno, pero en este momento no lo registro mentalmente. Creo que ya varias veces di a conocer mi opinión sobre los feriados carnaval, por lo cual no seré redundante. Además del mal tiempo, con tormenta eléctrica incluida, y cortes de luz, por supuesto, el pueblo estuvo a media máquina. Nunca fuimos Nueva York, es verdad, pero tampoco esto. Ayer, sábado por la tarde, noté un poco más de movimiento en las librerías y comercios similares, por el comienzo de las clases, pero no hubo mucho más. Desde el Municipio, ya han reprogramado tantas veces los "festejos" por carnaval, que el común de la gente no tiene ni idea, y a los medios de prensa también nos cuesta un poco seguirles el tren. Yo suspendería todo lisa y llanamente, pero bueno, es lo que hay, si tuviera un puesto político tal vez pensaría distinto, tendría en cuenta la actividad comercial, u otro tipo de variables.

Cambio de tema: En la Argentina, la obra pública es un intrincado laberinto de burocracia, sobreprecios y corrupción. Y esto viene desde mucho antes del ascenso de los K al poder. La coima está tan naturalizada, que en los mismos pliegos licitatorios ya está incluido un "plus" encubierto. Por ejemplo, para repavimentar una ruta cualquiera, los materiales suelen ser de una calidad muy inferior a la que debería utilizarse. Por lo tanto, no es extraño que esa porquería termine rompiéndose, y luego (por arte de magia), la misma empresa sale ganadora en otra licitación posterior para su reconstrucción, bacheo o lo que sea. Reconstrucción bien "argentina", como reza el slogan de la publicidad oficial. Toda estas maniobras son tan groseras y evidentes, que ni siquiera son "prolijos" tratando de ocultar lo obvio. En el Mundial '78, se gastó a manos llenas guita que supuestamente estaba destinada a construir nuevos estadios y remodelar otros. Esto quedó en evidencia porque la Copa del Mundo siguiente (España '82), terminó costándole a las arcas estatales de ese país menos de la mitad del despilfarro que significó ese agujero negro que llamaron EAM 78 (Ente Autárquico Mundial '78). Empecemos por ahí: Decir que los militares eran "honestos" en el manejo de los fondos públicos, ya es una falacia. Los gobiernos democráticos sólo perfeccionaron las prácticas para que los empresarios amigos siguieran llenándose los bolsillos. Pero esos tipos, los cómplices por un lado y los corruptos por otro, nunca van en cana. Ahora, si vos te quedás con un vuelto y sos un pobre perejil, te escrachan en todos lados. Ojo: Que no se tome esto como una defensa hacia esos sujetos, ni como una justificación para un delito menor. No es ese el punto.

 Por eso, lo que estoy planteando en esta nota, es que la condena social no suele ser igualmente proporcional a la cantidad de fondos que se fugaron. Por eso tenemos hospitales y escuelas hechas pedazos, porque a nadie le importa invertir, salvo para hacer un corte de cintas o descubrir una placa en tiempos de campaña. En una empresa privada, el que chorea es despedido, y no es casualidad que encuentre abrigo en la teta del Estado "bobo", el mismo que sostenemos vos y yo desde hace años. Somos tan giles que creemos que, porque alguien tiene un buen patrimonio, no va a robar. Con ese argumento, Macri o Donald Trump serían monjes franciscanos.

 El anarquismo es una utopía que insólitamente aún cosecha seguidores, porque plantea la ausencia de una autoridad. Pero entonces, ¿Quién conduce los destinos de una provincia, o de un país? No funciona en ningún lado. Ahora vemos cómo los grandes medios están dedicando una amplia cobertura a Rusia y Ucrania. Loco, seamos coherentes, ¿Cuánta gente sabe dónde queda Ucrania en el mapa? Y yo me incluyo dentro de los ignorantes, realmente no lo sabía. No hay que dejar que otros nos marquen la agenda: Ya no se habla más de Corrientes, porque supuestamente la lluvia fue suficiente para aliviar a esta provincia y los incendios cesaron. La lluvia!! O sea, inversión cero del Estado, vamos a esperar si llueve a ver qué onda, pobre gente, hay que ayudarla, hagamos una colecta, porque son argentinos, ¿No? Claro que si vivís en CABA, tu radar termina en la General Paz, de manera que tampoco tenés idea de dónde queda Corrientes, y estarías más preocupado si se incendiara la Avenida homónima... porque sí, Buenos Aires es cosmopolita... Ah, no pará un poco, ¿No somos un país federal? ¿No hay un librito que se llama Constitución que dice eso? Sí, pero nadie le da bola, excepto algunos abogados o jueces... Los mismos que avalan los aumentos de tarifas de luz, gas, nafta, y peajes. No vino alguien, que se creía Dios, a decirnos que las rutas iban a mejorar concesionando su administración a los peajes? Sí, me acuerdo de uno, que se decía peronista, pero ustedes eran muy chicos, si no saben del caudillo de La Rioja, para qué hablar de Perón... ¿No te acordás, que se sacó una foto con los Rolling, que aparecía en las revistas de la farándula como un playboy? Ah, es verdad que ya no se leen más revistas... Bueno, entonces googléalo, no lo voy a nombrar porque dicen que este finado es mufa...

 La gente habla, dice, comenta, opina. Estos verbos parece sinónimos, pero no lo son. El intelectual desprecia a "la gente", o "el vulgo" (entendido esto por todo el resto de la sociedad excepto él y otro grupo de iluminados). Filósofos, sociólogos, y otros de la misma categoría, son quienes rankean más alto. En principio, se creen la autoridad a imponer una verdad absoluta sobre un tema cualquiera, y a no aceptar otro punto de vista. Honestamente, a mí no me gusta que me digan cómo tengo que pensar.

Los filósofos K son particularmente difíciles de entender. Pocos lo recuerdan, aunque no haya mucho para recordar: Ricardo Forster es un impresentable que ocupó un cargo inventado, dentro del Ministerio de Cultura (también inventado), y de esta manera se le pretendió dar al kirchenrismo cierto andamiaje ligado con la razón y no con la emoción. Para empezar, la antigua Secretaría de Cultura era totalmente inoperante y llena de "ñoquis", y luego, cuando le dieron el rango de Ministerio, no se hubo cambios significativos. Y no me canso de repetir la frase del fallecido ex Secretario de Cultura, Torcuato Di Tella, que se sinceró diciendo: "La cultura no es una prioridad ni para el Gobierno ni para mí". Por supuesto, sabía que tras esa declaración lo iban a rajar enseguida, lo cual poco le importó porque el tipo supo tener un prestigio que hizo que no necesitara ocupar función pública alguna. 

Ya pasó el veranito, muchachos. Y los acreedores del Fondo Monetario, serán unos HDP, buitres, especuladores o como les guste llamarlos, pero tarde o temprano habrá que pagar. A nadie le importa ya quién contrajo la deuda, porque quienes ocupan los sillones de la Casa Rosada son ustedes. Nos estamos viendo pronto. Punto final.


24 de febrero de 2022

Réquiem para Osvaldo Di Santo: Hasta siempre, maestro



Días atrás, casualmente mientras entrevistaba a un vecino muy conocido de Lobos, abordamos la remanida cuestión: "¿El arte nace del dolor?" Y, en términos generales, no hay una respuesta única. Hay canciones en las cuales uno percibe versos o acordes que denotan una ineludible melancolía, por un amor que se fue, o ese mismo sentir atravesado por rabia y bronca. Pero lo novedoso, y que yo no había tenido en cuenta, es que el arte puede crearse -en menor medida- a partir de la felicidad. Por ejemplo, cuando nacen tus hijos, cuando los ves crecer, y sentís que podés capturar ese momento haciendo "algo" que podría llamarse artístico. Donde no hay posibilidad alguna de crear, es en la depresión. Porque, básicamente, no tenés ganas de nada, y podés pasarte semanas o meses en tu casa sin salir, todo te da lo mismo. ¿Se puede salir de ese cuadro mental? Sí, en la medida que el paciente preste una colaboración mínima, aunque más no sea para tomar medicamentos recetados (digo esto sin ser psicólogo ni psiquiatra, debo aclarar). 

Podríamos, también, intentar definir qué es "arte", o qué es "cultura", pero no tengo los elementos necesarios para brindar una respuesta correcta y taxativa. Sólo puedo decir que, muchos cuentos que he escrito han surgido de momentos en los cuales no estaba feliz ni mucho menos. La tarea de terminarlos, corregirlos, y darle forma a ese material en crudo, sí requiere de una predisposición positiva. Cuando vos escribís lo primero que se te viene a la cabeza, lo que surja de ahí puede permanecer meses o años bajo la misma condición. Hasta que un día cualquiera revisás eso, y recobraste la motivación suficiente para otorgarle un sesgo literario (o no). Lo mismo pasa con la música o la pintura. Podés pintar cualquier porquería y, sin embargo, lograr que eso sea vendible. Porque el gusto no se discute. La calidad de un determinado trabajo, puede ser.  

La segunda acepción del diccionario de la RAE parece la más correcta: Define al arte, como: "Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros" Y en cuanto a la cultura, la tercera acepción sostiene: "Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.". Respecto al tema que nos convoca, usaré ambas como referencia. 

Si vos tenés bronca hacia algo y te proponés expresarlo, es frecuente hacerlo en una canción. Son los denominados "cantantes de protesta", al estilo León Gieco, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, y un grupito más. Pero ya no los escucha casi nadie, porque la gente se queja todo el tiempo por lo que cree que es injusto y no le interesa verlo replicado en otro que -aunque talentoso- repite ese tipo de consignas. Ahí es donde gana terreno el "trap", un fenómeno mundial casi, y muchos traperos cantan en contra de la Policía, la pobreza, el imperialismo, la delincuencia, o cosas así. Claro que ese truco funcionará hasta que deje de ser comercialmente rentable y aparezca otro tipo de expresión que puede que no tenga nada que ver con la anterior. En los libros, el planteo que debe hacerse es diferente, exceptuando a los ensayos políticos que ya desde el vamos no son ni es literatura, porque se citan cifras o datos que se suponen reales y por lo tanto no son obras de ficción.

¿Por qué decidí escribir todo esto? Lo que me impulsó a hacerlo casi de un tirón, fue enterarme de la triste noticia de la muerte de Osvaldo Di Santo, en la noche de ayer. No voy a caer en elogios que si bien son harto merecidos, seguramente ustedes habrán leído en otro lugar. Sólo diré que tuvo la virtud de ser profesional, perfeccionista, cuidadoso, y esmerado en cada una de sus obras. Y nunca se comportó de un modo soberbio o pedante, al menos conmigo o con quienes le prodigaron toda clase de premios y homenajes. Di Santo nunca cayó en la tentación de dejarse llevar por la vanidad, y eso lo enaltece aún más: De hecho, tuve la oportunidad de entrevistarlo muchas veces, y llegué a la conclusión de que aquella obra que más lo enorgullecía, es el magnífico mural titulado "Las Banderas", que está en la sala del Concejo Deliberante como un himno a la democracia y a la libertad. En realidad, las banderas son tres, porque cada una de ellas está inspiradas en los ideales de la Revolución Francesa. Si no son de Lobos, les recomiendo que no dejen de presenciar esa obra, porque es fascinante.

Muchos años después, ya con Osvaldo sin posibilidades de emprender la tarea de restauración, entre 2020 y 2021, otro grupo de artistas más jóvenes dedicaron un tiempo incalculable a darle su justa dimensión y calidad a un trabajo que el propio Di Santo había encarado en 1985, laburando muchísimas horas en ese mismo recinto cuando los concejales no sesionaban, de un modo minucioso, sin dejar ningún detalle librado al azar. Esa obra es su mayor legado, porque él quiso que así lo fuera, aunque alguien diga que tenga en su haber otras "mejores". Ese magnífico mural, con el significado que él pensó y que verdaderamente encierra, es lo que lo distingue del resto de su producción artística. Un abrazo Osvaldo, y gracias por las notas y las charlas que tuvimos, las cuales no olvidaré. Fuiste vos, quizás (exceptuando mi familia y amigos), quien me dedicaste aquellas palabras que mi memoria conserva hasta hoy: "Sos un buen periodista, valés mucho". Como no pertenecía a tu círculo íntimo, supe demasiado tarde la enfermedad que estabas atravesando, el sufrimiento que cada día se volvía más insoportable hasta que tomaste la decisión de terminar con todo. Hasta siempre, dondequiera que estés. Punto final. (Sepan disculpar los errores de tipeo, ya fueron corregidos)

20 de febrero de 2022

En cualquier país que no sea el tuyo vas a seguir siendo un extraño

 Sé que a nivel país estamos pasando por momentos complicados: No será la primera ni la última vez. Sin embargo, yo nunca me iría de acá. Hay gente que no me cree cuando le comento esto, pero aún si tuviera los medios económicos para hacerlo, no lo contemplaría como una posibilidad. Si me hicieran una oferta laboral concreta en el Exterior (cosa que dudo), no voy a negar que lo pensaría, pero de ahí a que tome la decisión final, pueden pasar muchas cosas que hagan inclinar la balanza hacia uno u otro lado. 

Disculpen que les diga abiertamente mi parecer, pero irme del país en medio de una crisis, me parece un acto de cobardía o de falta de agradecimiento hacia eso que llamamos Patria. Todos los que hoy están afincados en España, por ejemplo, lo hacen transitoriamente, dado que cuando Argentina comienza a recuperarse (cada dos o tres años, digamos), casi siempre vuelven, aunque hayan jurado no hacerlo jamás. Todos sabemos, también, que emigrar puede ser una alternativa más aceptable cuando sos joven y no tenés mujer ni hijos a tu cargo. Los movimientos migratorios entre los países se dan porque la gente busca una mejor calidad de vida que no consigue en el propio, esto no es ninguna novedad. Y en la desesperación imperante, te tirás a la pileta aunque no tengas "papeles" (es decir, que sos un ilegal), y debas realizar laburos de mierda. 

Se me viene a la mente aquella gran canción de Facundo Cabral: "No soy de aquí, ni soy de allá". Terminás viviendo en un lugar totalmente ajeno, en todo sentido: Idioma, cultura, costumbres, y un día cualquiera alguien te denuncia (sobre todo en EE. UU.), hacen una razzia y la historia tiene su epílogo cuando te deportan o te meten preso. Hay determinados Estados, como Texas, donde el chauvinismo y la supremacía de los blancos nativos hacen que no sean el mejor lugar para emprender una aventura de este tipo. En Nueva York, que es más cosmopolita, podés zafar por un tiempo indeterminado, pero tarde o temprano el resultado será el mismo. 

Detrás de todo esto están las mafias, los falsificadores de pasaportes y de carnets de Seguridad Social. En Miami, salvo que seas un cubano que pide asilo político, no es ninguna joda: los tipos de Migraciones saben muy bien que es el principal destino elegido por los latinos caídos en desgracia, de manera que el control es permanente. Si lograste entrar y quedarte más allá del límite permitido, un hecho tan banal como que te hagan una multa de tránsito o que debas recurrir a un Hospital les da motivos suficientes para expulsarte. No tenés el Seguro Social, algo tan imprescindible para hacer  cualquier trámite, como lo es el número de DNI acá. Supongamos que tramitaste la visa, pasaste por el "filtro" de la Embajada, y te la otorgaron. Al llegar al aeropuerto de destino, cualquier actitud sospechosa puede ser razón suficiente como para que te demoren y te interroguen, y en esa instancia lo más común es que salgas perdiendo. Si tenés que volver por donde viniste, técnicamente hablando no es una deportación, porque no ingresaste al país, te interceptaron en el aeropuerto y no pusiste resistencia. Ese dato no es menor, ya que si en el futuro obtenés una nueva visa, el antecedente que aparecerá en tu historial será solamente ése. Yo diría que Yanquilandia no es el mejor lugar para intentar nada de ese tenor, porque además de la Border Patrol (Patrulla Fronteriza) que es gente entrenada para la cacería de personas, hay un entrecruzamiento de datos permanente entre la CIA, la NSA y el FBI. Toda conducta delictiva, más allá de no tener papeles, constituye un agravante que habilita la intervención de los "Federales". Y ahí sí cagaste, porque si cometiste un delito federal, vas a ir a parar a una cárcel ídem, que no es precisamente un parque de diversiones. Cada tanto, un gobierno (por lo general lo hacen los presidentes Demócratas), otorgan una amnistía para todos lo que acrediten residencia por un período determinado, pese a su condición de ilegales. Pero puede pasar mucho tiempo hasta que eso ocurra. 

ALGUNOS CONSEJOS QUE ME DIERON AMIGOS Y GENTE CONOCIDA

Suponiendo que tengas un buen laburo y los dólares suficientes para irte a EE. UU. como turista y justificar que -al menos en teoría- no te vas a quedar a vivir allá, hay algunos datos que nunca está de más tener en cuenta. Si bien, en la jerga yanqui, te consideraron "elegible" para recibir una visa, no dejes que algunas boludeces te jueguen en contra. Veamos algunas de ellas: 

- Llegá puntual a la cita. Esto es, ni un minuto antes ni uno después al turno que te fue asignado. 

-Vestite casual. No lleves un traje ni nada parecido, pero obviamente tampoco vayas de short y ojotas. Una camisa sin corbata y un jean común estarían bien. 

-Evitá todo detalle que indique ostentación. No lleves el celular, dejalo en el auto o en tu casa, y apagalo antes Y no sólo por precaución, sino porque tampoco te permiten ingresar con esos dispositivos. No lleves relojes costosos. Un maletín sí, porque vas a necesitar guardar la documentación que ellos mismos te van a dar, además de presentar la tuya, si es que cabe.

-Y lo más importante. NUNCA les mientas, aunque sea en una pavada. Los funcionarios del Consulado son muy hábiles (por algo se dedican a eso), y podés "pisarte solo", lo cual traerá como inmediata consecuencia que todo el esfuerzo previo haya sido en vano. Recordá, como te comentaba antes, que ellos ya conocen todo sobre vos: empleo, solvencia económica, tarjetas de crédito, actividad bancaria, y lo que se te ocurra imaginar. 

-Si te encontrás con alguien que te dice: "Me dieron la visa por 10 años", probablemente se trate de un idiota arrogante, que no sabe que el Consulado hace una revisión periódica de todas ellas y puede revocarlas automáticamente.

Para concluir: Si, pese a todo lo que te acabo de enumerar en esta nota, seguís pensando en ir al país del Norte, sólo me resta desearte buena suerte! Punto final.  

18 de febrero de 2022

Conocer tus propias limitaciones te hace más "libre" de lo que pensás

 Es muy frecuente que, sobre todo cuando estamos en la cama somnolientos, a punto de que nos venza el sueño, sobrevengan de la nada (o no tanto) recuerdos de distinta índole, inconexos, que no guardan un orden cronológico. Son como flashes que surgen de alguna situación reciente que actúa como "disparador". Muchas personas buscan un modo de trascender después de haber fallecido escribiendo libros de memorias o autobiografías. Algunos reúnen méritos suficientes para completar un texto que quizás en el futuro pueda ser objeto de estudio. A otros, en cambio, sólo los mueve la vanidad de dejar un legado, varias páginas de escaso valor, antes del fin. 

Todos abrigamos, aunque no lo digamos, el deseo de dejar algo en la memoria de nuestros seres queridos, y es una de las grandes fuerzas movilizadoras de la historia de la humanidad. Si no tuviéramos la aspiración de conseguir "algo" antes de abandonar este mundo, el hombre no se embarcaría en epopeyas, hazañas, en desafiar a la naturaleza, en luchar contra lo establecido para construir nuevos paradigmas.

Sabemos, desde que nacemos, que no nos queda mucho tiempo. No sabemos cuánto, ni tampoco podemos precisar cuánto de nuestro ciclo biológico transcurrirá con la lucidez y la "chispa" de los mejores años. Si lográs vivir 100 años pero pasaste los últimos 20 postrado en una cama, te la regalo. Todos hemos pensado en que podemos llegar a ser una carga para nuestras familias en determinado momento. Y si lo hemos pensado, es porque a nosotros mismos nos ha tocado asistir y dedicar tiempo a un ser querido cuyas posibilidades de manejarse por sus propios medios son casi nulas. Y llamás a tu mamá, a los gritos, desesperados por cierto, y totalmente inútiles, porque ella murió antes que vos. “Mamá” es la primera palabra que aprendés a pronunciar, y también es la que exhalás en tu último aliento. Mamá está y no está: Es decir, la vas a recordar siempre, por más que hayas renegado miles de veces de aquellas actitudes hacia vos que no comprendías. Y siempre, al parecer, queda pendiente una charla. “Si se lo hubiera dicho antes…”; “Si hubiera podido decirle la verdad a tiempo para evitarle un disgusto…”. El problema es que esa conversación pendiente quedará para siempre en ese status quo, no hay manera de que ella pueda conectarse con vos, al menos en este plano, y sin recurrir a toda esa chantada de médiums y espiritistas. 

Por eso, retomando el comienzo de esta nota, el hecho de soñar con esa persona que ya no está, te permite ir atando cabos de a poquito, te da tranquilidad. Puede ocurrir, también, que te hayas quedado huérfano siendo muy chico, y que apenas conserves recuerdos de tus padres. Pero seguramente vas a encontrar alguna foto antigua dando vueltas en un rincón, como mudo testimonio de quienes fueron tus progenitores. Una excepción válida puede ser aquellos jóvenes cuyos padres fueron desaparecidos por la Dictadura, y por lo tanto, continúan tratando de hallar algún indicio de sus orígenes, aunque más no sea para saber dónde están los restos de quienes os concibieron y les dieron la vida, la misma que sus antecesores como víctimas del Terrorismo de Estado.

 Mi principal desafío es vencer mis propias limitaciones y permanecer al margen de la mediocridad. Poco me importa cómo me recuerden en el futuro, si yo ya no estaré aquí. No me gustaría ser recordado como un mal tipo, porque no lo soy. Pero yo no decido por los demás, por lo cual quien decida caer en el chusmerío hacia mi persona, pronto comprenderá que es una situación a la cual no le doy mayor relevancia, excepto que se trate de un escrache público que ofenda mi buen nombre y honor, o la falsa imputación de un delito a través de las redes. Tengo un puñado de méritos en mi haber, pero cuando termina el día descubrís uno más del montón que trata de cumplir con sus obligaciones laborales y familiares lo mejor posible. Por supuesto, nunca viene mal que alguien nos elogie o nos felicite por algo puntual, es una pequeña caricia en medio del camino, quizás, en la búsqueda de un objetivo que depara varias dificultades: La pandemia nos enseñó que no queda otra alternativa que no sea perseguir la ambición por crecer y reinventarse en todo sentido. Y, lo más importante, aprender que somos útiles para poder realizar una tarea, desde cortar el pasto hasta escribir una novela.

Es clave comprender que no todos contamos con las mismas habilidades, y –como mencionaba antes-aceptar nuestras limitaciones no implica una resignación o una claudicación. Creo que, saber que hay cosas que no podemos hacer del todo bien, nos evita incurrir en un papelón o en un estropicio. Es posible intentarlo de nuevo, pero sólo si la relación entre riesgo y beneficio vuelca la balanza a favor de este último “ingrediente”. Nos estamos viendo pronto. Punto final.


14 de febrero de 2022

Podés mirar hacia atrás, pero no intentes volver a esos instantes

Lunes por la mañana en la ciudad. Cuando comience marzo, todo volverá a la normalidad en el pueblo, digamos. Y no sé si está bien o no, quizás debería haber una continuidad en la actividad y no que quede reducida a su mínima expresión durante la temporada estival. Esto implica una gran proliferación de conferencias de prensa interminables que demandan mucho tiempo en ser desgrabadas y cuyo interés para los lectores es muy escaso. Como hemos dicho, en una página Web los textos deben ser más breves que en un medio impreso, de los pocos que subsisten. A veces esto me condiciona un poco porque, si me pongo a pensar, hay detalles importantes que uno necesita dejar en un segundo plano para la lectura de una nota tenga “gancho” y no resulte demasiado engorrosa de leer. 

Cambiando de tema, estoy pensando en crear un nuevo blog, con un perfil totalmente distinto a éste. Contendrá solamente cuentos y textos literarios, y algunos ensayos breves y en el cual se aborden otro tipo de cuestiones que salgan de la estricta actualidad. Eso sí: lo primero que voy a hacer es inhabilitar los comentarios, porque entre el spam y los que hacen cuestionamientos absurdos se pierde demasiado tiempo en leerlos a todos. Yo no soy un bloguero "full time", primero porque para que ello sea posible, debería asumir una posición militante que no pretendo hacer; y segundo, nadie me paga por lo que escribo acá.  Trato de expresarme sobre aquello que me llama la atención, aunque no sea estrictamente periodístico.  me da un margen de libertad para dejar pasar unos días si no surge nada que me motive o que me llame la atención.

Tema 2: Alguien me preguntó hace un tiempo sobre los libros de autoayuda. A este respecto, cabe señalar que -como todo en la vida- algunos son serios (escritos por psicólogos o profesionales de la salud), y otros no. Lo real, es que ante una situación límite la gente se aferra a cualquier cosa para salir a flote, para sentirse un poco mejor. Algunos recurren a la espiritualidad, hablan mucho de la "energía interior" de nuestro cuerpo, y otros consultan a un terapeuta. También hay que decir que la consulta a un buen psicólogo no está al alcance de todos, más aún teniendo en cuenta que es un tratamiento que se prolonga en el tiempo por un período indeterminado. Pero creo que determinados libros, sumados al apoyo de una terapia efectiva y cuando hay buena química entre el profesional y el paciente, pueden dar buenos resultados.

Con el paso del tiempo, uno va cambiando no sólo su aspecto físico, sino la manera de pensar. Por lo general, nos volvemos más intolerantes ante ciertas cosas. Consideramos que ya hemos soportado demasiado en el lapso que llevamos de vida y es por ello que no nos bancamos la estupidez, la mediocridad, y la falta de sentido común (entre otras cosas). Bueno, a todo eso lo que te acabo de mencionar, le pusieron un nombre, como a todo: “Tolerancia a la frustración”.

Pero no deja de ser cierto que, más de una vez, sentimos que estamos luchando contra molinos de viento. Es decir, una lucha desigual y en la cual inevitablemente terminamos derrotados. Pasan las generaciones, y el país sigue siempre igual. Cuando somos jóvenes, todos tenemos ese entusiasmo de aportar algo para que las cosas mejoren, de distintas maneras. Puede ser militando en un partido político, en una ONG, colaborando con una colecta, ayudando en un merendero. Pero nada parece suficiente, nada parece alcanzar: Como dije antes, pasan los años y seguimos estancados. Y esto ya no lo sostengo de modo excluyente en alusión al kirchnerismo, sino a un mal endémico que los argentinos tenemos desde mucho tiempo antes. Y es que no creemos en el progreso, o lo vemos siempre demasiado lejos de nuestro alcance.

Hace poco, alguien a quien la gusta despertar recuerdos nostálgicos posteó en Facebook una foto de una calle muy conocida de Lobos, que en ese momento estaba empedrada y ya no lo está al igual que almacenes y otros comercios típicos de los ’80 que fueron demolidos. Noté que la mayoría de la gente reaccionaba lamentándose por aquello que se había perdido, por el hecho de que quizás había un bar que dejó de existir…y si yo, que no viví de lleno esa época, miro la foto, puedo decir que una calle como esa, en pleno centro de la ciudad, era francamente horrible. Más que un pueblo, parecía un caserío, no revestía atractivo alguno. Si vos ves cualquier foto de hace 40 años, pongamos por caso, y te encontrás con autos viejos estacionados, no es motivo alguno para la nostalgia, ya que ese tipo de vehículos fueron nuevos en su época, y no ahora.

 No se puede entender por "progreso" tener un televisor gigante o el último modelo de celular: es algo mucho más profundo. Tiene que ver con cambiar nuestras concepciones, con tener un tránsito ordenado, ampliar la oferta de espacios culturales gratuitos… Y lo más relevante: Saber decir que "no" cuando algo nos resulta inaceptable. Las convicciones de la sociedad argentina son muy débiles, y para que el país crezca deben trascender. No hay recetas mágicas. Por ejemplo, todo el mundo reniega de la “tele basura”, se horroriza por el morbo, pero son los programas que más rating tienen. Hoy, vemos cómo el Presidente recibe a un tipo que se da en llamar “L-Gante”. ¿No se le ocurrió hacer lo mismo con Larralde, por ejemplo, que tiene una trayectoria de más de 50 años? Es famosa la foto en la que el ex Presidente Richard Nixon recibió en el Salón Oval de la Casa Blanca a Elvis Presley. Bueno, parecería ser que lo más cercano que nosotros tenemos al Rey del Rock & Roll, es L-Gante. No queda mucho más que agregar. 

 Esto es, en resumen, una muestra de la hipocresía con que estamos acostumbrados a manejarnos. Me pregunto si los jóvenes del futuro tendrán la sensatez que no supimos tener nosotros, porque siempre, al generalizar, se cae en una omisión injusta hacia quienes la siguen remando. Punto final.


10 de febrero de 2022

Pregunta simple: "¿Estos son o se hacen?"

El ejercicio de la geopolítica implica, entre otras cosas, la capacidad de establecer alianzas o acuerdos con otros países por cuestiones estratégicas. Vos vas a Washington a pedir apoyo para negociar con el FMI. Es razonable, si tenemos en cuenta que los yanquis son los socios de mayor peso del organismo (¿Te suena algo llamado “Bretton Woods”, Alberto F. o Guzmán?). Los tipos no se la jugaron pero por lo menos, se comprometieron a destrabar la amenaza del default. Ahora, ¿Que hacés vos, días más tarde? Vas a Rusia, a Barbados (éste último destino totalmente al pedo, porque es una isla del Caribe recientemente independizada de la Corona Británica), y exponés un discurso totalmente opuesto al anterior. Entonces, no hace falta ser un estadista para imaginar el pensamiento de los diplomáticos yanquis: “¿Estos tipos, los argentinos, que vinieron a pedirnos la escupidera, son boludos o se hacen?”. 

Una cosa es tener un alineamiento automático con EE. UU, que todos sabemos que no funcionó. Los diplomáticos de Washington soplan para donde va el viento. Han apoyado dicaturas sangrientas en su cruzada anticomunista.

Pero volvamos a la actualidad, otra cosa, bastante distinta, es dialogar conociendo que tu interlocutor es una potencia mundial y que no te conviene meterte en quilombos porque tienen la capacidad de destruirte (en términos de armamentismo y poderío militar), de un día para otro. Retomo lo que venía diciendo: Vas a pedirles un respaldo a los norteamericanos, y después te reunís con Putin vaya a saber por qué, ya que Rusia no tiene demasiada gravitación en lo que respecta a un salvataje financiero. Entonces, esos mismos yanquis apelaron al famoso refrán: “Dime con quién andas, te diré quién eres”, y te dejaron en calzones.

En la diplomacia, nada es gratis y mucho menos es un currito para improvisados, por lo cual es sólo hecho de negociar también significa ceder determinadas posiciones. La Presidencia de Biden podrá ser menos kamikaze que la de Trump, pero eso no necesariamente quiere decir que sus funcionarios sean ingenuos o que hagan beneficencia. A ellos les da lo mismo que Argentina exista o no en el contexto internacional. A nosotros, nos importa sólo porque vivimos acá. Esa es la diferencia. Guido Di Tella (no sé si lo recuerdan), promovió una forma de relaciones bilaterales con la que no estoy de acuerdo en absoluto, pero era un diplomático de carrera. No un tránsfuga corrupto al que, para alejarlo de la escena pública, lo premiaron con una Embajada. O no un Ricardito Alfonsín que es totalmente ignorante, más aún para una sede diplomática clave, como es la de España. Relaciones “carnales” como en los ’90, ni en pedo; pero coherencia en lo que se está planteando a nivel internacional, sí. Es cierto lo que me decía un amigo, respecto a que, hoy por hoy, China es un socio comercial mayoritario para la Argentina por la soja, la carne, y toda la bola, y supera holgadamente a los EE. UU. Sin embargo, eso no es suficiente para “seducir al capital”, y no combatirlo, como declama la Marcha Peronista.

La embajadas que deberían ser clave para un país como el nuestro (quizás me olvido de alguna), serían las siguientes:

-        -  Todos los países limítrofes (podríamos agregar a Cuba, en el Caribe).

-       -  Mirando hacia el Norte: México, EE. UU. y Canadá.

-        -  Todos los países centrales de Europa.

-        -  Sudáfrica.

-         - Australia.

Ahora bien, supongamos que a algún “iluminado” se le ocurra abrir una sede diplomática en… Burkina Faso. No te pueden dar nada, excepto faso (disculpen el chiste fácil). Lo mismo cabe para Angola o cualquier país africano que, lamentablemente, salvo Sudáfrica, está peor que nosotros. Y hay algo que esta gente no entiende: Una cosa son los discursos para la “tribuna”, como un acto político en Plaza de Mayo, y otra muy distinta es cómo se posiciona la Argentina ante la ONU, la OEA, o la CIDH. Se habla mucho de Nicaragua, pero lo real es que, más allá de que el actual Presidente lleve muchos años en el poder, ha sido por elecciones libres e indefinidas, dado que la Constitución se lo permite. Creo que bastantes problemas tenemos como para entrometernos en un país que, si a cualquier argentino promedio le das un mapa, ni siquiera sabe dónde queda.

 Tema dos: El kirchnerismo actual, con sus actos prolijamente organizados en Plaza de Mayo, apela claramente al autoelogio, y la autoindulgencia. Básicamente, la oratoria que se emplea consiste en tomar a un sector de de los argentinos como parte de una causa épica que la militancia acepta seguir aunque no se entienda. Es fácil compararse con el 2001, sería como preguntarles a los mineros chilenos si se sentían mejor en las entrañas de la tierra o cuando fueron rescatados. Hay que reconocer que, en tiempos del auge macrista, llegó un punto en que generaba hartazgo hojear los diarios y ver todo el tiempo de Lázaro Báez, por más que este hombre se haya enriquecido con los favores del Estado. No será el primero ni el último que lo haya hecho en esta democracia renga que tenemos. Pero no debemos ser indiferentes, ni demonizar al periodismo que dio a conocer éste y otros negociados de los amigos de la obra pública. Ojalá algún día podamos ganar algo que sintamos como un triunfo colectivo, y que realmente nos llene de orgullo.

 Podemos estar de acuerdo con que el Grupo Clarín concentra una gran cantidad de medios, pero aun así, hoy por hoy, todos ellos casi se equiparan al aparato de propaganda del Gobierno, que logró concentrar en pocos años cerca del 80 % de las señales de radio y TV, además de publicaciones gráficas que se sostienen con la pauta que les otorga generosamente el propio Estado. Pero quizás lo más preocupante sea la confrontación entre periodistas, de la cual trato de permanecer ajeno acá en Lobos o donde me toque estar en un futuro. Hoy parece necesario hablar en términos absolutos. Me refiero a que no se admite que un periodista reconozca logros de este Gobierno K y al mismo tiempo enuncie sus puntos débiles. O se es obsecuente, o si estamos en la vereda de enfrente pasamos a ser considerados opositores, cipayos, gorilas, golpistas, destituyentes. 

Quienes me conocen saben bien cómo soy y mi manera de escribir. O incluso, cómo trato de encarar los programa de tele que grabo todas las semanas. Los dirigentes políticos suelen enfrentarse entre sí buscando posicionarse ante la opinión pública en lugar de subirse al ring con los funcionarios, para cuestionarlos, pedirles explicaciones, ser esclarecedores en medio de la polémica. Explicar lo que está sucediendo con palabras sencillas, de forma tal que lo comprenda cualquier ciudadano, ha dejado de ser la misión del periodista. El periodista vanidoso busca dos cosas: El lucimiento personal y asumir (también) un posicionamiento ideológico que le garantice beneficios económicos y acceso a fuentes de información. Yo no soy de ese palo, y nunca lo seré. Pero eso ya dedicaría una nota más larga, y pienso yo, aburrida, porque sería como mirarse el ombligo. Es la gente quien te elige o, en un momento dado, deja de hacerlo. Nos estamos viendo pronto. Punto final.  

9 de febrero de 2022

No te dejes engañar por aquello que (quizás) nunca sucederá

 Primeras horas del miércoles en la ciudad. Había comenzado a escribir este texto ayer por la noche, pero tenía varios errores de tipeo porque el cursor del Word se disparaba para cualquier lado, parecía epiléptico, así que decidí empezar, casi, de cero.

Este mes he actualizado el blog esporádicamente, bastante lejos de la frecuencia habitual. La mayoría de las veces que me surge una idea que parece interesante, eso acontece ya estoy acostado en la cama, con lo cual levantarse, encender la compu, y darle forma a una nota, no es el mejor plan. Pero desde que empecé a usar una notebook, hacer varios años, cuando tenés ganas se vuelve más fácil. Es un rato que dedico para mí y para nadie más. El resto del día se vive demasiado "intoxicado" por la pantalla de los canales de noticias, y a veces uno cede a la tentación de hacer algún comentario sobre un hecho puntual. Por citar un caso, seguir buscando una razón valedera por la cual Kicillof no le pega una patada en el culo a Berni, el Ministro de Seguridad más inoperante que hemos tenido y autor de exabruptos tan desquiciados que ya son de antología, pero considero que ya está todo dicho. ¿Qué puedo aporta yo de novedoso, si está a la vista de todos? Hay repudios tan unánimes que no vale la pena ser redundante. Es una cuestión de sentido común.

No quiero vivir exigiéndome en base a lo hipotético. Y seguramente muchos de ustedes se sentirán identificados, porque el hecho de vivir conjeturando cosas se vuelve una compulsión difícil de manejar. Puede ser un ejercicio de ordenamiento mental, del mismo modo que puede hacernos sufrir. No está de más recordar que el dolor suele tornarse inevitable, pero el sufrimiento no. Sobre todo cuando uno imagina los peores presagios. Después de todo, quienes nos gobiernan no son tan culpables de nuestras miserias. Son los representantes que la mayoría votó en elecciones libres. Hay algo en nosotros que hace que tropecemos dos veces con la misma piedra, con una torpeza admirable.

Muchas veces, se vuelve desgastante "pensar en el futuro": en el futuro nuestro, del país, de nuestros hijos (si es que los tienen), o de la cotización de dólar. Esto último es importante no porque estamos interesados en comprarlos, sino porque para los industriales toda excusa que permita aumentar los precios es bienvenida. Lo único que tenemos para aferrarnos es el momento presente, lo que estamos viviendo, y por lo tanto aventurarse a lo que vendrá no aporta demasiado. Es casi imposible, porque por citar un caso, ahora, mi presente es concentrarme en esta nota que estoy escribiendo y en no decir ninguna gansada. Lo que sí podemos hacer es tomar conciencia de que, más allá del gasto público del que nadie conoce su obsceno rostro de su magnitud, ya es casi una proeza administrar nuestra doméstica para llegar lo mejor posible a fin de mes. Eso de algún modo también es pensar en el futuro, pero desde un lugar diferente: no ya desde lo que pueda o no suceder, sino previendo que la guita no nos va a alcanzar si nos gastamos casi todo lo que ganamos en los primeros 15 días.

A nivel macro, cuanto menos expectativas tengamos sobre "lo que vendrá", mejor nos vamos a sentir si -llegado el momento- si alienan los planetas y las cosas nos salen bien. Contrariamente a lo que la gente cree, tener aspiraciones modestas no es de mediocres, es de personas equilibradas que realmente piensan en sus posibilidades concretas y no construyen "castillos en el aire".

Reitero: No quiero vivir exigiéndome en base a lo hipotético, o a lo que “podría ser”. No me caben dudas de que -seguramente- buena parte de ustedes se sentirán identificados, porque el hecho de pasar demasiado el cuaderno del tiempo conjeturando cosas se convierte en un impulso difícil de autoreprimir. Puede ser un ejercicio de ordenamiento mental, y a su vez puede hacernos sufrir. No está de más recordar que el dolor suele tornarse inevitable, pero el sufrimiento no.

Estaba pensando en los recuerdos que cada uno de nosotros tenemos, difusos o quizá ya más instalados en la memoria, del año 2002. Cuando Eduardo Duhalde, siendo candidato a Presidente en 1999, propuso "cambiar el modelo", la clase media argentina se horrorizó. Y es natural, porque estábamos endeudados hasta las b... en dólares, pagando cuotas para un auto, una heladera o un televisor. O bien pagando un crédito. Fue entonces que, garantizando que se mantendría el "1 a 1", ganó De la Rúa dichos comicios. El resto es historia conocida. Y por esas parábolas de la historia, Duhalde logró su cometido de ser Presidente, no por el voto popular, sino por la Asamblea Legislativa, ya que habían pasado cuatro tipos por la Casa Rosada antes que él, los cuales ni siquiera alcanzaron a pisar la alfombra porque huyeron como ratas. Nadie quería agarrar ese "fierro caliente". El Primer Mundo, al que con tanto orgullo decíamos pertenecer, nos expulsó del Edén casi de inmediato.

 En 2002, sólo quienes tenían dólares en el colchón se vieron beneficiados. Si hablamos de indicadores económicos, fue el peor año en todos los sentidos: cayó la construcción, el empleo, el poder adquisitivo se redujo dramáticamente. Paulatinamente, estamos volviendo a eso. Pero hace ya 20 años, la gente que cagaba de hambre mucho más que ahora. Hubo que recurrir a "segundas marcas" en las góndolas de los supermercados: algo había que comer, sea arroz, polenta o lo que fuere. Si era "marca pirulo", no importaba: también se empezó a vender después de muchos años leche cruda o sin pasteurizar, que uno compraba a algún conocido, la hervía, le sacaba toda la grasa que podía, y se la tomaba. No había otra salida más que comer lo que se pudiera. Muchos jubilados murieron en la vana espera de que les reconocieran sus depósitos bancarios, cuando por su avanzada edad, ellos deberían haber tenido la prioridad. La gente golpeaba con palos y piedras las sucursales de los bancos, prolijamente tapiadas con chapas, caso contrario hubieran sido incendiadas o saqueadas.

 En medio de todo este quilombo, hubo un Mundial de Fútbol para el olvido: se disputó en junio y por primera vez la sede fue compartida entre dos países, Corea y Japón. Los partidos, por la diferencia horaria, había que verlos a la madrugada. La Selección dio vergüenza, sólo le alcanzó la "nafta" para jugar los tres partidos de su grupo y cayó en la primera ronda. El equipo argentino era favorito, pero flaco favor le hicieron los elogios de la prensa cuando hubo que jugar la Copa del Mundo. De esta manera, esos 11 zombis que dieron lástima deambulando por la cancha, no hicieron más que exacerbar la frustración, en un país donde el fútbol es el deporte más convocante.

 Volvamos a la actualidad: Entre lamentos, nostalgias y confusión, ha transcurrido buena parte del verano 2022. Hubo otro famoso "veranito" (siempre los argentinos somos tan ingeniosos para los eufemismos), cuando Roberto Lavagna asumió como Ministro de Economía de Néstor antes de haber ocupado el mismo cargo con Duhalde, siguiendo un consejo de Alfonsín, y cuyos efectos favorables comenzaron a notarse, poco a poco, al final de 2003 y principios del año siguiente. Por supuesto, los políticos, famosos, y empresarios, ni se enteraron de que 2002 fue el peor año de nuestra historia, y siguieron con sus vidas como si nada hubiese sucedido. Para ellos, el huracán fue apenas una leve brisa. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

5 de febrero de 2022

¿Qué fue de los lobenses 10 años después?

 Me acuerdo de que, en una fecha aproximada a la de hoy, hace 10 años, ocurrió en Lobos el más feroz temporal del que tenga memoria. Algunos medios de aquel momento sostenían que se trataba de una "cola de tornado", pero en las crónicas que yo hice al respecto preferí titular simplemente, que había ocurrido un "temporal". De más está decir, elegí denominarlo así, sin ánimo de restarle gravedad a lo que estaba pasando. Por eso, esta suerte de efeméride la voy escribiendo sin apelar al archivo, porque sería una tentación en la cual intento no incurrir, y lo que da origen a este relato es tratar de comprender cómo lo viví. Ahora que lo pienso bien, creo que fue el año en que más fumé (comprar un atado te salía 4 pesos).

Creo que fue el 8 de febrero de 2012. Con mi familia, habíamos salido de una visita que hicimos al Asilo donde entonces se encontraba mi abuela. Aunque estaba atardeciendo, el cielo se puso negro en cuestión de minutos. El aire era pesadísimo, y todo presagiaba una fuerte tormenta. Nada nos hacía imaginar, o suponer, lo que sucedió. Creo que fue la colisión entre dos masas de aire de diferente temperatura la que produjo un estallido y un estruendo tal, cuando nos disponíamos a subir al auto. Pensé ingenuamente que se trataba de un explosivo y solté un grito al verme sobresaltado. Casi de inmediato comenzó a llover, y tratamos llegar lo más pronto posible a casa. El silbido de esas ráfagas de viento, realmente daba miedo. Por no mencionar relámpagos, truenos, rayos, y todo lo que se les ocurra imaginar. Estas condiciones climáticas continuaron durante toda la noche, y al día siguiente nos dio la impresión de que habían amainado un poco, pero lo peor estaba por venir. Lobos era tierra arrasada. Hubo muchísimas voladuras de techos en los B° Celeste y Blanco. En la zona urbana, los árboles parecían escarbadientes, por la facilidad con la cual se desplomaban, y habían arrancados de cuajo, quedado tirados en la calle (por suerte, ningún peatón o automovilista resultó aplastado en ese momento). Cables tirados por todos lados y un escenario desolador (obviamente, se cortó la luz, pero no recuerdo durante cúanto tiempo). 

Hace 10 años, si bien entiendo "en los papeles" existía, Defensa Civil tenía escasa operatividad y protagonismo ante este tipo de siniestros. El Gobierno municipal se desentendía del organismo y básicamente sólo se acordaba de su existencia cuando acontecían emergencias meteorológicas. En fin, el Gobierno de turno estableció un plan de asistencia y ayuda social a las víctimas; el Intendente estaba de licencia y por lo tanto un familiar suyo, que era concejal, había asumido interinamente la titularidad del Ejecutivo porque es lo que corresponde según lo que establece en la Carta Orgánica. Cuando el Intendente se toma vacaciones, lo reemplaza quien fue candidato a primer concejal de la lista de su partido.

Sepan disculpar la digresión. Les estaba diciendo que todo lo que vino después sí lo tengo presente, porque convocaron a una conferencia de prensa, en la cual desmintieron que una persona haya resultado electrocutada (un rumor que no sé de dónde salió, pero probablemente el medio que lo publicó ni se molestó en chequear). Más allá de todo eso, 2012 no fue, ni por asomo, mi mejor año: hubo una sucesión de hechos que me pusieron mal, algunos que fueron responsabilidad mía o otros que me afectaron pese a que no tenía nada que ver con ellos. Pero eso es otra historia.

Retomo el relato: Por supuesto que, con el transcurso de los días la situación se fue normalizando, pero llevó bastante tiempo volver a foja cero y reparar, en los casos que se podía hacerlo, los daños de aquel temporal. Se me confunden un poco dos episodios parecidos: uno, el tornado de 2012. Y otro, más reciente, la inundación de agosto de 2015, que comenzó el mismo día en que se disputaban las elecciones PASO. Pero hay un común denominador: mientras muchos festejaban o hacían la plancha, la ciudad había sido víctima de un fenómeno devastador.  Lo único "bueno" es que el reloj de la Iglesia, cuyas campanadas repicaban cada hora, fue atacado por un rayo y dejó de funcionar para siempre. Vivo relativamente cerca del Centro, y cuando no podés dormir y das vueltas en la cama, escuchar esas campanadas de mierda te pone del peor humor posible. Ojalá a nadie se le ocurra la idea de volver a repararlas. Actualmente, las únicas veces que las campanas suenan son cuando hay un responso en el Templo Parroquial, pero -desde luego- no cada hora.  

Hace 10 años, aunque no es un lapso considerable, todavía no se había consolidado buena parte de la tecnología con la que contamos ahora. Transmitir en vivo, o en "tiempo real" por las redes, era bastante difícil, por las limitaciones que una cámara estándar de cualquier celular de esa época tenía Por ese motivo, las cámaras digitales "pocket", por así llamarlas, aún no eran casi obsoletas como en la actualidad. Por lo general, hay determinados hechos "bisagra" en la vida de una persona que suelen calar tan hondo, que podemos recordar con precisión qué estábamos haciendo en ese momento. Y no hablo ya del atentado a la Torres Gemelas o cosas por el estilo, sino que hago foco en un plano más doméstico. 

Por otra parte, hablando de lo doméstico, de lo cotidiano o de lo mundano, nuestros padres (los míos o los tuyos, si tenés la suerte de que aún permanezcan con vida), no solamente se han privado de muchas cosas para evitar vernos sufrir, si han sido gente de bien. Han pasado apremios económicos para que podamos estudiar, no nos exponían a situaciones shockeantes o que herían nuestra sensibilidad, nunca nos faltó un plato de comida ni aún en la peor de las crisis que te quieras imaginar (que han sido muchas). Sobre esto último, tratá de darte cuenta de lo que hacen o hicieron por vos mientras todavía los tenés contigo, porque después, ir a llorar a sesiones de terapia diciendo una y otra vez "pobre Papá", o "pobre Mamá", probablemente te llene de culpa al comprobar lo desagradecido que fuiste ante aquellas pequeñas cosas, pequeños gestos, que te hicieron la persona que sos hoy. 

Por supuesto que hay progenitores que toda la vida te boicotearon ante cada proyecto o te hicieron sentir como una mierda. Gracias a Dios o a la Providencia, sin ponerme demasiado místico porque no me nace hacerlo, ese no ha sido mi caso, ni el de la mayoría de mis amigos de la infancia con quienes me sigo relacionando esporádicamente. Bueno, no sé por qué motivo en un momento dado, cuando esta por cerra nota he "pegado el volantazo" y cambié de tema. Procuraré enmendarlo, afirmando que todo tiene que ver con todo, como alguien dijo alguna vez. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

1 de febrero de 2022

La "rosca política" en Lobos no se toma vacaciones

Tengo la "virtud", si quieren llamarlo así (no encuentro una palabra más precisa), de poder dialogar con macristas, peronistas, y vecinalistas por igual. Nunca entro en la confrontación, ni pretendo que esos vecinos cambien su forma de pensar. De vez en cuando puedo acotar algo, pero no mucho más. Ellos tendrán sus razones para adherir a una determinada ideología, aunque yo no la comparta en absoluto. Lo que me interesa es zambullirme en la "rosca política", porque es ahí donde está la verdad de la milanesa. 

El PJ local se encamina rumbo a las elecciones de autoridades partidarias, que pueden ser decisivas para ver si siguen en pie viejos liderazgos o si aparece alguna cara nueva. Ambas alternativas son posibles, aunque yo me juego que el oficialismo partidario actual continuará manejando el timón de un barco que hace agua por todos lados. Y como en todo proceso de este tipo, aparecen los famosos "heridos", que son los que eventualmente sean derrotados y harán todo lo que puedan para boicotear a la conducción que finalmente sea electa. Esto es muy común, inclusive dentro del radicalismo. Este año no tenemos comicios generales o de medio término, pero si los hubiera, los perdedores prefieren votar a una estampita de San Cayetano antes de hacerlo por el partido al cual (dicen) pertenecer. El ejemplo más reciente fueron las fallidas internas de Cambiemos en 2019. Sobrero ganó las PASO, porque los que simpatizaban con la lista proscripta prefirieron darle el voto antes de otorgárselo a Etcheverry, a quien señalaron como uno de los "responsables" de esa maniobra. Pero, ¿Qué pasó después? Limaron asperezas, optaron por tragarse el sapo, y fue así como el actual Intendente resultó reelecto con comodidad (más de 6.000 votos de diferencia).

La hegemonía de Cambiemos en el escenario doméstico es notable. No han perdido ninguna elección desde 2015, y a menos que cometan errores groseros, todo parece indicar que seguirá siendo así. A decir verdad, hubo varios errores "no forzados", como suele decirse en el tenis, pero mucha gente se olvida pronto de ellos, o se autoengaña creyendo que no fueron tan graves como en realidad sucedió.

 Lobos, se sabe, es netamente conservador. De hecho, previo a la existencia de Cambiemos, la UVC siempre salía segunda en las elecciones, y la UCR se posicionaba en un tercer lugar, bastante lejos de su inmediato antecesor. Fueron 12 años en los cuales el Frente para la Victoria obtuvo triunfos muy holgados. Ya para el tercer y (hasta ahora) último mandato de "Tacho", las cosas empezaron a desgastarse. La sociedad se hartó de una serie de actitudes que eran una mezcla de soberbia y abuso de poder, quizás no directamente de parte del mandatario, sino de sus subordinados. Pues bien, lo que pasó en 2015 ya es por todos conocido. Un vecino a quien no conocía nadie le terminó arrebatando la Intendencia a un militante histórico como Sobrero, y esto último es algo que nunca voy a poner en discusión. Pero también, en esa vorágine, hubo "heridos": los que apostaban por el Gallego Ferrari, hasta que apareció una lista casi fantasma que forzó una interna y terminó con la victoria de este señor oriundo de Elvira que, hasta el día de hoy, sigue manejando los destinos del pueblo. 

¿Está bien, está mal, la gente se equivocó, eligieron el "mal menor"? Son muchos interrogantes para una sola nota, y tampoco me corresponde a mí emitir un juicio de valor. Básicamente, porque eso implicaría cuestionar lo que la mayoría votó. No una, sino dos veces (2015 y 2019). Y, como derogaron la ley que limitaba las elecciones indefinidas, Etcheverry tiene ahora vía libre para presentarse a un tercer mandato. No me parece una persona carismática, pero ya hay determinadas cuestiones que perdieron peso a la hora de obtener un rédito político. Una de las claves del triunfo de Cambiemos el año pasado, fue armar una lista representativa. Lucho Ré (un vecino por el cual tengo un gran aprecio), encabezó la lista de candidatos a concejales. Es muy joven, más joven que yo, lo cual no es decir mucho. Después tenemos a "Tuti" Dinomo, que se puso la campaña al hombro, y a un "tapado" (o no tanto) como Sergio Estrada, presidente del Club Madreselva. Vale decir, que J X C en Lobos logró avanzar, paulatinamente, hacia sectores populares que antes eran un bastión histórico del peronismo, como el B° Madreselva, Empalme... y, por supuesto, en la zona rural nunca van a tener sorpresas desagradables porque el propio Etcheverry proviene de allí. 

Los peronistas, al principio, argumentaban: "Se juntaron todos", como una forma de encontrar explicación a los malos resultados. Pero ahora, se dieron cuenta de que son ellos quienes deben volver a juntarse. He visto últimamente, dirigentes que no se podían ni ver y que ahora se sientan a conversar en una mesa de café como si nada hubiera ocurrido. La razón es simple: "Vamos a juntarnos todos nosotros ahora, dejemos las diferencias de lado, a vamos a ver cómo nos va", habrán pensado. Esa jugada es bastante audaz, pero puede resultar efectiva. El problema es que, toda esa gente, todos esos peronistas desencantados que ahora intentan recomponer la relación, van a reclamar un lugar en caso de que se dé vuelta la historia y el PJ en determinado momento vuelva a ganar, quizás en 2023. Y es imposible dejar conformes a todos. Por lo tanto, puede funcionar a corto plazo, pero en política nada es gratis, aunque sea conocida como el arte de lo posible. Al vecino de a pie le interesa tener la calle limpia, que los servicios básicos se presten con normalidad, que de vez en cuando asfalten dos o tres cuadras...y está bien, no tengo ninguna objeción para hacer al respecto. Simplemente, yo tengo una mirada más amplia. 

La nave insignia de todo gobierno es la obra pública, porque es lo que más se ve. Si no le ponés fichas a eso, te puede jugar en contra. Todos sabemos que, en los meses de campaña, hay un festival de inauguraciones y anuncios de todo tipo. Así ha sido antes, y continúa siéndolo ahora. Lo que hay que analizar, y no es tan difícil, es si esas obras son perdurables y resisten el paso del tiempo. Por eso fue un acierto de Etcheverry haber pavimentado la Av. Costanera de la Laguna (aunque le faltan unos 100 metros para que quede completa). Es muy difícil que ese asfalto se rompa, si lo comparamos con los experimentos del gobierno anterior, que terminaron con pozos y baches por doquier al punto tal que hubo calles que debieron hacerse casi a nuevo, como la Echave. 

Estamos en verano, falta mucho aún para las próximas elecciones, pero ya empiezan a sonar algunos "nombres". Como suelo decir, sólo resta sentarse a esperar. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 


Relanzamiento

  Martes por la tarde en la ciudad. Este fin de semana pasado me mantuve ocupado redactando notas, y brindando contenido multimedia para las...