Que si se disculpa, que si no… Que uno saca al embajador, el otro lo deja… Todas estas idas y vueltas entre Milei y el presidente de España ya parecen más una cortina de humo. Su importancia es relativa. Los dos están sobreactuando la situación. Ya no da para más esto, ¿Por qué no hablamos un poco en serio? ¿Hasta cuándo vamos a darle rosca a una novela interminable?
Es increíble cómo todavía siguen haciendo las idioteces que dijo el Peluca en España, considerando todas las que ha proferido antes y después. Están quienes se lo toman con humor, y aquellos que se escandalizan ante un tipo que no tiene el menor aspecto de ser el mandatario de un país. Es el presidente más exótico que hemos tenido, yo diría que incluso lo supera a Menem, a quien dice admirar. El Turco era extravagante y cholulo, en cambio este otro puede llegar a ser más peligroso. No sé, lo mejor no sea adecuado efectuar una comparación a ese nivel. Pero reitero esto: Si Milei se define como admirador de la gestión del riojano, se vuelve necesario poner en relieve ese contraste.
La retórica confrontativa ya cansa y
ni siquiera sirve para la tribuna. No tienen la menor idea de lo que es la
política exterior, o no les interesa tener funcionarios idóneos. La Canciller
Mondino es un desastre, ya tenemos quilombos con China, con Colombia, con
Venezuela… El caso de China es particularmente sensible porque tienen plata
para invertir, los otros dos podrían pasarse por alto.
Los libertarios no son necesariamente
liberales. Son conservadores de derecha, eso sí, hasta con las recetas
económicas. Lo que no podemos decir es que el Loco no avisó: Antes del
balotaje, y en medio de algunos tropiezos que fueron preludio de lo que estamos
viendo, entendimos que se venían días de políticas de shock. Lo que sigue una
mentira, es que el ajuste lo iba a pagar la política.
La "casta" es otro verso, en
la medida que los cortesanos del mandatario son parte de ella. Ellos no pueden
darse el lujo de anunciar despidos masivos, y no tienen que cumplir con dos o
tres changas para llegar a fin de mes: Saben bien cómo hacer circular la guita,
no les vas a vender ningún buzón. Y el shock, ¿Cuándo termina? Se supone que es
un estadio transitorio hacia un mejoramiento que estamos lejos de ver.
La inflación baja porque no hay ni un mango en la calle, sólo por eso, y mientras tanto la Ley Bases sigue en un “tira y afloje” infinito. La reforma fiscal es la más cuestionable. Quieren eliminar el monotributo social, una herramienta fundamental de las políticas fiscales para evitar que millones de personas caigan en la informalidad.
Mirá, la cosa es así: Los monotributistas sociales
son trabajadores autónomos que pagan menos que el régimen general y están
exentos de ingresos brutos. Si vos a esa gente la pasás de prepo a una
categoría A o B, los hacés mierda. No hay forma de absorber esa pérdida de
rentabilidad de un mes para otro. La facturación cambia por completo. El margen
de ganancias también. Le estás complicando la vida a un montón de laburantes en
lugar de buscar un paliativo para que no se les disparen los números. Si ya los
costos fijos para cualquier emprendimiento son altos, imaginate si borrás del
mapa el monotributo social. Hasta ahora, a nadie parece importarle, se ve que
no hay tenido en cuenta la letra chica de la Ley, o se hacen los boludos. La
idea es que la carga impositiva disminuya, no al revés. Y que tributen más –obviamente-
aquellos que más ganan. Veremos cómo sigue esta historia.
¿Hay motivos para
preocuparse? Yo creo que sí. Y pienso, además, que el Gobierno deberá modificar
varios artículos si quiere la aprobación decisiva de los Senadores. Nos estamos
viendo pronto. Punto final.
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