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24 de octubre de 2010
Cada cosa en su lugar
Hoy presencié por primera vez un partido de polo, en Santa María de Lobos, y debo decir que fue una experiencia curiosa. En primer lugar, era la final de un torneo de mujeres, lo cual al menos le aportó su cuota de glamour al evento por la belleza y ese aire pseudo aristocrático de las jugadoras. Ahora bien, reconozco que mis conocimientos de polo son nulos, de manera que pregunté la dudas más elementales que constituyen la esencia del juego y me explicaron con sencillez y claridad.
La tarde del domingo estaba perfecta para quedarse en casa tirado en la cama o viendo una película, pero se dio la circunstancia de concurrir a este partido y allí fui. Siempre tuve prejuicios respecto a ciertos deportes, como el polo y el golf, que están reservados a una minoría selecta y no gozan del fervor de las masas. Seguramente quienes los practican lo hacen con convicción, porque les gusta, y no por el hecho de demostrarle a la sociedad que pertenecen a un grupo de personas de clase alta que tiene sus propios modos de distensión.
En general, ver o practicar todo tipo de deportes me aburre, aunque todos hacemos una excepción con el fútbol. Ocasionalmente me entusiasmo con algún partido televisado, sobre todo aquellos donde los jugadores justifican sus altos sueldos y dejar todo en la cancha. Los famosos partidos "de ida y vuelta", con situaciones de gol que se suceden en ambos arcos. Una sola vez fui a ver un partido entre equipos de primera división: fue un Boca-Independiente, en Mar del Plata, en un torneo de verano. Como los torneos de verano no valen demasiado salvo para los turistas que están al pedo, no hubo incidentes, creo que ganó Boca 2 a 1, y desde donde yo estaba ubicado se veía bastante bien. Fue en el verano de 1998, si no me traiciona la memoria.
Cuando uno va a un partido de polo se hace la idea de que va a haber gente de guita, y efectivamente es así. Pero si te comportás con corrección y no hacés ningún comentario fuera de lugar no hay motivos para sentirse discriminado. Desde luego, un cartonero de Villa Lugano no sería muy bien recibido en el Campo Argentino de Polo, pero yo estoy hablando de un partido modesto, que no era entre dos equipos de elite, y que fue muy "sponsoreado". Es pobable que si jugara La Dolfina o todos esos equipos que concitan la atención de los ricos y famosos el contraste entre uno que no es considerado "gente bien" sería más notable.
Esto es todo por hoy, amigos. Me voy a dormir y espero que ustedes procedan de la misma forma para afrontar el lunes de la mejor manera. Nos vemos!
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