Es un placer estar nuevamente sentado frente a la pantalla, despuntando el vicio de escribir. Quizás por eso, me resisto a creer que los blogs "han muerto", o que la gente ya no los lee. Un blog es, principalmente, una página de Internet en la cual escriben personas con distintos intereses, sin tener que sentirse tan atados a lo que sería un perfil periodístico. Yo soy periodista, pero cuando entro al blog, me pongo en la piel que un ciudadano común, que vive en Lobos, y que tiene su propia visión de la realidad.
A medida que pasa el tiempo y vamos creciendo, aprendemos a desarrollar un pensamiento independiente. Aunque algunos continúan esclavos de lo que "papá y mamá" les dijeron que era bueno y saludable. Debemos honrar y querer a nuestros padres, pero no tomar lo que ellos dicen como si fuera la verdad absoluta. El ejemplo más elemental es el hecho de votar: si no tenemos pensamiento propio, terminaremos desperdiciando la única oportunidad que tenemos para expresarnos cada dos años. No podemos vivir como nos dicen los demás. Precisamente, creo que ese aprendizaje, de saber elegir y de decir "esto me gusta y esto no", es lo que nos hace libres. Siempre es bueno consultar o pedir una segunda opinión si tenés dudas sobre algo, pero nunca dejar que te influencie de tal manera que te impida formarte un juicio crítico. Hay gente a la que parece que le gustara vivir sometida, aprisionada en una coraza. Todos tenemos nuestra "coraza", cada cual a su modo. Es así como ponemos límite a las agresiones de terceros para que no nos afecten.
No estoy de acuerdo con aquellos que sostienen que "el tren pasa una sola vez". Las oportunidades de progreso en la vida se van dando de un modo azaroso, casi sin esperarlo, por lo tanto es lógico que muchas veces no reparemos en ellas. Y además, siempre que tenemos la idea errada de haber desaprovechado una oportunidad, hay que pensar qué hubiera pasado si esa tan ansiada puerta del progreso y la prosperidad se hubiera abierto. Nuestro problema es que idealizamos situaciones todo el tiempo, y tenemos expectativas demasiado altas sobre hechos que, una vez consumados, no merecen la más mínima atención. Punto final.
Blog de Lobos, ARG, desde hace 18 años en la Web.
8 de marzo de 2016
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