31 de enero de 2017

Último martes rabioso de enero

Hasta los analistas y "opinólogos" más optimistas, coinciden en que la merma en el consumo y en la actividad comercial no tiene miras de revertirse. La gente (usted, yo, la clase media) no gasta más allá de lo necesario, porque los salarios no se han incrementado en el mismo porcentaje que la inflación. Y si Ud. tiene un gremio que lo representa, sabrá que los "gordos" de la CGT terminan arreglando en paritarias supuestas "conquistas sociales" cuando son ellos quienes se llenan los bolsillos. Escucho a algunos macristas decir: "Es verdad que hay pobreza e indigencia, lo que pasa es que antes se la ocultaba por las estadísticas truchas del INDEC". Eso es cierto, y celebro que tengamos un organismo que nos aporte certezas en los índices económicos. Pero no podemos quedarnos sólo en decir: "nosotros reconocemos la pobreza, otros no lo hacían". Hay que combatir la marginalidad, se necesitan resortes del Estado que apunten a la movilidad social, que una persona tenga esperanzas y que no se resigne a ser pobre toda su vida o a tener que mendigar un subsidio. Podrán decirme que esto viene de mucho antes, y estoy dispuesto a aceptarlo, pero el pueblo eligió un cambio de signo político porque precisamente pregonaban el cambio. Sin ir más lejos, mañana empieza febrero y rige un nuevo aumento de las tarifas de luz. Los tipos (Aranguren y los suyos) te tiran las cifras, sin anestesia: cero sensibilidad. Tener un aire acondicionado (y poder usarlo) no debería ser un lujo o un privilegio, y si no hubo inversión como argumentan, no es culpa nuestra, que se arremanguen ahora y empiecen a invertir los que pertenecen a esta gestión, que seguramente la gente se los va a agradecer. Hace años ya, por no decir décadas, que vengo escuchando el latiguillo de la "crisis energética". Hagan algo, si quieren "sincerarse", procedan del mismo modo con la obra pública, obliguen a las empresas privatizadas a invertir, que para eso se llevan un montón de guita de cada boleta de luz. Yo no tengo compromisos políticos con nadie, simplemente camino la calle como cualquiera y veo que este escenario no parece muy alentador.

Mientras se deteriora nuestra calidad de vida, en todos los sentidos, en la Casa Rosada se ponen a hablar de los inmigrantes ilegales, en el control de las fronteras, en agilizar el proceso de deportación. Si los que somos argentinos nativos no logramos ponernos de acuerdo entre nosotros, menos vamos a poder hacerlo con terceros países. No es el momento, es para distraer a la tribuna. Podrían haberlo hecho antes, durante todo 2016, y no lo hicieron. Lanzaron esta cortina de humo ahora, porque estamos en un año electoral. Cuando mejore el poder adquisitivo de la gente, van a ver cómo la percepción que tiene la opinión pública del Gobierno comienza a cambiar. Punto final.

28 de enero de 2017

Que levanten las barreras y nos dejen exportar

Es increíble cómo pasa el tiempo: ya estamos a fines de enero, un mes que suele ser bastante intrascendente, con mucha gente que se queja durante todo el año pero que no se priva de tomarse vacaciones. Por supuesto, están en todo su derecho de hacerlo, pero te produce un poco de bronca cómo se rasgan las vestiduras y después los ves subiendo las fotitos a Facebook, muchas veces antes de regresar, con lo cual un chorro cualquiera puede aprovechar la falta de habitantes en la vivienda y robar todo. Ya ha pasado innumerables veces, pero hay gente que no resiste el ego y cierta dosis de vanidad, el hecho de mostrarle a los demás "mirá dónde estoy", para así recibir comentarios en la red social. Quienes tienen la posibilidad, dejan a una persona de confianza a cargo de la casa, precisamente para evitar esto, que los delincuentes adviertan la falta de movimiento en la finca e intenten robar. Tomarse un descanso es necesario para todos, y cada uno lo hace como puede. Algunos permanecen unos días alejados de su trabajo y de la rutina, y quienes tienen unos mangos se van a nuestras conocidas playas o al Exterior. Todo va en el presupuesto y en las ganas de cada uno. Con un dólar que cotiza a $ 16, tenés que desembolsar un buen fajo de pesos argentinos para conseguir los ansiados billetes verdes y pensar en viajar fuera del país. Brasil es una buena opción, porque no está tan dolarizado el turismo, pero todos los años las noticias nos hablan de varios turistas argentinos muertos, ya sea por falta de precaución o porque eligieron playas muy alejadas, donde son víctima fácil del delito. El vecino país es tan subdesarrollado como nosotros, sólo que tiene mayor extensión y está más industrializado.

 Si nos detenemos a mirar un producto de perfumería, por ejemplo, veremos que muchos de ellos son importados de Brasil, desde un dentífrico hasta un shampoo. Por eso no veo mal que el Gobierno pretenda integrarse a la Alianza del Pacífico, que es un bloque comercial como el Mercosur, pero con otras necesidades y demanda de productor. Pero claro está que se debe seguir priorizando el Mercosur, y que no haya conflicto de intereses. Debemos exportar más a países como Chile y Perú, en particular todo aquello relacionado con la producción agropecuaria. Nos jactamos de que la carne argentina es la mejor del mundo, pero nuestro país hace tiempo que dejó de ser el primer exportador mundial, en parte por la pésima política que tuvo el kirchnerismo con el sector. Errónea por cierto, ya que pensar o suponer que todo aquel que tiene vacas es un oligarca resulta simplista y equivocado por donde se lo mire. Será cuestión, pues, ya que el mercado interno está tan resentido, de brindar incentivos a la exportación. Y para ello, hace falta establecer acuerdos entre los países para bajar los aranceles. Punto final.

24 de enero de 2017

De regreso...

Todavía siguen las repercusiones por la asunción de Donald Trump como Presidente de los yanquis. Qué hipocresía: en lugar de mirarnos un poco el ombligo, nos rasgamos las vestiduras por un tipo que ni siquiera votamos y que no es asunto nuestro. Los referentes de la pseudo izquierda también se muestran horrorizados, cuando nunca tuvieron la capacidad de seducir al electorado y ser Gobierno. En efecto, no ha habido un sólo presidente de izquierda en Argentina, hubo algunos que tuvieron un perfil más social pero sin llegar a embanderarse con el Che o con Fidel. Sería tarea ardua indagar en manifiestos y posturas ideológicas, lo cierto es que hay gente que dice pertenecer a determinado partido y no conoce los postulados básicos, la carta orgánica de ese espacio político. Si todos quienes se dicen peronistas siguieran los fundamentos de Perón...si todos los que se autoproclaman radicales siguieran el ejemplo de Yrigoyen, Alem o Alfonsín...pero no, poco importan los principios, mientras te pongan en una lista sábana de candidato y tengas la chance de acceder a un "puestito", todo bien...dale que va. 

Este año, será clave políticamente para Cambiemos. La ciudadanía ya está harta de excusas, de promesas. No quiere más anuncios, quiere ver hechos. Por eso, en la medida que no se concrete la tan ansiada recuperación económica y el control de la inflación, esto va por mal camino. Del mismo modo que se están perdiendo miles de puestos de trabajo del sector privado porque las empresas están en crisis. Hace falta lanzar un plan de reactivación y de incentivo al empleo, porque de lo contrario no habrá soluciones mágicas, y el malestar social se agudizará. Si no hay un golpe de timón, el oficialismo se encamina a una derrota en las elecciones. Si sucede esto, no ocurrirá el Apocalipsis, pero será un llamado de atención para las autoridades, que ya no dispondrán de todo el apoyo popular y estarán en clara desventaja en el Congreso.
Aunque como bien me dijo alguien, a veces no nos quede otra que elegir entre el espanto (Macri) y el terror (Scioli). Punto final.

19 de enero de 2017

Un descanso en medio de un verano frenético

Jueves por la noche en la ciudad. Retomo el contacto por este medio recién ahora, porque anduve "a full": este verano, al igual que el anterior, ha habido una actividad inusitada, en lo que respecta al a cobertura periodística. Y no podés permanecer ajeno a ello, si realmente considerás que lo que está pasando es de interés público. Asimismo, como muchos de ustedes saben, me insumió muchísimo tiempo lanzar el nuevo diario digital: www.lobos24.com.ar. Fue una experiencia gratificante haberlo logrado, pero desgastante, al menos hasta haber ajustado todas las clavijas. Ahora, está todo por delante: la posibilidad de expandir el mercado publicitario, de sumar lectores, de ofrecer un diseño moderno. Por todo lo expuesto, recién hoy pude tomarme un momento de distensión, ir a la pileta, nadar un poco. Es sorprendente lo bien que te sentís con el sólo hecho de darte el primer chapuzón, de relajarte, olvidarte del celular, de los mails, de los mensajes, de todo. A veces pienso que la única forma de desenchufarse, es irse a un lugar en el medio de la nada, donde no haya Internet, donde la gente tenga otra idiosincrasia. Por supuesto que, de estar todo el tiempo pendiente de la tecnología a volver a "foja cero", la transición no es fácil. Quién te dice, a lo mejor estás tan acostumbrado al ritmo frenético que vas a un lugar, no te lo bancás y te querés volver. 

La vida pueblerina trasunta por estos días con un mayor movimiento de lo que he observado otros veranos, no sé a qué atribuirlo, pero recuerdo que en determinadas horas no había un alma en la calle y ahora, si salís a las 4 de la tarde por ejemplo, siempre con alguien te encontrás. Es que también, entre estar encerrado en cuatro paredes y salir para cagarte de calor, a veces es mejor la segunda opción. Yo generalmente no me hago muchos planteos en ese sentido, cuando quiero salir, salgo, y si el calor aprieta siempre vas a encontra una planta con un poco de sombra. Dicho sea de paso, hay muchos barrios de Lobos que necesitan más forestación, y siempre ocurre lo mismo: actuamos tarde, en lugar de plantar árboles en otros meses del año para que crezcan y se desarrollen, cuando llega el verano es un caos porque todos los autos buscan estacionar debajo de la sombra. Sabido es que si dejás el auto al sol, cuando volvés a subirte parece un sauna, y no hay aire acondicionado que valga. 

Estoy en una etapa, como mencioné antes, en la cual se empiezan a plasmar proyectos que venían de larga data, y que por distintos motivos no había podido concretar. Lo más saludable, es tener expectativas razonables: los cambios no se percibirán de un día para el otro. Es todo un proceso en el cual estás involucrado, del mismo modo que cualquiera que se larga con un emprendimiento. Hay que armarse de paciencia, pero no dejarse doblegar en la adversidad. Punto final.

16 de enero de 2017

Aprender a escuchar antes de hablar

Mis padres siempre me aconsejaron aprender a escuchar antes de hablar. Muchos años más tarde, el propietario de un diario me dio la misma sugerencia, aunque en términos un poco más enérgicos. Pero valió la pena. En las conferencias de prensa, tanto acá como en la China, muchos periodistas buscan el lucimiento personal con una pregunta, descolocar al interlocutor, hacerlo pedazos. Y en rigor de verdad, lo que dijo el conferencista (funcionario) de turno, suele tener más sustancia de lo que ocurre con las preguntas de la prensa. Cuando llega ese momento, el periodista está un poco tenso, porque quiere dar justo en el clavo (por no decir una grosería) y se admiten pocas preguntas por cada medio. Pero ojo, el tipo que responde también la puede pasar mal, si es que no está preparado, no tiene buena dicción, o esa capacidad envidiable de nuestros políticos para irse por las ramas. Supongamos que la conferencia en cuestión es para hacer un anuncio de obra pública, o lo que fuere. Pasan los días, dentro de unas semanas nadie se acuerda ya de lo que se prometió hacer y a nadie le importa tampoco, porque se sabe que se maneja así. Cuanto más grandilocuente es el anuncio, menos probable es que se concrete. Y lo que valen son los hechos. Entonces aparece el político de la oposición, diciendo "cómo puede ser que no hayan iniciado la obra XXX", y ahí la rueda sigue girando, porque ese jueguito consiste en chicanear al otro que no cumplió, pero antes de hacérselo saber personalmente, hacerlo por los medios. Conozco varios políticos que les encanta ser el centro de la escena, ser fotografiados, filmados, hacer gestos ampulosos, recalcar el esfuerzo de "la gestión" (llámese gobierno), pero este fenómeno no es nuevo. Se ponen la camiseta para "defender el proyecto", y cuando las papas queman...¡Adiós! ¡A buscar un salvavidas antes de que nos tape el agua! Siempre se acomodan de los modos más insólitos. Realmente es sorprendente. Y a veces uno, ingenuo, les pregunta a solas: "Pero vos no estabas con Fulano militando?". Resulta que a Fulano le cortaron el chorro, o lo mandaron al descenso, entonces, como diría Martín Fierro, hay que buscar otro palenque donde rascarse. 

No se trata aquí de desmerecer la política, que muchos ejercen con dignidad y responsabilidad. Aceptar un cargo, trae consigo una exposición pública que antes no tenías. Ante todo, tomar conciencia de que estás en la función pública, implica darte cuenta de que cualquier decisión que tomes, afectará a mucha gente. Es verdad, también, que no se puede dejar a todos conformes. Si en nuestro Lobos las quejas y reclamos de los vecinos están a la orden del día, mejor  ni imaginar lo que sucede en La Matanza o cualquier distrito grande. Por eso es tan importante tener un Estado ágil, y que no esté anclado a la burocracia, al papelerío, a tener una persona para que ponga un sello, otra para que firme, otra para que autorice, y así hasta el infinito. Se puede brindar asistencia social sin asistencialismo. Se puede tener un Estado como presencia en los barrios sin hacer demagogia. Que algunos pobres de espíritu no quieran hacerlo, en cualquier provincia o municipio, es harina de otro costal. Punto final.

13 de enero de 2017

Los inmigrantes ilegales y un debate pendiente

Viernes por la tarde en la ciudad. Como suele suceder cada vez que el agua nos llega al cuello, la gente empieza a preguntarse "qué nos está pasando como sociedad", o a lamentarse de lo mal que estamos porque no nos alcanza la guita como antes. En realidad, esto no es nuevo, lo cual no significa que no sea preocupante. Recién ahora, la gente se anima a abrir el debate por los extranjeros ilegales sin temor de ser acusada de xenófoba. Fue a raíz de lo que todos pudimos ver, de los famosos "manteros" que vendían mercadería trucha en el barrio de Once. Podemos suponer que para un ciudadano peruano o boliviano es relativamente fácil ingresar a la Argentina por una cuestión de proximidad y escaso control de fronteras. Pero los senegaleses, ¿cómo hacen? Es evidente que alguien está avalando todo esto desde la Dirección de Migraciones, o hace la vista gorda a cambio de unos billetes. Uno supone que la mayoría de los africanos encuentran en nuestra decandencia económica y moral un oasis, por lo tanto mejor ni pensar cómo viven en sus países de origen. Es muy fácil acusar a alguien de xenófobo, de odiar a los extranjeros, cuando detrás de la trama se esconden historias de marginalidad aberrantes. El común denominador, por el cual casi todos los países rechazan a los inmigrantes es: "vienen a sacarnos el trabajo". Lo cierto es que todos los manteros, tanto los nativos como los foráneos, estaban al margen de la ley, por el sólo hecho de ocupar la vía pública para vender productos sin pagar impuestos. Lo más indignante, es que el Gobierno Porteño se comprometió a pagarle a buena parte de ellos más de $ 11.000 por dos meses, si no me traiciona la memoria. Eso es premiar la ilegalidad. Ni siquiera merece llamarse subsidio, es un regalo a quien vive a costillas del otro. 

Está todo tan tergiversado, que ya no sorprende que el Estado se desvíe de su verdadera razón de ser para convertirse a una "caja" donde cada uno que quiere va y mete la mano. Pensemos en una persona que trabajó en blanco, la despidieron sin justa causa, y todavía tiene que mendigar una indemnización o el subsidio por desempleo que otorga la ANSES. Y aún más, pensemos en los que trabajan en negro porque no les queda otra, o los toman a prueba por tres meses, para luego echarlos como perros. ¿Hay equidad, hay un plano de igualdad? Se los dejo a modo de reflexión. Punto final.

11 de enero de 2017

La vergüenza del PAMI

Miércoles por la mañana en la ciudad. Sinceramente, preocupan las restricciones que el Gobierno Nacional pretende imponer a los afiliados de PAMI, sobre todo en lo que respecta a los descuentos en los medicamentos. Estoy de acuerdo con que puede haber abusos o situaciones irregulares, pero si es así debe realizarse una auditoría y analizar caso por caso, para determinar quiénes tienen un patrimonio holgado que les permitiría solventar una prepaga y quiénes no pueden hacerlo. El PAMI, desde que tengo uso de razón, ha sido la "caja" de todos los gobiernos, hasta que llegado un momento la obra social colapsa y permanece cortada por varios meses, y la mayoría de nosotros tenemos a un familiar o una persona de la Tercera Edad que trabajó toda su vida y necesita de medicación adecuada, propia de su edad y de los achaques de la vejez. No se puede deducir que por tener un determinado modelo de automóvil o por el valor del inmueble donde uno vive, ya merece estar fuera de la cobertura. 

Las declaraciones de los ministros y del titular de PAMI, diciendo que una persona que veranea en Punta del Este tiene los recursos suficientes para solventar sus gastos médicos, son obvias, y nadie va a discutir eso. También escuché a altos funcionarios argumentar que muchos afiliados de PAMI anteriormente tenían una prepaga como OSDE  o Swiss Medical (por citar dos nombres al azar), y que luego cuando alcanzaron la edad necesaria decidieron cambiar para acceder a las prestaciones de la obra social de los jubilados. Esto podría considerarse un abuso, y en tal caso es comprensible que se establezcan ciertas pautas o requisitos para evitarlos. El problema es que se informa poco y mal, y en consecuencia es natural que buena parte de nuestros abuelos que integran el padrón de PAMI reaccionen indignados. Señores, tener un auto modelo 2007, a modo de ejemplo, no es un lujo ni un privilegio. Ni debería serlo. Hagan un trabajo responsable y en serio, no salgan a "cortar cabezas", porque después sucede lo de siempre, cuando una medida impopular como ésta provoca el rechazo de la mayoría, salen a retractarse o a decir que en realidad no era tan drástico el recorte como habían anunciado. No se metan con los viejos, por favor, de un modo tan intempestivo e irracional, sin antes realizar una auditoría, porque probablemente muchos funcionarios de segunda línea del mismo gobierno, que cobran más de $ 20.000, estén accediendo a los beneficios de PAMI y ustedes no lo saben. Sencillamente, por esa maldita costumbre de mirar la paja en el ojo ajeno sin medir las consecuencias. Punto final. 

8 de enero de 2017

Cada uno carga con su historia

Cada persona tiene su propia historia. Están aquellos que nacieron en el seno de un hogar con buena posición económica, pero nunca tuvieron el afecto de sus padres, porque ellos estaban demasiado ocupados en hacer guita. Por otro lado, también están quienes crecieron en medio de la miseria y las privaciones, pero con una familia constituida, ayudándose entre todos como pudieran. Ambas situaciones, en el mayor de los casos, condicionan el desarrollo posterior del individuo. Pero cuando ya te acercás cierta edad, y el que tiene que ganarse el mango sos vos, te das cuenta de que lo que te tocó vivir antes fue sólo el comienzo del camino de la vida. Porque papá y mamá no van a estar por siempre, y en algún momento serás vos quien debas tomar decisiones duras, de esas que nunca imaginaste, esas que te enfrentan con el mundo y la sociedad. Sin embargo, cada vez que optás o decidís por algo, te sentís libre. Desde luego, podrás equivocarte o no, y llegado el caso deberás hacerte cargo y pagar las consecuencias. En la vida, 2 + 2 no es 4. Si fuera tan sencillo, la gente no sufriría, no tendría traumas, no haría terapia, y todos seríamos felices. A menudo tenemos que vivir el "día a día", porque si nos ponemos a pensar en el pasado que nos condiciona, viviríamos atados a un recuerdo con sabor amargo. Nunca vamos a poder despegar así. 

Y nuestro país, sigue el mismo derrotero que si se tratara de una persona. Seguimos aferrados al pasado, a las migajas de gloria y prosperidad que supimos conseguir como Nación, mientras todo se cae a pedazos: si hay miseria, que no se note, digamos. Las profundas grietas y enfrentamientos entre nosotros por cuestiones ideológicas no se van a resolver hasta que aprendamos que el otro piensa diferente y que eso no lo convierte en el enemigo Si todavía hay locos que se matan a tiros a la salida de un partido de fútbol, qué se puede esperar. Dejémonos de joder con el "neoliberalismo", "la década del 90", y ese infinito y errático rosario de episodios que ya no están. Y si están, es porque fuimos incapaces como sociedad para torcer la historia, para demostrarles a nuestros hijos que la salida no está en Ezeiza, sino en la voluntad de cada uno de nosotros. Aprendamos a discutir con altura, con fundamentos, dejemos de lado la agresión, la estupidez y el chicaneo constante. Podemos tener como presidente al ciudadano más probo y honesto que exista, pero si "el pueblo", la masa, la ciudadanía, sigue regodeándose con boludeces y mira para otro lado, el porvenir está lejos de ser venturoso. Siempre llegamos tarde, demasiado tarde, a todo. Nos damos cuenta de que nos estamos hundiendo cuando aparecen los botes salvavidas. Punto final.

6 de enero de 2017

Con un buen libro nunca estás solo

A pesar de que muchos no nos tomamos vacaciones por el trabajo que realizamos, el verano nos brinda la oportunidad de relajarnos un poco, en principio porque hay una merma en la actividad. Suceden menos cosas en el pueblo, o al menos, menos hechos de interés público. Es en esos baches que uno se distiende, aprovecha para reflexionar, para hacer una relectura de aquellos libros que habían quedado olvidados en un cajón. En mi casa siempre hay algún libro dando vueltas por ahí, ya sea propio o que tomé prestado de la Biblioteca. Es increíble cómo te podés entusiasmar con la lectura, metiéndote en el mundo o en el universo que propone el autor, sobre todo cuando es de noche, está la casa en silencio y encendés el velador de la mesa de luz para recorrer unas páginas antes de dormir. Me pasó con Mario Benedetti: estoy leyendo "Gracias por el fuego", del notable escritor uruguayo. Benedetti es más conocido por la poesía que por la narrativa, pero otra obra superlativa que también tiene que ver con este género es "La Tregua", que fue llevada al cine, y no te cansás de leerlo. 

También es motivo de mi interés, en estos días de calor, una suerte de ensayo, o mejor dicho entrevistas que fueron publicadas en libro. Se trata de "De Vuelta", una esfuerzo singular de su autor, el médico Diego Bernardini, que precisamente hace referencia a la remanida frase "estar de vuelta". Son historias de personas conocidas en diferentes ámbitos de la cultura, que ya pasaron los 70 u 80 años de edad. Se aborda el tema de la vejez, de la muerte, de los asuntos pendientes, de lo que quedó por hacer en la vida. Es sumamente inspirador, dado que por primera vez veo que dedican un libro a compilar entrevistas de ancianos. Personas mayores, que no por el mero hecho de serlo han perdido la lucidez, el ingenio, una salida ocurrente en medio de las entrevistas, la emoción de vivir hasta el fin. Y es también curioso el modo en que cada uno de ellos se imagina la muerte, el "Más Allá" (si es que existe algo parecido), y qué actitud tienen ante lo inevitable del fin. Solemos pensar que las personas que gozan de consideración pública permanecen ajenas a las vicisitudes de la vida, a la crianza de los hijos, a la pérdida de los padres. No es así: el dolor, es para todos igual, y cada uno lo asimila como puede. Punto final. 

4 de enero de 2017

La cultura de "usar y tirar"

Vivimos en la cultura del descarte. Los electrodomésticos están fabricados y diseñados para durar unos pocos años. El caso más evidente es el de los celulares, pero también podemos mencionar televisores, heladeras, o aparatos de DVD. Lo que ocurre es que, en lapsos cada vez más breves, los fabricantes le agregan una "boludez nueva" a sus productos en ánimo de incentivar al recambio. Como decía Eduardo Galeano en su libro "Uselo y tírelo", es un signo de los tiempos que estamos viviendo. Por ejemplo, un celular en sus inicios servía para llamar y mandar mensajes de texto. Luego comenzaron a sumarse otras prestaciones, la posibilidad de acceder a Internet, y nos dejamos llevar por la marea. Y yo me incluyo, he sido uno de esos que sucumbió ante Facebook, Twitter, y tantas otras cosas que en rigor de verdad aportan muy poco, pues nada sustituye en contacto personal, sentarse a tomar unos mates, o bien permanecer en silencio. Porque el silencio no es tiempo perdido. 
Y dentro de esa cultura nefasta, también se "descartan personas": se las manipula para determinados fines, te soban el lomo, y cuando no te necesitan te pegan una patada en el culo. Pasa en las empresas, como así también en quienes tienen empleados en negro y que no tienen problema en tenerte unos meses trabajando y luego echarte sin ningún motivo. Siempre hay gente que pretender "usarte". Por lo general, te das cuenta demasiado tarde de que dejaste todo a cambio de una promesa de progreso, de una ilusión. Lo único positivo es que, con el tiempo, vas a poder detectar quién busca sacar provecho de vos y cómo reaccionar ante esa situación. Porque también hay gente que se deja usar, suponiendo que a la larga le traerá algún beneficio o que por un tiempo va a estar en un determinado lugar de relevancia. 

Generalmente, yo hago caso a un libro excelente de Wayne Dyer, cuyo título habla por sí mismo: "Evite ser utilizado". La personas no somos mercancía, la esclavitud y el sometimiento están erradicados en casi todo el mundo. Ahora le llaman "Recursos Humanos" al personal de una empresa. En rigor de verdad, es más de lo mismo, porque sin alguien idóneo para un puesto, cualquier emprendimiento naufraga. Punto final. 

2 de enero de 2017

Bienvenido 2017!

Lunes caluroso en la ciudad. Primer día hábil de 2017. Mucho trabajo y cosas por hacer, por suerte, dado que es mejor estar en la calle haciendo notas que pasarte el día encerrado entre cuatro paredes. De a poco, la cosa se va acomodando. Este año tendrá una fuerte impronta política por las elecciones, y ya hay muchos que, de manera un tanto silenciosa, han empezado a hacer campaña para cuidar "su quintita". La disputa por el poder se ha dado desde los albores de la humanidad, y lo que ahora se pregona como "la nueva política" no es tal, sino que es un reciclado de viejas prácticas clientelistas, que se implementan de otra manera. Pero la gente no es boluda. Si usted, que es pobre o de clase media baja, recibe una sidra y un pan dulce, beba la sidra y disfrute el pan dulce, pero no los vote. Porque, para ellos, no somos personas, somos votos. No les importamos en lo más mínimo. Lo que quieren es llegar a un posición en la cual puedan tomar decisiones, sentirse importantes, y lo que denominan "gestionar". Se ha puesto de moda esa palabra, cuando en realidad habría que pensar qué gestionan, y con qué fines. Lo que deben hacer es gobernar, mejorar la calidad de vida de los vecinos, y no merecen ningún agradecimiento por ello dado que es su deber. 

Por supuesto, hay funcionarios idóneos en todos los estamentos del Estado. Que tratan de hacer su laburo como corresponde. Que no someten ni humillan al que está más abajo. Pero son los menos. Porque esa gente que realmente dignifica a la política y no lo toma como un medio de vida, termina siendo víctima de presiones de parte de los que buscan su propio beneficio. Insisto, esto no es nuevo, lo ha sido siempre, desde que tengo uso de razón. Y lo bueno de caminar la calle, es que te das cuenta de cómo piensa la gente, cuáles son sus preocupaciones, sus necesidades. Ya no existe más el "voto cautivo": hoy, excepto en algunos feudos del Conurbano, el electorado vota conforme lo que le proponen, aunque todos sabemos que a las palabras se las lleva el viento. Sería alentador pensar en un 2017 donde no nos hastíen con promesas imposibles de cumplir. Ya no somos chicos, con dos dedos de frente cualquiera puede saber si lo que te prometen en campaña es viable o no. Una cuestión de sentido común. Punto final.

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...