28 de julio de 2023

Todos merecemos una oportunidad

Llegó el fin de semana, y como diría Mirtha Legrand, el público se renueva. Ya había comentado en otra nota el agotamiento que genera la campaña política, pero en honor a la verdad, lo bueno es que durante ese lapso podés hacer algunas entrevistas interesantes. Hay material, y por ende hay trabajo dentro de mi rubro, entre tantos otros. Como acostumbro decir, siempre es mejor que estar al pedo. El problema es que mientras la atención pública se concentra en esto, que debería ser un proceso electoral normal, seguramente están ocurriendo hechos gravísimos en lo que nadie repara, o quizás a ningún medio masivo le interesa brindarles cobertura, por mínima que sea. 

Yo voy a continuar con la línea editorial que he mantenido hasta ahora. Inclusive dentro de un espacio publicitario, me permito ser crítico, y preguntar por qué no se hace esto o aquello. Si te ponés a pensar, no es perjudicial para el candidato en cuestión, en la medida que responda con sensatez y que uno, previamente, pregunte con respeto. Hay varios que se subieron al caballo de la soberbia, y no es extraño que eso pase, hasta que llegue el día de los comicios y los resultados muestren que hubo un error de cálculo, un "exceso de confianza", por decirlo de un modo sutil. Inevitablemente habrá triunfadores y derrotados, es lo que está en juego.

Si tenés a un grupo de aplaudidores que te hacen creer que sos el Campeón y que vas a arrasar con todo, la frustración es mayor. Pero un político de raza supongo que conoce el accionar de los chupamedias que permanecen ahí como sanguijuelas porque su suerte está atada a la del partido que tenga chances de ganar. Como en el Casino, están los que apuestan fuerte, y los que van a entretenerse y juegan unas pocas fichas. Claro que, cuanto más guita pongas en la ruleta, más posibilidades tenés de perderla. Podría hacerse extensivo a todos los órdenes de la vida, pero ya sería tema para otra nota, y prefiero no ampliar para no perder el foco. 

Lo que te salva del embudo de la rosca política, es cualquier cosa que no tenga nada que ver con eso: Leer un buen libro, descubrir a autores como Soriano, Arlt, o Cortázar, ver una película de calidad que no subestima al espectador. Cuando te dejás llevar por el placer de ver algo bien hecho, representa una forma de olvidar transitoriamente cualquier otra contingencia. Más de una vez sostuve que –a mi modo de ver- el escapismo es una forma de distensión necesaria. Me hace acordar a una canción del grupo Vivencia, que se llama "En mi cuarto" (creo que debe ser el único hit que tuvieron). Realmente es así, entre cuatro paredes tenés tu lugar. Por eso la gente se desespera, con razón, cuando pierde su vivienda por una hipoteca o por algún desastre natural. Es así, la casa es lo primero. Y no importa si vivas con tus viejos o no, lo importante es tener tu espacio, por modesto que sea, para tener a tu alcance esos dispositivos que te permiten tomar distancia de la estricta actualidad. 

Vale reiterar que el tiempo que destines a una actividad recreativa no puede ser ilimitado. Me refiero a que no podemos vivir todo el tiempo sin saber qué pasa en el país, y menos aún en mi caso, siendo periodista. Pero llega un punto en que descubrís que el sosiego se logra por senderos diferentes que confluyen en lo esencial. Hay cosas que sorprenden. Por ejemplo, descubrir nuevos músicos, nuevas bandas, pibes mucho más jóvenes que mi generación y que van abriéndose camino como pueden. No hay que ser tan forro y retrógrada como para ponerles trabas u obstáculos. Nosotros, los que pasamos los 40, nos ganamos una determinada posición con mucho esfuerzo. Ahora les toca a ellos, y sinceramente yo no soy reticente a los cambios sociales que se dan a ese nivel. Quizás algún día patee el tablero y me dedique a otra cosa, quién sabe. Pero hoy por hoy, es momento de defender lo que fui alcanzando en una trayectoria de 21 años. El error de la mayoría, es impedir que los más jóvenes se ganen su lugar: No hay que ser mezquinos, porque mi experiencia me ha llevado a tener que competir siempre en el ámbito laboral haciéndole frente -más de una vez- a todo tipo de zancadillas. No me gustaría que lo mismo le ocurriera a los que vendrán. Se puede ser profesional sin caer en una postura acartonada y solemne. Es cuestión de aprender a separar las cosas, lo demás viene solo. Desde luego que no es tan simple como para resumirlo en una frase, pero lo importante es entender el mensaje y actuar en consecuencia. No existen las verdades absolutas. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.


27 de julio de 2023

Elogio de la impaciencia

Si pudiéramos rebobinar la cinta de nuestra vida, uno supone que el trayecto recorrido cambiaría, aunque quizás sea un error, más propio de películas como Volver al Futuro. Pero sigamos por el comienzo: Seguramente no hubiéramos ofendido a personas que no lo merecían, no hubiéramos gastado dinero en objetos inútiles, hubiéramos dicho que sí ante una oportunidad que dejamos pasar sin dejarnos llevar por la sombra de la duda. Y ni hablar de los furcios o metidas de pata, con la diferencia de que se trata de algo más común y que por mucho de experiencia que tengamos, o años vividos, nos continuará pasando. El único recurso válido es una disculpa sincera, estimo yo, y enmendar de algún modo lo que dijimos o hicimos sin medir las consecuencias. 

Y ahora voy al punto que pretendo abordar. Yo no sé que haré en lo que resta del año, pero no voy a dejar que este ciclo termine quedándome con la sensación de que no conseguí nada, que no pude emprender algo nuevo. El proyecto del segundo libro está en "stand by", habría que elegir una editorial, averiguar el costo de impresión, y listo. No es nada fácil vender libros para una autor novel, más aún cuando se puede prescindir de él (me refiero al libro). El costo que vos le pongas a cada ejemplar, es imposible de imaginar a valores de hoy. Y las necesidades de la gente pasan por otro lado, lo cual es totalmente comprensible. ¿Es un logro publicar un libro? Bueno, para mí puede serlo, pero en el "mientras tanto", tendré que barajar otras ideas, un plan alternativo, a modo de compensación. Si me aferro a eso como la gran meta a alcanzar, me estaré perdiendo de todo lo que esté en el medio del camino. 

Mientras mi mente funcione y tenga la capacidad de razonar, no aspiro a mucho más. Le tengo más miedo al Alzheimer, o a la demencia senil, que a cualquier otro tipo de enfermedades. Una discapacidad física es limitante, por supuesto, pero no poder razonar porque tu cabeza detonó, debe ser peor aún, no sólo para vos sino para quienes se encarguen de cuidarte. Aclaro que se trata de una reflexión mía, no es algo taxativo.

Si perdés la conciencia, no sabés en qué día vivís, no podés expresarte, por lo tanto estás al horno. Una cosa es balbucear incoherencias porque sos un boludo, y otra es hacerlo porque estás enfermo y ese divague es el resultado de ser prisionero de un cerebro que ya caducó, aunque sigas vivo. No suelo hablar de enfermedades, no es un tema muy atrapante o que atraiga la atención de nadie. Además, no soy médico. Lo que sí me parece contraproducente, es googlear en base a un supuesto síntoma que tengas cuando hay que tomar el toro por las astas, pedir turno con el especialista que fuere, y dejarse de joder. Es la mejor manera de despejar las dudas. 

Ir al gimnasio, salir a caminar, destinar unos minutos a meditar. Parecen actividades habituales o corrientes, pero si no tenés salud, no hay forma de ejercerlas. Cuando nuestros abuelos decían que "la salud es lo primero", sin lugar a dudas tenían razón. Hay ejemplos de artistas conocidos y que ganaron mucha guita, como Pinti o Gasalla, que terminaron mal, de la peor manera. Podrán pagarse un geriátrico VIP, pero ese será su destino final. 

Esta nota, o este posteo, nació como una forma de poner en valor lo que damos por sentado que tendremos por siempre, y que en realidad dista de ser así. Las redes sociales no te van a enseñar a vivir, FB o Instagram son mero entretenimiento o chismerío. No voy a ser tan hipócrita como para negar que hago uso de ellas. Pero la verdad de la milanesa está en otro lado, probablemente no sepa dónde, pero de seguro que en otro lado y no en la pantallita del celular. No quiero perder más tiempo viendo memes estúpidos o reflexiones que se comparten infinitas veces sólo porque esas palabras se atribuyen a una celebridad. Puedo estar un día o un mes sin subir una foto, lo mismo da. 

En lo que respecta a mi laburo, sí actualizo las redes porque está relacionado con el alcance del contenido de mi página, pero si no tenés nada para decir, es mejor no decir nada. Como decía aquella canción de Soda Stereo, "el silencio no es tiempo perdido". Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

23 de julio de 2023

Siempre hacia adelante

Domingo 23. Hacía varios días, más de lo acostumbrado, que no escribía nada nuevo por aquí. En ese lapso pensé en distintos temas, pero cuando encontraba un momento propicio para redactar, estaba tan agotado que lo postergaba por tiempo indeterminado. Hasta ahora, es uno de los domingos más tranquilos de los últimos meses. Me levanté tarde, me permití hacerlo porque necesitaba un descanso reparador. No puse el despertador del celular porque, como hoy la actividad por cubrir fue casi nula, no tenía que cumplir con un horario concreto durante la mañana. Siempre sostengo que cuando estás tranquilo y no te dejás llevar por la ansiedad (que varía según cada persona), hay muchas más probabilidades de que el devenir de la jornada tenga un buen resultado.

La semana pasada, cuando grabé el programa de TV y el invitado vio la apertura que es habitual previo a mi intervención, no pudo dejar de comentar: "¡Qué joven que estabas!". A decir verdad, me resultó curioso porque esas imágenes de la intro son pequeños clips desde que el mismo programa comenzó a emitirse, en 2019. Cuatro años pasaron, no es tanto, sin embargo no es el primero que me lo dice. Tengo más canas, eso es evidente, pero si vos me decís que transcurrieron 10 años, es obvio que uno se da cuenta del envejecimiento y todo eso. Tengo 44 y no sé si es un número significativo, depende para qué. No estoy en mi mejor estado físico, eso es imposible de negar. Pero todavía no ha llegado la hora en que me transforme en un viejo decadente o senil. 

Es probable que ustedes que me están leyendo, si han llegado a cierta edad, comiencen a replantearse diversas cosas: Metas, proyectos, qué voy a hacer en el tiempo que me resta por vivir. En relación a esto último, corremos con desventaja, porque no lo sabemos. Sin lugar a dudas yo podría ampliar el espectro y hacer mucho más de lo que estoy haciendo. Pero aunque parezca una contradicción, también siento que he hecho suficiente. Cuando vas creciendo, pasando los 18, te tenés que hacer cargo de un montón de responsabilidades y obligaciones que antes no tenías, porque tus padres te mantenían o eran ellos quienes asumían esas obligaciones hacia tu persona. Me costó mucho llegar al lugar donde estoy, y no por ello me quedo vegetando en una zona de confort. Mi objetivo ha sido forjar un estilo propio, apelar a una mirada original y desacartonada de la realidad pueblerina, escuchar lo que dice la calle. No sé si lo he conseguido en todos los casos, pero sigo transitando el mismo camino hasta el día de hoy. No espero ni elogios ni aplausos: Hago mi laburo como corresponde, con una impronta particular porque es mi modo de hacerlo, y otros de seguro encontrarán el suyo. 

Lo que a mí me apasiona, para otro puede resultar una estupidez, y viceversa. A veces me detengo a pensar que posiblemente me termine jubilando con la mínima, si es que llego a esa edad, y es ahí cuando comprendo lo poco empáticos que somos con nuestros adultos mayores, con la burocracia, y todo el tramiterío para conseguir medicamentos, porque está claro que nadie de 70 años toma pastillas para drogarse, sino por su salud. Lo que hoy es tendencia, obviamente dentro de 25 o 30 años quedará obsoleto. Nadie puede vaticinar qué ocurrirá con el PAMI, si seguirá existiendo, o será un perro con el mismo nombre y distinto collar. 

No hay forma de predecir que pasará con los futuros jubilados como yo. Dependerá, también, de los gobiernos que estén y de las políticas públicas que adopten. Lo único que puedo decir, es que con 44 abriles encima, no he tenido que usar anteojos o lentes hasta el momento: No me ha atacado la presbicia, algo que no es un dato menor porque todo lo ligado a la oftalmología suele ser bastante costoso. Perder un par de anteojos recetados, como sucede en el común de los casos por tratarse de un objeto que uno puede olvidarse en cualquier lado, es desagradable al bolsillo promedio.

Cada uno juzgará si realmente vale la pena planificar tu vida a mediano o largo plazo. Lo que puedo afirmar, a título personal, es que si evitás magnificar sus expectativas, las cosas salen mejor llegado el caso. La ansiedad me juega en contra más de lo aconsejable, pero hay que aprender a lidiar con eso. Si no fuera por mi obstinación, por repetir reclamos hasta el infinito, habría muchos derechos que me corresponden a los que no habría podido acceder debido los extensos tiempos que demanda cualquier trámite en la administración pública (y el desgano general de sus empleados). Precisamente por eso, cuando encontrás uno que te atiende como un ser humano y se comporta de un modo amable, esa persona es ponderada y se vuelve una rareza, casi una novedad, porque no es lo que se espera desde el momento que sacás un turno para lo que se te ocurra, como obtener un certificado, documentación personal o de un vehículo.  

A casi tres semanas para el cierre de la campaña política, todo puede suceder. Lo de Sergio Massa es tragicómico y roza lo patético, por no emplear calificativos más contundentes. Se ha convertido en juez y parte: ¿Cómo puede defender la gestión de un país empobrecido siendo a su vez el candidato presidencial del kirchnerismo? ¿Cómo sacará de la varita mágica los millones de dólares en reservas que se dilapidaron del BCRA para contener al dólar blue, sin ningún éxito? Massa va pendulando entre un discurso "nacional y popular" que sea del gusto de la tribuna, y otro de un perfil más técnico para negociar con el FMI, que no le dará un centavo a menos que cumpla con las metas de ajuste que son de larga data. Y sí, es así, muchachos: Les guste o no, van a tener que hacer un ajuste para que llegue un desembolso y evitar un default antes de octubre. 

He visto encuestas dando vueltas por ahí, que son totalmente insólitas y poco creíbles. Hay que ser un poco más serio si tenés un medio de prensa, y no publicar algo semejante si no tenés la menor idea de cómo se lleva a cabo una encuesta en una consultora, porque te podés comer tremendo garrón. Además, mucha gente suele responder lo opuesto a lo que tiene previsto hacer, es decir que te pueden nombrar cualquier candidato porque no les interesa responder preguntas de ese tipo, que sólo conducen a hacerte perder el tiempo. Por lo menos podrían darte 1.000 pesos o algún descuento en los comercios a modo de compensación. Otro dato a tener en cuenta, es que no es lo mismo que te llamen a cualquier hora para una encuesta telefónica, a que lo hagan de manera presencial. Si me llaman de un número extraño, no atiendo el celular o bien corto de inmediato. En cambio, si te enganchan cuando salís del supermercado o de otro lugar donde circula mucha gente, es más difícil zafar. Nos estaremos viendo pronto. Punto final. 

17 de julio de 2023

¿Qué estoy haciendo acá?

¿Qué es un blog? En resumidas cuentas, es una página de Internet en la cual el creador publica algo relacionado a sus hobbies o intereses: Fotos, cuentos, reflexiones, comentarios, y que por lo general lo hace sin fines comerciales. Aunque ya no abundan como antes, existen blogs que se destacan por su calidad y que, desde ese pequeño lugar, permitieron a su autor ganar notoriedad. De hecho, están aquellos que habiendo ya trascendido o triunfado en lo suyo, continúan subiendo notas, imágenes o lo que fuere, a ese diminuto rincón dentro el ciberespacio que los posicionó y les allanó el camino hacia un público de mayor alcance o masividad.

Más de una vez he dicho que, aunque me queje por situaciones puntuales que me fastidian, la vida ha sido demasiado generosa conmigo. Puedo trabajar de lo que me gusta, administrar un portal de noticias que de a poco fue ganándose un lugar destacado en la comunidad. Para poder laburar de lo que me apasiona, resigné la posibilidad de estudiar otras carreras que suelen ser mejor remuneradas y que son más convencionales. Eso no significa que viva “por amor al arte”: Siempre traté de que mi trabajo se vea recompensado con el dinero de los auspiciantes. Ahora estoy en una etapa en la que ya no salgo a buscar nuevos avisos, excepto algún potencial cliente que por la facturación que tiene me pueda pagar una suma importante. El resto es chiquitaje, pero -por supuesto- nunca viene mal: Cada uno acepta pagar la tarifa que se acordó oportunamente, y la mayoría comprende que es necesario ajustar cuando ya la inflación hace que el valor original haya quedado reducido a unos pocos pesos. La verdad es que no me interesa saber cómo se manejan otros medios en cuanto a su cartera publicitaria, sí sé que en determinados casos muchos se manejan por canje. Pero lo voy a dejar ahí, no me interesa hablar de la plata que gano ni la que ganan los demás. 

No es más inteligente el que se considera a sí mismo que lo es. Ni mucho menos, aquel que se lo hicieron creer un grupo de aduladores. Es el mismo personaje que se jacta de algunas páginas que leyó por ahí, un charlatán de barrio al estilo de Dolina. Hay gente que tiene un ego terrible, y terminan volviéndose insoportables. No me considero vanidoso, y tampoco me llevo bien con la gente que hace alarde de sus viajes, del supuesto encuentro con alguna celebridad, de anécdotas inventadas y totalmente inverosímiles. Inclusive en un pueblo chico donde se supone que "nos conocemos todos", parece que te quisieran dar cátedra, y te explican por qué (según ellos) tal cosa es de tal manera. 

Los soberbios son escoria, lobos con piel de corderos, por eso merecen mi desprecio. El mismo desprecio que ellos tienen para el resto de los mortales, puesto que se consideran en un sitial superior. Vaya uno a saber quién les hizo creer que son más que los demás. Así van por la vida, siempre con algo que los haga objetos de atención, frecuentando lugares que consideran que les otorgarán prestigio, o leyendo algún diario supuestamente "progre". Cuando voy a presentaciones de libros o exposiciones de distinta índole, es habitual encontrarse con alguno de esos 'vende humo'.

Hay algunos rasgos que permiten identificarlos  y que facilitan tomar distancia de ellos: Buscan sacar chapa de modernos, o bien de bohemios. Se dicen a sí mismos pioneros y precursores. Son sujetos que se jactan de su sensibilidad artística, que el común de la gente no ve en ningún lado, porque es un invento. En fin, no faltan tampoco palabras que encajaban más o menos bien entre los porteños de los '80 para distinguir a un grupo urbano por su sectarismo deliberado y supuestamente "cool".

 Nada más sensato que ubicarte como lo que sos: Una persona que ejerce su individualidad dentro de la sociedad. Por supuesto que hay personas extremadamente lúcidas e inteligentes, pero por lo general no necesitan demostrarle a nadie que lo son, o ni siquiera les interesa. Esa sencillez es lo que los hace más grandes. El inteligente se adapta, navega en aguas turbulentas. El piojo resucitado, se deja llevar por algún elogio aislado que le hicieron creer. Todos tenemos algo de necedad, y de vez en cuando, alguna dosis de inteligencia. Precisamente, quien peca de soberbio, recurre a palabras grandilocuentes, se cree el centro del Universo, le gusta que lo mencionen como una fuente calificada “dar cátedra” sobre alguna de las pocas cosas que realmente conoce. Esos tipos dan asco, porque son incapaces de asumir sus propias limitaciones, que coincide en el afán de destacarse, porque les encanta ser nombrados, decir que les entregaron un premio sin que nadie se los pregunte, o hablar de sí mismos en tercera persona. Siempre he pensado que tanto la falsa modestia como la megalomanía, son extremos claramente patológicos. Imagínense a Borges diciendo: “Bueno, escribí dos o tres libritos y me fue bien”, jamás diría eso, porque sabía de su talento pero a su vez era ácido e irónico para humillar a quien lo quería desacreditar. Hablaba de otros escritores en las entrevistas que daba cuando ya era una figura reconocida mundialmente, rara vez lo hacía con su propia obra.  

Pero lo cierto es que, si nos referimos a estos especímenes que mencioné en los primeros párrafos, lo mejor es salir corriendo. Porque al igual de lo que suele decirse de las brujas, "que los hay, los hay". Punto final.

13 de julio de 2023

Una burbuja en el aire

 Aunque la campaña política recién comenzó, ya me está agotando de antemano. Lo resalto porque en otras instancias, parecía que todo se desarrollaba más fácil, cumpliendo siempre con la difusión de cada uno de los candidatos. Pero es algo que hay que hacer porque es una cobertura paga que fue acordada así, como tantas otras cosas.

 Quizás por esa misma razón, sería bueno ir abordando otros temas, pensando en los lectores. Es lógico presumir que la repetición excesiva no provoca otra cosa que fastidio y rechazo, por la coyuntura que estamos atravesando. Mejor escuchar música o ver una película. En principio, vale destacar que cuando uno habla de un escapismo o de entretenimiento, no deja de ser necesario. Y no significa evadirse de la realidad: Es algo transitorio, como ir al gimnasio o cultivar cualquier hobby que se imaginen. 

Tengo 44 años, y todo lo que hice en casi dos décadas creo que merece una compensación, no sólo económica. Es una trayectoria que no me corresponde a mí evaluar, pero sí puedo afirmar que es un camino que he transitado con convicción hasta el día de hoy. Creo que cuando llegás a determinado punto, la idea es que te equivoques menos en base a la experiencia que tenés, que vayas dándole tu estilo a cada nota, porque no me caben dudas de que el lector reconoce y valora tener en sus manos un texto diferente, que no sea un calco de otros. Me queda mucho por hacer, pero si miro hacia atrás es al solo efecto de comprobar que ya ha pasado demasiado tiempo y hay que ir cosechando lo que se sembró. Es importante defender lo que cada uno ha conseguido, porque es el resultado del esfuerzo, en líneas generales, salvo que vengas de una familia de clase alta y con un capital que algún día vas a heredar. Nunca me desveló acumular guita para vivir en condiciones de lujo, no necesito posicionarme socialmente de esa manera. Sé que llegaré a tener lo que pretendo, si actúo de un modo inteligente, y para ello se requiere ser más analítico que emocional. Esto último es válido para cualquier persona, si vamos al caso. Cualquier objeto que te provoque una satisfacción efímera, claramente no vale la pena, no es una inversión en absoluto. Si tomamos el ejemplo de un libro, es distinto, porque recorrer cada página debe ser un acto placentero, meternos en el mundo imaginario del autor, ver cómo resuelve cada situación con un viraje inesperado en la historia que se propuso narrar. Y si pensamos que un libro promedio tiene  más de 150 páginas, demanda un tiempo considerable leerlo con atención. No es tan fugaz como una canción de 3 minutos, que se repite hasta el hartazgo. Por supuesto, no todos los libros que se publican reúnen los ingredientes que uno está buscando. Se vuelven pesados, uno ve cuántas páginas quedan por delante, y no hay ninguna intención de continuar, por varios motivos: La historia es previsible, el contenido es aburrido, está mal redactado o mal narrado... no lo sé, hay muchos factores que contribuyen a quitarle placer a la lectura. La ficción no es para cualquiera, porque implica la creación de personajes y lugares que deben ser verosímiles dentro del texto. La historia del cuento o la novela debe ser creíble, incluso si hablamos de la literatura fantástica. Y descubrir nuevos autores siempre resulta motivador. Si ese tipo llegó a publicar en una editorial grande, todo hace suponer que la constancia es una de las claves para alcanzarlo, más allá de la calidad del autor. Sin embargo, puede darse que el escritor no vea atractiva la idea de ser partícipe de la industria de los libros que se publican a gran escala y con mucha promoción. Yo escribo para un público que quizás nunca conoceré, porque mis notas, mi libro, y otras cosas que he hecho, estás dispersas. Habrá quien al momento de escribir, conciba ese proyecto para un "target" determinado, pero no es mi caso. Yo lo hago para cualquiera que quiera que le cuenten una historia distinta, donde cada pieza encaje como corresponde. Mientras tanto, hay que seguir en esa dirección, y no subestimar la inteligencia de nadie, lo cual es el peor y más grosero error que se puede cometer. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

 

10 de julio de 2023

Entretenimiento

Como periodista o simple observador de lo que sucede a diario, suelo preguntarme qué es lo que los lectores esperan encontrar cuando visitan un blog (sea éste o cualquier otro). A nivel global, los blogs comenzaron siendo un espacio de opinión y de análisis, pero en la actualidad se han multiplicado de tal manera que es posible hallar de un amplio espectro. Hay varios destinados a difundir un hobby que el usuario desea compartir o dar a conocer. En mi caso, no me detendría a visitar páginas donde sólo se suben fotos, porque si vamos al caso ya tenemos bastante con FB e Instagram. Dicho sea de paso, es increíble comprobar cómo Facebook, en una era de cambios constantes, ha logrado seguir vigente durante casi 20 años, ya que se fundó en 2004. Hay una película, "La red social", que narra con bastante fidelidad cómo fue mutando lo que empezó como un juego de estudiantes de Harvard, y hoy embolsa ingresos millonarios en concepto de publicidad. Instagram es muy invasivo porque como ahora casi todo el mundo está apostando en ese producto (de la misma empresa) para promocionarse, la verdad es que las escasas veces que ingreso a IG con la finalidad de publicar una foto que me gusta y ver la de mis seguidores, cada dos por tres aparece una publicidad de cosas que ni siquiera me interesan y que están basadas en los algoritmos y en tu historial de navegación.

Es decir que, para mi gusto, puede parecerme una tontería que una persona haya creado un blog con fotos de varios objetos, platos de comida de algún lugar exótico que tuvieron la suerte de visitar, pero nada de texto. Hay un público para todo, y en base a ello yo también puedo ver si me resulta interesante o no. Pero el punto medular de esta nota es aprender a aceptar determinadas cosas que no van a cambiar por mucho empeño que pongamos. Y no me refiero ni a la política, ni a las eleccione. Esto no implica resignarse, sino -por ejemplo- dejar de tomarnos tan en serio cuando algo no nos sale bien.

Para hacerla corta: Es obvio que como seres adultos, somos los únicos responsables de nuestras vidas, y por lo tanto debemos hacernos cargo de lo que nos toque pasar, y de las cagadas que nos mandamos. Es difícil plantearlo de un modo tan categórico, porque conozco personas que sufren la soledad y el abandono de quienes decían ser sus amigos, o que ya son adultos mayores y necesitan delegar las tareas comunes a cualquier vivienda, obviamente sin disponer de la guita para hacerlo. No pueden darse el "lujo" de deprimirse (en entrecomillado el válido porque, lejos de ser un lujo, es un padecimiento).

Como verán, cambié de tema enseguida sin darme cuenta: Empecé hablando de los blogs e inmediatamente ello me hizo pensar en la persona que está detrás de cada uno de ellos, redactando, ya sea apostillas propias de lo que nos sorprende en lo cotidiano, hasta aventuras amorosas inconfesables. Es que, en definitiva, la diversidad de la sociedad se pone de manifiesto en el modo de expresarse que sus integrantes tienen. En Internet cada cual se expresa a su manera, por eso está bien que haya más control ante el contenido discriminatorio o violento, ya que no podemos seguir alimentando el odio. Creo que le pedimos a las redes sociales y a las aplicaciones en general más de lo que está en condiciones de ofrecer, cuando en definitiva quienes creamos este caos hemos sido nosotros. Ironías de la vida.

Desde hace por los menos 15 años, cuando el uso de Internet se volvió masivo en los celulares y tablets, se ha producido una saturación tal de información que lo único que se ha conseguido es aportar datos falsos e imposibles de chequear con una documentación respaladatoria, además de crear un escenario psicosis colectiva y confundir a la gente con sugerencias o recomendaciones que responden a los influencers, y tienen fines comerciales. Yo he escrito aquí sin importar mi estado de ánimo o el tiempo disponible, pero por supuesto que todo fluye mejor cuando estás relajado, tranquilo, y corrigiendo algún error de tipeo. Si lográs eso, el resultado final del "post" (o de una nota periodística) probablemente resulte de acuerdo a tus expectativas. 

Anoche, mientras hacia "zapping radial", buscando alguien que tuviera algo interesante para decir, me puse a pensar en que ya se ha consumido más de la mitad de este 2023, casi de un modo inevitable surge la cuestión de las asignaturas pendientes, de aquello que nos habíamos propuesto el 1º de enero y que transcurridos siete meses no pudimos concretar, ya sea por nuestra propia impotencia o bien por factores externos. Pero pese a todo, como sostengo siempre para apuntalar mi amor propio, la vida siempre da revancha. Y la gente desagradable recibirá su castigo, pero no seré yo quien me vaya a dedicar a que beban de su propia medicina, sino la vida misma. Punto final.

8 de julio de 2023

Proyectos imposibles

Si pensar en un proyecto de ciudad, como sería el caso de Lobos, ya de por sí se vuelve complicado, qué no queda pensar para un proyecto de país. En rigor de verdad, propuestas e ideas abundan por doquier, pero la mayoría de ellas no son viables. Espero que el electorado entienda esto, que las buenas intenciones quedan ahí, sepultadas por el peso de la realidad. Lo que es obvio afirmar, es que Lobos necesita un plan de viviendas, y es necesario saber cómo se va a financiar su construcción, cuánto deberá para cada beneficiario, y en qué lugar estarían ubicadas, dejando de lado por un momento el proyecto trunco del Barrio Amarillo.
 
Hace poco leí una nota en La Nación que intentaba trazar la paradoja de un país en crisis pero con restaurantes llenos y recitales de primer nivel a los que concurre una multitud. No sé, no es representativo. El que gana bien, busca sacarse de encima los pesos que le sobran, porque no valen nada, o van comprando dólares en las cuevas. Pero si vos vivís al día, no vas a ir a comprar carne para el guiso en dólares, dejémonos de joder. Otro aspecto curioso es que Milei se está "desinflando" en casi todas las encuestas. Se lo comió el personaje, y carece de estructura para lograr un buen armado en todas las provincias. Quizás dentro de 4 años tenga mejor suerte. Habrá gente que vote a Larreta o a Bullrich como una forma de abierto rechazo al kirchnerismo, más que por convicción. Es lo que se conoce como voto castigo. 

No es menos cierto que al kircherismo se lo dio por muerto varias veces, pero ya lleva 20 años, y tiene la capacidad de ir mutando y de sumar, incluso, a quienes querían despegarse. Ni Alberto F. ni Sergio Massa han sido precisamente leales al a "causa", y Cristina lo sabe, pero es capaz de encaminar todo hacia una derrota segura antes que de inmolarse ella misma. CFK es pragmática, pero no sé si es un rasgo de inteligencia. Subestimar a un movimiento que surgió de la nada hace ya dos décadas sería un grave error, tanto para los adversarios políticos como para la opinión pública. Grabois, el único que se jugó para hacerle una interna a Massa, va a sucumbir estrepitosamente. No es alguien que tenga una buena imagen, ni siquiera dentro de círculo K. Es más, si se hiciera una encuesta común y corriente preguntándole a cualquier persona si lo conoce o si lo ha escuchado nombrar, la mayoría ni lo registra. En lo discursivo, puede que sean interesantes algunas de las ideas de Grabois, de hecho he leído hace tiempo un libro suyo, pero todo eso choca contra su modus operandi, que se reduce a usurpar campos o estancias junto a un grupo de idiotas útiles, hasta que los desalojan, y ahí se termina todo. Políticamente, y exceptuando a esos seguidores incondicionales, carece de liderazgo. Cristina no quiere exponerse a una derrota, por eso no será candidata pese al "operativo clamor" de sus simpatizantes. Por supuesto, existe una posibilidad de que los hechos no sean tal como se muestran hoy, porque la campaña dará comienzo recién mañana (9 de julio), 35 días antes de las PASO como lo establece la Ley. Cualquier error o exabrupto puede pagarse caro, y es algo que sabemos desde que triunfó Alfonsín. Habrá quienes busquen embarrar la cancha con los ya conocidos "carpetazos", hurgando en el pasado sucio del adversario. Y estarán también los que quemen las naves y se la jueguen a fondo, distribuyendo plata o mercadería, lo que sea, sin ningún disimulo

Es tragicómico ver a referentes peronismo hablar contra "la derecha neoliberal". Bueno, habría que recordarles que el fundador del movimiento, el General, no era de izquierda ni mucho menos, era un militar que tenía buena relación con la Alemania nazi y varias cosas más. Por supuesto, todo lo que se le pueda cuestionar a Perón no opaca las conquistas sociales que impulsó para los trabajadores, muchas de las cuales siguen vigentes hasta hoy.
 Pero los que lanzan esas proclamas van oscilando constantemente en el espectro derecha-izquierda. A nadie le importa eso, la gente quiere ver mejorada su calidad de vida y no tiene ningún sentido esos debates ideológicos. Están quienes escuchan una determinada radio porque les gusta que el periodista de turno "baje línea", y eso es muy fácil cuando te compran con muchísima guita. Esos tipos tampoco resisten un archivo. Ahora parece que el más respetable es el Pelado de A24, y la verdad es que no dice nada particularmente interesante o que invite a pensar. Se expresa con sentido común, eso sí, pero es lo mínimo que se puede esperar de alguien que conduce un programa periodístico. Por lo menos no hace un "acting" tan vergonzoso como el de Viviana Canosa, pero pasarán unos años y la gente se olvidará de esos personajes, no son analistas políticos ni tienen vocación de serlo, lo que buscan es que vos te indignés. Cuando escucho que hablan del "discurso del odio", para decirlo claramente, lo que yo veo es que ese argumento se usa por mera conveniencia. Cristina odia a muchos de los que están hoy en el Gobierno y los sostiene en su puesto porque ya no le quedan muchas cartas por jugar. Massa es uno de los peores candidatos, su gestión es un desastre, lo trajeron como "piloto de tormentas", le dieron el rango de superministro, y podríamos seguir enumerando. El único plan es llegar a las elecciones con el menor impacto posible. Al que venga después le tocará la tarea de desactivar la bomba. Nos estamos viendo pronto. Punto final.
 

5 de julio de 2023

Segundo paso

 Siempre que tengo un rato libre, trato de redactar algo nuevo aquí, en el blog: Para mí, representa un espacio en el cual puedo expresarme de un modo más despojado y libre que en otros, y comentar hechos de actualidad con un estilo despojado e informal. O quizás, buscarle a un abordaje distinto de la realidad. Tómenlo como una válvula de escape, una forma de salir de esa picadora de carne que son algunos noticieros de TV.

Cuando hablamos de artistas masivos que venden muchos discos y marcan tendencia, es positivo que aprovechen por su juventud o popularidad como es un terreno fértil para experimentar. En cada hecho artístico donde predomina un estilo al apartarse de él suele producirse una ruptura donde aparecen admiradores y detractores.

Sin embargo, cuando el material de cualquier músico se vuelve más intrincado que los anteriores, menos inspirado en las letras, o excesivamente monótono, no invita a una segunda escucha. Ni otros más veteranos, como Bob Dylan o Metallica, se salvan de ese ninguneo. Me refiero a que podría haberse obtenido un mejor resultado en algunos tracks si se hubieran dejado de lado la cursilería y los lugares comunes. Sin ánimo de juzgar, a lo mejor el producto final de la grabación en estudio sa buen resultado con un sonido más simple, llano y directo.

Las críticas sobre obras musicales o literarias que se recogen en Internet son diversas, convengamos que hay intereses en juego que tienen que ver con la veta comercial, y con la expectativa de quien lo recibe. No deja de ser interesante indagar en los foros o en Amazon para conocer las opiniones de otros consumidores, seguramente ponen énfasis en un aspecto que uno pasó totalmente por alto.

Pero dejemos este tema en suspenso, no es nada que escape a lo que marca el pulso de la industria.

Muchas veces, al igual que a ustedes, me falta voluntad para emprender algo. Nos inventamos excusas para quedarnos en nuestra tranquilidad, ante algo que no debería despertar ninguna indecisión: Culpamos del “no hacer” al clima, al cansancio, los compromisos laborales o tareas pendientes. Pero es evidente que podemos sentirnos mejor si nos desconectamos (aunque más no sea por media hora) de todo lo que nos pasa en un día común, de lo que nos dicen y de cómo reaccionamos.

Desde hace varios años, no deja de asombrarme ver cómo la Plaza Tucumán (la más cercana a mi barrio) congrega a un buen número de vecinos y pibe en moto. La mayoría utiliza el perímetro de ese paseo público para caminar y disfrutar de la frondosa arboleda. Por supuesto, el Parque sigue siendo la alternativa más convocante, pero cuando llueve con intensidad hay que esperar un par de días para que vuelva a estar transitable. Una vez recorrí a pie la Av. Yrigoyen casi en toda su extensión, desde el Cruce hasta el acceso con la Ruta 205. Lo tomo como una experiencia poco habitual, porque casi nunca voy hasta allá caminando, pero bien vale detener la vista en los pequeños comercios y almacenes que se encuentran a ambas manos de la calle, lidiar con los pozos y con los pastizales que hay en las casi inexistentes veredas a medida que uno se va acercando hacia la ruta. Es mi manera de desintoxicarme un poco del tabaquismo, del sedentarismo, y buscar el paisaje urbano. Cada uno tiene su circuito preferido, por llamarlo de algún modo, y me parece perfecto. Hay quienes prefieren tomar la calle Buenos Aires, pasar por el Instituto 43 y seguir su marcha hasta el puente distribuidor, en fin, podría decirse que hay tantos recorridos posibles como peatones.

Se debe caminar a un ritmo sostenido, supuestamente, aunque el cansancio hace que resulte difícil mantener el mismo ritmo durante toda la marcha. Pero desde que volví a comprar una bici, a principios de 2019, todo cambió para bien. Cabe destacar que tuve que poner mucha plata encima para dejarla en condiciones, y ahora no tengo la misma de aquella época.

Lo bueno de es que llego más rápido a todos lados, y no deja de ser una experiencia que había abandonado durante mucho tiempo. Dentro de todas las bicis que he tenido, me robaron varias, una de ellas era la típica mountain bike roja con amortiguadores en la parte delantera, que la había pagado barata, hasta que alguien con gran audacia atravesó la reja del frente y se la llevó. Me lo merezco por boludo. Desde que eso pasó, comencé a atarla en cualquier poste antes de entrar a un negocio, por ejemplo, aunque no me llevara más de 5 minutos.

Es un momento sencillo, pero gratificante, darse un baño con agua caliente cuando uno llega cansado y transpirado de caminar. Y no pensar en nada, sólo disfrutar la sencillo de ese acto.

Hoy tuve que cobrarle a un cliente que tiene su oficina lejos de la zona urbana, así que tomé por la calle Chacabuco y seguí toda su extensión hasta la Ruta. Hay algo que siempre me pasa, y es lo siguiente: El regreso al punto de partida parece más corto y agotador que el viaje de ida. Sea como fuere, les puedo afirmar que vale la pena el esfuerzo. Del mismo modo que merece la pena compartir notas breves en este blog, al menos para mí, sin pretensión de originalidad.

No sé si sirve escribir para hacer catarsis, o quitarse de encima un momento de bronca. Intento evitarlo y descargar el malestar de mal trago de otra forma.Tengo algunos posteos mejor logrados, y otros que no van a ninguna parte. Esa fue la razón por la cual decidí no incluir ninguno en el libro que publiqué el año pasado. Cuando llegue su sucesor, lo voy a hacer, seleccionando cuidadosamente porque hay mucho material para elegir y corregir. 

Es normal que sepas claramente lo que pretendés expresar pero que no estés conforme al momento de redondear una idea y darle forma. Todo lo que puedo decirles es que eso se construye día a día. No me interesa la frivolidad, pero es cierto que todos tenemos un lado frívolo aunque no nos demos cuenta. Lo principal, a mi modo de ver, es no prolongar un texto para llenar páginas al pedo, si con dos párrafos es más que suficiente. Y si encuentran alguna repetición, no es porque me agrade ser redundante, sino porque los ciclos mismos de la vida se distinguen por esa cualidad. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

4 de julio de 2023

Primera nota de julio

 Martes por la noche en la ciudad. Bueno, pasó lo que tenía que pasar: Considerando que 23° C es una temperatura totalmente anormal para el invierno, la humedad se torna insoportable, y si salías a la calle con la ropa habitual para esta época del año, sudabas como un camello. En cuestión de días se terminará el efímero período de ropa liviana que tuvimos que rescatar de algún rincón del placard. 

Este martes, cerca de las 17 hs, en un horario pico porque es más o menos próximo a que los chicos salgan de la escuela, estalló un feroz chaparrón que me sorprendió en el medio de la calle, sin paraguas, ni nada parecido para protegerme. Me refugié en una parada de colectivos, pero no podía estar allí por tiempo indeterminado. Pese a que no estaba lejos de mi casa, la violencia del temporal que no habrá durado (hasta ahora) más de 15 minutos, me transformó en una piltrafa que goteaba a cada paso. Tenía el bolso con la cámara y el grabador, además del celular, y inevitablemente se mojaron, por eso me vi en la disyuntiva de capturar el momento con una foto o un video breve, y exponer mis herramientas de laburo a la lluvia, o quedarme en el molde. Al final, me arriesgué, pero no creo que vuelva a hacerlo: A menos que sea algo extraordinario, no tengo ganas de perder plata al ver cómo un celular relativamente nuevo puede quedar inutilizado y convertirse en un gran dolor de cabeza, y de bolsillos también.

Se reanudó la actividad en lo que va de esta semana, hay más noticias, y me siento cómodo siempre que pueda hacer mi trabajo sin verme desbordado. Todos los días trato de ofrecer material que haya conseguido yo mismo: Es la esencia la producción periodística, ni más ni menos. Si hay una conferencia de prensa, o una disertación, o la presentación de un libro, también le podés dar tu impronta. De no ser así, las crónicas que hagan todos los periodistas que concurran serían una réplica, y yo busco hacer foco en algún aspecto novedoso o que me haya llamado la atención.  El hallazgo de un hecho que puede pasar desapercibido para el resto y que tiene suficiente relevancia para convertirse en una nota, es lo que marca la diferencia para no sumir a los lectores en el tedio.

Claro que, cada vez que hago zapping por los canales de noticias, la "relevancia" parece ser muy difusa. La primera definición del diccionario de la RAE, consigna que "noticia" es algo de interés, pero en los años que llevo en esto he tenido que cubrir cosas totalmente intrascendentes y aburridas, por más onda y viento a favor que uno intente ponerle. 

Es lógico suponer que no debe ser sencillo transmitir las 24 horas sin rellenar minutos con boludeces pasatistas. Lo que más me fastidia es cuando los conductores pretenden hacerse los graciosos y quedan como estúpidos, al menos en mi percepción. Por otra parte, insisto que no cualquier hecho o suceso debería ser considerado noticia. En principio, debe brindar información que se presupone que no es conocida por la audiencia. ¿Quién va a perder tiempo viendo algo que ya sabe o conoce? Tiene que ser novedoso, de interés público, y cuanto más esté relacionado con las preocupaciones del ciudadano promedio, más cerca está de ser valorado por su utilidad en la vida cotidiana. Sabemos que hay una subjetividad tanto de quien difunde esa pseudonoticia, como de parte del que cree hallar el blanco perfecto para bajar línea a favor o en contra de una determinada causa. 

Tiene mayor seriedad una nota sobre el aumento de los alquileres y las tarifas de los servicios, que hablar de la vida de Susana Giménez o Mirtha Legrand, dos viejas decadentes que no tienen nada para ofrecer más que formatos televisivos absolutamente intrascendentes. Y aquí entra a jugar lo que siempre hablamos, que es el escapismo, la distensión. Esos programas no abordan cuestiones demasiado profundas y quien los ve tampoco espera eso, por lo tanto el éxito está dado porque ese ciclo se adapta a lo que los televidentes quieren encontrar. Si vos ves programas de entretenimientos, donde los invitados deben adivinar letras o palabras, es objetivo es nada más que entretener, lo cual no tiene nada cuestionable. Pero estos programas de bajo presupuesto han proliferado en la televisión abierta: La escenografía es berreta, el costo de producción ínfimo, y lo único que gasta el canal es en el premio que se le entrega a quien llega a la instancia final. Un millón de pesos, pongamos por caso, es un vuelto para cualquier canal que percibe fortunas por cada segundo de publicidad. Pero así están dadas las cosas, no hay mucho para agregar. Si un aparato de TV Smart está pensado, hoy por hoy, para ver contenido en streaming en las diferentes plataformas pagas que existen en el mercado, y si a eso le sumamos que ahí sí se invierte buena guita, el futuro de los cinco canales de aire que todos conocemos es dudoso.

Hay cineastas muy conocidos que aceptan un buen contrato con Netflix (ponele), para que sus películas sean vistas no en las salas tradicionales, sino en la pantalla chica, con un gran elenco, y actores que se suben a la cresta de la ola por sus interpretaciones. Si Spotify es lo que se viene o lo que predomina en términos del consumo de música, todo me hace pensar que podríamos esbozar un razonamiento similar para el contenido audiovisual pagado, que tiene una calidad superior a la grilla del cable promedio. Nadie aceptaría pagar por un servicio de streaming para ver algo que puede conseguir gratuitamente en otro lado. Afortunadamente, todavía existen sitios pirata como Cuevana, que cada tanto son dados de baja pero resurgen como el Ave Fénix para equilibrar un poco la balanza. Nos estaremos viendo pronto, quizás analizando este fenómeno con cifras concretas (si es que las hay) que nos muestren por qué la inversión y los cambios de la industria se están dando en esa dirección. Punto final.  

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...