Quién sabe,
quizás haya que comenzar desde cero, como lo he hecho tantas veces. Dar vuelta
de página y dejar el pasado atrás. Hasta se puede pensar en dar por concluido
este blog, y escribir en otro espacio nuevo, que sea más representativo de
quién soy yo hoy. Mis publicaciones son más esporádicas porque no me interesa
escribir porque sí, sino hacerlo cuando hay algo que me moviliza y me motiva a
dar mi mejor versión. De esta forma, lo que yo expreso suena más genuino y
auténtico. A lo largo de mi vida, me he inclinado a mostrarme siempre por lo
cual realmente soy, una persona como cualquier otra, con dificultades, y dudas,
pero dispuesta a crecer y evolucionar siempre. De mí podrán decir lo que
quieran, menos que no soy auténtico. Lo que ves es lo que hay. He pasado por
momentos complejos como le puede suceder a cualquiera, pero nunca voy a darme
por vencido antes de que suene la campana. El común de la gente intenta ocultar
esos procesos porque supone que debe mostrarse en su mejor forma. Pero yo no
soy así. Si me siento mal o incómodo por algo, es parte de ese reacomodamiento
constante.
Estoy dispuesto a
intentar un cambio. No me creo el dueño de la verdad. Y uno puede ir
modificando conductas todas las veces que lo crea necesario. Estamos a punto de
arrancar junio, ya casi se nos pasó la mitad del año, y yo no estoy para perder
el tiempo. Ya perdí suficientes cosas en el camino, pero el tiempo no se
recupera. Todo lo demás sí. Me gusta conservar intactas las expectativas, ver
que puedo seguir avanzando y progresando, haciendo lo que me gusta, dedicándome
al periodismo como lo vengo haciendo desde hace más de 20 años.
Como algunos
habrán podido leer en mis crónicas anteriores, yo no estoy de acuerdo con lo
que predica el Gobierno Nacional, con ese desguace y desmantelamiento del
Estado que están ejerciendo a todo nivel. En ese contexto, lo único que puedo
hacer es resistir con lo que esté a mi alcance. Por supuesto que, como suelo
decir, los que estuvieron antes no eran estadistas, sino un grupo de
saqueadores que hicieron de las suyas para perpetrar estafas y actos de
corrupción. Es lógico pensar que la gente se cansó de ver las mismas caras una
y otra vez, y eligió votar a un outsider, alguien que traía como canto de
sirena el hecho de no venir de la política. Todo esto que estoy enunciando ya
es historia, porque Milei va a cumplir dos años de mandato y el pescado sigue
sin venderse. Nos dijeron que no había plata, pero ellos siguen derrochando a
manos llenas y apelando a la violencia desde lo discursivo. Los blancos del
ataque siempre son los más vulnerables: discapacitados, jubilados, extranjeros,
minorías sexuales, trabajadores de la salud y de la educación.
A los que evaden
impuestos o tienen dólares en el colchón los llaman héroes. Con esos
calificativos, ¿qué podemos esperar? Es lamentable el retroceso que ha habido
en las políticas públicas destinadas a la protección de sectores de la sociedad
que continúan postergados. Siguen reivindicando el Terrorismo de Estado de los
’70, la dictadura, los genocidas. Pretenden desdibujar y desmembrar los
espacios de la memoria como la ex ESMA, bajando el rango de la Secretaría de
Derechos Humanos. La motosierra se hunde en el fango y ataca sin piedad, en una
cacería que se asemeja a cazar en el zoológico, porque los supuestos enemigos
no se equiparan al poder del Estado para destruirse asimismo y detonar todo lo
que se había construido. Por un lado, hay que decir que está bien que se bajen
impuestos o que se quiten trabas burocráticas para el comercio o la industria.
Pero eso es apenas una parte de lo que necesitamos, que es calidad
institucional. Un presidente no puede calificar a sus adversarios de “hijos de
puta”, “mandriles”, o “ensobrados”. Pero es evidente que la estrategia da
resultado entre los votantes más jóvenes, que son aquella franja etaria donde
cosechan mayores adhesiones. La cuestión Malvinas dejó de ser una causa que se
erigiera como un ícono de la diplomacia y las relaciones internacionales. A
nadie del Gobierno le interesa siquiera mantener en pie las banderas que otrora
enarbolamos, todo lo contrario: Prefieren arriarlas. El desconcierto y la
ignorancia son evidentes. No hay personas capacitadas para manejar la política
exterior de un país. Lo único que sigue en pie es un alineamiento automático
con EE.UU. e Israel, que en el caso del país del Norte no trae aparejado
beneficio alguno, en medio de la guerra arancelaria de Donald Trump. La
Argentina no se salvó ni quedó exceptuada de cargar con aranceles para poder
exportar a Estados Unidos. No hubo ninguna contemplación, pese a que las
relaciones entre Trump y Milei parecen ser sólidas. Los yanquis no están
interesados en un acuerdo de libre comercio como pretende el presidente
argentino. Lo único que quieren es repatriar a las industrias locales que se
radicaron en países pobres con mano de obra barata.
Está todo
demasiado revuelto como para poder llegar a alguna conclusión esclarecedora. En
términos políticos, el PRO ha quedado relegado a tercera fuerza porque La
Libertad Avanza le arrebató el voto de la derecha conservadora. Así lo pudimos
ver en las elecciones legislativas de CABA. Hay una diáspora de dirigentes
macristas que se están yendo para las huestes de Milei. Eso sí es una novedad,
porque el desmoronamiento del PRO se consumó con una rapidez inusitada. No hay
lugar para los tibios, el tablero se divide en halcones y palomas. El peronismo
hizo una buena elección en Capital porque captó todos los votos de la
centroizquierda. Esos sufragios habían quedado boyando por ahí hasta que
apareció Santoro y los capitalizó para ubicarse segundo cómodo en los comicios
porteños. En Lobos, el actual Intendente va a establecer una alianza con LLA y
los otros partidos todavía no definen una estrategia. El único que puede seguir
yendo solo, por su lado, es el peronismo. Los conservadores también tienen
interés en hacer una alianza con los libertarios, pero lo que hay que ver es
cómo hacen para negociar las candidaturas que encabezarán la boleta. Todos los
que están dentro del espectro de la derecha se juegan su supervivencia. Y
ninguno quiere resignar su tajada, eso está claro. Por lo tanto, si a nivel
local La Libertad Avanza se alía con referentes del PRO y conservadores,
restaría por saber qué va a pasar con los radicales, que hace rato que se
hartaron del ninguneo oficialista y prefieren competir por su cuenta con la
Lista 3. Será cuestión de esperar para ver cómo se acomodan las fichas. Nos
estamos viendo pronto. Punto final.