28 de febrero de 2011

El arte de la decadencia


He aquí el último post de febrero. Si me pongo a pensar, podría haber escrito más notas este mes, pero no me motivó tanto como su antecesor. La vida es una lucha diaria y uno no puede hacer un registro minucioso de cada cosa que le pasa, y tampoco tendría sentido hacerlo. Todos cometemos errores y equivocaciones que quedan en evidencia, precisamente, cuando alguien te lo hace notar. Hay días en que te sentís el dueño del mundo y otros en que sos apenas un mosquito molesto en medio de gigantes que quieren pisarte la cabeza. En Lobos, como en cualquier sociedad, hay gente muy "superada" y que no tiene ningún prurito en estafarte, o en hacerte esperar al pedo, o en creerse merecedores del Nobel de Literatura por haber escrito cuatro páginas. Hay momentos en que uno debe decir basta, porque es una cuestión de supervivencia: o lográs que todo eso te resulte indiferente (lo cual no es fácil), o te vas a enfermar de resentimiento y bronca contra personas que ni siquiera merecen perder el tiempo pensando en ellas. Como dije antes, no es fácil pensar así. No es fácil para la clase trabajadora tener que cuidar cada moneda para tomar una cerveza o un café en un bar mientras ves cómo otros se llenan los bolsillos sin el menor esfuerzo.

Yo no creo en la venganza, al menos por ahora. Pero si existe algún ser superior, espero que las personas que viven para joder al otro, en algún momento paguen por lo que hicieron. Lo que sí creo, es que lo que la vida te da por un lado, te lo quita por otro. Eso dalo por hecho. En este país estamos acostumbrados a ver cómo los nuevos ricos se creen que la fortuna les va a durar para toda la vida. Cuando cambie el gobierno (porque algún día va a cambiar) y las reglas de juego sean otras, van a quedar culo para arriba. Te quiero ver entonces, señor nuevo rico, a ver qué inventás para seguir manteniendo tu estatus social, cuando la soja valga dos centavos, cuando el dólar baje y no puedas exportar (cereales o lo que corno sea), cuando tengas que volver a parar la olla y vender tu Audi negro que tanto te gustaba caretear. Porque si yo me hundo, quedate bien tranquilo que te vas a hundir vos también. Y sino acordate hace diez años, en 2001, cuando todavía eras un menemista venido a menos. Y esto lo digo tanto para los K como para los opositores oportunistas. Estimado amigo del éxito efímero, espero que te acuerdes de mí en ese momento, por las dudas, viste? Porque el pasaje para irte a vivir a Egipto o a Libia, donde la cosa está tan tranquila según parece, te lo vas a tener que pagar vos!


26 de febrero de 2011

Ciencia y cultura


Si se le pregunta a cualquier persona quién es el Ministro de Ciencia y Tecnología, lo más probable es que se encoja de hombros. Y cabe la posibilidad de que no sepa de la existencia de tal Ministerio. Cada gobierno que asume tiene por costumbre fusionar Ministerios, crear otros, cambiarles el nombre, y todo ello se traduce en infinitas secretarías y oficinas. Claro está, de esta manera se logra buscarles un lugar a militantes y amigos, y de esta manera la cantidad de empleados públicos que el contribuyente tiene que financiar con sus impuestos crece sin pausa. Ante todo, quiero aclarar que la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología es necesaria, pero que no basta con darle a una persona el cargo de ministro y designarle un espacio físico. Hace falta inversión, presupuesto, y compromiso. Fue creado en diciembre de 2007 y tiene un perfil tan bajo que nadie se entera de lo que sucede allí adentro. Lino Barañao, el ministro en cuestión, seguramente reúne méritos suficientes para hacer una gestión exitosa.

El tema es que, en un país donde los aborígenes mueren de desnutrición en los montes del Chaco y Formosa mientras el gobierno se tapa los ojos, es casi surrealista hablar de tecnología.
Es probable que el Jefe de Gabinete nunca en su vida haya mencionado públicamente alguna acción del Ministerio de C y T, lo cual nos da la pauta que la agenda de Aníbal F. está ocupada por asuntos que él considera más prioritarios, como atacar a los opositores vía Twitter, negar enfáticamente la inflación y pulverizar cualquier intento del Gobernador Scioli por independizarse y dejar de ser un sumiso kirchnerista. Curiosamente, nadie nunca se preocupó por elevar la Secretaría de Cultura al rango de Ministerio, como sucede en Brasil, por citar un ejemplo cercano. Además, como todos sabemos, los funcionarios tienen una concepción muy particular de lo que es la cultura. Todo debe ser grandilocuente, impactante, y de gran repercusión mediática, como los festejos por el Bicentenario. Si hicieran una exposición de jóvenes artistas en un lugar donde todos los visitantes se sientan cómodos (no en el Centro Cultural Recoleta, por favor), sería algo modesto, que no demandaría demasiado presupuesto (menos que Fútbol para Todos seguro), y además permitiría que la gente conozca a muchos artistas plásticos, escultores, y artesanos que necesitan la colaboración del Estado para trascender. Pero entendamos de una vez que "modesto" no es sinónimo de "berreta"!!! Pónganse las pilas, armen algo con estilo, y en un lugar amplio de fácil acceso, no sean tan caraduras de gastar dos mangos para justificar su nula preocupación. Claro está que nuestros políticos están ocupados en otras cosas, como en negociar con los sindicatos pactos de impunidad. "Si quieren cultura, lo convocamos a Julio Bocca a que baile en la Av. 9 de Julio, frente al Obelisco, o traemos a Baremboim, o a Zubin Metha", razonan.

Y así funciona todo, organizando espectáculos multitudinarios con artistas consagrados, cuando en realidad lo que deberían hacer en brindar promoción y sustento a los que recién están empezando. Y no me jodan con el Fondo Nacional de las Artes, que es cualquier cosa, porque sé bien cómo se manejan. En fin, otro día más en Argentina siglo XXI.

22 de febrero de 2011

Crónica del "nuevo" Messenger


No hay cosa que me fastidie más que la pérdida de tiempo. Yo siento que pierdo el tiempo cuando tengo que esperar para hacer un trámite por simple que sea, o cuando nadie respeta los horarios de las conferencias de prensa, o quizás también cuando debo hacer algo que de antemano sé que no tendrá el menor sentido. Alguien podrá suponer que estar redactando en un blog es perder el tiempo, o que pasar horas escuchando música tampoco aporta demasiado. Y no está mal, cada cual tiene su percepción de lo que es disfrutar de las boludeces cotidianas. En definitiva, aquello que no me produce placer es lo que me resulta una pérdida de tiempo. Por ejemplo, hoy tuve que pagarle a un técnico para que me instalara el nuevo Messenger, porque mis intentos por hacerlo fueron totalmente inútiles. La notebook me tiraba error sistemáticamente. Hagamos la salvedad de que cada versión del Messenger, lejos de evolucionar, es peor que la anterior, pero los señores de Microsoft decidieron que solamente se podría utilizar la última versión y que las demás deberían ser "actualizadas" obligatoriamente.

En fin, el técnico en cuestión, estuvo una hora y media intentando instalar el bendito programa, hasta que cuando se estaba dando por vencido y mi paciencia también comenzaba a agotarse lo logró hacer. Cabe consignar que mi notebook era una Caja de Pandora, un verdadero desastre, y que este chico puso las cosas en orden, al hacer una limpieza de programas que nunca usé y actualizar otros.
No sé si esto me sucede a mí, pero tengo la impresión de que las actualizaciones de determinados programas no hacen más que complicarle la vida al usuario. Cambiaron los perfiles de Facebook al pedo, el famoso Messenger nuevo es horrible, y ni hablar del paquete Office, en particular del Word 2007. Con el Windows XP me sentía cómodo y a gusto, tenía una interfaz mucho más amigable y uno sabía como manejarse dentro de su ignorancia. El Windows Vista pasó sin pena ni gloria, y llegó el Windows 7 (el sistema operativo de mi notebook). Trato de no convertirme en un renegado social, pero no entiendo con qué criterios deciden modificar un sistema operativo, que es el "alma" de una compu, esencial para que funcione como tal.

18 de febrero de 2011

Perdido en la arena

Hoy podría tratarse, quizás, de un viernes más. El verano va languideciendo y la mayoría de los que se tomaron vacaciones ya han regresado. En marzo, como es sabido, son los jubilados los que recorren las playas y juegan al tejo en la arena. La fisonomía de Mar del Plata es diferente cuando se termina la temporada. Con mi familia yo estuve en invierno varias veces, y a pesar de ser una ciudad bella como siempre, falta el colorido y el ánimo de distensión que aportan los turistas. Antes la gente enviaba postales a sus familiares y amigos de los lugares donde estaban vacacionando. Hoy, como los costos se han encarecido tanto, el turista promedio no pasa más de cinco días en un lugar como Mar del Plata, sobre todo si es una persona joven que viaja con un grupo de amigos. 

Los usos y costumbres han cambiando de tal manera en los últimos 20 años, que las ciudades turísticas han tenido que reinventarse y adaptarse. Los pubs, los bares con karaoke, los boliches temáticos, y otros lugares de esparcimiento antes no existían, o al menos no proliferaban como en la actualidad. La típica salida a Mar del Plata, hasta no hace mucho, merecía una visita obligada al Casino, y a alguna obra de teatro. Si bien esos hábitos se mantienen, la gente busca permanecer en la playa el mayor tiempo posible y comer algo a la pasada, y me parece perfecto porque no te vas a arruinar las vacaciones dejando tus ahorros en el Casino y viendo una obra de teatro llena de vedettes reventadas y de "mediáticos" que ni siquiera tienen talento para actuar. Y bueno, es un viernes gris y tenía que renegar un poco con algo, sepan disculpar. Nos estamos viendo, amigos!!! 

15 de febrero de 2011

Los diamantes son eternos (parte 2)


Si hay un instrumento que me fascina escuchar, ése es el piano. Los pianistas de jazz (desde los indiscutibles como Bill Evans hasta los contemporáneos y más comerciales como Diana Krall), me provocar placer y admiración. El último CD que compré es una compilación de Thelonious Monk, un artista que supo ser dueño de un estilo que adoptaron sus contemporáneos y sus sucesores, el estilo denominado "bebop". La placa reúne distintas grabaciones realizadas para el sello Columbia entre 1958 y 1970. Para quien está habituado a escuchar canciones pop que a los sumo duran 4 minutos, como sucede en mi casa, tomarse de 10 a 15 minutos para disfrutar de algunos tracks para resultar tedioso, hasta que uno logra concentrarse. Porque la música que es compleja requiere, necesariamente, concentración para poder encontrar la belleza de la melodía. No vamos a negar que existen, sin embargo, canciones simples que son profundamente emotivas y conmovedoras, como "Imagine" de John Lennon.

Incursionar en el jazz supone ingresar a un territorio desconocido y en el cual los próceres del género están muchos afianzados que en el rock. Miles Davis no me gusta, pero la mayoría de quienes conocen de jazz serían capaces de apedrearme por proferir semejante herejía. Bill Evans es un grande, que murió en 1980 reventado por las drogas y el alcohol, como tantos músicos que frecuentaban las noches largas y las sesiones interminables en los estudios de grabación. Thelonious Monk murió poco después, en 1982. Debería escuchar algo de John Coltrane, todavía no lo he hecho, de manera que no puedo opinar, pero está considerado como el más grande saxofonista de jazz de todos los tiempos.
De más está decir que mis conocimientos sobre el género son muy limitados, pero tampoco me gustaría convertirme en un erudito o en un coleccionista compulsivo. La música se escucha, se disfruta, y el verdadero músico es aquel que compone lo que le gusta, priorizando su propio ego sobre el fervor de las masas. 

Desde luego, si esas composiciones son aceptadas por el público, el resultado es la consagración. Cuesta entender a tipos que quemaron novelas enteras porque no les gustaba lo que habían escrito, y sin embargo con la música sucede lo mismo. El artista genuino no va a componer cualquier basura para ganar popularidad. Gracias, Bill Evans, por dejado algo de belleza en este mundo y regalarnos para la posteridad la notas de tu piano sacudiendo nuestros sentidos.
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13 de febrero de 2011

Tarde de domingo


Hola amigos, aquí les ofrezco un nuevo post en esta tarde de domingo. Quizás no tenga muchas cosas para decir, pero de todos modos siempre es bueno estar en contacto. El 28 de febrero deberían comenzar la clases en la Provincia, pero como suele suceder todos los años, esto no será así, porque los docentes consideran que sus salarios con bajos y los sindicatos amenazan con no iniciar el ciclo lectivo si no hay un aumento. El reclamo es justo, desde luego, pero si todos hiciéramos lo mismo, nadie se pondría a trabajar y el país permanecería parado en medio de negociaciones de sindicalistas y funcionarios.
Recuerdo cuando antes uno iba a un kiosco con un billete de 100 pesos y era dificilísimo conseguir cambio, hoy con la inflación que tenemos comprás dos o tres boludeces y los 100 pesos se esfumaron. Tenía pensado irme de vacaciones pero finalmente no lo hice, con el propósito de ahorrar, pero me pregunto qué sentido tiene guardar algo que al cabo de unos meses será papel pintado. Está bueno salir de la burbuja de Lobos de vez en cuando, a todos nos hace bien cambiar de aire. El tema es buscar lugares copados y baratos, donde puedas ir a un boliche pero también tomar un café en un bar. Si bien no descarto volver a ir alguna vez, no me interesa viajar a Mar del Plata, por ejemplo, porque cuando era chico fui muchas veces y quiero preservar esos recuerdos de mi infancia.

Cuando voy a otra ciudad, me gusta conversar con la gente, preguntarles si están conformes con el gobierno, si el intendente de ellos es un tipo honesto y hace obras, y cómo es la vida cuando se termina la temporada y los turistas se van. La idea no es interrogar a la gente de una forma policial, sino conocer cómo viven. Qué se yo, sería bueno saber cómo sobreviven los habitantes de Mar Chiquita en pleno invierno, por ejemplo. El problema que tengo, en el caso de las vacaciones, es que me aburro rápidamente de todo, puedo ir a la playa dos o tres días, pero luego siento que no da para más. Otra cosa que no me bancaría es ir a un restaurante y tener que esperar para comer. Son esas cosas que nunca voy a terminar de comprender, cómo hay gente que desperdicia más de media hora para que una familia termine de cenar, se levante de la mesa y entonces ello puedan ocupar ese lugar vacante.

En fin, febrero es un mes raro, el más breve, y en el cual se produce la inevitable transición hacia la vuelta al "país real". Este año va a haber mucho fuego cruzado con el tema de las elecciones, y espero poder mantenerme lo más alejado posible de todo eso. Voy a aprovechar este domingo para descansar y empezar con pilas la semana. Nos vemos!!!

9 de febrero de 2011

Las milanesas para todos

Ahora que nuestra presidenta lanzó el revolucionario programa "Milanesas para todos", todas mis presunciones terminan de confirmarse. Parece una joda, pero no lo es: la noticia está en los principales diarios online. Para decirlo sin dar demasiados rodeos, los funcionarios aseguran que en el Mercado Central se podrán conseguir milanesas listas para freír a $ 21 el kilo. Creía haberlo escuchado todo, pero no puedo menos que preguntarme es a qué "illuminado" del Gobierno se le ocurrió pergeñar semejante estupidez. En principio, y suponiendo que se tratara de una medida acertada, no todos podemos hacernos 100 kilómetros o poco menos para comprar un kilo de milanesas. ¿Dónde está el país federal? ¿Qué sucede con los pueblos del interior, que sólo existen cuando hay que juntar votos? El intervencionismo (o no) del Estado en la economía ha sido una de las cuestiones históricas que todavía los argentinos no hemos resuelto. Hay quienes impulsan un Estado asistencialista y benefactor, y también están aquellos que proponer reducir su injerencia a la mínima expresión. Un gobierno que claudica su poder ante las empresas es repudiable. Pero un gobierno que castiga a las empresas porque se "atrevieron" a aumentar sus tarifas conforme a precios internacionales, también lo es.

Seguramente, en lo sucesivo el Gobierno redoblará la apuesta y multiplicará la oferta de alimentos y servicios "para todos". Ya lo hizo con Fútbol para Todos, vio que tuvo éxito con la iniciativa y ello resultó suficiente para continuar con otros planes insólitos como "Pescado para todos", en la última semana santa, ofreciendo unos ladrillos congelados que aparentaban ser merluza en algunos puntos de venta. Como es habitual, la presidenta se sacó las fotos de rigor, de excelente humor por la ocurrencia del inefable Secretario de Comercio. Ellos, desde luego, comen salmones, caviar, truchas de los lagos del sur, o cualquier manjar inalcanzable para la clase media, de manera que poco le importa la calidad de los alimentos a precios populares que promueven con estas campañas.

7 de febrero de 2011

Dicen que el aire es gratis....


Alguien (o algunos) descarrilan un tren de carga con un tronco en Jose León Suárez. Hay muertos y heridos. Todos los canales se ocupan del tema. Es tapa de los diarios y se comenta en la calle. Cómo puede ser, qué vergüenza, y cosas por el estilo. Pasan uno, dos días a lo sumo...y adiós. Nadie se acuerda más de nada, o quizás a nadie le importa.

Scioli tendrá cara de boludo, pero no lo es en absoluto, y ya está diagramando su futuro político. Es muy difícil que sea candidato a presidente, pero sabe cómo se maneja el peronismo y ya va preparando su "quintita". Nótese además, como la supuesta candidatura de Scioli recibió la "bendición" de Clarín y La Nación, que hacen lobby para que asuma un "moderado" en reemplazo de Cristina. Así es cómo el Gobernador es visto con simpatía por los medios, mientras Duhalde busca aparecer en cualquier lugar donde haya una cámara de TV y un periodista adulador.

Estamos en febrero. De a poco, las playas se van despoblando, el agua del mar parece más fría que de costumbre, Punta del Este y su patético glamour van cerrando un nuevo capítulo. A partir de marzo, cuando la gente retorne a sus empleos y el país salga del "piloto automático" en que está ahora, comienza la batalla para ver quién se queda con una migaja de poder cuando lleguen las elecciones. Las peores miserias humanas estarán a disposición de todo el mundo. Disfrutemos hasta marzo/abril. Después... sálvese quien pueda!!!!!

Lluvia y lunes, buena combinación?

Hola amigos, me encuentro redactando estas líneas en el mediodía de un lunes lluvioso. Alguna vez tenía que sucederme: cuando salí a trabajar no tomé la precaución de llevar un paraguas conmigo. En principio, porque en ese momento aún no llovía, y si bien estaba nublado, el clima es tan cambiante que consideré que no sería necesario. Me equivoqué y me mojé bastante, realmente no entiendo esa idea romántica que tienen algunos de caminar bajo la lluvia, me parece una estupidez, sobre todo porque las capas de ropa que uno puede llevar puestas no tardas en filtrar esa humedad evidentes, sumado a que tenés que andar esquivando charcos, pozos, baches, y sortear todo tipo de obstáculos. Además, cuando llueve los automovilistas transitan como poseídos. En serio lo digo, son un verdadero peligro, sobre todo porque congestionan el centro aprovechando que los días de lluvia no cobran estacionamiento medido y ni hablar si cuando empieza la garúa son las cinco de la tarde y hay que pasar a buscar a los chicos a la escuela. En fin, lo más conveniente es dejar de renegar inútilmente e intentar dormir un poco. Tengo unas cuantas cosas que me pasaron para contarles, y espero no olvidarme. Música: El fin de semana estuve escuchando a John Mayer (tiene talento, pero todavía le falta para despegar), y el notable disco de Conociendo Rusia, "Cabildo y Juramento". Indagar en la calidad de ambos no es el motivo de esta nota, pero siguen siendo bastante mejores que Juanes o Shakira, los supuestos "íconos" del pop latino en estos momentos. Bueno, Juanes tiene un par de temas que no son dañinos al oído, nobleza obliga.. Cuando tenga tiempo voy a volver a escuchar algo de Soda Stereo, hay discos clave para entender lo que vendría después en la movida sónidoa, sólo que por distintos motivos hacía tiempo que los tenía abandonados en las cajas de cartón donde guardo mis compacts, como se decía antes, cuando recién salieron al mercado en el país. Punto final.

2 de febrero de 2011

Cómo evitar morder el anzuelo


(Versión corregida, 2023)

Cuando uno debe salir a la calle a laburar, no se puede vivir eligiendo con quién relacionarse según se trate de oficialistas y opositores. Porque además de resultar inviable, implica ignorar la diversidad del pensamiento. No coincidir con un modo de entender la política es una toma de posición personal, pero los demás tienen derecho a hacer lo que quieran. Total, para los políticos los ciudadanos tenemos tan poco valor (somos un sobre con una boleta cada 2 años), que es una pérdida de tiempo distanciarse de alguien porque asumió una postura ideológica determinada.

Las discusiones trasnochadas no conducen a ningún lado. Los que se oponen a todo tampoco me caen bien: son pesimistas, siempre están presagiando el Apocalipsis y viven esperando que todo explote para que la balanza se incline a su favor. Egocentrismo puro. 

Pensá en esto: Todos sabemos que De la Rúa fue un presidente para el olvido, pero justo es decir que ningún dirigente del PJ salió a respaldarlo cuando hizo un llamamiento a un gobierno de coalición. Prefirieron aguardar a que todo estallara y se cagaron en la gente que luego los terminó votando. Una operación política totalmente inmoral. 

Para mí, sería lamentable perder una amistad por desavenencias políticas, sobre todo porque no me interesa convencer al otro de cómo tiene que pensar o qué ideas debe defender. Se puede debatir, por supuesto, pero no con un fanático. Si se logra llegar a ciertos acuerdos, como evitar temas de confrontación, también es posible preservar una amistad más allá de diferencias que en apariencia son irreconciliables. Porque haciendo un poco de memoria, antes que existiera la Ley de Medios, el Fútbol para Todos, o cualquier medida polémica que se haya tomado, yo ya era amigo de esa persona. Entonces, ¿qué me importa el resto? Se supone debo priorizar lo que realmente tiene valor, y que es lo que en definitiva va a perdurar cuando se termine una gestión de gobierno. Quizás ése es el secreto para no dejar que nos venzan las limitaciones del pensamiento vacío y estrecho de los políticos que no son más que un “sello de goma”.


A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...