30 de marzo de 2014

Rainy Sunday in Lobos

Domingo con lluvia en la ciudad. Probablemente éste sea el último post de marzo, no lo sé. Veremos si me dan los tiempos para redactar algo mañana. Estuve mirando fotos viejas, como solemos hacer con frecuencia en estos días desapacibles, pero felizmente no caí en la melancolía. La mayoría son fotos de 1996, cuando egresé del Secundario, y a decir verdad no es la imagen en sí lo que despierta una carga emotiva, sino las anécdotas que se esconden detrás de cada flash y que sólo conocemos los que tuvimos algo que ver con ellas. 

En esa época, con las cámaras "de rollo", de diez fotos que sacabas, tenías suerte si la mitad salían bien, teniendo en cuenta además que no éramos profesionales en esas lides. Pero es lo que hay. Cambiando de tema, un amigo me sugirió que habilitara los comentarios en el blog, para permitir que haya un "feedback" entre los lectores y yo, pero las experiencias que tuve no han sido muy buenas. Algunos (que están muy al pedo, evidentemente), te rajan a puteadas. Hay mucho spam dando vueltas, el famoso correo basura que se ahora se a hecho extensivo a las redes sociales. No obstante, voy a considerar la sugerencia, y posiblemente vuelva a habilitar los comentarios "moderados", es decir, pudiendo leerlos previamente antes de que salgan publicados .

Fiel a lo que mencioné hace unos días, hoy descargué por Internet dos discos muy buenos. Por supuesto (y esto ya lo hablamos) no es lo mismo, pero el costo es cero, y eso es lo que importa. Sería bueno que pudiéramos adoptar un formato alternativo entre lo físico (que se pueda "tocar", que sea tangible) y lo digital. Pero de eso se encargarán otros, más temprano que tarde. En fin, me voy a ver un poco de fútbol por TV. Buen lunes! Punto final.

28 de marzo de 2014

Lo mejor está por venir

Probablemente sea fruto de la abulia que en determinado momento nos embarga a todos. Como hay pocas cosas que me complacen genuinamente, eso hizo que pudiera manejar mi dinero con austeridad. También, un poco obligado por las circunstancias. Yo cultivaba cierto hábitos que cada vez han ido interesando menos. Pero ojo, no lo veo como algo necesariamente negativo. Me parece natural: pasa el tiempo, uno va envejeciendo y la vida nos lleva a buscar nuevos caminos. Admiro a las personas de 60 o 70 años que aún tienen entusiasmo para emprender algún hobby, para dedicarse al arte, o lo que sea. En mi caso, ya no leo tanto los diario, por ejemplo. 

Me di cuenta de que las escasas veces en que lo compraba esas 50 y pico de páginas quedaban como un objeto accesorio sobre la mesa del comedor. Alguien de la familia lo hojeaba, pero más allá de eso, en mi casi siempre surgía algo que me quitaba la voluntad de leerlo (me daba paj... como se dice coloquialmente). La música también me tiene un poco cansado: quienes me conocen bien saben que nunca voy a dejar de escuchar mis discos o los canciones que tengo en el celular. Pero prefiero escuchar a la gente hablar, ver qué análisis hacen de la actualidad, aportar otra mirada. Por eso, una buena alternativa para salir de la melancolía y la mediocridad es tomarse el tiempo para escuchar a grandes periodistas, lo que todavía quedan, y que circulan por el dial de la radio AM. 

Le quedan pocos días a marzo. Cada nuevo ciclo nos brinda la oportunidad o el pretexto para cambiar, para buscar un estilo de vida saludable, lejos de todas esas cosas que nos "intoxican" y que no son drogas como algún lector podrá conjeturar, sino costumbres. Ser optimista no implica asumir una actitud impostada, de falsa "serenidad", ante hechos trágicos o desgraciados. Pese a todo, seguimos en carrera por en algún lugar recóndito de nuestro ser creemos, o tenemos la convicción, de que lo mejor está por venir. 

Disco recomendado del día:

INXS, "Kick" (Mercury, 1987)

26 de marzo de 2014

Se agota la paciencia

En un comienzo, la sociedad apoyó de manera casi unánime el reclamo de los maestros de la Provincia, como así también las medidas de fuerza derivadas del mismo. Pero el conflicto no tiene miras de solucionarse en un corto plazo, las aulas siguen vacías, y la paciencia de muchos padres se fue agotando. Los más componedores proponen otras formas de protesta, como concurrir a las escuelas sin dictar clases. Otros, lisa y llanamente exigen que los docentes regresen a su trabajo, sea como sea. La situación se ha vuelto insostenible: tras más de 15 días de paro (que seguramente continuarán hasta quién sabe cuándo), todos se preguntan cómo seguirá esto. Los argumentos de los docentes son razonables y atendibles, dado que aquel que recién da sus primeros pasos como educador percibe un magro salario el cual, inclusive, es inferior al Salario Mínimo Vital y Móvil. Una vergüenza. Ahora bien, lo que se puede advertir es que muchos medios de comunicación se han volcado abiertamente en contra de los docentes (en algunos casos con total desfachatez, como en el canal América), y de esta manera se ha generado un hartazgo en la sociedad. Nadie quiere saber más nada del asunto. Tampoco importa cómo se resolverá. Que los maestros vuelvan a clases y ya. Así, en resumidas cuentas, se piensa hoy en distintos estratos sociales. Lo que es innegable es que, a esta altura, será imposible garantizar los 180 días de clase establecidos por Ley, y mucho menos llegar a tiempo con los contenidos del Diseño Curricular. No sé qué ni cómo, pero alguien haga algo urgente.

24 de marzo de 2014

Crónica del otoño lobense

"La naturaleza es sabia", dirán algunos. Yo digo que la naturaleza del ser humano es estúpida, porque siempre sigue a la manada, a la corriente, y es por ello que nunca es capaz de formarse un juicio de valor propio. Entonces es frecuente escuchar: "Me dijeron que...", "Hay fuertes rumores de que...", etc. Basta, flaco!!! Decí con nombre y apellido quién te dijo lo que estás propalando tan alegremente y hacete cargo. Y demostrá con sólidos argumentos que lo que sostenés desde un medio de comunicación, o en una conversación casual, tiene algo de asidero. En lo que respecta al periodismo, uno se nutre de fuentes y muchas veces no puede divulgar los nombres de los informantes. Pero si estás denunciando o difamando a alguien en base a un rumor, dedicate a otra cosa. Dicho esto, paso a citar un texto que puede echar un poco más de luz sobre el asunto que estoy abordando.

Gordon W. Allport y Leo Postman, profesionales especializados en el estudio de la información directa, han estudiado el fenómeno del rumor desde distintos puntos de vista, tratando de esclarecer las motivaciones particulares de las personas que se dedican a difundir rumores y la ingenuidad de la mayoría al caer víctima de sus propósitos, participando en una elaborada cadena generalmente instrumentada con intenciones malignas.
Debemos tener en cuenta que gran parte de la información que intercambiamos cotidianamente con nuestros semejantes son chismes ociosos que no siempre son inocentes, como manera de llenar un diálogo que creemos necesario para comunicarnos con la gente. Quiere decir que existe interés en la gente tanto de enterarse de lo que acontece como de contarlo después, con aditamentos subjetivos extraídos de su propia imaginación.
Es difícil saber a ciencia cierta el propósito verdadero que cumple la difusión de un tipo de información que pretende ser secreta y novedosa; pero de lo que no hay ninguna duda es que despierta el interés de la mayoría. La última noticia siempre lleva consigo la ilusión de despejar la incertidumbre y el vano propósito de calmar la ansiedad que provoca el miedo a lo desconocido.
El rumor es un problema social, principalmente en momentos difíciles cuando la avidez de noticias estimula la imaginación y puede llegar a afectar la moral de la gente, creando alarmas innecesarias o vagas esperanzas. Es una amenaza para la paz social y siembra el odio entre la gente.
El rumor sigue el mismo curso de la comunicación humana, se distorsiona con las sucesivas interpretaciones subjetivas y los intereses de cada uno, para terminar siendo algo totalmente diferente.
Las personas tienen la tendencia a modificar lo que oyen cuando lo difunden, desde su perspectiva, aunque esa información no resista ningún análisis crítico.
Los rumores que se esparcen con mayor rapidez son los que se transmiten por los medios de comunicación masiva, siempre que se vincule con personas de notoriedad de cualquier ámbito de la sociedad y que pueda significar la posibilidad de un escándalo; pero también corren rumores entre personas que se conocen porque pertenecen al mismo grupo.
Lo más peculiar de un rumor es la facilidad con que circula sin ninguna prueba que lo sustente.
Aunque la fuente de un rumor sea fidedigna, al dispersarse a través de muchos individuos pierde su categoría de autenticidad para transformarse en algo ambiguo y diferente.
Estos autores consideran saludable mantener un cierto grado de escepticismo ante cualquier información verbal como la más segura defensa.
Para que un rumor se disemine como reguera de pólvora es necesario que cuente con dos ingredientes básicos: tiene que tratarse de algo que tenga importancia para la mayoría y tiene que ser ambiguo, por la ausencia de detalles precisos o por los datos que a veces resultan incoherentes.
Un rumor puede partir de una minúscula verdad que luego se modifica hasta hacerla irreconocible.
Los momentos más favorables para la circulación de rumores en una sociedad son los críticos, principalmente en tiempos de guerra.
El rumor sólo avanza a través de personas con mentalidades semejantes ya que en un ambiente demasiado heterogéneo con pocos puntos en común e intereses diversos, tenderá a desaparecer.
El rumor cumple una función de descarga emocional en forma inmediata al proporcionar alivio mediante una salida verbal.
Fuente: Psicología del Rumor, de Gordon W. Allport y Leo Postman, Editorial Psique, Buenos Aires, 1973

23 de marzo de 2014

La colección imposible



Como les he comentado en alguna oportunidad, paulatinamente dejé de comprar CD's. Lo hice, en principio, porque se venden a precios imposibles de afrontar para mi modesto presupuesto, además del hecho de que realmente no están apareciendo bandas que resulten de mi interés. Hablar de cientos de pesos por un disco que contiene doce o trece canciones es un despropósito. En segundo lugar, con mucho esfuerzo, considero que en todos estos años logré reunir lo mejor, el "Seleccionado del Pop/Rock": Pink Floyd, Genesis, Phil Collins, Rod Stewart, Los Beatles, Alicia Keys, Los Rolling Stones, INXS, Queen, Iron Maiden, Bruce Springsteen, Michael Jackson, y muchas otras bandas o solistas más que en este momento no recuerdo. En lo que respecta al jazz supe tener bastante material, pero hasta ahora el único que se "salvó" de una venta a buen precio que pude concretar, es uno de John Coltrane. De tango, debe haber algún que otro disco. Y de rock nacional hay bastante más álbumes que fui adquiriendo cuando no era tan oneroso, porque me cansa escuchar todo el tiempo canciones en inglés. Pero en realidad no es la intención de este texto hacer alarde de una colección de objetos que poseo, sino explicar por qué motivos dije "basta". 

Quizás algún día aparecerán nuevas bandas que conciten mi atención, pero no me interesa mucho lo nuevo, ya está todo inventado. Por lo menos lo último que he escuchado, con excepción de Daft Punk. Fue entonces como fui vendiendo aquello que consideraba prescindible y que difícilmente fuera a escuchar otra vez. No tiene razón de ser acumular cosas que están siempre en el mismo estante sin que nadie les dé un mínimo uso, ni libros, ni películas, ni música. Y aunque no es mi primera opción, voy a hacer como la mayoría, meter todo en un pendrive y conectarlo al equipo de audio. Pensé en su momento en adquirir un tocadiscos, pero viendo los precios de los vinilos nuevos ($ 1.200 para arriba), creo que no se justifica la inversión. 

Uno, a menudo, establece una relación con los objetos porque traen recuerdos, y eso es lo único que nos frena de deshacernos de ellos. Por ejemplo, cuando después de ahorrar mucha guita pude comprarme un libro y una prenda de vestir, porque necesitaba renovar mi indumentaria y además es un mínimo gusto personal que me doy de vez en cuando. 
Recuerdo aquellos últimos CD que compré en la disquería Canepare que estaba en la calle 9 de Julio, antes de que el comercio en cuestión cerrara en 2007. Y si hago memoria, es probable que surjan muchas otras "notas mentales". Los sellos discográficos argentinos son pésimos, hay lanzamientos en todo el mundo que son excelentes y que aquí no se consiguen, o si los hay es a precios imposibles de pagar. 
Escuché todos y cada uno de los discos que compré, y como es natural, algunos me gustaron más y otros menos. Es por ello que separé lo que no valía la pena conservar, para intentar venderlo al mejor postor. De hecho he vendido al menos 100. Pero esa es otra historia. Lo cierto es que uno siempre vuelve a las fuentes: Los Beatles. Punto final.

22 de marzo de 2014

Personas que extrañamos (Argentina- Siglos XX y XXI)

(El orden es totalmente arbitrario): Arturo Frondizi, Arturo Illia, Leandro N. Alem, Raúl Alfonsín, Néstor Kirchner, Alfredo Palacios, Alicia Moreau de Justo, Juan Domingo Perón, Evita, Juan Manuel Fangio, Froilán González, Carlos Monzón, Ringo Bonavena, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Marco Denevi, Julio Cortázar, Leopoldo Marechal, Manuel Mujica Láinez, Roberto Arlt, Victoria Ocampo, Silvina Ocampo, Alfonsina Storni, Alejandra Pizarnik, José Ingenieros, Luis Alberto Spinetta, Miguel Abuelo, Federico Moura, Luca Prodan, Sandro, Floreal Ruiz, Edmundo Rivero, Roberto Goyeneche, Nelly Omar, Astor Piazzolla, Aníbal Troilo, Beba Bidart, Tita Merello, Olga Zubarry, Juan Carlos Thorry, Juan Carlos Calabró, Alberto Olmedo, Jorge Porcel, Fidel Pintos, Facha Martel, Javier Portales, Adolfo García Grau, René Favaloro, Ramón Carrillo, Bernardo Houssay, César Milstein, Carlos Saavedra Lamas,  y otros más que se "fueron" y que en este momento no recuerdo.

19 de marzo de 2014

La plenitud

Si bien, como ustedes saben, me fascina la música, también aprendí a disfrutar del silencio. Dejar que los segundos transcurran sin sonido alguno, o escuchando el ladrido de algún perro vecino. Me gusta tirarme en la cama mirando al techo y pensar en boludeces, o en ideas para escribir un texto. Es mi cable a tierra cuando me siento un poco agotado. Le estoy agradecido a la vida, porque me dio unos padres que me apoyan en todo. Y que no soy condescendientes, sino que me marcan mis errores. Pero por sobre todas las cosas, nunca me faltó nada: ni comida, ni ropa, ni educación. Y todo eso se lo debo a ellos. 

Luego llega el momento de empezar a recorrer el propio camino, hay que buscar trabajo, y es entonces cuando nos enfrentamos al mundo "de verdad". Cuando descubrimos que hay gente que te caga, te forrea, o que hace todo para que no progreses. Y es entonces cuando tenemos que imponernos, no en base a la violencia, sino mostrando que hacemos un trabajo de calidad. De esta manera nos diferenciamos de los mediocres y podemos desplegar nuestro verdadero potencial. Podrán envidiarnos, pero no quitarnos nuestras capacidades y aptitudes. Es difícil conseguir trabajo hoy en día. Yo tengo casi 35 años y mi generación es muy diferente a la actual, lo cual no quiere decir que sea mejor o peor. En 1996 o 1997, los índices de desocupación eran altos. En los últimos años han bajado considerablemente, pero los chicos que recién empiezan tienen que hacer laburos de mierda. Antes por ahí podías meterte en un estudio contable, o trabajar en una oficina. Es la percepción que yo tengo, no estoy seguro de que sea así. Lo que sí puedo afirmar es que soy Perito Mercantil y nunca me dediqué a nada relacionado con los números o la contabilidad. Pero así se dieron la cosas. 

Por eso, volviendo a la idea iniciar, el asunto es buscar la plenitud. No hace falta viajar al Caribe o pasar unos días en un Spa. Lo que necesitamos es tranquilidad en medio de un mundo cada vez más violento e imprevisible. Punto final.

16 de marzo de 2014

Escuchando a Bob Marley

Domingo por la noche. Terrible bronca me agarré, hace como media hora había escrito un posteo bastante bien logrado y estaba muy satisfecho con él, pero no lo pude publicar porque se desconectó Internet. Y ahora no recuerdo casi nada de cómo le había dado forma a ese texto original. En fin, cosas que pasan.

En este blog he dejado marcas de mi vida, de estos 9 años desde aquel lejano 30 de junio de 2005. Sinceramente, me gustaría mantenerlo todo el tiempo que me fuera posible, pero quién sabe lo que sucederá dentro de unos años o dentro de unos meses. Hoy fue un día perfecto, que compensó una semana de trabajo agotador. Como bien dice la Biblia, el domingo es día de descanso. Así que estuve buena parte del día en la cama escuchando música. Me interesó hurgar en aquel hermético disco de Pink Floyd, "A saurceful of secrets" (1968), el último antes de que Syd Barrett no pudiera seguir por los estragos que le produjo el consumo de LSD. El tema que da título al álbum es instrumental, largo y monótono, pero es el estilo de Pink Floyd en aquellos primeros años de la banda. Todo era rock psicodélico, el LSD supuestamente te deliraba y te volvía más creativo. Claro que varios quedaron en el camino, entre ellos el propio Barrett, que terminó con la cabeza quemada por el ácido y pasó el resto de su vida recluido. Me interesó escuchar ese disco, sí, pero no es uno de mis favoritos o al que volvería a recurrir asiduamente. Han grabado otros mejores.
 
También estuve escuchando a Bob Marley, concretamente su álbum "Kaya" (1978), sucesor del consagratorio "Rastaman Vibration". Es un disco prolijo y amigable, que se presta para determinadas situaciones. La industria discográfica -se sabe- funciona como un Pacman, y el artista, vivo o muerto, sigue siendo fuente de ingresos. Luego, como en cualquier parte, está el tema de los derechos de autor, a quiénes corresponden las regalías si se trata de un músico fallecido, etc. 

Por eso, salen al mercado ediciones aniversario o "deluxe" que agregan un disco o CD extra por el sólo hecho de vendértelo ese material como algo que aparenta ser nuevo, muchas veces sacrificando la calidad de sonido porque son grabaciones que durante mucho tiempo permanecieron pirateadas, o tomas de estudio descartadas. 

En fin, podría proseguir escribiendo sobre eso porque es un fenómeno que vengo viendo hace ya varios años, pero lo dejaré para otra ocasión. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

14 de marzo de 2014

Al fin viernes, al fin la lluvia

Viernes de lluvia en la ciudad. La verdad es que pasó menos tiempo de lo que pensaba entre este post y el anterior. Suponía que ya había transcurrido una semana, pero fueron sólo cuatro días. La cuestión es que he estado muy ocupado y somnoliento como para actualizar el blog y escribir algo medianamente coherente. Me quedé pensando en un libro que estoy leyendo: "Nominados", de Marcos Grobán. El autor fue productor general de Gran Hermano, y de algún modo desmitifica todo lo que se estuvo hablando respecto al ciclo. En realidad, "Gran Hermano" fue un producto traído de países europeos, donde tuvo éxito pero no al punto de convertirse en tema de conversación de cualquier reunión como sucedió aquí. En la Argentina, Gran Hermano se convirtió en un fenómeno social, que sería interesante analizar. En lo personal, ver a un grupo de personas al pedo encerradas en una casa y siendo filmadas todo el tiempo no me genera ningún tipo de entusiasmo. Pero acá la gente lo siguió y los consumió como si se tratara de una telenovela. Estamos bastante lejos de 2001, cuando se estrenó el primer "Gran Hermano" por Telefé. Recuerdo que en aquel momento, a pesar de que el país se caía a pedazos, era difícil charlar con alguien sin que surgiera alguna alusión a este reality. 

Y ahora, volviendo a 2014, nos encontramos con una televisión pobre, tanto en contenidos como en calidad. Sé que es un tema reiterativo en mis textos, pero es complicado encontrar algo interesante en la tele. Yo tengo cable, y hace unos días estuve haciendo zapping durante cinco o diez minutos buscando algo que valiera la pena. La series del Canal Sony, todas ellas de Yanquilandia, no me interesan. No me siento identificado con las historias ni con los personajes. Por lo tanto, habrá que volver a la radio portátil. Punto final

10 de marzo de 2014

Mañana puede ser mejor

Cuando vivimos momentos de zozobra, no nos queda otra alternativa que pensar que el futuro puede ser mejor. Ya sea a largo o a corto plazo, saldremos adelante. Por supuesto, no tenemos certeza alguna de algo que todavía no ocurrió, pero es una "tabla de salvación" que en muchos casos sirve para no bajar los brazos. Puede ser que hoy no haya sido un buen día, o que quizás los últimos meses nos haya ido realmente mal. Pero estoy convencido que "lo que vendrá" es lo único a lo cual podemos aferrarnos. 

Todos tenemos derecho a ser felices, a disfrutar de la vida, a ilusionarnos, a soñar. Y no podemos permitir que nadie nos quite esos derechos en este breve tránsito por este mundo. Hace unos meses escribí un post que sostenía la necesidad de "romper con el pasado". Pero les puedo asegurar que no es fácil. No lo ha sido para mí, ni para otras personas que conozco. Lo único que nos salva es volver a lo esencial, a lo básico, y dejarnos de joder con cosas que nos intoxican. Algunos podrán encontrar consuelo y contención profesando una religión, y es totalmente válido. Lo que realmente es nuestra responsabilidad, es buscar la manera de sentirnos mejor, aún en la adversidad. Punto Final.

4 de marzo de 2014

10 años de cambios

Hace ya 10 años que vivo en esta casa, que me queda a cuatro cuadras del Centro de la ciudad. Anteriormente vivía frente al Parque Municipal, y allí transcurrió la mayor parte de mi infancia y adolescencia. Con el tiempo, fue llegando el progreso: luz, agua corriente, gas natural, etc. Pero costó: para muchos Intendentes, el Bº Parque no esa tenido en cuenta, por lo cual bien podría decirse que era un barrio postergado. Mi familia tuvo que pagar, al igual que el resto de los vecinos, para que el asfalto llegara y pusiera fin a esa nube de tierra que se levantaba cuando los autos circulaban a toda velocidad. Hoy, muchos lobenses de otros barrios se ven beneficiados con el asfalto gratis, y únicamente deben abonar el cordón cuneta. Pero no siempre fue así. El Barrio Parque, a mediados de los '80, era un barrio humilde, pero no marginal: en él residía gente de trabajo, que al igual que mi familia ansiaba progresar y que alguna vez las autoridades se acordaran de que existíamos. Hoy solamente concurro al Parque cuando tengo ganas de caminar, o a veces cuando organizan alguna actividad cultural. 

El 10 de enero de 2004 nos mudamos con mi familia a la casa donde vivimos actualmente. La mudanza llevó bastante tiempo, y como suele suceder, nos dimos cuenta que en tantos años habíamos acumulado cosas inútiles. Lo más importante fue trasladar los muebles, el televisor, los colchones, y la ropa. Con eso nos fuimos arreglando hasta que se terminó con la tarea. Hoy puedo decir que ganamos en confort y en calidad de vida, pero quizás perdimos el contacto diario con uno de los espacios verdes más bellos de Lobos. A diferencia de lo que le sucede a otras personas, no tengo nostalgia por mi vivienda anterior. Desde luego, guardo muchos recuerdos, pero no se trata de algo que aparezca a menudo. Renegué al principio cuando mi padre me hizo saber que nos mudaríamos, pero las decisiones no las podía tomar yo y además debo reconocer que fue una decisión acertada. Diez años pasan rápido, demasiado rápido. Las trancisión 2002/2004 fue la más jodida, pero por suerte todo eso quedó atrás. Es momento de mirar hacia adelante. Punto final.

2 de marzo de 2014

Marzo, mes jodido

Ya casi podemos despedirnos del verano, de los helados, de la playa, de los largos atardeceres y de las tardes de mate y pileta. Marzo es uno de los meses que menos me simpatiza, porque se vuelve largo y tedioso. Lo positivo, para quienes nos dedicamos a ejercer el periodismo en un pueblo chico, es que se retoma la actividad en todos los órdenes y en consecuencia hay más material para redactar noticias. Hoy vi por TV la imágenes del show de Charly en el Cosquín Rock. Me duele decirlo, pero su actuación me pareció decadente. Ya no puede cantar, y supongo que menos aún podrá componer. Tampoco voy a caer en la estupidez de decir, como sostienen muchos, que "falopeado estaba más lúcido", o cosas por el estilo. Si Charly García sigue vivo y haciendo shows, lamentables pero shows al fin, es gracias a la desintoxicación que debió hacer luego de varios años de excesos. Prefiero verlo como está antes de perder al músico más grande que ha dado el rock argentino. Es probable que la torpeza para expresarse o coordinar algunos movimientos se deba al cóctel de medicamentos que debe estar consumiendo para paliar sus adicciones. Las pastillas te voltean, y tienen muchos efectos secundarios más allá de que sean recetadas por un profesional idóneo. Charly ha escrito las páginas más gloriosas del rock nacional, es una leyenda viviente, y hay que bancarlo. Yo no soy incondicional, y es por ello que reconozco que no es el mismo de antes. Pero sigo sosteniendo que fue el mejor de todos. El único que pudo pelearle el "podio" fue el Flaco Spinetta. El resto está muy lejos de aproximarse a la genialidad de Charly. Insisto: duele verlo "empastillado", con esos movimientos cuasi robóticos y esa dificultad para hablar, pero al menos está vivo y le auguro muchos años más por el placer que me genera disfrutar de su música. Punto final. 

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...