“Me estoy fundiendo trabajando”. Es una frase que he escuchado a menudo, y que resume lo siguiente, por si hiciera falta explicarlo: Lo que ganás no te alcanza para hacer frente a los gastos corrientes. Creo que esta vez me tocó a mí. Por supuesto que lo menciono sin la intención de hacerme el mártir, ni dar lástima a nadie. Básicamente, trasladarlo hacia mi contexto personal podría ser malinterpretado. Sonaría chocante que me queje con una afirmación de ese tipo (aunque motivos no faltan) siendo que hasta ahora, dispongo de lo esencial para subsistir.
Pero mirá cómo serán las cosas que inclusive un amigo, que cuenta con un patrimonio muy superior al mío, me planteó hoy que si él tuviera que trasladar los aumentos de tarifas y todo lo demás a sus clientes, no podría hacerlo porque no le compraría nadie. Bueno, yo tendría que cobrar un monto mayor a mis sponsors, pero para lograr una diferencia a mi favor, ese costo debería incrementarse casi en un 100 %. Dudo de que alguien esté dispuesto a aceptar un ajuste a ese nivel, sobre todo respecto a algo que no se considera prioritario, como es la publicidad. Qué decir, a veces ni me interesa entrar en una polémica con un determinado comerciante, porque ya sé cómo viene la mano, y es mejor sostener una cifra irrisoria antes que quedarme con las manos vacías.
La mercadería se
pudre en las estanterías de los supermercados. No es casualidad que, 10 o 15
días antes de la fecha de vencimiento, pongan en oferta un producto a mitad su
valor. Mirá cómo será, que aun así, tienen un margen de ganancias. Si no hay
una inflación alta, es porque no hay consumo. Es como tomarle el pulso a un
muerto. Nos están apretando los huevos y debo decir que nunca había visto algo
así. Ni siquiera en el gobierno de Macri. Pero yo espero que, algún día, el
kirchnerismo residual que concluyó una gestión lamentable en 2023, haga una
autocrítica. Milei ganó como contraste ante lo que era casi un manotazo de ahogado
del otrora oficialismo.
Roza lo patético
observar cuando ves trolls que le dicen a otro: “Andá a laburar, agarrá la pala”,
precisamente porque ellos nunca hicieron ninguna de ambas cosas. Lo único
que aprendieron a usar es un teclado y les pagan por eso. Un curro fácil, en casa,
y sin horarios.
¿Cuándo terminará todo esto? Es difícil saberlo. Lo que menos quisiera es que haya una revuelta popular o un estallido social. Aunque nos cueste sangre, sudor, y lágrimas, hasta el 10 de diciembre de 2027 no se va nadie. Ya que resultaron electos, que se hagan cargo, que se la banquen, y que asuman las consecuencias. El año que viene hay elecciones, y son decisivas para definir la composición de las cámaras de Diputados y Senadores. Por lo cual, si LLA gana por un amplio margen, tendrá más legisladores propios y no debería negociar acuerdos espurios por debajo de la mesa.
Y ya que hablamos de “pactos”, el Pacto de Mayo, tal como lo llamó el
Presidente, es un invento que va destinado al fracaso antes de empezar. Primero
amenazó a los gobernadores con dejarlos sin un peso, después se rebeló el de
Chubut redoblando la apuesta, y ahora el Gobierno busca convocarlos a todos, no
se sabe bien para qué. Tal vez sea al solo efecto de ver si pueden sumar apoyos
y adhesiones. Claro que, si eso se consigue, deberán ceder algo a cambio. Nos
caben dudas de que será un camino bastante arduo por recorrer. Sólo resta
sentarse a esperar. Nos estamos viendo pronto. Punto final.