12 de abril de 2009

Un post para la historia...

Por lo general, las mejores ideas para redactar una nueva nota en el blog sobrevienen durante la noche, cuando estoy en la cama tratando de conciliar el sueño. Me entusiasmo con mi súbita creatividad, y voy escribiendo mentalmente el texto. Pero como no tengo la computadora en el dormitorio, tan pronto como llega el sueño las ideas se desvanecen. Podría tomarme la molestia de anotarlas en un trozo de papel, pero la sola posibilidad de tener que levantarme de la cama y tomar una lapicera está muy lejos de mis principios.

Finalmente, al día siguiente queda algún vestigio de la idea original dando vueltas por ahí, pero no termino de pulirlo, de darle forma. Bueno, me sucede algo parecido a las personas que tienen por costumbre anotar lo que soñaron, cuando te despertás al otro día y leés lo que escribiste es muy probable que te encuentres con un montón de frases inconexas, que no reflejan de un modo más o menos fiel tu viaje onírico.
Hoy retomé las ganas de escuchar música, que había abandonado hace unos días cuando estaba agobiado por dificultades y cualquier sonido que no proviniera de mis labios me crispaba los nervios. De vez en cuando, encontrás cosas atractivas. Por ejemplo, buscar en You Tube algún disco de Bob Dylan, de Tom Petty, o ver aquel memorable concierto en Hawaii de Elvis, que creo que fue en 1974. Sin embargo, como ya he comentado, la música no es algo que me desvele todo el tiempo, en parte porque hay diferentes formatos disponibles, y además me he dado cuenta de que en las radios locales hay muchos programas "enlatados", que no son en vivo, con lo cual se pierde la inmediatez que caracteriza a ese medio de difusión.

La noche avanza y estamos en las últimas horas del domingo. Mañana, la máquina volverá a funcionar, la rueda volverá a girar, y la vida va a volver a ser como casi siempre. Pero si no tuviéramos la convicción de que el día siguiente nos puede deparar una sorpresa o un verdad no revelada (sobre todo para los periodistas como yo), tendríamos menos estímulos para seguir pedaleando. Punto final. 

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...