14 de diciembre de 2009

Lunes perezoso y bucólico

Lunes por la noche en la ciudad. Comienza la semana y cada uno se prepara para afrontarla lo mejor que puede, en el tramo final de este 2009. 

Si tuviera que hacer una reseña de todo lo hecho durante este año, me costaría un poco llevar adelante esa tarea. No recuerdo mucho qué hice en enero o febrero, por ejemplo, pero sí creo que fueron meses poco productivos, como es habitual en el verano. Después empecé a hacer terapia, en marzo o abril. Creo que la psicóloga le puso profesionalismo a su labor, pero no funcionó. No me sirvió, en síntesis, aunque pude rescatar algunas cosas interesantes que me dijo.

A esta altura del año, se advierte que hay poca actividad y la gente que tiene la posibilidad de hacerlo se toma vacaciones, razón por la cual la ciudad entra en un letargo y en una chatura aún más pronunciada que lo habitual.

Ayer Banfield se consagró campeón del Torneo Apertura. ¿Da satisfacción al equipo y a los jugadores salir campeón aun habiendo perdido el último partido? Tratándose de Banfield, es evidente que sí, dado que nunca había obtenido el título tan codiciado. Había mucha expectativa en torno a ese partido, pero cuando finalmente comenzó (en el mismo horario que Newell's-San Lorenzo) no se vio buen fútbol. Este torneo fue el primero que televisó el nunca bien ponderado "Fútbol para todos". Es decir, el primero en muchos años que no hubo que pagar para verlo por TV. 

De todas maneras, el Estado reconoció que el negocio no le resulta rentable. No han logrado vender suficientes espacios publicitarios como para recuperar el dinero que le pagan a la AFA por los derechos de televisación y el costo que supone poner en el aire cada transmisión. Creo que una buena alternativa sería que el Estado se reserve el derecho de transmitir gratuitamente uno o dos partidos importantes por cada fecha y que el resto sean cedidos para que una empresa privada se haga cargo de la explotación. De lo contrario, seguiremos alimentando a una máquina deficitaria e ineficaz, que ni siquiera ofrece un servicio vital, sino un mero escapismo para las masas. Ojo, esto no significa que no me guste el fútbol. Sólo digo que es demagogia de la peor calaña, como manifesté en su momento por este mismo espacio.

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A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...