Hay muchos políticos que ya están pensando en 2015, cuando para el común de la gente la vida se vive día a día, como laburantes que somos. No especulamos en qué sucederá de acá a dos años, podemos hacer conjeturas, pero no vivimos pensando en eso. Los objetivos que se propone una persona de clase trabajadora son a corto plazo, salvo aquellos que hayan sacado algún crédito o tengan proyectado construir una vivienda. ¿Quedará algo de kirchnerismo después de 2015? ¿Cómo será la disputa por la sucesión presidencial en el seno del peronismo? ¿La UCR podrá volver alguna vez a erigirse nuevamente como alternativa de Gobierno? Son todos interrogantes que flotan como si fueran nubes, esas nubes que vienen y van con el viento.
No sé si es correcto se hable de una "clase política", como si los políticos fueran marcianos, o como si formaran parte de un grupo de iluminados. La mayoría de ellos cuenta con punteros, con asesores, con tipos que les bancan la campaña, con un equipo de prensa, pero si les quitamos todo el envoltorio son tan ignorantes como nosotros. En este país han pasado cientos de Ministros de Economía y hasta ahora ninguno supo resolver el problema de la inflación, por citar un ejemplo. Y la única vez que no hubo inflación, fue por la bendita Convertibilidad, un corset del cual no pudimos salir y que nos llevó al desastre por todos conocido. Yo no tendré mucha experiencia y hasta puedo pecar de ingenuo, pero que no me vengan a hablar de arreglar el país con discursos y cámaras de seguridad, mientras los chicos del Chaco y los indios de Formosa se cagan de hambre. Punto final.
No sé si es correcto se hable de una "clase política", como si los políticos fueran marcianos, o como si formaran parte de un grupo de iluminados. La mayoría de ellos cuenta con punteros, con asesores, con tipos que les bancan la campaña, con un equipo de prensa, pero si les quitamos todo el envoltorio son tan ignorantes como nosotros. En este país han pasado cientos de Ministros de Economía y hasta ahora ninguno supo resolver el problema de la inflación, por citar un ejemplo. Y la única vez que no hubo inflación, fue por la bendita Convertibilidad, un corset del cual no pudimos salir y que nos llevó al desastre por todos conocido. Yo no tendré mucha experiencia y hasta puedo pecar de ingenuo, pero que no me vengan a hablar de arreglar el país con discursos y cámaras de seguridad, mientras los chicos del Chaco y los indios de Formosa se cagan de hambre. Punto final.