Muy pocas
veces nos ponemos a reflexionar en lo que realmente es importante y vale la
pena, como son los amigos, la familia, los afectos. Hay personas que se jactan
de tener mucha cultura y billetes pero carecen de todo contacto personal. Almuerzan
o cenan sin saber lo que están comiendo, mirando la pantalla de TV como si
fueran zombies. Lo sustituyen con el uso del celular, el WhatsApp, o cualquier "chiche" nuevo. Hasta
las postales navideñas, con sus habituales mensajes cursis y sensiblería
barata, se envían ahora por Internet.
Sin
embargo, todo se mide según los deseos e intereses de cada uno. Por ejemplo:
sin la Web, claro está, este blog no sería posible ni tendría la posibilidad de
difundirlo. De manera que renegar de "la red de redes" a esta altura
sería escupir para arriba. Pero creo que podemos hacer un uso racional de las
nuevas tecnologías. Inclusive, más productivo. Aprender algo a partir de una
noticia publicada en Internet no está nada mal. Hay muchos tutoriales en You
Tube que muchas veces te sacan de un apuro. Y quizás no vendría mal no estar
tan pendientes de Facebook, ya que
dejaríamos de vivir la fantasía de que tenemos centenares o miles de
"amigos virtuales". No hace falta ser demasiado sagaz para razonar
que sólo un puñado de ellos estarán con nosotros en situaciones límite.
2020 será
un año duro, pero me consuela pensar que, al menos para quienes hacemos
periodismo no tendremos que cubrir una interminable sucesión de actos políticos
que son propios de las elecciones. Realmente
los meses de campaña política fueron muy desgastantes y en lo profesional te
exigen al máximo. En los meses previos
al 27 de octubre, hubo de todo: anuncios, inauguraciones, acusaciones cruzadas,
cortinas de humo, chicanas políticas, y golpes bajos. Es el juego de la
política, tal como se entiende en la Argentina de hoy.
Simplemente
espero que tengamos la capacidad suficiente para ser tolerantes, porque los
medios de prensa suelen ser blanco fácil
de las críticas y quienes nos dedicamos a esto debemos tener el temple
necesario para seguir adelante a pesar de que más de una vez, uno quisiera
reaccionar ante un acto que considera injusto.
Mientras
tanto, insisto que debemos buscar refugio en aquellas cosas que nos hacen bien,
que nos dan placer, porque no vinimos a este mundo sólo a trabajar y a pagar
cuentas, sino a darnos la oportunidad de ser felices con lo mucho o poco que
tengamos a nuestro alcance. De lo contrario, estamos condenados a vivir al
mejor estilo "Tiempos Modernos", de la mecanización del hombre, el
antológico filme de Chaplin. Soy
optimista respecto a lo que pueda hacer Alberto F. a partir del 10 de
diciembre, pero no le voy a dar un cheque en blanco.
Considero
oportuno meternos en el "bocho" algo muy simple, que mencioné en otro
texto, con sesgo optimista: Todo tiempo pasado fue peor (contradiciendo el
popular "Todo tiempo pasado fue mejor"). En todos los sentidos, sería
arduo abundar en esto, pero particularmente en Ciencia y Tecnología. Dejemos de
luchar contra la nostalgia, de sostener aquella imagen de "El Granero del
Mundo" que creímos ser y quizás ni siquiera lo fuimos, porque fue la
coyuntura de un determinado momento de la historia.
Dejemos de lado todo
amiguismo, más aún en tiempos de campaña. Si cada uno se dedicara a superarse
en lugar de mirar la paja en el ojo ajeno, todo sería diferente, por más que el
dólar esté por las nubes y los diputados se roben hasta la Casa Rosada. Punto
final.