Primer post de abril. Llueve torrencialmente en Lobos, y la ominosa presencia del aguacero se eleva a la máxima potencia en cualquier lugar que cuente con techo de chapa, como este humilde habitáculo desde donde escribo estas líneas. Cuando estoy off line , siempre se me ocurren ideas que podrían formar parte de un próximo texto, pero cuando finalmente me siento frente a la pantalla me agarra una suerte de parálisis.... digamos que a menudo no recuerdo exactamente qué es lo que quería escribir, lo cual puede atribuirse a que no tomo nota alguna de ello, ni hago ningún borrador.... simplemente escribo. Por supuesto, soy consciente de que el resultado final podría mejorar considerablemente si adoptara otro procedimiento para escribir, pero bueno... La cuestión es que estoy leyendo un libro de Liliana Heker que me parece bastante interesante y recomendable. Por lo menos ha sido lo suficientemente interesante para que haya continuado su lectura hasta el momento, lo cual no es poca cosa. Es una antología de cuentos que dormía el sueño eterno en una conocida biblioteca pública. Irónicamente, el libro al que me refiero forma parte de los ejemplares que entrega la CONABIP a las bibliotecas para que éstas puedan proveerse de material.
El gancho del libro en cuestión es que, siendo una mina que tiene más de 40 años de trayectoria dentro de las letras, ha publicado en esta antología uno de sus primeros relatos, escrito a los 17. Tratándose de un escritor/a consagrado/a, pienso que hay que tener huevos y una honestidad intelectual a prueba de balas para publicar un texto que -más allá de quien sea el autor- difícilmente resista el paso del tiempo, no sólo desde el plano meramente literario, sino ideológico. Y hablando de ideologías, husmeando en la web me entero que esta autora Heker mantuvo una ríspida polémica nada más y nada menos que con Julio Cortázar. El texto que da cuenta de ello se puede leer el sitio de la revista Abanico, de la Biblioteca Nacional.
He aquí la biografía de Liliana Heker: Cuentista y novelista, nació en Buenos Aires en 1943. Fue directora de dos revistas literarias de incuestionable trascendencia: El Escarabajo de Oro y El Ornitorrinco. En ellas sostuvo polémicas, publicó ensayos y críticas y participó de los encendidos debates ideológicos y culturales de los últimos veinticinco años. Empezó a escribir desde muy jóven. "El poema es pésimo, pero por la carta se nota que sos una escritora", le había dicho Abelardo Castillo al leer los escritos que Heker le había hecho llegar cuando tenía 17 años. Fue entonces cuando Liliana Heker entró a trabajar en la revista literaria El grillo de papel. Unos años después la publicación de Los que vieron la zarza (1966) la consagraría, precoz y definitivamente, como una de las grandes narradoras argentinas contemporáneas. Sus cuentos completos han sido traducidos al inglés y muchos de sus relatos se han publicado también en Alemania, Rusia, Turquía, Holanda, Canadá y Polonia. Ha reunido todos sus cuentos en el volumen Los bordes de lo real (1991). Su última novela, El fin de la historia (1996), una desgarradora historia ambientada en los violentos años '70, fue un suceso literario y cultural, desatando por igual la admiración y la polémica.
PD: Decidí incorporar los "links" (o hipervínculos) a partir de este texto que escribo, porque a mi criterio éstos ofrecen un abordaje distinto de lo que aparece en la pantalla, el lector que así lo desee puede evadirse del texto de origen y saltar en cualquier momento a los artículos relacionados.