Llegó el día. Este blog cumple 3 años de permanencia en el ciberespacio, y si bien no soy muy afecto a las notas autorreferenciales, no podía dejar pasar esta fecha sin redactar algún post. La verdad es que hay determinados hechos que hacen que a uno “le caiga la ficha”. Este blog es uno de ellos, pues uno toma conciencia del paso del tiempo. Quizás tres años no representen mucho para algunos, pero en mi caso particular hay sido años muy intensos. Tuve que tomar decisiones que definieron a posteriori el futuro de muchas de las cosas que me suceden hoy. La vida nos pone en todo momento ante la necesidad de tomar decisiones, de definirnos, de asumir una postura ante un determinado acontecimiento. A veces podemos dilatar el trámite, en otros casos la situación no nos deja otra alternativa que un pronunciamiento urgente y categórico.
A riesgo de ser reiterativo, les diré que pasaron muchas cosas en estos tres años: hubo personas que fueron y vinieron por mi vida, empleos, frustraciones, pequeños logros, y lo que es fundamental, un cambio en la forma de pensar. Aunque a menudo me deje ganar por la psicosis colectiva (también conocida como “psicología del rumor”), trato de no ser tan drástico ni tan alarmista, lo cual no es sencillo dado que mientras redacto estas líneas el país se hunde como el Titanic. En 2005, cuando este blog comenzaba, estábamos en plena “primavera kirchnerista” y el propio señor K saboreaba la euforia de haber roto lanzas con el FMI y proclamó con bombos y platillos la salida del default. Hoy, tres años después, se sabe que el monto total de la deuda pública del país supera los 144.000 millones de dólares, unos cuantos millones por encima del naufragio del 2001.
En 2005 las preocupaciones eran otras. Recuerdo que, como en todo año “pre-Mundial” hasta el más escéptico se ilusionaba con las chances de
Si no me traiciona la memoria, hace tres años un diario promedio costaba $ 1,50. Un kilo de pan, $ 3 (y creo que era aún menos). La inflación carcomió el poder adquisitivo de la clase media con una voracidad que los argentinos no conocimos durante los 10 años de Menem. De más está decir que no lo digo a esto como un logro de la gestión de Menem, sino como un hecho objetivo que fue posible gracias a la fantasía del “
Llegué a los 3 años de este blog y es un buen motivo para festejar, al menos para mí. Hasta el próximo post!!!