9 de agosto de 2008

Juegos en la madrugada


La tiranía de los husos horarios me obliga a levantarme a horas insólitas para mi rutina habitual con los Juegos Olímpicos en pleno desarrollo. Se trata del evento deportivo más importante del mundo y ocurre una vez cada cuatro años, de modo que no es cuestión de dejarlo pasar. Este post lo estoy redactando luego de haber visto a la judoca argentina, cuyo nombre -por desgracia- caerá rápidamente en el olvido, alzarse con la primera medalla de un deportista argentino en Beijing. China le ha dado una gran lección al mundo, con unos Juegos excepcionales, y una ceremonia inaugural impecable que ya ha sido reconocida como la mejor en la historia de las Olimpíadas (sí, ya sé que "Olimpíadas" no es lo mismo que decir "Juegos Olímpicos", pero no me importa demasiado). Hasta los Estados Unidos reconocieron, muy a su pesar, que los chinos están haciendo historia con este evento. Basta con comparar estos Juegos con los patéticos y bochornosos sucesos de Atlanta '96, donde los americanos armaron un circo con dos mangos y una ceremonia inaugural que se recuerda por lo berreta y por ser la viva imagen del mal gusto propio del americano promedio (Cars and girls).
Nosotros también tendemos a asociar lo chino a lo berreta, a lo devaluado, por razones obvias: el 90 % de los artículos electrónicos de consumo doméstico se producen allí, y su vida útil es efímera. Pero cuando los chinos se proponen hacer algo en serio y además son conscientes de que los ojos del mundo están sobre ellos, saben hacerlo. China será una república comunista, pero negocios son negocios, y el gigante asiático lentamente se va abriendo hacia una economía de mercado. Disfrutemos de estos juegos maravillosos, aunque haya que levantarse de madrugada.

Un resumen de 20 años

  Al cabo de casi 20 años, puedo afirmar que estoy conforme con las notas que he escrito en este blog. Este año ha sido muy particular para ...