24 de agosto de 2008

Un domingo de sol y un sábado a pleno

Los días se alargan, se estiran, se elongan. No deja de sorprenderme lo rápido que pasa el tiempo, y que ya hemos consumido buena parte de este 2008 en discusiones estúpidas y en proyectos irrealizables.
Qué distinto sería todo si cada uno se ocupara de lo que tiene que hacer y se limitara solamente a hacer bien su trabajo. Parece simple, pero evidentemente no lo es, porque no hemos logrado conseguirlo en casi 200 años de historia como Nación.
A pesar de todo, uno se conforma con las pequeñas cosas, porque sabe que no tiene ninguna posibilidad de cambiar el destino (o el rumbo) que alguien ha decidido para este país. Y este no es un juicio de valor pesimista, es real. Anoche la pasé maravillosamente en compañía de familiares y amigos, dando vueltas en el auto por las calles desiertas, compartiendo una cerveza o un cigarrillo, mirando chicas bonitas en el bar. Eso es la vida para mí. Algo demasiado simple como para perder tanto tiempo en encontrarle "un sentido". Por supuesto, hay que tener plata, hijos, auto, casas, y demás cosas para vivir de acuerdo a los estándares de la sociedad burguesa. Y quizás no esté mal que así sea, sólo que yo no quiero adoptar ese estilo de vida, al menos por ahora.

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