23 de marzo de 2012

Viernes por la noche, escuchando a Korn


Hola, amigos! Como podrán notar, no estoy muy creativo con los títulos de mis "posts". En general, trato de que no sean muy concretos o explicativos, sino que el lector le encuentre un significado a medida que va leyendo el texto en cuestión. Fin de mes, poca plata, nada de salir este weekend. Habrá que quedarse en casa a ver una película por cable o comer una pizza casera en el mejor de los casos, lo cual por otra parte me parece un plan bastante copado para una persona como yo, que ya dejó de frecuentar boliches hace varios años. En realidad, dudo que vuelva a las pistas de baile en un corto plazo, ya que no extraño demasiado esa época.

Estoy escuchando el MTV Unplugged de Korn, y la verdad es que me resultó muy bueno. Especialmente para aquellos que aborrecíamos las versiones originales de los temas y nos imaginábamos cómo serían concebidas con arreglos acústicos. El CD que registra el concierto tiene a Amy Lee (de Evanescence) y a Robert Smith (de The Cure) como invitados estrella. Un disco que, a mi modesto entender, es altamente recomendable porque muestra otra faceta de Korn. El álbum fue destrozado por la crítica y por los fanáticos, pero como mencioné antes, es una buena manera de tener un primer acercamiento acerca de lo de Korn puede hacer sin la distorsión propia de las bandas de Nü Metal.

En el otro extremo, nos encontramos con adolescentes salidas de algún laboratorio de Disney o Nickelodeon, que suelen tener una buena voz y canciones teen-pop, pero que quizás por esa misma circunstancia sólo se refieren a boludeces que le pueden pasar a una chica que tiene 17 ó 18 años. Es inútil esperar encontrar algo decente en ese tipo de material que rápidamente cae en el olvido por su propia mediocridad.


En algunos casos, las citadas jovencitas logran madurar como artistas, como es el caso de Ariana Grande, pero no es lo más frecuente. Para finalizar, confieso que nunca me gustó la música electrónica. Inclusive, me resulta cada vez más intolerable. Y como cada vez ocupa más espacio en las pistas de los boliches, deduzco que es uno de los motivos que me lleva a no frecuentar más aquellos "antros de perdición". Punto final.

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