10 de julio de 2016

Un domingo cualquiera en la aldea

Domingo por la tarde en la ciudad. Hoy me propuse escribir un texto definiendo aquello que nos hace argentinos. Que no es el fútbol, el asado ni el mate. Me parece que hay que hurgar un poco más e indagar en nuestra forma de pensar. Que cientos de personas vayan al Obelisco a hacer un "banderazo" para que vuelva Messi a la Selección, permaneciendo varias horas bajo la lluvia y el frío, no es normal. Digo esto, porque probablemente no lo harían para otra causas más nobles y urgentes. Lo que sucedió hace unas semanas con este hecho que acabo de describir, es un síntoma de lo que somos. No podemos aceptar que alguien nos diga que no, que se hartó y no quiere seguir más. Insistimos, le hinchamos  las p..., con tal de que el barco no empiece a zozobrar. Quizás haya alguna similitud con los brasileños en esa pasión por el fútbol, y en que cada resultado adverso se vive como una tragedia nacional. Poco importa los partidos que ganó Del Potro en Wimbledon;  o Las Leonas, el representativo de hockey que volvió a levantar la copa en Londres. Nada de eso nos interesa, parecemos un grupo de zombies que sólo sabemos pensar en Messi y en alguna otra gansada que nos mantenga entretenidos. Porque eso sí: para que algo tenga éxito, debe captar la atención de los medios, especialmente de la TV. Caso contrario "no vende", no sirve para hacer catarsis ante las cámaras. Eso es algo muy argentino, ver qué dicen los diarios o la tele y después actuar. Tomar a algunos opinólogos como la verdad absoluta, y lo que es peor, incitar a la violencia. 

Mucha gente que he conocido en todo este tiempo me dice que no está conforme con el país, sin embargo, las encuestas que hicieron para el Bicentenario indican que más del 80 % no aceptaría vivir en otro lugar que no fuera Argentina. ¿En qué quedamos? ¿Somos bipolares, o simplemente contradictorios? Tiene razón Macri cuando hizo alusión en su discurso a la "viveza criolla", a esa lamentable costumbre de creer que podemos cagar al otro o pasar por encima de quienes nos rodean. Cuando salimos del cascarón y miramos el progreso de otros países, nos damos cuenta de que la supuesta "viveza" no nos aportó demasiado. Por el contrario, nos hizo fama de estafadores, ventajeros y chantas. Me gustaría que si un científico se va al Exterior porque aquí no tiene oportunidades, también hicieran un "banderazo" o una manifestación para que le brinden la posibilidad de trabajar. Punto final.

Un resumen de 20 años

  Al cabo de casi 20 años, puedo afirmar que estoy conforme con las notas que he escrito en este blog. Este año ha sido muy particular para ...