25 de septiembre de 2016

Sensatez y sentimientos

No es más inteligente el que se considera a sí mismo que lo es. Ni mucho menos, quien se lo hicieron creer un grupo de aduladores. Es el mismo personaje que se jacta de los libros que ha escrito o leído. Hay gente que tiene un ego terrible, por Dios! Son insoportables! Inclusive en un pueblo chico donde se supone que "nos conocemos todos", te quieren enseñar a vivir, a pensar, y te explican por qué tal cosa es de tal manera. Los soberbios son lobos con piel de corderos, por eso merecen mi desprecio. El mismo desprecio que ellos tienen para el resto de los mortales, puesto que se consideran en un sitial superior. Vaya uno a saber quién les hizo creer que son más que los demás. Pero ahí van por la vida, siempre con un libro debajo del brazo, o leyendo algún diario supuestamente "progre", o se las dan de bohemios y "modernos". Modernos, esa palabra tan de moda entre los porteños de los '80 para calificar a un grupo urbano que se distinguía por su sectarismo intencional y supuestamente "cool". Nada más sensato que ubicarse como lo que sos. Una persona inserta en la sociedad. Por supuesto que hay personas inteligentes, pero por lo general no hacen alarde de ello. Simplemente no les interesa, y esa sencillez es lo que los hace más grandes. El inteligente se adapta, navega en aguas turbulentas. El necio, tropieza ante cada dificultad y culpa a los demás de su infortunio. Todos tenemos algo de necedad, y de vez en cuando, alguna dosis de inteligencia. Precisamente, quien peca de soberbio, asume palabras grandilocuentes, se cree el centro del Universo, no puede dejar de ser el centro de la atención. Esos tipos dan asco, porque no se hacen cargo de su propia mediocridad, que coincide en el afán de mostrarse por encima del resto. Y como sucede con las brujas, "que los hay, los hay". Punto final.

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...