31 de mayo de 2021

Vamos con todo, junio! Te esperamos!

 Siempre se puede estar mejor, aun en el escenario más desolador. No solamente hay que cuidar la salud física, sino mental. Evitar engancharse con cualquier comentario o rumor que escuchamos por TV es un buen comienzo. No se trata de vivir aislados de lo que pasa o de permanecer en una burbuja por tiempo indeterminado, sino de "dosificar" la información de nos llega. Rescatar lo importante y esencial. Por supuesto que no es nada fácil en una sociedad que vive hiperconectada. En mi condición de periodista trato de evitar el sensacionalismo porque entiendo que la gente está, precisamente, muy sensible (además de que no es mi estilo de informar). He pasado momentos muy difíciles en mi vida, y posiblemente en el futuro me toque afrontar otros peores. Es por eso que trato de no pensar a largo plazo. 

Lo que puedo afirmar, es que haber logrado superar situaciones sumamente ingratas, me otorga el convencimiento de que podré hacerlo nuevamente cuando se presente la ocasión. Pero ninguno de nosotros está preparado para lo que vendrá, por una razón muy simple: lo desconocemos. Por ejemplo, 2012 fue uno de los años más difíciles que tuve que afrontar. Para el común de la gente fue un año más, para mí no (no diré los motivos). Hay algo muy curioso que me pasa, y es que puedo distinguir el siglo pasado en décadas, pero cuando empezó este nuevo milenio, me desconcertó. Me parece insólito que hayan transcurrido 21 años desde el 2000. No sé si fue porque hubo pocas cosas que me marcaron, o qué. Recuerdo el 2003 como un año en que todos teníamos mucha esperanza (otra vez) en un futuro mejor. Ganó Kirchner, que consiguió logros importantes durante su presidencia, pero luego de un tiempo se empezó a pudrir todo otra vez. En 2003 logré publicar mi primera nota en un medio gráfico (me pagaron con "patacones" la cuasimoneda de entonces).

2008, fue un buen año en lo personal, ahora que lo pienso bien, me vienen a la memoria buenos recuerdos. Después, es como que se me hizo una "laguna", puedo evocar varios momentos buenos pero no siempre consigo precisar cuándo ocurrieron, a menos que recurra al archivo de este mismo blog, o a recapitular cómo me sentía yo en aquel entonces. A veces es la propia mente la que juega con vos para mantener ciertas cosas en un piadoso olvido. Quizás por eso, una de mis frases favoritas, es: "No pierdas tu tiempo intentando recordar cosas que nunca te importaron de verdad". 

Este último día de mayo lo encaro, inevitablemente, pensando en nuevos desafíos. Mañana entramos en la segunda mitad del año, en el "segundo semestre", como le gustaba declamar a Macri. Y todo está por verse. Intento ser optimista, pero creo que para reforzar esa actitud necesitamos de hechos concretos que nos hagan pensar lo que mencionaba al principio, es decir, que lo que venga será mejor. 

Estoy harto conmigo mismo de escribir sobre el maldito virus, pero como es algo que nos cambió radicalmente, en determinados casos se vuelve inevitable. ¿Es posible alejarse de todo esto, cambiar el foco aunque sea por un momento? Sí, sin embargo, para conseguirlo se debe apelar a otras formas de tener el bocho entrenado, como leyendo un buen libro, viendo una película, sabiendo que es un escapismo, como la mayoría de las cosas que hacemos en los ratos de ocio. Aprender a llenar las horas ociosas con algo productivo es más difícil de lo que parece. Y si no, preguntale a un preso que tiene una condena de cinco años o más. O te morís de angustia y desesperación, o aprendés a sobrevivir con los códigos tumberos. Justamente estuve leyendo hace poco un libro muy interesante sobre la rutina de los presos en la cárcel. Nos estamos viendo en junio. Punto final. 

29 de mayo de 2021

Cuesta abajo: Dame una señal

Viernes por la noche en la ciudad. Se termina una semana que puso a prueba, una vez más, nuestra capacidad para adaptarnos a un nuevo escenario. Alguien podrá decir que no es tan novedoso teniendo la experiencia de marzo de 2020, pero nadie se baña dos veces en el mismo río. Tengo el presentimiento de que, si la tasa de contagios no desciende, deberemos afrontar otro período de confinamiento. Veo, por otra parte, que cada vez nos alejamos más de la normalidad que supimos conocer hasta 2019. Como mencioné en otra nota, no creo que vaya a volver. Podremos, quizás, aproximarnos en mayor o menor medida a ese "status quo", pero la pandemia ha marcado un quiebre tan profundo que ya nada volverá a ser igual.

La verdad es que Lobos, últimamente, está atravesando una crisis nunca vista. Cabe aclarar que no es privativo de acá, supongo que lo mismo debe suceder en otros distritos. Hoy me pasaron un WhatsApp con el video una protesta en Navarro, por la clausura de un comercio que no se ajustaba a las restricciones vigente. Hay que tener en cuenta que allá son más estrictos y no hacen la vista gorda como ocurre en Lobos. De más está decir que todos necesitamos trabajar, pero no asumiendo cualquier riesgo.

Y en lo que respecta a la realidad pueblerina, hoy (viernes) hubo 87 contagios y 5 muertos, estamos en Fase 2, ¿Hay algo más para agregar? Sí, siempre hay algo más. Que desde el Municipio no se emitió hasta ahora comunicado alguno para esclarecer las dudas que naturalmente tienen los vecinos ante este posicionamiento nunca habíamos alcanzado antes. Nos encontramos al borde de un colapso sanitario por la ocupación total de camas en Terapia Intensiva. Pero esto es algo que a nadie le importa demasiado, hasta que le toque ser asistido  por el Hospital. Puedo sonar reiterativo en mis críticas, pero a estos muchachos que nos gobiernan no se les cae una idea, además de que cuentan con el silencio de algunos medios de prensa cómplices. Mis cuestionamientos no están dirigidos hacia una persona en particular, sino a las medidas que adoptan, o al revés: lo que deberían hacer y no hacen, como el árbitro que en medio de un partido de fútbol, luego de una brutal patada del rival, dice "siga, siga".  

Actualizo los datos : Sábado 29, hoy se registraron 107 casos positivos, un nuevo y triste récord. La magnitud de esta cifra me exime de mayores comentarios.

Esto me hace acordar al "riesgo país": Antes de la caída de De la Rúa, veíamos un número que aparecía todo el tiempo en la pantalla de los noticieros, y siempre subía. Mucha gente no sabía en realidad qué era, pero se sentía angustiada igual. En este caso, sí conocemos de qué se trata, y la cifra de contagios aumenta constantemente. Para los que aún estamos sanos, es un estrés y un desgaste terrible. Y para quienes dieron positivo, o para sus familiares, mucho más, imposible de dimensionar. Pienso, además, que si hubiéramos sabido el mazazo que nos iba a asestar el COVID, hubiéramos disfrutado con mayor intensidad de momentos "pre-2020" que ya quedaron en el olvido. 

Y los grandes medios (como TN, La Nación+, etc) no ayudan en absoluto a que vivamos mejor: siguen rompiendo las bolas con la vacuna de Pfizer, por lo cual deduzco que hay algún interés oculto para hacer lobby por ese laboratorio. No hay que ser demasiado inteligente para percibirlo. Ojalá pueda vacunarme pronto, no me importa si es Sputnik, Astra Zeneca o lo que fuere. Mientras la vacuna en sí misma sea efectiva, y llegue adónde debe llegar, las cosas empezarán a mejorar. Pero falta mucho para eso, estamos a años luz de que se pueda concretar una inmunización masiva. Por ejemplo, que todos hayan recibido al menos la primera dosis. Mientras tanto, seguiremos como hasta ahora, con la tristeza de haber sido y el dolor de ya no ser. Punto final. 

24 de mayo de 2021

Digamos las cosas por su nombre

Pongamos las cosas en su lugar: Hay gente que tiene su situación económica resuelta y no tiene derecho (o mejor dicho, argumentos), para quejarse de nada, incluida la cuarentena actual. Y hay vecinos que viven al día y la están pasando mal, ya mismo o en los próximos días. Yo sé que probablemente pierda plata, pero renegar por eso teniendo una casa, un plato de comida, y yerba para el mate, es casi una inmoralidad que no voy a cometer. 

El año pasado, alrededor de noviembre, tuve una gripe bastante fuerte (gripe, NO COVID). No obstante, ello me hizo pensar varias cosas: 

- Mi cuerpo no es el mismo de cuando tenía 20 años, y cualquier enfermedad lleva más tiempo en curarse.

- Tuve que gastar dinero en antigripales y antibióticos, y si bien no fue una cifra exorbitante, prefiero destinarlo a comprar unas milanesas, o lo que fuere. 

- Como soy fumador, se supone que estoy más propenso a enfermedades respiratorias, y en caso de que me contagie con el infame virus, las consecuencias serían mucho peores respecto a aquel paciente que tiene sus pulmones limpios. Me controlo en cuanto a la cantidad de cigarrillos, pero sea como sea, sigue siendo tabaquismo.

- Durante ese lapso que estuve enfermo, me sumí en un bajón, depresión, o no sé bien cómo describirlo, pero las mismas limitaciones que tu cuerpo te impone te ponen mal, de pésimo humor, y sin ganas de hacer nada. Trabajé lo estrictamente necesario, "a reglamento", como dicen los gremialistas. No quiero que eso me vuelva a suceder. 

- Al ser un trabajador autónomo, cualquier obstáculo que me impida hacerlo por un tiempo prolongado me deja en la lona. Al igual que el dueño de una tienda, o de un kiosco. Nadie puede hacer el trabajo por mí, no porque yo sea irreemplazable, sino porque es un emprendimiento mío. Ojo, no me victimizo porque no tiene ningún sentido. Es lo que hay.

Entonces, como verán, hay varias cosas para poner en la balanza. No soy empresario, no tengo una concesionaria de autos, ni vivo de rentas. Por ende, me ajustaré y aguantaré hasta el 31 de mayo. Ahora bien, si transcurrido ese plazo deciden prorrogar la cuarentena, quedate tranquilo que todos vamos a estar complicados. Pero trato de no pensar en esa posibilidad. 

Insisto: comprendo que hay muchos vecinos que no pueden darse el lujo de cerrar o de atender al público en un horario reducido. Lo único que puedo hacer es seguir comprando en los almacenes y despensas que todavía quedan en los barrios. Pensá que tal vez pagues unos pesos más por un determinado producto, pero le estás dando una mano a ese comerciante que la pelea todos los días. Mientras tanto, no queda otra que continuar resistiendo.

 Para concluir, si me ven por la calle después de las 18 hs, quiero aclarar para no parecer un privilegiado ante los demás, que no estoy de paseo. Los medios de prensa estamos exceptuados de esa franja horaria, porque la información también es considerada un servicio esencial (al menos así lo entiendo yo y las autoridades que redactaron el Decreto). Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

21 de mayo de 2021

Haciendo equilibrio en el vacío mientras se sigue tensando la cuerda

Al momento de redactar estas líneas, siendo las 19:40 del viernes, no hay ninguna certeza respecto a las nuevas medidas que regirán para Lobos. El Municipio no ha enviado aún ningún comunicado oficial, pese a que estamos en Fase 3 y el Gobernador adhirió al Decreto presidencial. Es decir, no sabemos qué suerte correrá nuestra ciudad, por lo cual nos inundan (además de la lluvia) las dudas y la confusión. Seguir tensando la cuerda no es bueno para nadie. Lo único positivo de esta "mini-cuarentena", es que ya sabemos cómo es, por la experiencia del año pasado. En caso de no haber una prórroga, como muchos tememos, durará hasta fines de este mes. Creo que desde el Gobierno son conscientes de que una parálisis total por tiempo indeterminado es inviable y que, además, la propia gente se rebelará y no la acatará. En Facebook, abundan los comentarios del estilo "si querés cuidarte quedate en tu casa, yo tengo que trabajar". Una pelea de pobres contra pobres. Porque todos necesitamos trabajar, y nos provoca angustia no poder hacerlo, ya que ello implicaría ver una merma notable en nuestros ingresos. Básicamente: si no laburás por un tiempo prolongado, te terminás fundiendo. Pero pienso que no había otra alternativa, no voy a caer en el "gataflorismo" tan encarnado en nuestro ADN, porque al parecer nunca nada nos deja conformes. Si se ponen estrictos, nos fastidia; si no controlan de un modo adecuado, también. Acá estamos frente a una decisión que tomó el Presidente junto con sus ministros y que hay que acatar. No importa de qué partido político sea Fernández, es el Presidente y punto. Por supuesto que dicho cargo no le da derecho a excederse en sus facultades. Pero eso es harina de otro costal. 

La noticia de todo este meollo la leí ayer a la tarde por Infobae, el primer medio que la publicó, y como por lo general las notas son serias, no dudé de lo que iba a suceder. Ahora, una cosa es la corrección política y otra es echarle nafta al fuego, como hizo Kicillof esta tarde en un mensaje a la oposición, "que no jodan con la pandemia". Me hace acordar a otra frase poco feliz de un antecesor suyo, Daniel Scioli, que en pleno conflicto con el campo arengó: "con la comida no se jode". A ellos, si algo les sobra, es guita y comida. 

¿Cómo sigue esta historia? No hay manera de saberlo, es totalmente imprevisible. Tendremos que ir desandando el camino, y rogar que lleguen más vacunas. Como no somos figuras públicas o famosas, no tendremos el privilegio de ser vacunados antes. Los que todavía no llegamos a los 60, deberemos esperar más tiempo aún. En caso de que me llamen para aplicarme la dosis en un corto plazo, voy a ser el primero en retractarme. Pero, por una vez en la vida, no quiero pensar en mañana, ni arriesgar ningún pronóstico. Me he dado cuenta de que es un ejercicio mental desgastante. Que pase lo que tenga que pasar, y que cada uno haga lo mejor que tenga a su alcance. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.  

18 de mayo de 2021

Por culpa de los inoperantes, Lobos naufraga sin rumbo en la pandemia

 La semana comenzó sin sobresaltos, la verdad es que no puedo quejarme, porque da a poco las piezas se van acomodando y ello hace que el tiempo fluya de otra manera. El devenir de los días se vuelve más auténtico y genuino. A cada día hay que disfrutarlo, sacarle el jugo, exprimirlo a fondo como si fuera una naranja. 

Ahora bien, ¿Qué pasó hoy, martes 18? Pasó lo que venía pronosticando, una decisión que debió tomarse mucho antes pero que, por la inoperancia del Municipio, recién empezará a regir a partir de hoy. Me refiero a las restricciones de circulación y horarios de comercios. Hoy, que se reportaron oficialmente 49 casos positivos de COVID, la reacción de los lobenses fue de indignación y estupor. Esto se veía venir, pero desde Salgado 40 prefirieron actuar con los hechos consumados, como un boxeador que está al borde del nocaut y tira la toalla antes de que suene la campana. Los casi 50 casos, 50 vecinos, informados hoy, no se van a curar por arte de magia. Ayer se conoció la noticia de que la Guardia "Vieja" del Hospital es un sector que está saturado. Hacía tiempo que esta situación no daba para más. Si lo querés ver desde un punto de vista pragmático, el Ejecutivo se vio superado por la realidad y además perdió la iniciativa política. Optaron por tomar estas medidas con los números sobre la mesa. Señores, sepan que si retrocedemos de fase nuevamente y si ustedes peticionan ante la Provincia ese cambio de foco, la mayoría de la población los va a acompañar. Lo que hicieron hoy fue un mamarracho que tiene sabor a poco, porque fue comunicado a través de un mensaje de WhatsApp, en lugar de hacerlo por una conferencia de prensa. El Intendente hace 3 meses que no habla en público (sin contar el discurso de apertura de sesiones del HCD y otro discurso breve por el Día del Veterano). Al parecer, las preguntas de la prensa crítica lo incomodan. Reaccionaron tardíamente, a la vista está, mientras otros municipios vecinos asumieron el costo político de retroceder de fase porque entendieron que por encima de ello está la salud de la población. Conclusión: Ahora estamos en Fase 3, no porque las autoridades lo solicitaran a la Gobernación, sino porque ya era imposible continuar tapando el sol con una mano.

Cuando hablamos de la responsabilidad individual, todos estamos de acuerdo. Es decir, que cada uno cumpla con los protocolos, y que tome los recaudos necesarios. Eso funcionaría en una sociedad idealizada, que dista mucho del espejo en que nos miramos todos los días. Las restricciones anunciadas hoy son, además, insuficientes. Hay que retomar el esquema anterior: toque de sirena de Bomberos, y a partir de las 18 hs que no ande nadie en la calle sin un motivo válido que justifique la circulación. 

Por otra parte, debemos comprender que ninguna restricción, ni esta ni cualquiera por más estricta que sea, tendrá efectos en el corto plazo. Y por lo tanto llevará un tiempo evaluar su efectividad. Por eso es que yo sostuve de un principio que, cuanto antes se implementen, más margen tenés para ir regulando, es decir, ampliar la franja horaria o ir concediendo nuevos permisos. Al no haberse hecho esto y cortar el chorro de un tirón, quedamos en una posición que naturalmente no va a desconcertar en los primeros días. Pero es lo que hay. Ni siquiera hice un análisis del impacto que traerá en mi economía, ya que tengo clientes cuya mayor facturación es en horas de la noche, y van a tener que ajustarse quizás dando de baja sus avisos o publicidades. Recién ahora estoy pensando en esto, pero aunque lo hiciera antes o después, el resultado será el mismo. Ya lo padecí hace casi un año, de manera que si algo parecido sucede me tendré que acostumbrar.  

Seguramente habrá comerciantes de determinados rubros que se verán perjudicados, pero es imperioso tomar el toro por las astas. Cuando vos reaccionás con "delay", lo hacés por la presión que te genera despertarte de la siesta con determinadas estadísticas o hechos concretos en los cuales no reparaste antes. Vale decir, que hiciste la vista gorda durante los últimos dos meses (como mínimo), y ahora no te queda otra que cerrar el grifo. Eso se llama improvisación, ni más ni menos. 

Como mencionaba en otra nota de 2020, este es el mayor desastre de la historia de la humanidad. Desde luego, me refería a aquellos no provocados por guerras y conflictos armados. Ni siquiera la famosa "gripe española" tiene un parangón con esto, aunque las cifras de muertes hayan sido superiores. Es una crisis global, que algunos países están afrontando con más responsabilidad que otros. Y con varias vacunas de distintos laboratorios que ya están disponibles. Es una gran esperanza, pero todavía falta un largo trecho por recorrer.

Puede suceder, además, que si se forma un cuello de botella en esta maraña de decretos y resoluciones que nos van cambiando de la vida, que cuando no haya un mango en el bolsillo la gente salga a reclamar para poder parar la olla. No sé si calificarlo de estallido social. Probablemente suene exagerado, pero dénme unos meses y hablamos. Es inconcebible que en plena pandemia seamos testigos de episodios insólitos como lo ocurrido en la Estación de Constitución, con cientos de personas pugnando por llegar a su lugar de trabajo, totalmente amontonados y hacinados, a causa de un grupo minúsculo que no tuvo mejor idea que realizar una medidaa de fuerza cortando las vías. 

Vemos que el Presidente viaja por Europa con su comitiva para sumar apoyos y renegociar la deuda externa, y está bien. Lo que pasa es que para el bolsillo del ciudadano promedio, cuando no tenés guita para las necesidades mínimas o te contagiaste del virus a causa de la negligencia de otro, está en juego mucho más que la pandemia. Lo que se impone es reforzar la asistencia ante la contingencia, porque la que se viene brindando, será insuficiente cuando a la clase media se le acaben pocos ahorros que tenga. 

Está todo atado con alambre y es más delicado de lo que parece. Vivir el "día a día" en términos económicos es angustiante, y la recuperación de industrias y fábricas no se dará de un día para otro.  Entre marzo de 2020 e igual período de 2021, el desplome que se produjo fue descomunal. ¿Quién va a pedir un crédito al banco si no sabe cuándo lo va a poder pagar? Sería irresponsable, casi suicida, hacer algo semejante. Aunque me tilden de lo que sea, no me importa: tienen que volver a implementar el IFE o una ayuda de similares características. Si me califican de "planero", me tiene sin cuidado porque ni siquiera tengo acceso a ese beneficio. Y si analizamos el precio de los alimentos, el bono de $ 10.000 alcanzaría para que una familia coma 15 o 20 días, no más. No es un regalo de Papá Noel. Es un paliativo, que algunos podrán administrar de mejor manera que otros.

Resignación y decepción son los términos que prevalecen en el argentino promedio. Y la amenaza de que esto se agudice y profundice hasta límites insospechados, como la vieja función de una película que ya vimos. Punto final.


13 de mayo de 2021

Soy tu espejo

 Hola. Me presento: Soy tu espejo. Nos vemos todo el tiempo, todos los días. Soy el primero en verte a la mañana, muchas veces antes que tu mujer y tus hijos, siempre con cara de bronca mientras te lavás los dientes o te afeitás. Y cuando en el apuro te cortás la cara con la Gillette, no hay quien te aguante. Pero yo nunca digo nada. Me banco que rezongues porque no te alcanza la plata o porque te tuviste que levantar muy temprano. Cuando ibas a algunas fiesta y llegabas de madrugada con unas copas de más, me mirabas sin comprender, y yo tampoco comprendía lo que habías hecho aquella noche, pero estabas con un aspecto deplorable. Por si no lo sabías, tengo colegas míos que están en todas partes. Somos muchos espejos. Hay uno en el supermercado chino, que controla que no te lleves nada sin pagar. Aunque nos tienen un poco relegados en ese rubro, porque ahora usan cámaras que lo registran todo. Cuando ibas al Casino, te observaban también, me contaron que perdiste un montón de guita y que se lo ocultaste a tu familia porque sacaste un préstamo o cambiaste los pocos dólares que te quedaban. Pero tranquilo, a menos que vos se los digas, ellos no se van a enterar. Otro amigo que está en un hotel alojamiento dijo haberte visto con una mujer mucho más joven que vos, una tarde de julio, cuando salías de la oficina. Esos encuentros se repitieron varias veces, y una vez llevaste al mismo lugar a una chica trans, a quien le pediste sus servicios en la calle. Claro que esto último jamás se lo contarás a tus amigos cuando te juntás a comer un asado, sería para vos una ofensa a tu masculinidad. Como sabrás, en los telos está lleno de espejos, nos usan como decoración, pero guardamos muchos secretos. Deberían agradecernos de que no podemos hablar, tenemos que respetar la privacidad del cliente. 

Ojo, no todos mis colegas dicen la verdad o te cantan la posta como yo. Muchos mienten, pero lo hacen a pedido del cliente. Generalmente están en los salones de belleza o en algún que otro gimnasio, y te hacen ver más flaco de lo que realmente sos.

Nos usan para muchas cosas, como para formar las típicas bolas que están en las discotecas. Nos parten en mil pedazos y nos vuelven a juntar para ese fin, los dueños dicen que no pueden faltar, que quedan bien. La verdad es que en esos casos se nos dificulta ver, al igual que a vos, con el humo artificial y las luces estroboscópicas. Pero tengo un conocido en la barra de tragos, al fondo, donde están las botellas. Siempre nos hemos llevado bien con las botellas porque compartimos el mismo espacio. Algunos con más plata que vos construyen un quincho o una pequeña barra en su casa. Debo decir que trabajo no nos falta, siempre a uno de los nuestros lo venden en las vidrierías. Entonces despertamos del letargo y comenzamos a ser parte de la vida de un desconocido, en forma de botiquines, o de lo que fuere. Por eso te recuerdo, con tu cara de fastidio, los lunes, siempre de mal humor, mientras esperás que estén listas las tostadas. Discutís con tu pareja de una habitación a otra, vos en el baño y ella en la cocina. Es la misma escena, un eterno deja vu. Pero te reitero, yo no digo nada. Somos discretos en el gremio.

A veces me hartan tus quejas, yo soy un objeto inmóvil pero ya me las veo venir. Y tengo una vida útil, como vos también. Cuando el papel plateado que está detrás del vidrio empieza a llenarse de humedad, suele despegarse, por eso veo menos. Me hace acordar a cuando me miraste y te diste cuenta de que necesitabas anteojos. Los días posteriores te noté distinto, por los lentes obviamente. Me dijiste que preferías los lentes de contacto pero que te hinchaban mucho los ojos, así que cuando cumpliste 40 o 45 y te agarró la presbicia, me acostumbré a verte con unos anteojos bifocales que te costaron carísimo, pero querías un modelo que no te hiciera perder cierto aire juvenil. 

Muchas damas nos utilizan en un objeto que tienen en la cartera, donde se maquillan antes de alguna cita, pero ellos son mis hermanos menores, que a decir verdad llevan una vida bastante aburrida. Son cinco o seis minutos por día, y los vuelven a encerrar. Casi me olvido de contarte de que estamos en motos y automóviles, aunque pocos nos miran, por lo general lo hacen en algún embotellamiento de tránsito para putear al que va detrás, mis colegas me comentan que padecen lo mismo. Uno que trabaja de retrovisor me dijo que le dan un poco más de bola, aunque no demasiado. Teme por su vida, porque cuando hay un accidente somos los primeros en rompernos. Igual, como te dije antes, a nadie le importa, quedate tranquilo, llega otro y nos reemplaza, porque no pueden pasar la verificación técnica ni ningún control de tránsito si no tienen los espejos reglamentarios. Como comprenderás, tenemos una relación amor/odio con ustedes, pero es lo que nos toca hacer. Como la vida misma. Perdón, me entretuve hablando con vos, y no quiero romper ningún pacto de confidencialidad. Además, estamos trabajando bastante últimamente porque como hay un virus circulando, que según dicen es muy contagioso, por lo cual vos y  mucha gente pasan más tiempo en su casa. Disculpame la charla, vuelvo a permanecer en silencio hasta nuevo aviso. Nos vemos cuando te despiertes. La próxima vez, tratá de ser más educado con nosotros, o de tener empatía, cómo le llaman ahora. Bueno, eso es todo. Paso al cliente que sigue. Saludos.

11 de mayo de 2021

Hay que tomar medidas urgentes y despertarse de la "siesta"

Martes por la tarde en la ciudad. Estoy empezando a valorar más lo que tengo y lo que logré en todos estos años. Es un proceso que lleva tiempo, quizás casi el mismo tiempo que demandó ir subiendo de a poco a pesar de los escollos. Escribir una nota que sea atractiva para el lector y que despierte interés, realizar las entrevistas en la tele buscando el "lado B" de cada entrevistado. Asumir la responsabilidad por las decisiones tomadas, que es totalmente individual. No se le puede echar la culpa a nadie, aunque muchas veces tengamos que optar por la alternativa menos peor porque estamos sometidos a una presión agobiante. Lo que intento hacer, es pensar en Lobos con visión de futuro,  como un lugar en el cual cada habitante pueda desarrollarse y progresar a su manera, sin importar el gobierno de turno.

Por eso, hoy veo que Lobos está complicado, en primer lugar por la cantidad de casos de COVID que se informan oficialmente. Las autoridades locales no le encuentran la vuelta a la pandemia, o no quieren asumir el costo político de una decisión impopular. Deberíamos retroceder de fase, y que el pedido para que ello ocurra sea del propio Ejecutivo, como lo hicieron Monte o Roque Pérez. ¿Cuántas muertes y nuevos contagios vamos a esperar? Si hay que cerrar todo, que lo hagan, y que se evalúen los resultados. Restringir la circulación es fundamental. La ironía de todo esto es que siempre tomaron como referencia lo que sucedía en CABA, cuando ahora tanto Buenos Aires como el AMBA implementaron medidas dispuestas por el Gobierno Nacional, como el cierre de locales comerciales a las 20 hs. Por supuesto que no es fácil ni grato para nadie tomar medidas drásticas, pero yo lo que propongo es que hagamos la prueba, a ver que pasa. Retrocedamos de fase, y en 15 días ya podremos trazar un diagnóstico, si dio resultado si sirvió para algo. Es evidente que si municipios vecinos lo hicieron, fue con el convencimiento de que había que preservar la salud por encima del interés comercial. 

¿Qué más quisiera yo, o cualquiera de ustedes, que volver a la "normalidad"? Pero me temo que eso no va a pasar nunca, porque la pandemia marcó huellas muy profundas y modificó por completo nuestros hábitos y costumbres. No vamos a volver nunca a 2019, y lo mejor sería aceptarlo para no crear falsas expectativas. Esconder datos o información sensible no es la solución, porque tarde o temprano sale a la luz y provoca un efecto inverso al esperado. En estos momentos, en Lobos hay mucha actividad en el rubro de la construcción. Casas viejas se demuelen o reciclan para construir locales, muchos de ellos en pleno Centro. Si comprás una casa tipo chorizo, de las pocas que todavía quedan, tenés espacio para construir tres o cuatro locales. Se necesita una inversión importante, pero se ve que hay gente con recursos suficientes para volcarse a estas lides. La consecuencia es que el paisaje urbano va cambiando más rápido de lo que suponemos, se hacen loteos en barrios de la periferia...los inmuebles siempre son una inversión segura en tiempos de crisis. Hay propiedades carísimas que uno ve en el mercado, con una cotización que equivale a un departamento en una de las zonas más caras de Buenos Aires. Pero son cosas distintas, además no me dedico a esa actividad. Sólo observo cómo se va dando la oferta y demanda. 

Pensemos, además, que una gestión que priorice la obra pública no puede tener 30 casas sin terminar en Empalme. Hacer resaltos y tapar baches es demasiado poco para un Municipio que cuenta con un presupuesto como el nuestro. Sé que están haciendo arreglos y mejoras en luminarias, por ejemplo, y está perfecto. Pero como me dijo un día un jefe que tuve: "Lo que está bien hecho, está bien y punto. Yo te marco lo que estás haciendo mal". Vale decir, cumplir con tu trabajo o con tu rol como Estado no es un mérito, o al menos no debería serlo, pues para eso están.

 El vecino común ve que se pasan la pelota entre Provincia, Nación y Municipio, pero el resultado es siempre el mismo: nada, no se hace nada porque no se puede, o por el motivo que sea. Así no vamos a despegar nunca, y mientras otras ciudades son elegidas para instalar industrias y generar fuentes de trabajo, nosotros la vemos pasar, una y otra vez. Habrá que prestar atención respecto a cómo evoluciona la imagen que se tiene de una gestión de gobierno, porque este año hay elecciones y todos (oficialistas y opositores) quieren salir bien parados. Todavía falta mucho, y las preocupaciones de la gente están en otro lado, naturalmente. En noviembre, previas PASO, ya no quedará margen para especulaciones: la sociedad decidirá si queremos seguir como estamos, o si habrá "voto castigo". Nos estamos viendo pronto. Punto final.

6 de mayo de 2021

Dan vergüenza, sépanlo

 Llegó el frío, y con él, la rutina de todos los años: buscar en las cajas de cartón la ropa de abrigo que aún no fue carcomida por la polillas. Nunca fui alguien de gastar mucho en ropa, trato de tener buena presencia cuando la situación lo requiere. Compro buzos o pantalones sin ningún tipo de marca, pienso que mientras la confección de la prenda sea buena, no tiene sentido pagar de más para aparentar status. En el caso de las zapatillas sí puedo hacer una excepción y tener preferencia por un calzado de calidad, porque tengo los pies bastante jodidos, camino mucho durante el día y necesito algo cómodo. Pero bueno, hay que pensarlo dos veces antes de gastar $ 10.000 o más por un par de zapas. 

Pero vayamos a lo importante. Anoche, después de ver algo de televisión, me quedé pensando en el rejunte político que nos gobierna, en la eterna decadencia argentina, en el Intendente que no tuvo mejor idea que parafrasear a Galtieri en un insólito "deja vu" de 1982. Esta gente está desquiciada, cualquier persona que sepa algo de estrategia comunicacional se dio cuenta de que se montó una puesta en escena para que Alberto y CFK aparecieran juntos, como una señal de unidad hacia la militancia, la poca que aún les responde y es capaz de inmolarse de manera incondicional. Cualquiera que tenga dos dedos de frente (peronista o no), tomaría distancia de estos sujetos, que en lugar de transmitir un mensaje de concordancia en plena pandemia, lanzan discursos para la tribuna. Una tribuna sorda, por cierto. A veces recuerdo una frase que se repite desde que era chico: "Si Perón viviera....". Mirá, si Perón viviera, haría algo parecido a lo que hizo en su último discurso antes de morir, los echaría a la mierda, diría otra vez que son imberbes y estúpidos (como mínimo), y los mandaría a su casa a que se vayan con esa oratoria psicobolche a otro lado. Porque ojo, estos tipos hablan en nombre del "pueblo", al cual dicen representar, pero se cagan en las instituciones, en el Poder Judicial, en la salud pública. El reconocimiento se lo merece únicamente el personal de los hospitales, no ellos, que son meros burócratas con una inagotable dosis de cinismo. El populismo es eso, que se arroguen la representación de la sociedad (aunque hayan sido elegidos democráticamente), como una forma de fogonear un debate entre burgueses, oligarcas, y una serie de términos similares que ya cayeron en desuso en casi todo el mundo. ¿Sabrá esta gente que la Guerra Fría terminó en 1989?

Se dicen de izquierda o progresistas, pero viven como si fueran de derecha, a la cual tanto dicen aborrecer. No son pibes que viajan en el tren leyendo las obras de Karl Marx e intentando comprender sus teorías. Son trepadores y ventajeros que tienen un patrimonio obsceno y que viven en Puerto Madero o en la Recoleta. Mirá qué fácil que es ser de izquierda, o comunistas de salón, como decía Sabato (otro mal bicho, pero que no tiene que ver con esta nota). Si ellos ven como modelo a seguir a la Venezuela de Maduro, estamos en el horno. Y antes de que me salten a la yugular, reitero otra vez, por si hiciera falta, que el gobierno de Macri fue nefasto: Implementó un modelo neoliberal para favorecer a empresarios amigos, además de que destruyó lo poco que quedaba en pie. Fueron cuatro años en los cuales no lograron controlar la inflación, aplicaron aumentos de tarifas a mansalva, promovieron el uso de armas de fuego entre civiles (Patricia Bullrich mediante), y un largo listado de desatinos que los llevaron a perder las elecciones de 2019 por paliza. Con una dosis de sentido común y un marketing mejor implementado, podrían haber ganado. El tema es que no aporta demasiado el ejercicio mental de arriesgar escenarios hipotéticos con los hechos consumados. 

A título personal, puedo decir que TN me resulta vomitivo, pero no porque sea un fanático K, sino porque la bajada de línea es tan obvia, burda y grosera que ya me comienza a disgustar, sobre todo con este muchacho Nicolás Wiñazki, devenido en periodista estrella del horario prime time. Por suerte, subsisten medios independientes que no se casan con nadie y les pegan a todos por igual. Claro que no podés comparar el alcance que tiene el grupo Clarín en todas sus facetas, con una radio comunitaria de Villa Soldati, por darte un ejemplo. Pero esa radio, como todos los que la venimos remando desde hace años, representan la resistencia genuina. Resistencia a que nos den todo masticado y a que quieran decirnos cómo tenemos que pensar, aunque perdamos guita porque algún anunciante está en desacuerdo.

Conclusión: Dan asco. Los de ahora y los de ayer. Dan vergüenza. No es un logro que llegue una determinada cantidad de vacunas, es una política que cualquier Estado debería defender sin jactarse de ello. Quizás por todos esos motivos, yo no me prendo en el debate absurdo de izquierda vs. derecha, porque ninguno de esos sectores existen ya en forma "pura" (Mussolini o Fidel Castro, por ejemplo), más bien son híbridos que cuando llegan al poder no entienden que la gente necesita guita para comer y vivir de un modo digno. O quizás lo sepan, pero no les importa. Si algún iluminado consigue que todos vivamos mejor, el electorado se pondría de su lado, porque habría gestado un avance que repercute en todos los rubros de la economía. 

La lucha de clases, la están fogoneando ellos mismos, enfrentando a pobres contra pobres por el sólo hecho tener posturas ideológicas distintas. 

Llevamos más de 60 años así, y no hay señales de que algo vaya a cambiar en el corto plazo. Como bien me decía un amigo, la "luz al final del túnel" puede significar la salida y el fin de las penumbras, pero también puede ser una locomotora que viene de frente, dispuesta a chocar en cualquier momento. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

4 de mayo de 2021

Cosas que pasan cuando tenés que jugar "a todo o nada"

 A veces pensamos que tenemos todo resuelto, que la vida difícilmente nos va a sorprender. Creemos que tenemos la sartén por el mango, que todo está más o menos controlado. Y de repente te llega un mazazo que te sacude del letargo y te hace comprender lo obvio: estamos en un proceso de constante cambio, que sólo finalizará cuando dejemos de existir. Porque aunque no esté en tus planes cambiar, el devenir de los hechos te lleva a hacerlo. Aquel que sigue pensando igual que en 2019, no aprendió nada. No aprendió que el personal de salud es lo más valioso que tenemos. No aprendió que la pandemia continúa siendo una crisis global y que no hay rifles o misiles que la puedan frenar. No aprendió que, mientras él o ella se quejaban del confinamiento en la comodidad del hogar (ojo, yo también me quejaba), miles de personas morían, sobre todo aquellas que pertenecían a los grupos de riesgo. 

Reconstruir la forma de pensar es un ejercicio que lleva tiempo, ya que te ves avasallado por la realidad de tal manera, que no podés decodificar lo que está pasando. Pero, insisto, aun cuando la pandemia nunca hubiera sucedido, tu vida o la mía se ven trastocadas por los motivos más imprevisibles que quieras imaginar. Por ejemplo: estás haciendo la cola en el supermercado, suena el celular, alguien te avisa que un familiar tuvo un accidente y está en el Hospital. Tirás a al mierda las cosas que ibas a comprar y salís corriendo por un hecho que te sobrepasó totalmente. Te subís al auto, moto, o lo que sea, vas al Hospital, tenés que avisar que ese día no vas a poder ir a trabajar porque deberás cuidar a un ser querido que está internado... y es probable que nunca más te olvides de ese día, de la angustia, de la tristeza. 

Por supuesto que tu vida también puede cambiar para mejor, pero en tal caso sí se requiere más que vos vayas en esa dirección. Nadie te va a ofrecer un puesto de trabajo por azar, el azar está en otro lado, en la timba, y si la pegaste con la quiniela te podés "salvar" por un tiempo. Si sos un jugador compulsivo, es posible que hayas apostado infinitas veces hasta que salga sorteado el número elegido, en caso de que juegues siempre al mismo. El único juego que realmente me gustaba en su momento era el Prode, porque si eras futbolero el hecho de armar la boleta en base al resultado de los partidos tenía otro tenor, además de acertar los 13 puntos. Pero se fue extinguiendo a medida que aparecieron otras alternativas que ofrecían premios de más guita, entre otras causas. Volviendo al párrafo anterior, vos decidís las prioridades: si tu hijo, hermano, padre, madre, etc., sufrió un accidente o fue víctima de un robo, se supone que por su carácter urgente y excepcional es más importante que comprar un paquete de fideos. 

La vida de cualquier persona puede cambiar para bien, si está en la voluntad de ella hacerlo. Por citar otro caso, yo tengo sobrepeso, no me gusta cómo me veo frente al espejo, y sé que tengo que hacer más actividad física y comer alimentos sanos. Muchas veces no lo hago, entonces soy yo el único responsable de que no pueda mejorar, digamos que el famoso "autoboicot". No advertir todo el talento y el potenciar que tenés, o tratar de disimularlo, es una clara muestra de alguien que no sabe bien lo que quiere. La indecisión nos paraliza, nos provoca miedo, en particular si tenemos dos opciones y tenemos que elegir el "mal menor". Es algo parecido a cuando vamos a votar, pero aplicable a lo cotidiano. Y cuando hay que jugársela, el tiempo apremia y el reloj no espera. Es a todo o nada. Nos estamos viendo pronto. Punto final.  

  

1 de mayo de 2021

Un nuevo ciclo: ¿Borrón y cuenta nueva?

Empieza un nuevo ciclo, un nuevo mes. Cada cual podrá tomarlo como quiera, porque en definitiva no es más que el resultado de la forma que tenemos de medir el tiempo según el calendario gregoriano. Pero sin entrar en cuestiones de esa índole, lo importante es qué simboliza una hoja en blanco: tenés 30 o 31 días para escribirla. Te podrán pasar un montón de cosas durante ese lapso, satisfacciones o decepciones. No es nada novedoso, pues de eso se trata vivir, y aunque te repitan mil veces eso de "disfrutar cada día como si fuera el último", no es posible. Parece una frase de un libro de autoayuda. Tenemos momentos en los que estamos bien, nos sentimos plenos, y otros en los cuales nos atraviesa la angustia y la incertidumbre.

Siempre me interesó indagar en los viajes en el tiempo, no obstante sabemos que los científicos descartaron que algo así pueda suceder, salvo en la saga de “Volver al Futuro” que cautivó a toda una generación. También es un ejercicio interesante observar fotos, ya sean propias o de personas conocidas, de hace algunos años. Se dan casos en los que el transcurso del tiempo ha favorecido al sujeto fotografiado, que ha adoptado un nuevo peinado o un modo de vestir más elegante. Pero en la mayoría de las comparaciones, el envejecimiento natural de la especie humana queda retratado con crudeza por la lente de la cámara. Rostros ojerosos, canas incipientes, dientes manchados por el cigarrillo, y la piel erosionada por años de salidas de boliche y excesos. En lo que a mí respecta, nunca fui muy habitué de los boliches, y extraño el Bar de La Porteña porque era un lugar acogedor y tranquilo para tomar algo. Sin embargo, volviendo a lo de las fotos, no nos olvidemos de mencionar que el trabajo, el estrés y las horas sin dormir también hacen estragos en nuestra apariencia física.

Hace unas semanas, viajé con un remisero hacia Empalme. Cuando el trayecto demanda varios minutos, me gusta conversar con el chofer para que no se haga tan tedioso. El viaje de ida se nos hizo largo y debimos sortear una sucesión de calles con abundancia de barro y pozos. Sin embargo, el viaje de regreso pareció mucho más corto. Le comenté sobre esta percepción al conductor y coincidió conmigo: "No sé por qué, seguramente debe haber alguna explicación científica, tampoco sé si es algo psicológico, pero a mí me pasa lo mismo. Siempre el viaje de vuelta me resulta mucho más corto". La misma sensación tuve la última vez que viajé con mi viejo de Mar del Plata a Lobos.

Son casi las diez de la noche de este sábado, todavía me quedan un par de cosas por hacer antes de dar el día por concluido. Pero, como ya es habitual en este blog, les dejo un par de recomendaciones: Cine: "Los crímenes de Oxford", dirigida por Alex de la Iglesia y basada en una novela del argentino Guillermo Martínez. (2008). Búsquenla en Cuevana o en alguna "cueva" donde todavía exista ese viejo objeto llamado DVD. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 


A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...