Al momento de redactar estas líneas, siendo las 19:40 del viernes, no hay ninguna certeza respecto a las nuevas medidas que regirán para Lobos. El Municipio no ha enviado aún ningún comunicado oficial, pese a que estamos en Fase 3 y el Gobernador adhirió al Decreto presidencial. Es decir, no sabemos qué suerte correrá nuestra ciudad, por lo cual nos inundan (además de la lluvia) las dudas y la confusión. Seguir tensando la cuerda no es bueno para nadie. Lo único positivo de esta "mini-cuarentena", es que ya sabemos cómo es, por la experiencia del año pasado. En caso de no haber una prórroga, como muchos tememos, durará hasta fines de este mes. Creo que desde el Gobierno son conscientes de que una parálisis total por tiempo indeterminado es inviable y que, además, la propia gente se rebelará y no la acatará. En Facebook, abundan los comentarios del estilo "si querés cuidarte quedate en tu casa, yo tengo que trabajar". Una pelea de pobres contra pobres. Porque todos necesitamos trabajar, y nos provoca angustia no poder hacerlo, ya que ello implicaría ver una merma notable en nuestros ingresos. Básicamente: si no laburás por un tiempo prolongado, te terminás fundiendo. Pero pienso que no había otra alternativa, no voy a caer en el "gataflorismo" tan encarnado en nuestro ADN, porque al parecer nunca nada nos deja conformes. Si se ponen estrictos, nos fastidia; si no controlan de un modo adecuado, también. Acá estamos frente a una decisión que tomó el Presidente junto con sus ministros y que hay que acatar. No importa de qué partido político sea Fernández, es el Presidente y punto. Por supuesto que dicho cargo no le da derecho a excederse en sus facultades. Pero eso es harina de otro costal.
La noticia de todo este meollo la leí ayer a la tarde por Infobae, el primer medio que la publicó, y como por lo general las notas son serias, no dudé de lo que iba a suceder. Ahora, una cosa es la corrección política y otra es echarle nafta al fuego, como hizo Kicillof esta tarde en un mensaje a la oposición, "que no jodan con la pandemia". Me hace acordar a otra frase poco feliz de un antecesor suyo, Daniel Scioli, que en pleno conflicto con el campo arengó: "con la comida no se jode". A ellos, si algo les sobra, es guita y comida.
¿Cómo sigue esta historia? No hay manera de saberlo, es totalmente imprevisible. Tendremos que ir desandando el camino, y rogar que lleguen más vacunas. Como no somos figuras públicas o famosas, no tendremos el privilegio de ser vacunados antes. Los que todavía no llegamos a los 60, deberemos esperar más tiempo aún. En caso de que me llamen para aplicarme la dosis en un corto plazo, voy a ser el primero en retractarme. Pero, por una vez en la vida, no quiero pensar en mañana, ni arriesgar ningún pronóstico. Me he dado cuenta de que es un ejercicio mental desgastante. Que pase lo que tenga que pasar, y que cada uno haga lo mejor que tenga a su alcance. Nos estaremos viendo pronto. Punto final.
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