Jueves por la noche en la ciudad, y se vienen horas decisivas. El domingo se vota, lo cual no es novedad para nadie. Lo que sí puede serlo, es lo que venga después. A diferencia del posteo anterior, no me voy a referir a los posibles resultados electorales. Hoy tuve una charla de café con un señor con quien frecuentamos el mismo bar. Fue un ejemplo de tolerancia, porque en muchas opiniones no coincidíamos, pero de ninguna manera nos descalificamos mutuamente. El respetar el modo de pensar del otro, no implica renunciar al propio. En fin, hablamos de los temas que están en agenda: dólar, inflación, liberalismo económico. Precisamente, este vecino dejó clara su postura neoliberal, que no comparto, pero sí hablamos largo rato de lo que se denomina "populismo", y cómo definirlo.
En principio, el populismo es una forma de hacer política en la cual los dirigentes se arrogan el derecho a hablar -y tomar medidas- en nombre del "pueblo" al que dicen representar. De esta forma, todo lo que ellos digan o hagan busca direccionarse hacia la masa como políticas públicas. El error está en pensar que esta gente es progresista, porque de hecho no tienen la menor idea de lo que significa. El "Estado de Bienestar" proviene de la socialdemocracia, y es exitoso en varios países europeos. Pero no es, ni por asomo, lo que vemos acá. Como mencioné en otro posteo, en esos países los ciudadanos pagan impuestos altos, pero reciben educación, salud, y seguridad de excelencia. Si vos le decís a la gente lo que le gusta escuchar, estás a un paso de la demagogia. Lo notable es que esto no sucede sólo aquí: Trump fue el Presidente de EE.UU. más populista y vergonzoso de la historia. Durante el tiempo que gobernó, había noticias de él todos los días, dando cuenta de los disparates y estupideces que hacía. Su sucesor, Biden, es un tipo de bajo perfil, al punto de que rara vez un medio argentino publica alguna nota referida a él.
Pero lo que veo con frecuencia, es que la calificación de "neoliberal" es un comodín, y se la adjudican a políticos que no son exactamente así. Tipos como Milei o Espert son kamikazes, ni siquiera merece la pena calificarlos de otra forma. Y no es casual que su mayor caudal de seguidores sean personas jóvenes que están desencantadas de la política tradicional. El tema es cuando te toca ser gobierno, y todo lo que declamaste en campaña, pasa rápidamente a ser borrado con Liquid Paper, digamos. Desde afuera todos son guapos y desafiantes, pero cuando consiguen el poder que supuestamente ansían o buscan, son torpes e inoperantes. Ello en sí mismo, no revestiría mayor importancia, si no fuera porque nosotros, los ciudadanos, estamos en el medio y pasamos de una crisis a otra como si estuviéramos jugando al Juego de la Oca.
Para finalizar, lo único que está en duda es adónde van a ir a parar los votos en blanco de las PASO, sumando a quienes directamente no concurrieron a sufragar. Por lo general, esos votos van dirigidos al partido que tiene mayores chances de ganar, aunque todo es posible. Todo hace pensar que los dos candidatos de "Juntos" que se disputarán la presidencia en 2023 serán Manes y Larreta. Pero en dos años todo puede pasar.
En fin, lo concreto es que hasta después de las 18 hs del domingo y ya con los números sobre la mesa, cualquier especulación (incluso las que yo mismo hice), carece de mayor importancia, porque los pingos se ven en la cancha, como suele decirse. Punto final.
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