7 de enero de 2006

EL GRAFITTI, ¿ARTE URBANO O VANDALISMO?



Foto superior: Grafittis en las paredes del hipermercado Coto de Temperley. Consignas breves, minimalistas, sin grandes pretensiones más que hacer pública la preferencia por un equipo de fútbol o alguna promesa de amor eterno que se desvanece con una mano de pintura.

Foto inferior: Grafittis en la parada del colectivo Expreso Empalme Lobos, sobre calle Rivadavia (frente a la Biblioteca Capponi). Nótese la utilización del lápiz corrector (liquid paper) como instrumento de escritura elegido por los estudiantes, a falta del tradicional aerosol, para estampar en la puerta (devenida en improvisado mural) una declaración de amor al paso o la fervorosa adhesión por una banda de rock, en la nunca dulce espera del vetusto colectivo que conduce a la comunidad empalmeña.

Manual de supervivencia política

  Todavía no me cayó la ficha de que estamos en la recta final del año. Sí, ya sé que en los meses previos escribí algo parecido, pero ahora...