2 de marzo de 2008

Erase una vez un teléfono.... (Parte 2)

¡Me cansé de los "celulares elegantes" (más conocidos como smartphones)! Si se te caen, cosa que es muy probable que suceda tarde o temprano, se hacen añicos. El archiconocido Motorola V3 (y sus versiones V3e y V3i) es un ejemplo más que elocuente de lo que digo.
Tuve un V3i, muy buen teléfono, fachero, con todos los chiches, realmente un aparato noble y que ha sido objeto de deseo de la clase media desde que salió al mercado. Todo en orden, más allá de pequeños detalles en la interfaz gráfica que no me convencían del todo. Hasta que un buen día... se cayó. Como no uso funda, si al celular no lo tengo en el bolsillo lo tengo en la mano. Te tropezás con alguien, caminás distraído, extraviado en tus pensamientos, y... al suelo (vos y el celular).
Fue así como se le partió el visor de acrílico que cubre la pantalla exterior, y a pesar de que lo pude reparar, ya me quedó la sensación de que lo mejor es un teléfono robusto (ojo, no un ladrillo) que resista golpes y magulladuras sin que ello implique sacrificar el buen gusto por el diseño y la funcionalidad.
El 15 de febrero, decidido a terminar con el asunto, junté unos ahorros, hice un "plan canje" y adquirí un Nokia 6131.
Veremos qué suerte me depara el citado aparato. Cuando sufra la primera caída les cuento.

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