25 de noviembre de 2008

Un país con un serio desequilibrio emocional


Emprendo la actualización de blog en horas de la mañana, dado que en el lugar donde dispongo de la PC las temperaturas lo asemejan a un sauna, y ni siquiera la tenue brisa del ventilador de techo puede paliar la situación. Bueno, como es de público conocimiento, pasó la euforia exitista/triunfalista de la Copa Davis y la posterior decepción, nuevamente aparecieron quienes daban al equipo argentino como favorito y hoy hacen leña del árbol caído. ¿Por qué no dijeron las cosas en su momento si es que realmente dudaban de la capacidad de Del Potro para afrontar el singles? Ahora el "cabaret" (al mejor estilo Boca) tiene como estrella invitada a Nalbandian, a quien le atribuyen haberse trompeado con Del Potro en los vestuarios, querer cobrar más dinero que el resto de la delegación, y quejarse hasta el último día de su vida porque la Davis no se hizo en Córdoba, ciudad donde -al parecer- lo une algo más que sus afectos, sino los negocios y la amistad que tiene con el Intendente de la capital de aquella provincia. No tenemos términos medios: si hubíeramos ganado, seríamos los mejores del mundo. Como perdimos, hay que quemar en la hoguera a todo el plantel. ¿No podremos dejar de ser tan drásticos, tan de "a todo o nada"? El periodismo deportivo, salvo algunos casos muy puntuales, me parece un asco. Creo que son carroñeros a más no poder, y que se regodean con los éxitos y fracasos de los jugadores según les convenga. Mientras tanto, el país entra en piloto automático, navegamos a la deriva, crece el desempleo, las fábricas suspenden empleados y el Vicepresidente Cobos impulsa un plebiscito para que la gente decida si debe seguir ocupando ese cargo o no. Sinceramente, una vergüenza, de principio a fin.

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