24 de marzo de 2009

Cosas que hasta un niño podría hacer mejor...


Martes en la ciudad, nuevamente nublado, aunque por el momento no parece haber amenaza de lluvia. Ya entramos de lleno en el otoño y eso, sumado al hecho de que volvimos a nuestro huso horario normal, hace que cueste un poco adaptarse. Todavía las temperaturas se mantienen en valores altos, digamos que marzo es un mes de transición hasta que en abril el frío se convierte en algo cotidiano. Como ustedes saben, uno de los libros más vendidos del 2008 fue "Gente Tóxica", de Bernardo Stamateas, que durante este año mantiene un ritmo sostenido de ventas. Por lo general, cuando aparece algún libro de autoayuda con un "gancho" extra (como es el caso de un texto que analiza la relación con nuestro entorno), tiene altas probabilidades de éxito comercial. Recuerdo que su autor, otrora ignorado, solía aparecer sin pena ni gloria en microprogamas televisivos devenido en su rol de pastor religioso. Ahora que su tarea de escribente le resulta más rentable, se ha convertido en una celebridad. Y tengo la sospecha de que él, como suele decirse, "se la creyó". Se creyó que ya no tiene necesidad de explicar demasiado lo que hace, que las razones de su éxito son lo suficientemente claras como para no tener que dar detalles al respecto, y además cuando se le pide que exponga alguna idea en particular que aparece en el libro se limita a hablar de generalidades y resulta muy pobre en sus argumentaciones. ¡Hasta yo lo podría hacer mejor! Lo pude constatar recientemente en una entrevista que le hicieron en C5N, en la cual no lo criticaron en absoluto, lo dejaron promocionar su nuevo libro ("Autoboicot") todo lo que quisiera, y hasta lo felicitaron porque ya es un éxito en Miami y en México. La conductora, de bajo coeficiente intelectual, era una de las señoritas que estaba en el panel de "Indiscreciones", el infame programa de Lucho Avilés. Creo que se trataba de Marisa Brel. Mientras iba preguntando, con una sonrisita estúpida, iba hojeando el libro para saber qué preguntar. Estaba claro que no había preparado en su mente una sola pregunta. Miraba un capítulo al azar, y le hacía preguntas en base a eso. Digo yo, ¿tanto cuesta tomarse el trabajo de leer un libro previo a la entrevista con su autor, aunque sea a las apuradas, en lugar de andar con el ejemplar en la mano buscando desesperadamente qué preguntar? Además, actuando así, le estás dando toda la ventaja al entrevistado, porque el tipo conoce lo que escribió en sus libros, y es muy fácil ser indulgente. Eso es todo por hoy.

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  Cuando pasan varios años sin que te encuentres con alguien y esa persona aparece súbitamente en escena, pueden suceder dos cosas: O que te...