18 de enero de 2010

Un lunes nublado pero tranquilo... hasta ahora

Lunes por la tarde en la ciudad. Es un día espantosamente caluroso y nublado. Todo parece indicar que en breve arreciará el temporal, pero por el momento todo se mantiene en calma. Con este post retomo el contacto luego del fin de semana, y me dispongo a afrontar esos siete días de la mejor manera posible.

Como había comentado en el texto anterior, paso a recomendar algunos discos:
Imposible de soslayar uno de los álbumes más comentados de los Beatles, aunque ciertamente no es el mejor: el Album Blanco, de 1968, el trabajo más ecléctico y variopinto de los Fab Four, que salió a la venta como un doble LP y mantiene el mismo formato en la edición de CD. También se consigue una edición que consta de tres discos y que incluye los famosos "demos de Esher".

Más recientemente, nos encontramos con Paramore y su disco "The final riot", que supe tener en algún momento pero luego busqué otros horizontes. Aún así, los recomiendo. El disco al que hago mención viene con un DVD y es el registro en vivo de un concierto que el grupo ofreció en Chicago en agosto de 2008, y fue lanzado al mercado al año siguiente.  Musicalmente, la banda puede ubicarse en el difuso e impreciso género del "pop-rock" y es una versión más libre y no tan glamorosa de lo que hacía No Doubt, con una vocalista menos sexy que Gwen Stefani pero que tiene talento para pararse frente a un escenario.
Tengo más CD's que recomendar, pero  lo importante es que cada uno pueda escuchar buena música en cualquier formato, sea streaming, Spotify, o lo que fuere.  Además, conferirle un determinado valor a un disco (o a un libro) implica conocer con cierta profundidad la obra del autor, y lo que hago en este espacio son críticas más bien informales y están orientadas a que ustedes encuentren algo interesante para ver o escuchar, sin demasiadas pretensiones. Uno no puede ser un erudito en todos los campos de las artes, es una aspiración vana y a menudo arrogante. La música es un territorio tan vasto que uno tiene que aceptar sus limitaciones para abordar cuestiones tan "incuestionables" como la música clásica, por ejemplo, en las cuales el paso de los siglos hace que ya esté todo dicho y que no se emitan juicios de valor demasiado tajantes sobre un determinado músico o compositor. Nunca me verán referirme a Beethoven más allá de algún comentario casual, simplemente porque no me considero idóneo para hacerlo. En cambio, puedo defenderme bastante bien si se trata de bandas de poo y rock de las últimas dos décadas, porque crecí escuchando ese tipo de material. Ser consciente de las limitaciones es algo que con el tiempo uno empieza a aprender, o quizás a aceptar.

Cambiando de tema, hoy vuelve "La venganza será terrible", el programa de Alejandro Dolina, ahora por Radio Nacional (AM 870). Trataré de mantenerme despierto para escuchar aunque sea un rato. Realmente se lo extrañaba, sobre todo si tenemos en cuenta la paupérrima oferta radiofónica de este verano.

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