30 de mayo de 2010

El séptimo día...

Ha llegado la noche del domingo y es inevitable pensar en el día siguiente. Pero tengo afortunadamente este fin de semana transcurrió sin sobresaltos, más allá de la lluvia que me hizo desistir de salir a tomar algo al bar durante el fin de semana.
Hay personas que harían todo lo posible por borrar de su memoria episodios vergonzosos y humillantes. Amores frustrados, agresiones recibidas sin ningún motivo, traiciones y deslealtades. Siempre me consideré una persona sensible, o quizás susceptible hacia determinada acciones. Con el tiempo, tuve que aprender a convivir con una sociedad donde todo el mundo te quiere cagar y no hay ninguna clase de solidaridad en situaciones apremiantes.

Por eso ahora, que ya soy un adulto, he logrado, a fuerza de los golpes de la vida, que muchas cosas no me afecten tanto como antes. Sé que hay gente que no me quiere, o que no tiene una buena imagen de mí. Seguramente, tendrán sus motivos, y no soy nadie para juzgarlos. A mí me sucede lo mismo con tantos otros vecinos, que no me caen bien, y me cuesta mucho disimular cuando alguien me fastidia.

Nuestro paso por la vida es tan fugaz e incierto, que incluso aquellos momentos en los que parecemos disfrutar de una efímera prosperidad, se ven sepultados por algún percance o hecho fortuito que nos quita el rédito por la meta conseguida. Estamos viviendo de un modo totalmente ajeno a nuestra propia naturaleza: celebramos el éxito ajeno con gran hipocresía y nos lamentamos de nuestras miserias. En eso se nos va la vida. Y no nos queda demasiado tiempo en este mundo para seguir actuando como dictadores del destino de los demás.

Es un buen momento para pensar cómo queremos que sea Lobos en los próximos años, más allá de una gestión de gobierno. Hablo que los habitantes que componen la ciudad y que le dan sentido como conglomerado urbano. Ojalá podamos darnos cuenta de que, aunque la frase esté tan devaluada, somos artífices de nuestro propio destino.

28 de mayo de 2010

Entre Michael Jackson y los Beatles

Viernes por la noche en la ciudad. Un día tranquilo, dentro de lo que uno está acostumbrado. Nublado, eso sí, y con grandes posibilidades de diluviar en las próximas horas. Anoche mientras estaba en la cama antes de sucumbir al sueño, me puse a escuchar a Michael Jackson. Y hoy a la tardecita escuché a los Beatles. De a poco estoy volviendo a mis preferencias, o si se quiere, volviendo a las fuentes.

Me propuse actualizar el blog tanto como me sea posible, y estoy abocado a esa tarea, aunque a veces no se vislumbren motivos de inspiración. No me interesa que el blog se convierta en una crónica diaria, pero tampoco pretendo hacer literatura. Simplemente me dejo llevar por lo que tengo ganas de compartir con los lectores.

Me tocó nacer en Lobos y pasar casi toda mi vida aquí, y a veces me cuesta imaginarme viviendo en otro lado. Somos animales de costumbres, ¿no?. Quiero decir, no es que Lobos sea gran cosa, sino que no estoy dispuesto a empezar de cero en un lugar desconocido. Hasta hace unos meses pensaba distinto, incluso tenía en mente un puñado de ciudades que me interesaban para buscar suerte, pero hay muchos factores en juego. Como se ha dicho muchas veces, a menudo se trata de una "cuestión de actitud".

A principios de año la pasé bastante mal: la ola de calor, el ocio improductivo, la falta de dinero y de proyectos concretos hicieron estragos en mi autoestima. Ahora me siento bastante mejor, aunque todavía me falta mucho camino por recorrer para recuperar el tiempo perdido. Ya soy un adulto y como tal me interesan otras cosas, como expresé en algún post anterior. Prefiero quedarme en casa tomando Cinzano y viendo TV antes de deambular por el boliche buscando distensión. Pero no descarto que en el futuro vuelva a recuperar viejos hábitos, porque de eso se trata la vida: de regresar al lugar de donde nunca nos hemos ido.

27 de mayo de 2010

Fin de fiesta. De vuelta al mundo real.











Los festejos del Bicentenario carecieron de la creatividad y de la planificación que un acontecimiento de esa índole merece. El Bicentenario de EE. UU. fue en 1976. Los yanquis se prepararon 4 años antes para ponerse de acuerdo sobre lo que iban a hacer. Se crearon sellos postales, monedas conmemorativas, y otras cosas más que en este momento no recuerdo. En lo que respecta al Bicentenario Argentino, se pretendió exaltar un supuesto fervor patriótico que no es genuino. Tal vez un fenómeno semejante debería ser objeto de un análisis sociológico. Yo creo que, para expresarlo de un modo sencillo, si hay que celebrar una fecha patria, me parece perfecto, pero que sea de un modo austero. Estos días le fueron útiles al Gobierno para tapar o camuflar muchas cosas, para manipular a la opinión pública y para ganar tiempo antes de pegar el zarpazo.

Si de algo estoy convencido, es que no nos podemos poner de acuerdo ni siquiera en las cuestiones más elementales. Hace unos años anduvo dando vueltas por el Congreso un proyecto para cambiarle el color a la Bandera. Se proponía que fuera de un azul más intenso en lugar del celeste que todos conocemos. No quiero ni pensar que sucedería si alguien presentara un proyecto así en EE. UU. o en un país más cercano como Brasil. ¡Sería inconcebible!


Sigo pensando en 1853, en la figura de Justo José de Urquiza, en la visión de un hombre que puso fin al caos y sancionó una Constitución Nacional que le diera marco a un país en constante alternación.

La historia argentina es compleja y contradictoria: sobre la figura de Rosas, por ejemplo, resulta difícil ponerse de acuerdo. Yo no he investigado en profundidad debo ser sincero. Recuerdo que cuando iba al Secundario no se profundizaba en su gestión, siempre se veía esa etapa de la historia como si nada relevante hubiera sucedido. Hoy, cualquier chico puede ver en un billete de 20 pesos la cara de Rosas y no sabe quién es. Nos cuesta mucho reconocer que no sabemos de algo, porque la sociedad nos exige mostrarnos como personas seguras y de conocimientos amplios. Yo prefiero al ignorante que asume su condición y busca aprender algo, antes que al ilustrado que mira a los demás con un aire de superioridad. Lamentablemente, han pasado 200 años y estamos rodeados de ignorantes e ilustrados que no han aportado absolutamente nada para que vivamos mejor. Unos porque no saben cómo hacerlo. Y otros, porque no les interesa, ya que les basta con su propio bienestar. Mi decidí a redactar este post luego de pensar en todo lo que nos ha pasado, y en los acontecimientos que me tocó vivir desde que nací: la Guerra de Malvinas, la vuelta a la democracia, la primavera alfonsinista, el juicio a las Juntas, y todo lo que vino después que ya es historia reciente. Ojalá algún día pueda ver que algo realmente funciona en Argentina, porque a medida que uno va creciendo siente la dolorosa presunción de que no estará vivo para ver un cambio. Que será la próxima generación, o la que le sigue, la protagonista de la historia. Nosotros sólo estamos de paso y vemos cómo se nos va el tren del progreso. Quizás cuando seamos ancianos, si tenemos suerte en llegar a esa etapa de la vida, veremos que algo está empezando a cambiar. No quiero ser pesimista, pero dudo de que eso suceda. Sólo nos resta seguir trabajando y agachar la cabeza para ganarnos un mango, porque no hay otra manera de sobrevivir.

23 de mayo de 2010

Crónica de una noche en la discoteca

Anoche fui a La Porteña, y creo que no volveré a frecuentar el boliche por un buen tiempo. La noche lluviosa no eramuy alentadora y seguramente no generó en mí una buena predisposición para recorrer la pista de baile con mis pasitos torpes e improvisados. Pero más allá de eso, me molesta que me empujen, que el piso esté lleno de botellas de vidrio y de vasos plásticos, que la música sea un asco, y que el boliche se llene cada vez más de pendejos. En realidad, debo reconocer que no son ellos los que están desubicados al ir a La Porteña. Soy yo el que debe buscar otra madriguera, porque ya pasé los 30 y cada vez me estoy volviendo más renegado ante determinadas cosas. Cuando uno es adolescente, se banca como un campeón cualquier mínimo percance. Cuando vas creciendo, te volvés menos tolerante. Sobre todo, respecto a la estupidez ajena. Sin embargo, la culpa fue mía, dado que no tenía demasiadas intenciones de ir al boliche pero me parecía que era muy pronto para acostarme a dormir. Sabía que unos amigos irían, y eso me motivó a decidirme. Finalmente, nos encontramos un rato y luego les perdí el rastro. Había tomado poco y estaba bastante fresco, de modo que recuerdo nítidamente lo patético de anoche. Nobleza obliga, debo decir que no salí "de rotation" con demasiado entusiasmo, pero muchas veces surgen planes de último momento y pensé que anoche podría suceder algo semejante. En fin, fue una noche de tiempo y dinero perdido, pero uno de los pocos momentos gratificantes fue cuando empezamos a conversar sobre temas triviales mienras disfrutábamos de unos vasos de Cinzano con soda, mi bebida preferida junto con la cerveza. Es domingo por la noche y estoy cansado (por llamarlo así, digamos). Tengo ganas de irme a la cama ya mismo, pero siempre es una buena ocasión para redactar un post para este blog. De a poco, aunque me cueste, voy a volver al ritmo habitual de actualización. Tal vez sean textos más breves, pero quiero que estas breves apostillas no sean tan esporádicas. Un abrazo, gente, y buena semana!!!!

21 de mayo de 2010

Así son las campanas en la noche

(Texto publicado originalmente en mayo de 2010)

Me molestan sobremanera las campanadas de la Iglesia que indican el paso de las horas. Sé que hay gente que le gusta como algo pintoresco, o bien que se haya reanudado este modo simple y desusado de medir el tiempo y de ponerlo a consideración pública. 

Bueno, el tema es que como vivo a una distancia cercana del Templo, me rompe las pelotas que las campanitas comiencen a repicar a altas horas de la madrugada mientras yo estoy batallando contra el insomnio. Creo que suficiente con las campanadas que resuenan cuando los familiares de algún difunto deciden que el ataúd permanezca en la Iglesia unos minutos para el responso.

No puedo explicar con palabras precisas cómo me siento, pero creo que la inminencia del Bicentenario, el hecho de ver banderas argentinas por doquier, una espíritu nacionalismo que se expande sin explicación y que tendrá continuidad durante el Mundial, me hacen suponer que nada de eso es auténtico. O en el mejor de los casos, se lo ha exarcerbado intencionalmente.

Parece ser que todo el mundo se siente patriota y buen ciudadano por estos días. Inclusive aquellos que tienen sus ahorros bien custodiados en algún paraíso fiscal, fuera del país. Y qué decir de los que viven pendientes de la cotización del dólar y no dejan pasar la oportunidad para hacer un buen negocio sin mucho esfuerzo.

Cuando la euforia colectiva llegue a su fin, y nos demos cuenta de que no estamos en condiciones de celebrar en demasía, ya los temas verdaderamente importante habrán pasado al olvido y percibiremos, tardíamente, que hemos sido estafados por los "espejitos de colores", por los fuegos de artificio, y por una profunda incapacidad para ejercer el pensamiento crítico. 

Desde el momento mismo en que anunciaron la parafernalia del Bicentenario intuí que sería una excelente ocasión para que el oficialismo sedujera a la sociedad con un falso fervor cívico. Los festejo en sí mismos están bien, el tema es qué finalidad oculta perseguís con eso.

Como suele suceder, la mayoría se dará cuenta de esto con los hechos consumados. Pero este año, como mencioné antes, tenemos el "plus" del Mundial. Millones de argentinos pendientes de 11 tipos que representarán al país en la máxima competencia internacional. Todos, inclusive los más reticentes, caemos presos de la euforia mundialista, que suele tener vida efímera dado el pobre desempeño de la Selección.

Sinceramente, tanto las campanas de la Iglesia que me indican el paso del tiempo como la hipocresía de los "nuevos patriotas" que se subieron al tren de la Convertibilidad y de la bicicleta financiera, me generan varios sentimientos ambiguos, aunque no haya mucha conexión entre ambos sucesos. Cuando uno está renegado contra el entusiasmo de las masas, cualquier detalle no hace más que acentuar la indignación ante la miopía general.

15 de mayo de 2010

Volvieron los mismos de siempre


En este momento estoy disfrutando de una par de horas libres, y quise meterle un poco de pimienta al blog. Parece que por acción u omisión de sus adversarios, Kirchner se acerca peligrosamente a la posibilidad de volver a ser presidente. La oposición no supo manejar los tiempo y si bien logró asestarse algunos golpes al oficialismo en la Cámara de Diputados, cuando nos ponemos a analizar los nombres de sus referentes dan ganas de salir corriendo. Aunque todavía falte mucho para 2011, en política los tiempos se miden de otra manera. Por eso, daría la impresión de que sólo restaran unos pocos días para las elecciones. Seguramente habrá alianzas espurias, acuerdos entre gallos y medianoche, y traiciones inconfesables a cambio de un puesto político o de un buen fajo de billetes. La oposición está fragmentada, porque cada uno persigue sus ambiciones personales y busca el desvío más rápido para llegar a la Casa Rosada. Eso sí, mientras tanto tenemos que simular que somos un grupo de señores honestos que va a luchar para frenar la prepotencia de este gobierno. La oposición, como dije alguna vez, subestimó a los Kirchner. Los dio por muertos antes de tiempo. Ni siquiera se le puede dar por muerto a Menem, cuyo voto sigue siendo decisivo en la Cámara de Senadores. En fin, es sábado por la mañana, y qué mejor que empezar el día con buena música. Sugiero escuchar algo de Skid Row, una banda que se vio opacada por el éxito de Guns N' Roses, pero que la rockean igual, o mejor (dentro de lo que se conoce como "glam mental").

Tema 2: Siempre sostuve que no se puede prescindir de las importaciones. Los países extranjeros producen artículos de mejor calidad que el nuestro, porque tienen controles más estrictos y además disponen de otra tecnología. Yo pasé mi adolescencia rodeado de todo tipo de basura importada, en los años del "1 a 1", que todavía uno recuerda con un dejo de nostalgia a pesar de que la "joda" del menemismo nos costó demasiado caro. Quizás, por eso, el proyecto para prohibir la importación de alimentos me pareció una estupidez. ¿Quién es el Gobierno para decirme qué tipos de alimentos debo consumir? ¿Si se me antoja comprar una cerveza mexicana o alemana, con qué derecho me lo van a prohibir? Están discutiendo estas boludeces en defensa de un grupo de industriales que se creen con derecho a todo, mientras hay desabastecimiento de azúcar!!!!!!!!!!!!!!! Es un país que tiene la mayor cantidad de ingenio azucareros que uno pueda imaginarse!!!!!! Si vamos a importar algo, mejor que vayan pensando en el azúcar, que ya empieza a escasear en los supermercados...

9 de mayo de 2010

La famosa ley antitabaco

No estoy muy al tanto de la "letra chica" de la Ley Provincial Nº 13.894 (conocida como "Ley Antitabaco") que comenzó a regir el 26 de abril, pero en principio está claro que se prohíbe fumar en lugares cerrados, tanto públicos como privados. Cuando hablamos de lugares privados, hay que hacer la salvedad de que el texto no se refiere a una vivienda particular, por ejemplo, sino a un comercio o a un local que no depende del Estado.
Como los lectores saben, suelo frecuentar el Bar del La Porteña, y pude constatar que la Ley se cumple de un modo estricto. Nadie puede fumar dentro del bar, y aunque me considero fumador, me pareció correcto que alguien tomara la decisión de aplicar una Ley y de hacerla cumplir entre los clientes. No deja de ser una molestia tener que salir del bar con cinco grados de temperatura para fumarte un pucho, pero si no podemos llegar a un acuerdo mínimo para cambiar nuestros hábitos y adaptarnos a lo que establece la Ley, estamos perdidos.

En el boliche, al menos el día que yo fui, se puede fumar sin problemas. Me dijeron que están exceptuados de la Ley los locales que tengan una determinada cantidad de metros cuadrados, pero no me parece que sirva como parámetro para determinar en qué casos el lugar en cuestión puede ser "apto para fumadores".

Qué bueno sería que el mismo empeño puesto por las autoridades en controlar que no se fume en lugares cerrados, también existiera para cumplir otras leyes, que son violadas sistemáticamente. Tenemos una normativa sobre el tabaco que nos pone en un pie de igualdad a la de los países desarrollados, pero dejamos mucho que desear en el control del gasto público y en el manejo de los bienes del Estado, que los funcionarios utilizan como si fueran propios. Resulta contradictorio, por otra parte, que habiendo proyectos que proponen despenalizar el consumo de la marihuana, lo cual implicaría un giro de 180 grados en la política adoptada por el respecto de los estupefacientes, sea visto como un hecho censurable gesto mucho más inocente como el de encender un cigarrillo de tabaco en el interior de un bar.

8 de mayo de 2010

Para alegría de todos.... el primer post del mes!!!

Desde que vengo "remándola" con este proyecto, creo que nunca había redactado el primer "post" tan avanzado el mes. Realmente debo preguntarme si lo sucesivo será así, si tendré que redactar en este espacio de manera esporádica porque los tiempos no me dan.

Es una mañana soleada de sábado, y dan ganas de salir a caminar un rato para demostrarle al mundo que seguimos estando vivos. Ahora bien, desde hace por lo menos dos semanas el frío vino para quedarse, y se siente especialmente durante las primeras horas del día. Creo que no he comentado esto antes, pero me fastidia tener que comprarme ropa. Y por ahora no cuento con demasiadas prendas para afrontar este invierno, con excepción de un par de pulóveres y una campera bien abrigada.
Hace tiempo que no voy al Parque, uno de mis lugares preferidos para despejar un poco la mente, y como ustedes saben por el momento no estoy yendo al gimnasio. El gym me gustaba, pero terminó aburriéndome, y ahora me ha surgido como una buena excusa para no ir la falta de tiempo. Siento que el fin de semana pasa demasiado rápido y que no lo puedo disfrutar al pleno. Cuando querés acordar, ya tenés el lunes encima nuevamente. No voy a negar que a veces uno tiene tiempo libre, pero no lo sabe aprovechar. Qué se yo, un viernes a las tres de la tarde, ¿qué podés hacer, cuando todos tus amigos están trabajando o durmiendo la siesta?

Ahora estoy concentrado en poder continuar redactando aquí regularmente, aunque los posts no sean tan inspirados como antaño, y se vuelvan una aburrida crónica diaria. Este blog va a cumplir cinco años y no voy a tirar por la borda todo ese esfuerzo. Hay que rescatar la necesidad de escribir, o mejor dicho, de expresarse: en una sociedad donde uno tiene que cuidarse todo el tiempo de lo que dice o hace, porque de lo contrario te crucifican, lo único que nos salva es difundir nuestras ideas por algún medio (arte, literatura, música, o lo que fuere).

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...