28 de mayo de 2010

Entre Michael Jackson y los Beatles

Viernes por la noche en la ciudad. Un día tranquilo, dentro de lo que uno está acostumbrado. Nublado, eso sí, y con grandes posibilidades de diluviar en las próximas horas. Anoche mientras estaba en la cama antes de sucumbir al sueño, me puse a escuchar a Michael Jackson. Y hoy a la tardecita escuché a los Beatles. De a poco estoy volviendo a mis preferencias, o si se quiere, volviendo a las fuentes.

Me propuse actualizar el blog tanto como me sea posible, y estoy abocado a esa tarea, aunque a veces no se vislumbren motivos de inspiración. No me interesa que el blog se convierta en una crónica diaria, pero tampoco pretendo hacer literatura. Simplemente me dejo llevar por lo que tengo ganas de compartir con los lectores.

Me tocó nacer en Lobos y pasar casi toda mi vida aquí, y a veces me cuesta imaginarme viviendo en otro lado. Somos animales de costumbres, ¿no?. Quiero decir, no es que Lobos sea gran cosa, sino que no estoy dispuesto a empezar de cero en un lugar desconocido. Hasta hace unos meses pensaba distinto, incluso tenía en mente un puñado de ciudades que me interesaban para buscar suerte, pero hay muchos factores en juego. Como se ha dicho muchas veces, a menudo se trata de una "cuestión de actitud".

A principios de año la pasé bastante mal: la ola de calor, el ocio improductivo, la falta de dinero y de proyectos concretos hicieron estragos en mi autoestima. Ahora me siento bastante mejor, aunque todavía me falta mucho camino por recorrer para recuperar el tiempo perdido. Ya soy un adulto y como tal me interesan otras cosas, como expresé en algún post anterior. Prefiero quedarme en casa tomando Cinzano y viendo TV antes de deambular por el boliche buscando distensión. Pero no descarto que en el futuro vuelva a recuperar viejos hábitos, porque de eso se trata la vida: de regresar al lugar de donde nunca nos hemos ido.

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