18 de julio de 2011

Las consecuencias de la improvisación


Lunes por la tarde en la ciudad. A pesar de contar con un plantel que muchos equipos envidiarían, la Selección se quedó afuera de la Copa América. Otra vez, una nueva frustración. Pasan los años y seguimos sin tener un equipo ganador. Lo peor es que los hinchas ya nos vamos resignando y aceptando que la Selección está perdiendo lentamente la jerarquía que supo tener. No es más un equipo al cual los rivales le teman. Tampoco provoca sorpresa o emoción con su juego. Realmente lamentable, que se haya caído tan bajo, por culpa del ego desmesurado del los jugadores y la falta de un cuerpo técnico que imponga disciplina. Creo que hubo, además, mucha improvisación. Los jugadores no estuvieron a la altura de un torneo tan importante, y prefirieron arriesgar lo mínimo para evitar lesionarse en las ligas europeas donde juegan durante la temporada.

Retomando la idea del párrafo anterior, creo que lentamente vamos aceptando que los argentinos no somos tan buenos en ciertas cosas como hace un tiempo atrás, o como nos hicieron creer
. Si se trata de lo deportivos, los tiempos de Vilas y Maradona han sepultados por las nuevas generaciones. Hoy tenemos a Messi como un supuesto conductor, el eje del equipo que desequilibra con sus gambetas y su velocidad. Pero nada es lo que parece. Messi no ha logrado jugar ningún partido importante con la camiseta argentina, aunque hay que reconocer que aporta buenos pases y asistencias. Como ustedes saben, el deporte no es un tema que se aborde demasiado desde aquí, desde este blog. Pero hay acontecimientos que por su relevancia exceden la temática habitual y además tienen que ver con la coyuntura del momento. La Copa América, que parecía ser una invitación al exitismo y al buen juego, terminará siendo un amargo recuerdo de un grupo de jugadores que nunca pudieron funcionar colectivamente y que estuvieron limitados por su propia incapacidad. Los años en Europa y la buena vida hacen subestimar a rivales que no tienen ningún problema en vapulearnos y poner las cosas en su lugar. Sería bueno aprender de la lección y hacerla extensiva a otros aspectos de nuestra vida.

Siempre hay una buena excusa

  Cuando pasan varios años sin que te encuentres con alguien y esa persona aparece súbitamente en escena, pueden suceder dos cosas: O que te...