31 de marzo de 2019

Ultimo capítulo de marzo: en la vereda del sol

Me molesta la gente que habla de mí sin conocerme, o peor aún, aquellos que no saben las circunstancias por las cuales yo actúo de tal o cual manera. Las decisiones se toman en base a las alternativas más ventajosas que tengas, eso es de manual. Por suerte, no soy famoso ni nada que se le parezca, estoy un poco más expuesto que si hiciera otro tipo de trabajo pero lo sé manejar. Muchas veces, cuando me vienen maliciosamente con el comentario despectivo de una persona, me limito a decir: "no la conozco". No me puedo subir a la escalada de difamación de un vecino por un video que se viralizó o un escrache, tan en boga hoy en día. Si no lo conozco, no tengo nada para decir de él, ni a favor ni en contra. De pronto alguien parece convertirse en una celebridad, pero por los peores motivos, ya que publicaron su foto en Facebook y lo escracharon sin pruebas. Me parece canallesco y de un daño moral incalificable.

Por otra parte, no se puede ir por la vida eligiendo 
con quién relacionarse según se trate de oficialistas y opositores. Porque además de resultar imposible, es totalmente irracional. No compartir una gestión de gobierno no debe llevarnos nunca a distanciarnos de nuestros seres queridos, por esa maldita grieta que parece no tener fin. Al final de cuentas, para los políticos los ciudadanos tenemos tan poco valor, que no merece la pena sentir recelo de alguien porque asumió una posición ideológica determinada.

Por supuesto, yo no tengo problemas en conversar y compartir un momento con una persona abiertamente "K", siempre que surja un debate con argumentos, o bien pongamos como condición evitar todo tema que genere malestar y discusiones que no conducen a ningún lado. Aprendí a escuchar más y hablar menos en ciertas ocasiones. Los que se oponen a todo tampoco son de mi agrado: son pesimistas, siempre están presagiando el Apocalipsis y viven con resentimiento esperando que asuma un gobierno que les calce perfecto (a sus mezquinos intereses), como el mejor traje jamás diseñado. Esa forma de pensar es otra estupidez que sería bueno tener en claro. Me resultaría lamentable perder una amistad por diferencias políticas, sobre todo porque no soy yo quien deba decirle al otro cómo tiene que pensar o qué ideas debe defender. Y tampoco quiero convencerlo de nada, son sus principios o como quieran llamarlo. Les aseguro que no es fácil, pero cuando se logra llegar a ciertos acuerdos, como evitar temas de confrontación, se puede preservar una amistad más allá de diferencias que en apariencia son irreconciliables. Porque si hablamos de Argentina 2019, antes de que sobrevinieran los aumentos de precios, la reforma previsional, los cierres de fábricas e industrias, la falta de producción, o cualquier medida polémica que se le pueda atribuir al macrismo, yo ya era amigo de esa persona. Entonces, ¿qué me importa el resto? Se supone que debo priorizar lo que realmente tiene valor, y lo que va a perdurar cuando se terminen los gobiernos corruptos de izquierda, derecha, neoliberales, o como carajo se denominen. Quizás ése es el secreto para no dejar que nos venzan las limitaciones del pensamiento vacío y estrecho de los políticos de distinto pelaje. Punto final.

29 de marzo de 2019

Buscar un "cable a tierra" en medio de aguas turbulentas

Viernes por la noche en la ciudad, inusualmente cálido para los primeros días de otoño. Estoy tratando de canalizar mis energías en nuevos proyectos. Por un lado, un taller de Comunicación Social, que dictaré en la Biblioteca Capponi. Por otro, volveré a dar clases de apoyo de Inglés, en este caso en la Fundación Lobos. No lo hago sólo porque necesito más ingresos, sino porque no quiero permanecer con tiempo ocioso, prefiero destinarlo a aquello que estudié y siempre es gratificante poder transmitirlo a quien desee aprender.

Por supuesto, el periodismo es lo que más carga horaria me insume en el devenir cotidiano, pero es mi vocación, mi medio de vida, y no está en mis planes dejarlo de lado, nunca se me cruzó por la cabeza hacerlo. Muchas personas terminan realizando un trabajo que no guarda relación con lo que estudiaron. No está bien ni mal, son elecciones, porque una cosa es estar en la facultad y otra, ingresar al mercado laboral. Es entonces cuando te das cuenta que no es lo tuyo. Las cosas no suelen ser como uno las imagina, y la desilusión puede ser muy grande. Más aún si te manejás con rectitud y con principios, dos virtudes que no abundan. Es lo que suele pasar por ejercer una profesión a desgano, lo cual tarde o temprano conduce a ser negligente. 

Todos tenemos el impulso de "tirar la toalla" más de una vez, cuando las cosas no salen, cuando sentís que sembraste en terreno fértil pero la cosecha no llega. Es decir, no ves una compensación por el esfuerzo que pusiste en una determinada tarea. Yo considero a la guita como una forma para vivir y comprar las cosas que quiero y necesito, pero no es un fin en sí mismo. Y no estoy dispuesto a hacer cualquier cosa para ganar plata, jamás haría una campaña sucia contra alguien a cambio de una retribución monetaria. Y es una práctica muy común, sobre todo en tiempos electorales, hay algunos casos bastante evidentes y otros más sutiles, pero digamos que brindar "protección" a un candidato es un modo de no criticarlo, o de ocultar deliberadamente hechos que lo puedan perjudicar. 

Estoy harto de ver cómo los medios, principalmente la tele, quieren crear una psicosis colectiva con el valor del dólar, en lo que a mí respecta mis ahorros son en devaluados pesos argentinos, y no me interesa dedicarme a la especulación, es decir a comprar dólares para luego esperar que suba la cotización. Esto es un Deja Vu, estamos como en el año 2000 que no se hablaba de otra cosa que del riesgo país, la mayoría de la gente no comprendía bien qué era pero los números que iban subiendo día tras día eran más populares que la quiniela. En este momento decidí despojarme de todo aquello que no está a mi alcance resolver, me importa un carajo Stornelli, Ramos Padilla, y todos los oscuros negociados de Tribunales. Si seguimos así, masticando bronca, nos vamos a terminar enfermando, y no es el momento más propicio para gastar plata en remedios y que se quebrante tu salud. Por eso, yo agarro la bici y salgo a recorrer 10 km o más siempre que puedo, no pienso en nada, sólo estoy atento al tránsito para evitar accidentes. Y llegar cansado de hacer algo por escaparte del celular, la tele, la radio, y los diarios, aunque sea por un momento, no deja de ser gratificante. Punto final. 

24 de marzo de 2019

Desprejuiciados son los que vendrán...

Siempre trato de no quejarme, pero la monotonía de los domingos se vuelve inevitable en una ciudad que no tiene mucho para ofrecer, excepto a los ojos del turista. Me rompe las bolas que haya una murga todos los días ensayando quién sabe qué, meta bombo, y dale que va. Muchachos, ya pasaron los feriados del carnaval, los corsos... si viven de eso, busquen no joder al prójimo. 

 Me fastidia que no haya lugares de esparcimiento, a precio módico, para personas de más de 30/35 años como yo. Hay cierta burguesía (si es que dicho término no cayó en desuso), en Lobos, desde hace años, y hasta que no venga una generación nueva a poner las cosas en su lugar, seguirán estando, ocupando posiciones que ellos creen que le otorgan algo de privilegio, en comisiones de distinta índole, en instituciones públicas, en oscuros despachos. Quiero pensar en una ciudad en la cual los jóvenes no tengan que irse por la falta de oportunidades, que el tiempo invertido en sus estudios se vea recompensado con un empleo que les brinde satisfacción. Esa es la clave. Hace falta gente que ame lo que hace, y no que lo haga porque no le queda otra opción. 

No es posible sólo que 40 o 50 personas pongan la cara para reclamar por el desmedido aumento del peaje, cuando todo Lobos y Cañuelas, junto con sus autoridades, deberían haberse puesto al frente de este robo descarado. Si elegimos la comodidad, no vamos a ningún lado. Si esperamos que otros hagan las cosas por nosotros, tampoco. 

Así ha sido siempre, desde que tengo uso de razón. Nos ganan la apatía y la abulia, y preferimos quedarnos en casa viendo pelotudeces por televisión o por Netflix. Ningún país, provincia, o ciudad, progresa de ese modo. Somos el pueblo, los ciudadanos, pero a veces pareciera que no asumimos esa condición. Me acuerdo que en 2000/2001, cuando veníamos cuesta abajo, la gente seguía estupidizada con Gran Hermano, el furor del momento. Claro, cuando apretaron las clavijas y empezó el corralito, ahí salimos todos a protestar. Somos hijos del rigor. 

Yo conocí otra ciudad, otro Lobos, que hoy solamente vive en las fotos y en los recuerdos de mi juventud, y quizás hablo como si fuera un anciano de 80 años cuando aún no llegué a los 40. Pero es así, no nos animamos a despegar, a ser creativos, a buscarle la vuelta, y me hago cargo de la parte que me toca como vecino. Nos falta mucho para salir de la mediocridad, sobre todo en tiempos complicados como los que nos toca vivir. Pero insisto, si nos quedamos en la "zona de confort", en lo seguro, y no vamos tras los pasos de nuevos horizontes, nos convertiremos en fósiles, tarde o temprano. Porque seguiremos delegando cada vez más lo que nos toca hacer en personas que no nos representan y que defienden sus propios intereses. Punto final. 

20 de marzo de 2019

Comienzo de otoño con hojas (y bolsillos) secos

Miércoles, comienzo de otoño en el hemisferio sur. Hice varios borradores de notas en los últimos días, pero decidí no publicarlos porque no me convencían del todo. Como a todos, a veces me agobia la realidad cotidiana, y si bien tengo que mantenerme informado de lo que pasa, no dejo que todo lo que leo y veo me intoxique, sino sería como una esponja que termina aborbiendo ese panorama poco alentador. Me gusta indagar en medios que no son masivos, y que publican noticias que los otros ignoran, ya sea deliberadamente o bien porque no les conviene. Los portales de las provincias del Interior, por ejemplo, porque "hay vida cruzando la General Paz". Hace falta más federalismo, que no pase todo por Buenos Aires, y que se fortalezcan los medios del resto del país. No es justo que la salud pública sea mucho mejor en la Capital que en nuestra Provincia. Asimismo, deberían existir más dependencias descentralizadas para que no haya que viajar cada vez que tenés que hacer un trámite. Los porteños tienen un modo de vida completamente distinto al nuestro. Cuando viajás al Exterior, si sos argentino suelen haber ciertos prejuicios, porque el estereotipo del porteño fanfarrón y arrogante es lo que está más arraigado.

Si se fomentara el federalismo, no habría pueblos que quedaran incomunicados por el cierre del ramal de ferrocarril, la economías regionales que tanto pregonaba Macri resultarían rentables... si vos comprás un kilo de naranjas a $ 10 o $ 20, imaginate la miseria que recibe el productor, que es el primero en la cadena de comercialización. Estos productores son los que hicieron varias veces el "verdurazo" en Plaza de Mayo, porque preferían regalar lo que cosechaban antes que tirarlo, como una forma de protesta. Exceptuando Córdoba o Mendoza, la mayoría de las Provincias carecen de una gran población, vale decir, no sirven en términos de votos. Por eso a nuestros dirigentes les chupa un h... lo que pasa en Formosa, en Salta o en Santiago del Estero, y ni hablar de la Patagonia que es una de las zonas con menos densidad demográfica (más deshabitadas) del país. Los Gobernadores tienen que tocar el timbre de la Casa Rosada para que les den bola, excepto aquellos amigos macristas, como Urtubey.  

Muchas veces reniego de ciertas cosas de Lobos, que son inherentes a cualquier pueblo chico, pero estoy convencido de que este es mi lugar, porque yo lo elegí, y no me iría a otra ciudad a menos que tuviera una oferta de trabajo tentadora, algo que dudo vaya a suceder. Pienso que esta ciudad tiene todas las condiciones para crecer, en la medida que se brinden incentivos a los comercios y empresas, que hoy por hoy no pueden solicitar un crédito a tasas altísimas que fijó el Banco Central para contener al dólar. No quiero ver mas persianas bajas, ni locales que cierran. Lobos antes era un punto de referencia para toda la zona, y en la actualidad solamente es un caserío perdido en el mapa, casi detenido en el tiempo. Ante la situación económica adversa, el Municipio debe asumir un rol proactivo que vuelva a poner a nuestra ciudad en el lugar que nunca debió haber perdido. Punto final.

16 de marzo de 2019

Aquellos amigos que se fueron y los que surgen en la adultez

Sábado por la noche en la ciudad. Va llegando a su fin un día bastante abúlico, por escasa actividad de índole cultural para cubrir periodísticamente. Lo único que concitó la atención de determinado público fue la anteúltima jornada de competencia de las Olimpíadas del Salado, pero debo reconocer que no me considero del todo idóneo para hacer una crónica deportiva. Nunca me interesaron demasiado los deportes, quizás porque la experiencia que tuve con ellos no fue la mejor. Recuerdo que jugué en la categoría "Mini" del basquet de Athletic, luego en el mismo club practiqué fútbol en la 5° División. Jugaba en el mediocampo, pero no me destaqué en ninguna de ambas disciplinas, y los entrenadores solían marginarme. No sé si eso sigue pasando, pero a determinada edad uno busca hacer amigos y divertirse, el resultado del match debería ser lo que menos importa. Por supuesto que nadie juega para perder, pero me refiero a no ser cómplices con los más chicos del exitismo estúpido, del bullying y esas tristes realidades. Recién ahora se está tomando conciencia del daño psicológico que le hacés a un pibe porque supuestamente no es habilidoso o no tiene demasiada gravitación en el campo de juego. 

Como dije alguna vez, bullying existió siempre: en la escuela, en el club de barrio, en los boliches... sólo que no había un término que lo definiera y que fuera objeto de estudio. Siempre me negué a ser parte de un grupo (de supuestos amigos) que me cuestionara por cosas que carecían de sentido. La mayoría de la gente conserva pocas amistades de la época de la Secundaria, y esto se debe a que en la escuela vos compartís espacio dentro del aula con personas que no te importan en absoluto, y que simplemente están ahí porque coincidieron en la misma división que vos. Está piola reunirse de vez en cuando, pero que esos encuentros no se hagan algo rutinario porque carecen de razón de ser. No me interesa estar en contacto con gente de la cual no guardo un buen recuerdo. Creo que únicamente lo voy a hacer cuando cumpla los 25 años de egresados, y lo haré por una mera formalidad, no porque me entusiasme la idea. Pero cada uno es dueño de hacer lo que le plazca, hay gente que se emociona con esos encuentros, yo no les doy mayor importancia porque aquellos amigos que me dio la vida, están en el presente, no en un conglomerado de anécdotas que con el tiempo distan cada vez más de lo que realmente sucedió 

Hoy empecé la lectura de la primera novela del escritor sueco Steig Larsson, "Los hombres que no amaban a las mujeres" (2005) y verdad es que me parece muy bien lograda, ya me devoré casi 50 páginas y tengo la intención de leerla completa, obviamente. La traducción tiene modismos propios de España, no fue hecha para el lector latino promedio, pero igual se entiende el desarrollo de la prosa. Yo tengo publicados cuatro o cinco cuentos, pero lo bueno es que cuando leés a un autor de calidad, te motiva a escribir, en un sentimiento que surge de la admiración hacia el escritor que logró pergeñar una novela notable. Siempre opto por leer cuentos, pero esta vez hice una excepción, había oído hablar de Larsson (que murió muy joven) y de la saga Millennium. A eso estoy abocado en mis ratos libres, a recorrer las páginas de este libro cuya lectura recomendaré (o no) una vez que lo termine. Pues bien, ya es hora de marcharse a dormir, pero antes de que eso ocurra, liquidar algunas páginas más (son más de 500). Punto final.

14 de marzo de 2019

Yo siempre vuelvo...

Jueves por la noche en la ciudad. Ayer estaba con un humor de perros, porque se cayó Facebook y me impidió compartir las publicaciones de mi página. Tengo la necesidad de replicar el contenido publicado para que les sea más cómodo y fácil a los lectores acceder al mismo. No soy "adicto" a FB ni me desvela la red social, lo utilizo básicamente por mi trabajo y en algunas ocasiones subo fotos mías, pero son las menos. 

Conforme la situación se normalizó, pude ir compartiendo el material periodístico, que era abundante, y hasta tanto ello no sucedió me puse a emprender las tareas propias de un diario digital: editar las fotos, "pulir" los textos, procurar darles un enfoque atractivo. 

Pero eso no es todo, durante los días previos me ocurrieron distintas cosas que me cargaron de estrés y malestar, por ese motivo estuve un tiempo sin escribir un nuevo posteo por acá. La mayoria de las veces la gente no es culpable de tus problemas, te los buscás solo, o bien la ansiedad y la impaciencia ante la burocracia te causan bronca y hartazgo. Por ejemplo, lidiar con la obra social, reclamar que me reconozcan los medicamentos que consumo y que me hagan el reintegro como corresponde, y no es que estoy hablando de remedios caros que podrían justificar una demora. La mayoría de los que yo uso rondan los $ 500 (los que están en el vademécum, que parece una revistita), y yo pago el Monotributo puntualmente todos los meses para tener una cobertura mínima.

En mis ratos libres, me refugio en la música y en la lectura, que me entretienen y me cultivan un poco el intelecto, además de funcionar como un olvido transitorio para los malos tragos que te tocó atravesar  el resto del día. Por suerte, la mayoría de las veces prevalecen los buenos momentos, las mateadas, las cenas en familia.

 Retomando lo que venía comentándoles, me temo que cada vez más obras sociales estarán "cortadas", porque no les abonan a las farmacias y entonces estamos en un círculo vicioso. Cada vez más argentinos optaron por dejar de tomar su medicación, aún en detrimento de su salud, porque no pueden pagarla y el Estado no la proporciona. Y está claro que los formadores de precios son los laboratorios, la industria más poderosa del mundo junto con los fabricantes de armas. En fin, me puedo quedar tranquilo por el hecho de que por ahora gozo de buena salud y puedo trabajar, los años sucesivos los destinaré a ir ahorrando lo que pueda (que no es mucho), a fin de poder ver concretados determinados proyectos. Punto final. 

10 de marzo de 2019

Pobreza y marginalidad no son la misma cosa!!!

Marzo es un mes en que uno suele sentirse más viejo, aunque no cumpla años en el corto plazo. Es que se termina el calor asfixiante, los romances fugaces, los días de siesta (por no hablar de aquellos que pudieron tomarse vacaciones). A cambio de esto, los días se acortan en luz natural, comienzan las clases y la actividad de nuestros legisladores...cierta pesadez y estampas bucólicas se advierten en el aire, como si fueran partículas. Todo se hace más cuesta arriba para el bolsillo promedio, más aún si tenés hijos a quienes brindarles una educación con libros y útiles escolares. Yo no tengo hijos, pero sí un sobrino, y me doy cuenta del esfuerzo que debe hacer mi hermano para que no le falte nada, en todos los sentidos. 

Acabo de leer una nota, en la cual se pone "blanco sobre negro", cómo estamos: la gente consume más arroz y fideos, pero con eso reemplaza a la carne y los lácteos, cuya caída en las ventas es notable. O bien se come más carne de pollo o cerdo en lugar de la vacuna. No podemos dejar de comer, y visto que no hay una solución en lo inmediato, no queda otra que buscar alternativas más económicas. Es una locura lo que cuesta un kilo de yerba, o una botella de Coca Cola. Déjense de joder, si remarcaron dos veces ya en 6 meses, una con la megadevaluación y el dólar a $ 40, y otra suba más reciente con la nueva corrida cambiaria. Con esta lamentable economía bimonetaria, nos estamos hundiendo cada vez más. Si tuviéramos otra moneda de referencia, como el euro, quizás sería distinto. Digo "quizás", porque no soy economista, aunque estoy leyendo bastante los diarios como El Cronista o Ambito porque quiero entender lo que está pasando. Entender cambia la vida, dice el famoso slogan de la Revista Noticias, y vaya si es cierto. Lo que nuestros políticos han querido siempre es fomentar la ignorancia y ocultar todo aquello que los comprometa en algo, porque nunca se han hecho cargo de nada, parece ser que la culpa es de la "herencia recibida" de quien  estuvo antes, y así llevamos décadas de atraso, de pobreza y marginalidad. La marginalidad se produce cuando te sentís excluido por la sociedad, el mismo término nos da la pauta del significado. Vivís al margen de todo, porque nadie te asiste, te da trabajo, o te enseña cómo hacerlo. También puede suceder que dejen de importarte ciertas cosas, porque sos un ciudadano cero. Pobreza no es sinónimo de delincuencia, eso lo tengo bien en claro. Si los mayores delincuentes de la Argentina son ladrones de guante blanco, ¿Cómo vamos a ser tan necios de estigmatizar al pobre? 

La pobreza puede empujarte a la marginalidad, pero no es una regla excluyente. Ganarse el mango todos los días es lo que tratamos de hacer quienes entendemos la sutil diferencia. Punto final. 

9 de marzo de 2019

La reivindicación de la mujer

La mujer fue adquiriendo derechos que le correspondían desde la génesis misma de la sociedad, y que durante mucho tiempo fueron privativos de los hombres. También es cierto que fueron accediendo a puestos de trabajo que, en la actualidad, los varones casi no tienen lugar: la docencia (hay escasos maestros de nivel primario excepto en algunas provincias), otros empleos como recepcionista, secretaria, diseñadora, fotógrafa, policía. Hagamos memoria, hace 30 o 40 años era impensado ver mujeres policías.  Justo es decir que muchas veces habían favores sexuales de por medio de los empleadores de turno para que tuvieran una oportunidad, y que los puestos de mayor jerarquía se otorgaban bajo esta repudiable modalidad. Pero establecer una Ley de Cupo Femenino es una suerte de discriminación a la inversa: mujeres que integran las listas de las candidaturas porque hay un cupo establecido, sin tener en cuenta su idoneidad, y porque son esposas o familiares de caudillos políticos que todavía someten a varias provincias bajo la condición de feudos.

Por otra parte, el rol de ama de casa no debe ser subestimado y subvalorado, pues se trata mujeres que se dedicaron a la crianza de los hijos y al cuidado del hogar, que es un trabajo en sí mismo, por ello uno de los pocos aciertos de los K fue concederles el beneficio de una jubilación por esa tarea silenciosa que llevaron a cabo durante años. En muchos casos, a consecuencia de padres ausentes, ya sea porque cumplían jornadas laborales de demandaban largas horas fuera del núcleo familiar, o bien porque de manera negligente se la pasaban en bares, asados, o lo que fuese, creyendo que sus hijos se educarían solos. Quizás ni siquiera se pusieron a pensar en ello, nunca les importó. 

Cuando hablamos del derecho de la mujer de decidir sobre su cuerpo, podemos apartarnos un minuto de la cuestión del aborto, y pensar que si una señorita desea dedicarse a la prostitución a cambio de dinero, nadie se va a asombrar a esa altura de los acontecimientos. El otro extremo es la trata de personas, chicas que son sometidas a la esclavitud y a condiciones infrahumanas. Son esclavas sexuales, y no conocen otra vida porque el Estado estuvo ausente y no les brindó la oportunidad de desarrollarse con educación formal o con un empleo digno. 

También creo, que el hecho de decirle un piropo a una chica no implica acosarla, me parece exagerado. Por supuesto, una cosa sería decirle: "qué linda que estás" o algo parecido, y otro escenario posible sería vociferar una grosería que la haga pasar vergüenza y humillación. No distinguir esto es propio del feminismo exacerbado, de hacer una militancia basada en la imposibilidad de ver que para todo hay matices, que no se puede hablar de "patriarcado" sin siquiera saber qué es. Yo estoy agradecido de todas las mujeres que me acompañaron en mi vida: mis ex novias, mi madre y mis tías, maestras de la escuela, compañeras de trabajo... sin ellas, tendría pendientes muchas cosas que no hubiera podido lograr. Y son esas personas que uno guarda en el corazón. Punto final. 

5 de marzo de 2019

Cómo convivir en medio de aguas turbulentas

Martes por la noche en la ciudad. Estamos transitando uno de esos feriados absurdos, en este caso por Carnaval. Este tipo de días que no responden a la conmemoración de ningún prócer o fecha patria, no hacen más que frenar la escasa actividad económica y complacer a unos pocos que pueden viajar y de este modo aportar algo a las arcas de los operadores turísticos. 

Hay gente que aún no entiende que la sociedad está cambiando, no del modo que yo quisiera, pero debemos aceptar la realidad antes de que nos pase por encima. La violencia cotidiana en la cual vivimos, los crímenes que antes sólo ocurrían en las grandes ciudades...son una señal de que Lobos no está ajeno al microclima que se respira en las calles de cualquier localidad del país. Hasta no hace mucho nos asombrábamos de que en Cañuelas se perpetraran delitos aberrantes siendo una ciudad tan cercana, y hoy nos toca a nosotros tener que analizar lo que nos sucede desde otro prisma. No esquivemos el debate diciendo que estamos así porque "la sociedad está enferma", ya que en tal caso los enfermos somos nosotros, como integrantes de ella. 

Se ha perdido la vergüenza y el pudor. Entiéndase esto como la exposición excesiva de la privacidad. Vos permitís que todos sepan lo que hacés, porque lo publicás en las redes sociales, ¿o no? Compartís memes que son profundamente ofensivos o agraviantes, solo porque alguien te lo pasó a vos. Es hora de poner las cosas en su lugar y de analizar nuestras conductas, porque ya nadie está exento del dedo acusador o del escarnio público. Un signo de esta época es que se cuestiona "lo establecido", es decir que nadie tiene autoridad suficiente para impedir que los roles de las instituciones sean objeto de críticas demoledoras. Lo cual no sería un problema, si no fuera porque no surge una alternativa ante aquello que es foco de la indignación colectiva.

Ojalá llegue el día en que sepamos convivir con nuestras miserias y pese a ello, mostrar lo mejor de nosotros. Sólo hace falta sentido común. Punto final.



3 de marzo de 2019

Desunidos y dominados

Un país sumido en la pobreza, en la desilusión y el desencanto. Eso es lo que somos. El fervor macrista queda reservado a unos pocos, ya sea aquellos que pretenden tapar el sol con una mano, o bien quienes pretenden negar las desigualdades de una sociedad destruida. Como los anteriores, estos también "van por todo". No es que la crisis se originó como una consecuencia de desaciertos, sino que esta gente llegó al poder para hacer esto. El discurso del Presidente ante el Congreso podría tener asidero si fuera trasplantado a Perú, Uruguay o Chile, pero no para la Argentina 2019. Nadie sabe dónde están los 700.000 puestos de trabajo que supuestamente se crearon, si cada vez hay más argentinos desempleados, dispuestos a hacer cualquier laburo para que no les falte la comida a ellos y a sus hijos. Lo vemos en Facebook, donde se multiplican los pedidos de trabajo, se mandan currículums para alcanzar el milagro en medio de la adversidad, como una botella arrojada al mar. Una botella que nadie recogerá, porque no están dadas las condiciones para que una empresa o Pyme tome personal, si no hay producción. Cada vez se produce menos, porque el consumo se redujo considerablemente, por lo tanto no hay un mercado local que gaste lo que gastaba antes.

 Dicen que la tristeza es contagiosa, y vaya si lo es. Si caminás la calle y te detenés a observar el semblante de tus vecinos, te darás cuenta de que muchos están librando una lucha por sobrevivir, o en el mejor de los casos, por mantener su estilo de vida. Cada caso es diferente. La clase media ya casi no existe como tal, porque se empobreció y va cuesta abajo. Entonces la estrategia consiste en demonizar los 12 años previos, en los cuales obviamente hubo corrupción y mafias de todo tipo, en contraposición a esta "gente bien" que quiere parecer transparente y honesta. Cuando un nuevo Presidente asume, se propone mostrarse como lo opuesto a su antecesor, y adopta medidas económicas en tal sentido. En lo que a nosotros respecta, estamos pagando impuestos que se incrementan exponencialmente para vivir cada vez peor. Veo muchos comercios que tratan de ofrecer promociones como una forma de mantener un poco la clientela que supieron tener, con grandes carteles que dicen:"Liquidación total", "50 % de descuento", "fin de temporada", por citar algunos. Y es que para el rubro indumentaria, el fin de temporada se ha adelantado, ya que al no haber ventas tratan de recuperar la rentabilidad liquidando lo que les quedó en stock, sin vender. A veces pienso que vivimos en una eterna contradicción, sin saber realmente qué rumbo queremos tomar. Y lo que es más importante, qué costo estamos dispuestos a asumir por otorgar nuestro voto a determinado candidato. Es la única forma que tenemos de expresarnos, a través de las urnas, de manera que debemos dejar de lado viejos prejuicios e inclinar la balanza para que el tipo que resulte más idóneo se haga cargo de los destinos del país. Punto final. 

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...