10 de octubre de 2019

Hombres de hierro

Un día raro en la ciudad, con mucho calor y humedad. Por momentos parece que se va a desplomar el cielo y a llover a baldes, el pronóstico indica mucha agua para los próximos días. La cuestión es no dejar que la "máquina" se detenga. Hay que seguir laburando, y no quejarse tanto como lo vengo haciendo. Lo que pasa es que a menudo nos vemos superados por la realidad. No agobia ver los noticieros y los titulares de los diarios. Estamos en un período de transición, porque más allá de que todavía debemos votar en octubre, a nivel nacional y provincial el resultado no se va a revertir. Puede achicarse la brecha entre el kirchnerismo y Cambiemos, pero no lo suficiente para forzar un balotaje. Lo que debemos tener en claro, es que nuestra vida continúa cualquiera sea el ganador de los comicios, y que no debemos esperar demasiado de la clase política. Cuando comprendés esto, te das cuenta de que hay más cosas que podés manejar que las que realmente creés.

Por supuesto que, como mencionaba en una nota anterior, la inestabilidad económica se traduce en un desiquilibrio emocional, porque obviamente nadie se siente a gusto viviendo sin guita y sin poder satisfacer las necesidades básicas. Pero hay gente que siempre tiene un patrimonio que le permite vivir bien, y que aun así pareciera no estar conforme con nada. La clase media y los sectores medio-altos son los que en su mayoría votaron a Macri, y estarían dispuestos a volverlo a hacer. Para ellos el dinero no es un problema, se rasgan las vestiduras por otras gansadas que tienen más que ver con contaminar las redes sociales de mensajes con consignas falsas. 

Cada cosa que te pasa, te obliga a tomar una decisión. Pero todo es recurrente, porque... precisamente, cambiando la forma de pensar, vas a poder tomar decisiones acertadas. Le vas a dar bola a lo que es realmente importante, y vas a pasar por alto las cosas que son un mero estorbo. Le vas a dar valor a la gente que te quiere, y vas a darte cuenta en quién podés confiar. Y sin ser irrespetuoso, vas a aprender a reclamar por lo que te corresponde, porque para eso laburás, para que te paguen y te reconozcan lo que hacés. Cuanta más confianza tengas en lo que vos podés lograr, mejor te va a ir. No siempre 2 + 2 son 4, porque lo emocional suele imponerse sobre lo racional. Lo que sí es cierto es que si vos mismo no te das cuenta de tus aptitudes, difícilmente otra persona te lo haga saber. En mi vida, he cambiado muchas veces la forma de pensar. En principio, porque fui creciendo, y me tuve que acostumbrar a las nuevas experiencias que trae aparejado cada ciclo. Un adolescente no piensa igual que un adulto, por ejemplo. Y tampoco sería bueno, porque cuando sos pendejo tenés que aprovechar esa etapa de libertad y descontrol. Ya que, a los pocos años, tendrás que buscarte un trabajo y ser un engranaje más de la máquina capitalista. Punto final. 

Un resumen de 20 años

  Al cabo de casi 20 años, puedo afirmar que estoy conforme con las notas que he escrito en este blog. Este año ha sido muy particular para ...