25 de abril de 2008

Destellos de grandeza en el país de la eterna imaginación

Imaginate que alguien te cuenta que existe un país en el cual un Ministro de Economía dura 4 meses en su cargo. Un país en el cual la actual Presidenta es la esposa del Presidente anterior, un señor por quien nadie daba dos pesos en 2003. Ese es el mismo que ahora se dedica a presidir el partido al cual ambos dicen pertenecer, con todos sus principios y preceptos. La señora Presidenta, además, parece tener un complejo de inferioridad por su condición de mujer, dado que constantemente hace alusión a su género en cada aparición pública.
Imaginate si alguien te cuenta que la capital de ese país, la ciudad más importante, la sede de todas las instituciones y edificios públicos de la administración federal, permanece oculta por el humo durante casi una semana.
Me da vergüenza ajena pensar o siquiera suponer que algunos argentinos se sintieron parte del "Primer Mundo" durante mucho tiempo, y que se resistan a creer que todavía no hemos desaparecido del mapa porque Dios tiene piedad por los pobres.
Alguien se imagina que en Times Square, o en el Lincoln Center de New York , por citar dos íconos de la geografía estadounidense que tienen alguna semenjanza con nuestra vapuleada Plaza de Mayo, los seguidores de Bush se caguen a trompadas con los que concurren al lugar con ánimo de realizar una manifestación pacífica?
Qué sucedería en el país del Norte, (que la mayoría decimos aborrecer por todos los abusos y atropellos que allí se cometen pero que en secreto y cuando nadie nos ve confesamos admirar) si los granjeros de Texas se rebelaran y cortaran la ruta interestatal (o como se llame) que une a este estado con su par de New York?
Por un escándalo con una prostituta, más precisamente por contratar un "servicio de acompañantes", como se le conocer de un modo causi eufemístico, el Gobernador de New York se vio obligado a renunciar. ¿Qué pasaría aquí si sucediera algo semejante? El nunca bien ponderado Porretti, intendente caído en desgracia, se aferró a su cargo hasta las últimas consecuencias y sólo renunció cuando no le quedó más remedio porque la Justicia ordenó su detención y procesamiento.
Realmente lamentable. Los que me conocen saben que no soy pro-norteamericano ni nada que se le parezca, pero ¿por qué no dejamos los prejuicios de lado y nos esforzamos por entender cómo funciona un país en serio?

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