27 de agosto de 2009

Mañana puede ser un día mejor....

Hoy es uno de esos días que quisiera que terminara ya mismo, por una sucesión de tropiezos y hechos negativos que conforman un cóctel difícil de digerir. Digamos que esos pequeños altibajos los padecemos cotidianamente, pero cuando por alguna extraña razón se acumulan todos en un solo día, uno no puede más que esperar arrancar esa maldita hoja del calendario.
Pero no nos extendamos más sobre eso. La cuestión es que, a pesar de lo que acabo de exponer, tenía ganas de actualizar el blog, porque sin duda los lectores constituyen una parte fundamental para quien tiene un sitio web. Sé que a muchos de ellos nunca tendré oportunidad de conocerlos, como también soy consciente de que otros tantos ingresan por mera casualidad, o por única vez. Pero es gratificante saber que me están leyendo, ya sea deliberadamente o por fruto del azar. Algunos deciden quedarse y frecuentar este espacio de vez en cuando. Otros tal vez no volverán. Sin embargo, todos hicieron su aporte para que este blog tenga su razón de ser.

Cambiando de tema, tengo que poner un poco de orden en el escritorio donde tengo la PC. ¡Es un caos! Está lleno de papeles, apuntes, diarios viejos, folletos e invitaciones para eventos a los que no pienso ir, cables USB (que pueden ser del celular, del MP3 o de cualquier otro aparato), e infinidad de cosas que se van amontonando. Tampoco me gusta la pulcritud extrema, creo que un escritorio sin un poco de desorden da la sensación de no ser utilizado muy a menudo. Hoy es un día en el cual debo relajarme, contar hasta diez, y guardar la secreta esperanza de que mañana puede ser mejor. Mañana será viernes, de modo que el mero transcurso de la semana ya constituye un buen motivo para pensar que puede ser un día mejor. Nos estamos viendo, gracias por vuestra comprensión.

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