Constantemente recibo invitaciones o "sugerencias" de personas que dicen ser mis amigos y a quienes nunca vi en mi vida, invitaciones para unirme a grupos que quieren salvar a las ballenas, y demás ítems que serían largos de mencionar. Sin embargo, hay que reconocer el secreto del éxito de Facebook. Una interfaz gráfica ágil y atractiva, la posibilidad de subir fotos o videos, de chatear con ese grupo selecto de "amigos", todo en uno. Es decir, multiplica las posibilidades de Fotolog, y en consecuencia es más completo. La pregunta es hasta dónde están dispuestos a llegar. ¿Cuál es el negocio detrás de todo esto, adónde van a para nuestros datos? La política de privacidad de Facebook ha sido objeto de debate y discusión en reiteradas oportunidades, y en un momento el sitio tenía previsto arrogarse la propiedad de todas las fotos y videos que los usuarios cargaran allí. El repudio fue tan categórico que se vieron obligados a dar marcha atrás, pero nadie sabe por cuánto tiempo. Mientras yo escribo estas líneas, cientos de personas creen encontrar en Facebook la llave para tener un millón de amigos y hacerse "populares" en la Web.
Cambio de tema: Durante buena parte d este año, hice terapia con una psicóloga, con la que nunca conseguí lograr lo que se denomina "transferencia". Esto es, ni más ni menos, que el paciente y la persona que reúne los conocimientos necesario para hacerse cargo de ellos, puedan establecer una relación, que podría llamarse empatía o como ustedes gusten hacerlo. Al mejor estilo de las parejas actuales, nos separamos de común acuerdo, podría afirmar. Pero en el mientras tanto, debí conseguir a un profesional idóneo y que no me dejara en banda, lo cual no es nada fácil. La mayoría de las personas que deciden voluntariamente concurrir a terapia, logran dar con alguien apropiado la primera vez. Y es algo bastante desgastante ese proceso, porque obviamente ese nuevo/a psicólogo no sabe nada de vos ni de los motivos que te llevaron a concurrir al consultorio. A consecuencia de esto, hay que "repetir" el mismo cuentito una y otra vez, con el dolor y la frustración que ello produce. Nadie va a una sesión psicoanalítica porque está contento o siente que todas las piezas encajan perfecto. Ellos escuchan los problemas que vos tenés, y en base a su formación, te van proponiendo distintas alternativas. El tema es cuando muchas de ellas están lejos de tu posibilidad o de tu motivación. Quiero hacer una salvedad, aunque no tengo obligación de hacerla: No me considero un discapacitado mental, ni represento un peligro para otras personas o para mí mismo. Hay momentos en la vida en los que uno necesita contención, y eso me hace acordar aquella famosa frase de Divididos: "Mientras la guita se le iba por el diván...". Y sí, se nos va guita por el diván y por otras muchas cosas, en principio porque nadie labura gratis. Yo tampoco lo haría. Creo que los cambios en tus hábitos que te ayuden a mejorar deben realizarse de forma gradual: Yo puedo ir todos los días de la semana al gimnasio, anotarme en todos los cursos y talleres existentes, si esa es la supuesta solución. Pero ni yo, ni nadie, puede sostener eso en el tiempo. Cuando a mí, en calidad de paciente, me hablan con soluciones "de manual", deberían saber que tengo la inteligencia suficiente para darme cuenta de eso, y que en todo caso me pongo a leer libros de autoayuda. No quiero dejar de mencionar que sí hubo gente con buenas intenciones, que me ha ayudado y bancado siempre, desde otro lugar. Vaya para ellos mi eterno agradecimiento, y espero estar a la altura de retribuir esos gestos en el futuro. Nos reencontraremos muy pronto por aquí. Punto final.
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