29 de noviembre de 2009

Crónica de un domingo por la noche "deportivo"

Creo que, en la mayoría de los casos, el clima define el estado de ánimo de las personas. Pero ya no quiero quejarme de la lluvia ni la humedad, simplemente trataré de que esos días transcurran en mi vida de la mejor manera posible. Es domingo a la noche y me encuentro redactando este "post", mientras noviembre va quedando atrás. Y yo también me quedé un poco atrás este mes en cuanto a la redacción de textos del blog. No pude mantener la cantidad de los meses anteriores, pero decidí que voy a escribir siempre y cuando tenga ganas de hacerlo, porque es una de las pocas cosas que hago por placer y que no me resulta una imposición. Hace un rato vi el primer tiempo del partido Banfield-Racing. Iban empatados 1 a 1. No recuerdo exactamente cuándo fue la última vez que estuve 45 minutos siguiendo la trayectoria de una pelota que pegaba brincos extraños en una cancha anegada por la lluvia. Un partido interesante, algo difícil de hallar en estos días de fútbol mezquino y resultados demasiado predecibles. En los últimos años Boca y River han perdido protagonismo en los torneos de la AFA, y cuando han obtenido el título, lo han hecho con un nivel de juego mediocre. Nunca fui bueno en la práctica de deportes, pero sé apreciar las competencias de nivel internacional, como los Juegos Olímpicos, en los cuales muchos deportes que aquí no son masivos aparecen ante nuestros ojos y hacen sentir lo lejos que estamos de la pluralidad de disciplinas. Si no sabés jugar al fútbol, vas a tener varios puntos en contra siendo niño o adolescente, etapas de la vida en la que el balompié predomina claramente y es alentado por los profesores de Educación Física. No me opongo al fútbol, me parece un deporte respetable como tantos otros, pero sería bueno que los atletas que han elegido otro camino tengan un poco de espacio en la TV, más allá de que el Estado los provea de una beca mensual para que puedan dedicarse a perfeccionarse como actividad exclusiva. Una vez más, voy a recurrir a una frase que no pierde vigencia: hay que aprender de los que saben.

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