30 de noviembre de 2009

Declaración de principios (parte 4)


Hoy es el último día del mes, y quise compartir este momento con ustedes, quienes leen este blog por primera vez o desde hace años. Hay momentos en los cuales uno debe replantearse ciertas cosas de su vida. Se puede elegir cuándo hacerlo, pero generalmente es un hecho puntual el que nos impulsa a mirar la realidad con otro prisma. En estos días la atención de la opinión pública está puesta en la inseguridad. En que no hay garantías de que podamos caminar tranquilos por la calle sin ser víctima de un delito. Pero yo me puse a pensar en otra inseguridad, la que proviene de nosotros mismos, la que nos paraliza y hace que posterguemos proyectos porque no estamos seguros de si van a resultar exitosos. O que no nos animemos a decir algo porque no sabemos cómo va a caer nuestro comentario en el otro. Somos víctimas de la autocensura. Pero, atención: no es un mérito decir siempre lo que se piensa. Debemos aceptar que vivimos en una sociedad que se rige por ciertas pautas, muchas de las cuales están comenzando a desmoronarse y a llevarnos al caos en que nos encontramos. Está bien romper con los tabúes y con los prejuicios, pero parece que nos gusta jugar con los extremos y pasar de una sociedad rígida y conservadora al "vale todo", casi sin escalas. Considero que es algo muy dañino para todos, y que así nunca vamos a saber dónde estamos parados. Por eso, nunca esta de más preocuparse por la inseguridad interior, más allá de que el entorno sea extremadamente incierto y peligroso.

Generalmente, las personas que dan la impresión de ser "seguras de sí mismas", esconden una sobreactuación, y habría que ver si son capaces de tomar decisiones acertadas para sus proyectos laborales o para su economía. Quien se siente demasiado seguro (o convencido) de que las cosas son de tal o cual manera, no tiene margen para la duda y para cuestionarse sus propias creencias, lo cual me resulta por lo menos desafortunado. Punto final. 

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...