11 de septiembre de 2011

Nueva declaración de principios


Hay personas que saben reaccionar ante la coyuntura socioeconómica, y otras a las que les cuesta más. A mí se me hace difícil cortar con el pasado, con aquellas cosas que queremos olvidar pero que de alguna forma todavía nos siguen limitando. Pero aprendí que a la vida debemos disfrutarla como podamos, no como nos quieren decir. Tomar unos mates, leer un libro, escuchar música, un buen programa de radio, compartir una cena, son acciones que forman parte de lo cotidiano, y es probable que por ese motivo no les demos valor. Y esto sucede con frecuencia. En una sociedad cada vez más alterada, cada uno busca su refugio. Si no encontramos algo que nos brinde un poco de paz, vamos a terminar colapsando, porque todo el tiempo nos estamos maquinando con proyectos y nadie sabe qué sucederá mañana. No hay certezas en este mundo. Yo puedo decir que estoy en una etapa de redescubrir aquello que realmente vale la pena, pero lleva su tiempo. Cuando la realidad te impone un cambio y no estás preparado, sobreviene el desconcierto. A veces no nos damos el tiempo necesario para hablar de lo que nos pasa, para escuchar un consejo, porque vamos a mil, porque sentimos vergüenza, o por lo que sea. Nos cuesta demasiado expresarnos, sacarnos la careta, y como hay mucha gente forra, no es fácil encontrar alguien en quien confiar para exponer lo que sentimos.

A veces debo confesar que Lobos me aburre, siento que es un lugar que no me va a sorprender ni a maravillar. Pero no sé si la vida me hará buscar otro rumbo. Quiero a mi ciudad, en la cual nací y pasé toda mi vida, pero hay cosas que no me banco demasiado, como determinados usos y costumbres. Ojalá podamos dejar de lado ese entorno que nos contamina, esa gente tóxica, y rodearnos de personas que nos ayuden a crecer. Hay mucho talento lobense, y eso sí es algo que me enorgullece. Esa gente que, sin estridencias, se esfuerza por superarse y trascender. Punto final. 

Un Bonus track

  La Nochebuena se presentó fresca, con temperaturas inferiores a los 20 grados. Por la tarde de la víspera de Navidad, incluso, cayeron una...