30 de diciembre de 2011

A pensar en lo que vendrá...

Estamos en la recta final de 2011, y cada uno hará su propia lectura de lo acontecido en estos 12 meses. No puedo evitar pensar en la personas que han perdido algún ser querido, o que están postradas en la cama de un hospital sin que nadie se acuerde de ellas. Para muchos, el 31 a la medianoche no habrá nada que festejar. Hay historias de ausencias, de desamores, de fracasos, de frustración, y todo eso no se puede olvidar con una copa de sidra o arrojando petardos al aire. Lo que sí puedo afirmar es que tenemos que seguir adelante, no hay otra manera, y si las cosas no nos salieron bien quizás tengamos otra oportunidad el año próximo. En mi caso, 2011 se pasó demasiado rápido, sobre todo la primera mitad del año. A partir de junio me desvinculé y me mandé a mudar del diario mugroso dondd trabajaba, y al cual dediqué casi un año y medio de mi vida, full time.

Todo ello hizo que tuviera más tiempo para mí y para hacer las cosas que me gustaban, y me replanteé muchas decisiones que había tomado. A pesar de la adversidad, todos tenemos la esperanza de iniciar un nuevo ciclo, y seguramente que 2012 puede prodigarnos satisfacciones en lo personal. Como dije en otro post, muchas cosas no dependen de nosotros, pero no podemos quedarnos cruzados de brazos esperando que alguien nos venga a sacar de nuestro desconsuelo. Brindemos por un buen 2012, y ojalá que podamos sacar frutos de cada día y no desaprovechar un año que puede ser el mejor de nuestras vidas.

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